Releyendo las cosas que escribo, percibo el tono algo impaciente que asumo delante del uso indiscriminado de palabras como "feminista" y "feminismo". Sería realmente necesario que se buscara el verdadero sentido de una palabra que se configura tan amplia hoy día como lo hace la palabra feminismo . Las militantes y/o intelectuales feministas sabrán que los feminismos son muchos, en sus diversas maneras de expresión y contextos.

Es imprescindible tener clara la primera lección: feminismo no es la versión de faldas del machismo. Las mujeres, en general, no queremos ser más importantes, ni más fuertes, ni más inteligentes, ni más nada.

En un primer momento, hace falta entender que el movimiento feminista asume un papel afirmativo de la identidad de las mujeres. Y esto desde siempre. La primera preocupación fue: rescatar y defender el lugar de la mujer en la Historia. Sí , porque sabemos (¿?) que nos fue negado estar en cualquier lugar. Puede parecer cansado decirlo, pero la mujer estuvo, durante muchos años, asociada al espacio privado. Mucha gente todavía no se ha dado cuenta de ello, e insiste en mantener a las mujeres bien arregladitas ahí en ese rincón cómodo.

Oí, durante muchos años, de la boca de gente cercana que "la mujer tiene que saber cuidar una casa". Sí, y los hombres también, ¿no? No se trata de negar el espacio privado, hasta porque sabemos que las mujeres subvirtieron de muchas maneras esos espacios restrictos a través de distintos saberes y prácticas. Reconociéndolo como suyo hicieron de él su lugar en el mundo, hasta que llegara el momento de conquistar otras esferas.

Lo que siempre se ha buscado, a través de las muchas expresiones del Feminismo, ha sido un mundo de todos y todas. En donde hombres y mujeres transitaran por todos los espacios, dialogando, y que uno valorizara las prácticas del otro. Mucha gente aún no se ha dado cuenta (no voy a entrar en la cuestión de las razones por las que no se lo hizo) de qué se propone como igualdad de sexos . Y se desvirtúa a las luchas feministas a través de frases y comportamientos groseros y prejuiciosos. Ven la cuestión bajo la óptica del machismo (la lógica que privilegia lo masculino, en lugar de lo femenino) y se cree que lo quieren las luchas feministas es equiparar prácticas de mujeres y de hombres a través de lo que es propuesto por los tradicionales paradigmas patriarcales. Desgraciadamente, muchas mujeres lo creen, y asumen comportamientos considerados "masculinos", creyendo que así son feministas y que avanzan culturalmente.

No me interesa poner a la mujer como la pobrecita de mí de la Historia , pues no lo es, no lo somos. Aun en situaciones desfavorables, las mujeres pudimos afirmarnos a través de prácticas que hoy están siendo rescatadas y reconocidas por investigadoras de género como prácticas políticas (pienso volver a escribir sobre este tema en otro texto).

El Feminismo es, entonces, la telaraña ideológica que reúne discusiones, textos, imágenes, intervenciones, prácticas y saberes ligados a lo femenino. Él no pretende desconstruir a lo masculino, sino traer a la luz que este tradicionalmente se sobrepuso a lo femenino, tratando de disminuirlo y reprimir su afirmación, lo que muchas veces logró.

La primera lección sobre feminismo nos pone delante de un vacío histórico que es necesario recuperar, y que trata de la contribución de las mujeres para la construcción del mundo que tenemos hoy. Indudablemente, las mujeres siempre hemos estado en todas las esferas, pero no hay registros de esa participación, y hoy el trabajo de los y de las que reivindican el lugar de feministas es buscar descubrir y recuperar esas contribuciones a lo largo de los siglos.

No es una tarea fácil. Ella cambia de acuerdo con la sociedad, las clases sociales, la edad de las personas involucradas, el nivel cultural e intelectual, la visión político-ideológica y hasta la herencia religiosa que uno trae. Todo eso determina la visión que se tiene de lo femenino y en donde se lo ubica. Sin embargo, las trasformaciones ya han empezado desde hace siglos, y la lucha por el reconocimiento apenas está empezando.

Mujeres de todo el mundo, ¡uníos!