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Letras femeninas en el periodismo mexicano
Por Lucía Rivadeneyra
Comunicóloga por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cursó la maestría en Literatura Mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus libros "Rescoldos", "En cada cicatriz cabe la vida" y "Robo Calificado" fueron merecedores de los Premios Nacionales de Poesía "Elías Nandino" (1987), "Enriqueta Ochoa" (1998) y "Efraín Huerta" (2003), respectivamente. En 2007, publicó la antología personal 'Rumor de tiempos'. Su material poético está incluido en numerosas antologías. La han traducido a diversos idiomas. Catedrática de la UNAM desde 1980, ejerce el periodismo en medios de circulación nacional.
Cualquier persona puede colaborar una vez en alguna publicación, pero mantenerse cada semana, cada quincena o cada mes, durante años, eso ya es otra cosa; y si aparte no pagan, entonces sí que se puede hablar de amor al arte, al arte de ser mujer en un mundo hostil, al arte de interesarse por las otras mujeres, en un mundo donde la competencia desleal es muy común. Lo dijo Lydia Cacho: "Escribamos y hablemos sobre empoderar a las mujeres, valorar y remunerar su trabajo intelectual, pero hagámoslo gratis porque nadie quiere pagar por nuestro trabajo".
Esto se dio en cierta forma en la revista fem , no en todas sus épocas ni siempre. Sin embargo, cuando la crisis se agudizó esto sí fue una constante. A pesar de que el trabajo intelectual vale y vale mucho, hasta la fecha hay espacios periodísticos que creen que nos hacen un favor si nos publican. Creen que con que uno vea su nombre publicado estamos más que retribuidos. Por supuesto, no es así.
El caso de de fem fue diferente porque era un espacio, que aunque tuvo buenas épocas económicas, sin tener grandes tirajes, sí llenaba un espacio de miles de personas deseosas de saber sobre sí mismas, y encontrar un medio que habla de lo que me pasa a mí, a mi madre, a mi vecina, a mis amigas, a mi abuela, a mi tía, etcétera.
Por eso, con el paso de los años fem se convirtió en un referente y no sólo eso sino que muchas colaboradoras tuvimos claro que era -en este caso- más importante escribir que cobrar porque la remuneración era otra, era saber que alguien se encontró en algún texto, alguien disfrutó o se cuestionó sobre su paso por la vida. Alguien se dio cuenta que ser virgen podía ser, quizá, un estado de ánimo o que si había violencia se podía denunciar o que el placer no es privativo de los hombres-machos, en fin, lectoras y lectores ávidos de reflexionar, aunque a algunas o algunos a veces les cueste trabajo.
fem es de las publicaciones feministas que superó cualquier expectativa de duración ¡29 años! Se dice fácil, pero sólo quienes estuvimos en algún momento en ella sabemos de algunas de sus complicaciones y de sus logros.
Su fundadora Alaíde Foppa fue desaparecida, una de las peores formas de ser retirada del mundo; a pesar de ello su semilla no sólo había germinado sino que creció y f em no se acabó. Se fue transformando, adquiriendo diversas imágenes, siempre con una línea crítica y propositiva.
Creo que en un mundo tradicionalmente inhóspito para la mujer, incluso en el siglo XXI, una publicación sobre mujeres que piensan, trabajan, viven, sueñan, escriben… siempre será bienvenida. La decisión de Miriam López Hernández de darle difusión a su investigación Letras femeninas en el periodismo mexicano , me parece muy importante. Además, la edición, bajo la coordinación de Graciela Sotelo Cruz, es una muestra de que cuando hay inclinación genuina por algo, los resultados son óptimos. Me gusta el libro.
Letras femeninas en el periodismo mexicano es un trabajo que refleja el interés de la autora por la hemerografía, debilidad que honra a los ratones, ya que no todo el mundo tiene perfil de "ratón de biblioteca… o de hemeroteca". Pero gracias a que por ahí andamos algunas interesadas, aparecen estos trabajos que explican circunstancias que nos anteceden.
De esta manera, Miriam logra dar un panorama no sólo de la revista f em sino del periodismo feminista. Ofrece antecedentes, comparaciones, consecuencias. Brinda un panorama no sólo sobre el periodismo feminista sino sobre términos que nunca está de más aclarar, como género, equidad, feminismo. Este texto, dividido en tres capítulos, una introducción y conclusiones es una aportación interesante del trabajo de muchas mujeres y algunos hombres por buscar una vida más equitativa, menos dolorosa, más productiva, más humana.
Me da mucho gusto haber participado en lo que un día fue un proyecto que se convirtió en un hecho, la revista fem . Debo confesar que es una de las pocas disciplinas de mi vida. Colaborar durante poco más de ocho años, mes con mes, me dio la satisfacción de saber que las mujeres escribimos, leemos y a veces somos leídas por mujeres que estamos en la lucha cotidiana, literalmente en la lucha diaria, en una trinchera, ante la agresión del taxista, del chiste misógino, del profesor ídem, de los padres autoritarios, de las madres abnegadas (que todavía hay)… empero sabemos que hay mucha luz, mucha más luz que la que vieron nuestra abuelas. Prueba de ello es, por ejemplo, www.MujeresNet.info de nuestra querida Elsa Lever, quien colaboró en fem durante 11 años.
Felicito a Miriam por su trabajo cotidiano, por su interés en la investigación, por este libro, por ser mujer, una más de las que hemos aprendido, parafraseando a Gabriela Mistral a "amar la ciencia más que las joyas y las sedas".