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Lo que necesitamos las mujeres
Por Sara Lovera
Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, MujeresNet, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz.
La idea de que no ha desaparecido la "guerra entre los sexos" podría ejemplificarse con las altas y persistentes cifras de la violencia de pareja, la que se anida en la vida cotidiana. Origen y destino de una relación inadecuada entre hombres y mujeres que ha ido cambiando con el tiempo y cada época, pero que es también una constante demoledora.
Hoy las mujeres estamos cada vez más en el espacio público, en la competencia laboral y en la lucha política. Al menos un sector, las que tenemos empleo y podemos procurarnos conciencia y futuro. Lo que no exime de lo que algún día definimos como doble jornada que taladra sobre nuestras vidas el bienestar y el desarrollo.
Hace unos días el diario español El País publicó una larga e interesante entrevista de María Pazos Morgan a la primera ministra de Islandia, nación que se apresta a formar parte de la Unión Europea , Jóhanna Sigurdardóttir. La conversación periodística refleja cómo llegó al poder en 2008, cuando su país estaba totalmente en bancarrota y cómo en 2011 las cosas han mejorado sustancialmente.
La revelación sorprendente es que Sigurdardóttir establece que se protegió fundamentalmente el sistema de bienestar, se dio prioridad a la generación de empleos y se saneó la deuda de empresas y hogares. ¿Y quiénes contribuyeron? nada menos que las mujeres.
Islandia, junto con la mayoría de los demás países nórdicos, tiene el primer lugar en avance de las mujeres en cuanto a representación parlamentaria y gubernamental. El hecho de que exista una jefa de gobierno jugó un papel significativo en el paso de Islandia al número uno en 2009 en cuestiones de igualdad, según el Foro Económico Mundial, cuyo informe señala claramente que no hay tal igualdad en el mercado de trabajo.
El déficit de mujeres en puestos de dirección empresarial y la brecha salarial de género son los mayores problemas. Nuevas leyes para las cuotas de género en empresas privadas, pueden mitigar esta desigualdad para 2013. Lo notable es que las mujeres obtuvieran más poder justo a raíz de la crisis. Cualquiera pensaría que están en bancarrota de los "valores masculinos".
La primera ministra explica este tema central, del cómo se organizan patriarcalmente los recursos de un país. Dice: "En los años que precedieron al crash, el sector financiero había sobrepasado todos los límites, corriendo inmensos riesgos, acumulando deuda…podríamos calificarlo de 'juego'. Era una cultura de jóvenes varones de la que las mujeres estaban totalmente ausentes. Y muchos otros actores contribuyeron a exacerbar esa 'cultura', atribuyendo a los personajes destacados del sector financiero cualidades estrechamente relacionadas con las nociones estereotipadas de masculinidad. Por otro lado, los estudios demuestran que una representación más equilibrada de mujeres y hombres en puestos de dirección económica se traduce en decisiones imparciales y sensatas. Así que podemos hablar claramente de un crash de los 'valores masculinos'".
Agrega: "Islandia era, y aún es, un país próspero con una alta tasa de empleo femenino, lo que significa que las mujeres contribuyen significativamente a la economía en su conjunto, creando bienestar social con su actividad. Esto no hubiera sido posible sin un alto nivel de igualdad de género en general".
LA MODERNIDAD DE IZQUIERDA
Es evidente que en México no podríamos hablar de alto nivel ni de igualdad de género, ni de empleo femenino, bueno de ninguno de los dos sexos. Pero es cierto que algo está pasando que se mantiene el déficit de los que habla la primera ministra. Las mujeres están sobrecargadas de trabajo y cada día los hombres están más molestos.
Es interesante analizarlo. El domingo 31 de julio 2011 se presentó el movimiento Demócratas de Izquierda, haciendo un llamado a sumar a todas las tendencias que así se identifiquen para "ir por otro camino para México"; los que ahí hablaron dejaron bien establecido, sin hacernos bolas, que ni podemos pensar en el regreso del pasado ni podemos admitir que los que están sigan. Se insistió, una y otra vez, que tampoco se debe permitir el camino de confrontación sino de una democracia moderna, casi nórdica y fantástica, capaz de dar seguridades a la diversidad, al desarrollo de la juventud y por supuesto al fomento de la paz sobre la base de respetar las libertades fundamentales para las personas.
Una chulada. Me gusta porque es como la tercera vía. Porque no se quejaron de los males, aunque todos fueron nombrados: pobreza, exclusión, violación a los derechos humanos y, por supuesto, los horrores del militarismo y la estrategia violenta de Felipe Calderón. No fueron plañideros. La propuesta es muy atractiva y sería fascinante sino estuviera encabezada por Jesús Ortega, el más desconfiadle de todos los políticos que he conocido.
Lo que importa en todo caso para este texto son las ideas, expresadas ahí, y con objeto de apoyar la precandidatura de Marcelo Ebrard.
Es cierto, si como nos gustaría, podernos encaminar hacia el progreso, al menos, y hacia un periodo donde se terminen las balas y los pesares, surgiera la indignación como espiral y atrajera a miles y miles de personas de izquierda, a mejorar este país, eso valdría la pena.
La descripción de lo que espera el discurso de Demócratas de Izquierda, es precisamente ese espacio donde en Islandia las mujeres, a pesar de tener los puestos políticos, tienen aún grandes rezagos en materia de igualdad de género.
La idea es explicar qué pasa. Si la economía que ha generado la necesidad de que las mujeres salgan a la calle a buscar pan y leche, lo mínimo, lo estrictamente básico, ayuda a este malestar de los hombres. Y si ellos provocan esa "lucha de sexos" que deviene en escenarios de violencia inaceptables, entonces qué hacer. Un nuevo gobierno que lo comprenda y políticas públicas que lo sostengan como asunto de Estado.
Creo que Marta Lamas, una de las civiles que apareció en el escenario moderno, mediático, con grandes pantallas e imágenes, dijo: "La forma específica de desigualdad social que se da entre mujeres y hombres provoca dolores, conflictos y resentimientos". La "guerra de los sexos" persiste y Elisabeth Badinter señala que "es posible que, con ayuda del individualismo, las relaciones entre hombres y mujeres se hayan deteriorado. No sólo no se resolvió la disputa sino que se complicó. Los dos sexos se colocan en víctimas el uno del otro."
Sí, lamentablemente, hoy también los varones se sienten víctimas. Y justamente un punto central de la disputa es la conciliación trabajo-familia, que en el fondo es el tema de la conciliación de las mujeres y los hombres. Si no se concilia vida familiar y vida laboral pública, no se van a conciliar los hombres y las mujeres. Si mujeres y hombres no se concilian, la vida cotidiana se vuelve un campo de batalla.
El tema del cuidado, que dijo un día la directora de CEPAL, ha logrado que no se caiga el sistema económico, es fundamental. De eso también habló Marta Lamas, de cómo somos las mujeres las que nos encargamos por ideología y costumbre totalmente de las y los otros. El cuidado de los enfermos, las y los niños, de las personas mayores, etc.
Es decir cómo se vive ese doble esfuerzo. Tal vez por ello una corriente que está promoviendo a las mujeres en política, ha tomado como centro el de la economía, el empleo, el análisis de cómo se vive esta doble situación. Es un tema de la modernidad, de unas izquierdas socialdemócratas que ya no buscan la transformación del sistema, sino atajar sus peores efectos.
Como del comienzo de las propuestas para el 2012 se trata y Ebrard dijo que competirá para ser el candidato presidencial al 2012, la feminista Lamas no tiene tapujos, porque sabe, como muchas, que en la ciudad de México hay este intento, el que podría ayudar a mejorar la vida igualitaria de mujeres y hombres, desde la responsabilidad gubernamental. Continuarlo y profundizarlo será muy importante.
Marta Lamas agregó: "Hoy, cuando la fabricación social de inhumanidad es apabullante, hay que recuperar para todo el país decisiones políticas liberadoras e incluyentes, como las que se han dado en la Ciudad de México con la despenalización del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Eliminar arraigados mecanismos de discriminación requiere asumir concepciones modernas sobre la condición humana, para defender el respeto a los derechos humanos de las personas diferentes y garantizar el derecho de todos a decidir libremente sobre sus cuerpos.
"Se necesitan legislaciones muy claras para combatir la intolerancia y la exclusión pero, sobre todo, urge una reforma del Estado que implica un conjunto de medidas para dotar a la ciudadanía de mecanismos de participación y fiscalización".
Remató: "El objetivo es construir una mayoría que nos dote de la gobernabilidad democrática de izquierda que tanta falta hace en nuestro país, ojalá que este impulso se nutra no sólo del dolor de las heridas que compartimos sino también de los sueños y las esperanzas que tenemos para México. Y ojalá que no olvidemos que la primera y gran tarea a realizar es la de la unidad de todas, repito, TODAS las izquierdas, sin exclusiones ni sectarismos".
Lo cierto es que hay asuntos, este fundamental de la conciliación de la vida pública y la tarea familiar, base para lo que sigue, y en Islandia, dijo la primera ministra, uno de los objetivos es que los hombres se responsabilicen de asuntos familiares, "no debemos subestimar la importancia de este tema", uno que hemos dejado a la deriva, en las tareas y acciones feministas en México porque siempre genera mucha hilaridad y rechazo de los hombres, aunque también de muchas mujeres.
No se entiende que nosotras no somos las únicas y sacrificadas madres, veladoras del hogar, no se entiende que ellos tienen que entrar a la cocina para lograr la famosa equidad.
Quizá esta fue la mejor aportación del domingo, en que ya empezó la lucha por las candidaturas en el frente de izquierda partidista. Veremos.