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Una hermenéutica de lo femenino




Por Adiel Martínez Hernández
Maestro en Comunicación y Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Docente e investigador de temas de semiótica, género y masculinidad, e identidades y cambios culturales.

Adiel Martínez reseña el libro de Elisa Bertha Velázquez Rodríguez 'Lilith: nombre prohibido. Lo erótico de lo siniestro', en el que a través de la hermenéutica la autora muestra la doble función simbólica del mito en la cultura occidental, pero también hace una propuesta para devolver el poder de su cuerpo a las mujeres y reconfiguren una identidad y una subjetividad libre del control patriarcal.

Para la semiótica, todo símbolo es un condensador semiótico. El ejercicio semiótico y/o hermenéutico trata de desvelar aquellos elementos implícitos y subyacentes que contiene todo símbolo en tanto producto cultural. Este es el ejercicio que realiza la doctora Elisa Bertha Velázquez Rodríguez en su texto sobre el personaje mítico de Lilith, considerada la primera mujer que Dios creó para que acompañara al primer hombre.

A partir de los textos cabalísticos posteriores y alternos a los textos bíblicos, además del cotejo con personajes míticos de otros tiempos y otras culturas, Elisa Velázquez realiza la primera interpretación: Lilith (la mujer) ha sido borrada del discurso genealógico de la mítica judeocristiana. Por qué, por el acto rebelde de oponerse a jugar un rol pasivo en la interacción sexual con Adán. Dios (condensador semiótico del patriarcado) condena a Lilith al destierro y la maldice convirtiéndola en demonio. Al hacerlo se crea en el imaginario la negación de lo femenino como componente activo en la dinámica de género.

Cuando la autora revisa las otras mitificaciones que se construyen sobre Lilith se da cuenta que la ponen como un ser demoniaco que amenaza y provoca a los hombres. Lilith es la transgresora que los seduce en sus sueños (deseos). Con ello se está realizando la interpretación del personaje como símbolo del deseo femenino que debe de ser controlado.

Sirviéndose del psicoanálisis, la doctora en Filosofía nos revela las otras simbologías de Lilith, aquellas que tienen que ver con el inconsciente colectivo de las culturas, de la humanidad. Así, Lilith no sólo es la mujer milenaria, también es el símbolo del goce como expresión sumaria de la pulsión. Por la hermenéutica que realiza, parece ser que la única que sabe del goce es la mujer. De ahí el ahínco del patriarcado por arrebatarlo mediante la violencia de género.

Por otro lado, los relatos míticos que le sirven a la autora para su análisis refieren que Dios condena a Lilith a parir hijos malditos que después tendrá que devorar. He aquí cómo la maternidad también se convierte en una expresión de feminidad que debe ser estigmatizada. Con relación a la interpretación psicoanalítica Lilith es la madre simbólica que al presentarse como manducadora se impone como una prohibición para el incesto.

Con esta hermenéutica se muestra la doble función simbólica del mito: por una parte la representativa que nos dice cómo es la realidad del colectivo cultural que lo usa y reproduce, por otra parte la función orientadora que contiene las normas e interdicciones para el sujeto miembro de la cultura. De esta manera al ser Lilith un símbolo que representa a la mujer, la madre, el cuerpo y el goce femenino que ha sido obnubilado, borrado, negado y castigado, nos da una visión del poder del patriarcado en la estructuración del sistema de género.

La interesante propuesta de la autora está en posicionar a la figura femenina y en ese sentido a la mujer en general, a través de una ética sexual que le devuelva el poder sobre su cuerpo para con ello reconfigurar una nueva identidad y una subjetividad libre del control patriarcal. Esto se logra, dice, mediante una solidaridad que produzca nuevas representaciones femeninas que se conviertan en nuevos paradigmas. En sus palabras nos dice:

"Desde la reflexión moral de nuestras actitudes, las mujeres debemos empoderarnos, lo que significa establecer vínculos de alianza entre nosotras, escuchando nuestros relatos, cambiando párrafos de nuestra historia, reeditando nuestros mitos, creando nuevos símbolos y asumiendo nuestra autoridad de personas que está lejos de los sistemas autoritarios y de opresión de unas a otras" (Velázquez, 2011: 157).

Considero así imperioso recomendar la lectura del libro que nos permite la discusión sobre estos temas del género, el cuerpo, la feminidad desde la hermenéutica y el psicoanálisis.

Bibliografía:

Velázquez Rodríguez, Elisa Bertha (2011) Lilith: nombre prohibido. Lo erótico de lo siniestro. México: Castellanos Editores.






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