*** |
Ser mujer y estar sana (Segunda de siete partes)
Por Patricia Karina Vergara Sánchez
Feminista, periodista y profesora
La cultura patriarcal en los sucesos diarios
La salud de las mujeres no sólo resulta condicionada por las realidades locales económico sociales, su estatus de vulnerabilidad y la biología, pues, además, es marcada por la cultura patriarcal dominante que la delimita, desde lo cotidiano hasta social.
En el trabajo doméstico
La maestra Sara Islas comienza por enunciar las enfermedades que causa el trabajo doméstico: Descalcificación, artritis reumatoide, desviación de columna por lavar ropa y amamantar a los hijos; la vista y su desgaste cosiendo la ropa. Calor de la cocina en huesos, colón, vejiga y el estrés que a la larga son problemas de salud. "Porque son las mujeres las encerradas en casa quienes padecen serios niveles de estrés. Debería hablarse del estrés doméstico como se habla del estrés en la oficina", acota.
En España, según una denuncia del informativo Kaos en la Red , hay coincidencia en este problema ya que por medio de la Encuesta Nacional de Salud del 2008, se muestra que los trastornos crónicos más frecuentes en las mujeres son artrosis, artritis o reumatismo, hipercolesterolemia, depresión, ansiedad y otros trastornos mentales, alergia crónica, diabetes, asma y bronquitis crónica. Susana Covas, psicóloga social española, señala que no se trata de dolencias asociadas al sexo femenino, sino que están derivadas del rol asignado.
La misma encuesta plasma que una de las razones por las que las mujeres enferman más es la cantidad de horas que dedican a las tareas domésticas, que no les deja tiempo ni energía para cuidar de ellas mismas. La última encuesta del Ministerio de Sanidad y Consumo, indica que a partir de los 16 años, el 81% de las mujeres asume las labores del hogar e invierte una media de 28 horas semanales. Por su parte, el porcentaje de hombres que realizan el trabajo doméstico es del 35.9% y 15 horas a la semana. [1]
A ello se le pueden sumar, de acuerdo con la especialista en medicina del trabajo, doctora Niria García: los accidentes dentro del hogar: Caídas, quemaduras, cortadas, que llegan a ser de gravedad como fracturas de pelvis o miembros, incluso accidentes mortales. "Podrían considerarse accidentes laborales. Solamente que nadie indemniza a las amas de casa".
"Las mujeres padecen más altas tasas de discapacidad en edades más avanzadas, lo cual refleja las cargas acumuladas a lo largo del ciclo vital”. Señala la UNFPA : “Particularmente en los países donde hay una pronunciada inequidad de género, el estado de salud de las mujeres ancianas se resiente debido a la falta de servicios de salud, de educación y de nutrición en las etapas anteriores de sus vidas."[2]
En alimentación
L a alimentación a niñas, mujeres y ancianas, es un condicionante de salud en las mujeres, que menciona la psicóloga feminista Miriam Medina, que no siempre y no en todas las comunidades es igual a la del varón:
-Para ti las verduras y para tu hermano la carne, porque es varón y necesita comer más
Islas ejemplifica: "En la adolescencia hay el mito de que el niño gasta más energía y se ve bien que coma más. Tiene que ser fuerte porque va a trabajar, se espera que de adulto sea proveedor". También, continúa la maestra, "las mujeres sacrifican la alimentación cuando son madres y no hay muchos recursos económicos. Para dar mejor alimentación al marido y a los hijos, perpetuando la abnegación".
En el informe preliminar de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en 1995 sobre las prácticas tradicionales que afectan a la salud de las mujeres y los niños en diversas partes del mundo se documentó que en África y en Asia, por ejemplo, las niñas se veían a menudo privadas de alimentos en beneficio de sus hermanos, "ya que criar a una niña se consideraba como ‘regar el jardín del vecino'; es decir, no era una inversión beneficiosa".
En el mismo informe se puede leer que en Asia se había observado que la discriminación por sexos en la alimentación hacía que fuera mayor la incidencia de la malnutrición y la mortalidad de las niñas. [3]
Actividades físicas
Miriam Medina también menciona las actividades físicas que desde la niñez se estimulan en un género y en otro.
-Las señoritas no trepan a los árboles
Islas complementa: "Cuando hay tareas asignadas por género, las niñas se cansan más porque la mamá no está en casa, se les asignan las tareas domésticas. No sucede en todos los estratos, pero en bajos sí. Incluso eso incide en su desempeño escolar".
Islas continúa: "A nivel social, en la escuela ponen diferente actividad. Veo que ponen, en materias de acondicionamiento y salud física unas actividades a los chicos, como saltar rejas, y a las niñas no, porque se vayan a lastimar. No hay por que discapacitar a las jóvenes mentalmente".
El acoso sexual
Sara Islas agrega otra causa de estrés a los factores que desde el patriarcado afectan la salud femenina:
"El acoso sexual en la calle, en el trabajo y en el transporte público. ¿Por qué no hablar del estrés que significa salir a la calle cuidándote todo el tiempo?"
El ideal de belleza contemporáneo
La presión social y mediática a responder a los criterios estéticos, es decir, a ser delgadas, guapas, siempre jóvenes, sofisticadas, siempre agradables; que se traduce en atentados de las mujeres contra la propia salud.
Sara Islas menciona la carrera que hay por los cuerpos esbeltos. Esta cuestión occidental y los discursos médicos de belleza, estética y salud. ”Es como condenar a la mujer, atándole los pies, a la inmovilidad, como en el Asia antigua; o los corsés de siglos pasados que impedían respirar y deformaban huesos y vísceras. Así, hoy usamos peróxido de 60 volúmenes, por parecer rubias, las cremas para blanquearse, que está por ver que efectos dérmicos y cancerígenos implican a largo plazo. Productos para adelgazar con el subsiguiente daño al hígado, páncreas, vesícula y riñones.” La maestra continúa: “Pareciera que todas nosotras vivimos en una película de terror, la mayoría”.
A esta forma de violencia se le conoce también como violencia simbólica: "No es que los chinos obligaran a las mujeres a ponerse vendas en los pies para detener su crecimiento normal. Simplemente definían el ideal de belleza" de acuerdo con Mernissi Fatina, citada en Feminismo para principiantes . [4]
Fedia A., integrante de la colectiva Lunas Feministas, menciona a las zapatillas como instrumento de diaria tortura: "Los inventaron para que la mujer saque el pecho y las nalgas, en postura antinatural, que fuerza la columna. Contrae músculos y estira otros, sólo para dar una apariencia ‘estética'. Después, se ven las consecuencias: Cuál es el número de ancianas que usan andaderas. Lo peor es que en los trabajos lo exigen como sinónimo de buena presentación. ¿Sabes lo que están diciendo, lo que significa?: Mujer limitada en sus movimientos, puesta como en escaparate, al servicio del gusto del otro, aunque a ella le cuesta la vida, es la mujer a la que este sistema le permite tener un modo de subsistencia".
La psicóloga Araceli Aizpuru, presidenta de la Fundación Ellen West, Centro para el Estudio y Prevención de los Trastornos de la Alimentación , durante la inauguración de la campaña "Di no a la talla cero", en México, declaró que el 90 por ciento de las mujeres al cumplir 14 años de edad han seguido alguna vez en su vida una dieta para bajar de peso, cuando llegan a los 18 años más de 80 por ciento de este grupo han realizado más de cinco dietas. [5]
La doctora Niria García agrega : "Para quienes pueden pagar: cremas, aparatos, depilación con láser, cirugías que acerquen el aspecto las mujeres al tipo social esperado, o cuestiones caseras como el evitar comer, comer hierbas, raíces, remedios que adelgazan... dejando en un lugar muy secundario la forma en que es afectada la salud de cada una de ellas."
De acuerdo con la articulista de temas de salud Concepción Salcedo, de las personas que padecen bulimia, el 95% son mujeres. Igualmente, de diez enfermos de anorexia nueve son mujeres.
No sólo las mujeres jóvenes tienen anorexia y bulimia, estos trastornos alimenticios han comenzado a impactar en las niñas, alertó Araceli Aizpuru, Cuando llegan a la adolescencia se complica, "porque este grupo poblacional está obsesionado por la delgadez". [6]
Las consecuencias de esta llamada violencia simbólica son graves: desnutrición severa, depresiones, problemas cardiacos y suicidios, documenta La Jornada. [6]
Consecuencias, también, dramáticas, pues se traducen en mujeres frágiles e inseguras, sumisas a los modelos corporales; anoréxicas, bulímicas, operadas, hambrientas y consumidoras de cualquier producto que prometa belleza y juventud en siete días, enuncia Nuria Varela. [7]
"Hay jovencitas que han llegado a la Fundación con un peso de 23 kilos, 50 por ciento menos de lo que deberían pesar, lo cual es terrible porque están en riesgo de muerte", expuso Araceli Aispuru. [8]
El ideal de la abnegación
Otra forma en que la presión social, patriarcal, atenta contra las mujeres, además de en las cuestiones de apariencia, es en el enseñarnos y premiar la renuncia, la enajenación, explica Sara Islas: "Estamos sujetas al modelo de abnegación, renuncia y sacrificio. Como madre se da prioridad en la atención a los hijos. Puedo pasar 5 años sin ir al dentista pero mis hijos sí van. Si ya tengo para ir al médico y le piden algo en la escuela al niño, mejor le compro al bodoque. No nos proveemos de calcio. No nos damos unos minutos para tomar el sol y fijar la vitamina D, porque hay que lavar los platos".
Es así como brevemente pretendo exponer cómo es que en lo cotidiano los mandatos patriarcales de lo que se espera debe ser una mujer se asientan sobre los cuerpos y la salud de las mujeres. Sin embargo, es preciso considerar también el cómo, de manera estructural. se ve también vulnerado nuestro derecho a la salud, abordaje que dejaré para la tercera parte de esta serie. [9]
Notas:
[1] Espejo, Teresa. El trabajo doméstico perjudica la salud .
[2] UNFPA. El estado de la población mundial 2000, Capitulo 5.
[3] Embarek Warzazi Hamila. Informe preliminar de la Relatora Especial sobre las prácticas tradicionales que afectan a la salud de las mujeres y los niños de Comisión de Derechos Humanos.
[4] Varela Nuria . Feminismo para principiantes. P. 279.
[5] Universia, Alertan sobre anorexia y bulimia en las niñas.
[6] Ibidem.
[7] Ibidem.
[8] Varela, Nuria. Feminismo para principiantes. P. 281.
[9] Universia, Alertan sobre anorexia y bulimia en las niñas