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Directora y Editora: Elsa Gpe. Lever Montoya                                                                                                                             

Frases Feministas
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Por primera vez (Tercera y última parte)





Por Elsa Lever M.
Lic. en Periodismo con Maestría en Comunicación por la FCPyS de la UNAM, actualmente doctorante en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Ciencias de la Comunicación (FCPyS-UNAM). Está diplomada en Género por el PUEG de la UNAM, y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM. Es directora de http://www.mujeresnet.info/

En esta última parte, Elsa Lever Montoya explica las razones para vivir sin apegos, lo cual comienza con abandonar la zona de confort, que trae como consecuencia el aumento de la tolerancia a la frustración y a reconocer que tiene los elementos emocionales para enfrentar los obstáculos de la vida.


En esta última entrega quiero convencerte de apostarle al cambio interior y al crecimiento personal, saliendo de tu zona de confort para conseguir ser una persona sin apegos, pues de esta manera darás el paso a tu felicidad y la felicidad de quienes amas.

El desapego comienza cuando te haces responsable de tu propia vida y de tu propia felicidad, porque entonces dejas de depositar la felicidad en el exterior y en manos de los demás. Y si decides dejar de exigir que las demás personas te hagan feliz y mantengan tu ego tranquilo, entonces te enfrentas con la incomodidad de que las cosas que estaban en tu burbuja de estabilidad cambien, y ahí es cuando comienzas a salir de tu zona de confort, con todo el miedo y resistencia que ello implica. Sin duda decidir salir de la zona de confort es un verdadero acto de valentía.

Pero vale la pena. Bien se dice que la vida comienza en donde termina tu zona de confort. Porque pasando esa frontera hay un mundo inagotable de posibilidades para tener experiencias, para crecer, para contribuir e interactuar y, por ende, tu vida cambia.

Al iniciar tu cambio interior y superas el apego afectivo creces emocionalmente, aumentas la tolerancia a la frustración porque entiendes que sentarte a llorar ante el primer tropiezo y querer que la vida sea gratificante las 24 horas es sin duda infantil. Como desarrollas coraje, fortaleza y decisión, ya no te enganchas con el pasado, ni con lo desagradable o con lo que está fuera de tu control. La persona desapegada sabe que la vida no viene en charola de plata, y tiene los recursos emocionales para enfrentar el dolor, la desorganización y la perturbación que conlleva el tomar grandes decisiones.

La perspectiva de la vida te cambia cuando, al desapegarte, entiendes que querer a alguien no es suficiente razón ni motivo para que te quiera a ti, porque los demás tienen el indiscutible derecho a no amarte. Cuando aceptas que no puedes controlar el amor de los demás hacia ti, abandonas la egocéntrica creencia de que el amor debe ser a tu imagen y semejanza.

Otro de los beneficios del desapego es desestructurar la idea de lo permanente, de lo eternamente estable, porque al querer conservar el objeto deseado y fuente de nuestra gratificación creamos el anhelo de la continuación y la perpetuación, tal como un adicto sabe que la permanencia del proveedor garantiza el abastecimiento...

Nada hay más dañino que aferrarnos a la falsa eternidad, pues tarde o temprano aquello de lo que nos sujetamos desaparecerá, pasará o terminará. Todo es efímero y transitorio. Y mientras más nos tardemos en asimilar esto, más tiempo sufriremos. Y ahí radica un gran peligro, porque justamente el apego se instaura por evitar el sufrimiento.

Por mi parte, después de que por primera vez, hace un año, supe lo que era la angustia y verdadera desesperación, ahora vivo un peculiar momento en el que sin duda viajo ligera de equipaje. Nada ni nadie me ata a nada ni a ningún lugar. Puedo morir satisfecha en cualquier momento, lo que, en una aparente contradicción, me hace vivir feliz cada día.

La decisión es tuya, sólo tú puedes elegir entre la felicidad y el sufrimiento. Recuerda que más allá de los apegos, estás tú y tu esencia. Libérate, vuelve a nacer y, entonces sí, difícilmente alguien o algo te volverá a hacer sufrir.


LEE AQUÍ LAS TRES ENTREGAS:

Por primera vez (Primera de tres partes)
Por primera vez (Segunda de tres partes)
Por primera vez (Tercera y última parte)





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