Foto: Emma Blancas/MujeresNet
Las activistas y académica informaron que al no estar visibilizado el problema, se revictimiza a las mujeres, sin embargo, llamaron a usar los instrumentos legales internacionales para transversalizar la perspectiva de género en las casas de estudio para que se investigue, se prevenga y erradique la violencia.
México, D.F. /MujeresNet.- La violencia sexual, considerada un problema de salud pública, es la más invisibilizada y en las universidades no es la excepción, ya que no existen protocolos de atención ni programación de prevención, por ello las autoridades universitarias deben aterrizar instrumentos legales internacionales para atender los casos de violencia, denunciaron activistas y académicas durante la mesa redonda "Violencia de género en las universidades", realizada el miércoles 11 de noviembre de 2015 en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM.
Mora Fernández, fundadora de la asociación civil Casa Mandarina, explicó que la violencia sexual se oculta a pesar de que la Organización Mundial de la Salud la declaró como un problema de salud pública. El 90% de niñas y niños abusados lo fueron antes de cumplir los 18 años. "Cuando es niño o niña no se denuncia, pero cuando es una persona adulta se culpabiliza a la víctima". México es el país con más violencia sexual con 44% y sólo el 3% de los agresores sexuales va a la cárcel.
La violencia sexual tiene un efecto devastador en las personas, no es un tema individual sino que involucra a todas las comunidades. El mayor riesgo de convertirse en víctimas es ser niña, niño o mujer. Además tiene un alto costo económico: entre 87 y 240 mil dólares por cuestiones médicas y legales, es el delito más caro pero se puede prevenir, aseguró la también especialista en violencia de género.
Sin embargo, reconoció que hay poca investigación y los datos provienen de las organizaciones civiles porque las denuncias son nulas y no atendidas debidamente. México ocupa el primer lugar en pornografía infantil y violencia sexual hacia las mujeres. Por eso, la asociación civil que representa propone un modelo de intervención, de talleres de atención, de activismo y de investigación.
María del Mar Aguilar Sandoval, también integrante de Casa Mandarina A.C., informó que en una investigación realizada en Estados Unidos sobre la violación en los campus universitarios se encontró que 1 de cada 5 mujeres han sido violadas en su etapa de estudiantes y la mayoría conocía al agresor; aseguró que estas cifras no se diferencian mucho de las de México porque no se habla de violencia de género en las universidades y por lo tanto no hay datos exactos.
Detalló que la mayoría de los agresores cometen violación sexual más de una vez. Y el 7% de los hombres reconocen haber violado o intentado violar a mujeres en estados alterados de conciencia. El 63% admite haberlo hecho más de una vez.
Explicó que las agresiones sexuales son por la cultura de la violación que culpabiliza a las víctimas que contempla desde frases como "ella se lo buscó" o " ¿qué hiciste para que te violaran?" hasta situaciones en las se sugiere no salir sola en la noche ni caminar en calles oscuras. O "cuando una mujer dice 'no' es un 'sí' secreto, quiere ser violada", "la mujer tenía mala reputación", "estaba pidiendo un aventón", "sedujo o llevaba ropa ajustada", por mencionar algunas.
En el caso de la UNAM las víctimas no saben qué hacer, dónde acudir y se enfrentan a la ignorancia sobre la violencia sexual, no tienen protocolos de atención, ni seguridad para la comunidad estudiantil, hay revictimización, hay poca o nula respuesta en las denuncias, existe complicidad de las autoridades y silencio de la comunidad. "Piden demasiada información para convencerse de que hubo una agresión sexual. Todo esto por la cultura y lo mitos que hay", detalló la también psicóloga.
Las activistas destacaron que las campañas sobre violencia sexual se enfocan en denunciar la violencia pero son desarticuladas porque no hay un protocolo, por ello debe haber investigación, políticas de transparencia y de prevención que implican la modificación de planes de estudio.
A esto se suma que nadie quiere invertir en la investigación sobre cómo atender a las víctimas, pero tampoco en la prevención y la elaboración de mecanismos de acción, por mencionar algunas.
Al respecto, Adina del Carmen Barrera Hernández, feminista y maestra en comunicación, habló sobre los diferentes instrumentos legales internacionales para abordar el tema de la violencia sexual en las universidades, sin embargo, reconoció la necesidad de ver las condiciones bajo las cual se ejercen los derechos de las estudiantes.
Señaló que estos se toman como parte de una minoría y que se suman a otras brechas y discriminaciones. Además la academia perpetúa y normaliza la violencia, a través de pensamientos como el que asegura la naturaleza agresiva de los hombres y que muestra a las mujeres como no sujetas de derechos.
El Estado mexicano está violando los derechos de las mujeres, esto incluye a las universidades porque es omiso en erradicar y sancionar la violencia, sostuvo la feminista.
En la Declaración y Programa de Acción de Viena se reconocen derechos como humanos, por ello hay que garantizarlos. En particular el capítulo B y D que hablan sobre la educación y dice al Estado que debe transversalizar políticas de género y crear programas de empoderamiento, informó Barrera Hernández.
A nivel nacional, gracias a la modificación del artículo primero constitucional sobre el principio pro persona, se puede acudir al marco legal internacional para exigir los derechos de las mujeres. Y en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia se puede ver en qué espacio se está dando la violencia, pero también qué relación de poder hay. En el caso de las universidades, son importantes estos aspectos, finalizó.