Catalina D’Erzell
Por Isabel Loza Vaqueiro La vieja casa familiar materna, nos relata la columnista, parece estar habitada por fantasmas. Pero recientemente conoció la historia de una efímera habitante cuyo nombre y fechas de nacimiento y muerte están en una placa de la fachada. La familia de mi madre habita desde hace más de medio siglo una casa vieja ubicada en un pueblo del Bajío. Como casi todas las casas viejas tienen uno o varios fantasmas, “si te la vendieron sin uno es que te vieron la cara”, decía una señora a…
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