FEBRERO 2016

El amor y las mujeres compositoras

Elvira Hernández Carballido analiza las canciones de amor de las compositoras María Grever, Consuelo Velázquez, Ema Elena Valdelamar, Julieta Venegas y Ely Guerra, cuyas letras contienen mitos como el amor ideal, el reclamo y el enfrentamiento amoroso. La columnista hace una invitación para este febrero, mes del amor y la amistad.

En la investigación que he realizado titulada "De su puño, letra y género, mujeres compositoras en México", de las ocho categorías que utilicé para analizar sus canciones, dos son representativas para este mes de febrero donde el día 14 llena de inspiración, consumismo y amores posibles e imposibles. Esas categorías las retomé de la propuesta analítica de Gloria Vergara en su libro dedicado a poetas de nuestro país, pero yo las definí desde mi perspectiva e inspirada en mi maestra por siempre, Marcela Lagarde:

Amor ideal. Se reconoce ese mito social de considerar al amor el motor de la vida, pero se advierte que en nuestra cultura lo es mucho más para las mujeres porque define su identidad de género. A nosotras, afirma la citada antropóloga feminista, se nos educa para ser seres del amor. Reconoce que el amor es una experiencia vital pero que se vive de manera tradicional y muy idealista donde la entrega sin resistencia parece marcar la pauta.

Reclamo y enfrentamiento amoroso . Cuando el amor está significado en el sufrimiento y el sacrificio, y se espera siempre más del otro, es más sencillo sentir miedo al abandono, caer en la descalificación o enfrentar el desprecio, por lo que el sentir insatisfacción en las relaciones amorosas lleva a pedir o exigir otro comportamiento por parte de la persona amada.

De esta manera, al revisar sus composiciones, pude advertir lo que las inspira en torno a este sentimiento. Así, les comparto el siguiente muestrario musical:

María Grever. Sublimiza el amor ideal pero lo hace con toques de sensualidad y pasión arrebatadora. Abiertamente declara su amor pero al mismo tiempo el deseo y abiertamente pide ser amada con un ímpetu desbordado de erotismo absoluto pero discretamente agregado a una palabra significativa:

Júrame/ que aunque pase mucho tiempo pensarás en el momento en que yo te conocí/ Júrame/ que no hay nada más profundo/ Ni más grande en este mundo que el cariño que te di/ Bésame/ Con un beso enamorado/ Como nadie me ha besado/ Desde el día en que nací/ Quiéreme/ quiéreme hasta la locura/ Y así sabrás la amargura que estoy sufriendo por ti. (Júrame)

Consuelo Velázquez. Leal siempre a la esencia del bolero no dejó nunca de lado el romanticismo pese a que en sus temáticas el reclamo y el enfrentamiento amoroso estuvieron latentes pero siempre con un tono suave, idílico y placentero.

Por qué no han de saber/ Que te amo vida mía/ Por qué no he de decirlo/ Si fundes tu alma con la mía/ Que importa si después/ Me ven llorando un día/ Si acaso me preguntan/ Diré que te quiero mucho todavía/ Se vive solamente una vez/ Hay que aprender a querer y a vivir/ Hay que saber que la vida/ Se aleja y nos deja llorando quimeras. (Querer y vivir)

Ema Elena Valdelamar. Ella afirmó que sus composiciones no son invenciones, sino experiencias. Declaró que "Cheque en blanco" fue una venganza personal. Un hombre muy rico la engañó. Se la cantó a ese mal amor, quien sacó la pistola frente a ella, amenazante, y la insultó porque se sintió muy ofendido pero después presumía que se la había compuesto a él. La canción es de reclamo y enfrentamiento amoroso, pero la ironía y el sarcasmo son los ingredientes más fuertes. Se dice que por primera vez, en una canción escrita por una mujer mexicana, hay un reclamo directo al macho, a quien se le juzga y se le condena, de quien se burla e ironiza, busca herir y humillar pero con elegancia y creatividad.

Pero qué mal te juzgué, si te gusta la basura/ Pero mira, qué locura, pero para ti está bien/ Pero qué mal calculé, yo te creía tan decente/ Y te gusta lo corriente por barato yo qué sé. (Cheque en blanco)

Lolita de la Colina. En 1977 ganó el Festival OTI. La canción era totalmente diferente a todas las que habían ganado que se esforzaban por escribir mensajes esperanzadores y optimistas de la vida. La compositora opta por una canción de amor, pero intensa, apasionada, con destellos de sensualidad, de tormento amoroso y de confianza en la posibilidad de enamorarse siempre otra vez. La ilusión, la esperanza, la confianza y la desconfianza pero también la apuesta al amor ideal es latente:

Yo también estuve enamorada como tú/ Yo también lloré desesperada como tú/ Por alguien que no se merecía/ Mi amor ni por un solo día/ Yo también busqué quién me escuchara como tú/ Yo también hallé quien me cuidara como tú/ Sintiendo ese miedo escondido que da un ser desconocido. (Como tú)

Julieta Venegas . El reclamo amoroso siempre se presenta con una alta dignidad, sin resignación, sino como un paso común en las relaciones humanas, aceptar cuando una historia llega a su final y reconocer la culpa de quienes la protagonizaron. Pero al mismo tiempo, su discurso musical mitifica la esperanza de enamorarse, de suponer que se conoce a ese alguien casi perfecto, especial, destinado por azar o por la misma necedad:

Pero eres para mí me lo ha dicho el viento/ Eres para mí lo oigo todo el tiempo/ Eres para mí me lo ha dicho el viento/ El espejo que da su reflejo en todo lo pinta tal como es. Mi cuerpo que no tiene peso si escucho tu voz y llamándome. Y yo sé que tienes miedo y no es un buen momento para ti y para esto que nos viene sucediendo. (Eres para mí)

Ely Guerra. En sus composiciones destaca que además del amor y el deseo, haga una referencia al reconocimiento de sí misma, de su finitud y de su propio cuerpo. Es así como una rockera también ama, se enamora de manera ideal pero también de una forma que busca claridad, que la sorprende y que la pone alerta para amar con pasión pero sin perderse a sí misma. Reconoce la imposibilidad del amor pero intenta comprometerse con la persona amada, con promesas y advertencias, con generosidad y sin tragedia:

Te regalo la sal de mis historias/ Te comparto mi fuerza y mi debilidad/ Te muestro el cielo al que también llamamos gloria/ Te regalo mi voz, mi libertad.../ Te regalo mis fotos preferidas/ Te comparto mi humana condición/ Te llevo más allá del límite y medida/ Me convierto en tu amiga, la mejor. (Mi playa)

Y este mes de febrero puede ser ideal para que descubramos letras de amor y desamor firmadas por mujeres.