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Un "analfabeto funcional"
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Por Elsa Lever M.
Lic. en Periodismo con Maestría en Comunicación por la FCPyS
de la UNAM, diplomada en Género por el PUEG de la UNAM,
y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM. Directora
de http://www.mujeresnet.info/
* La autora narra una entrevista de trabajo que sostuvo en una universidad, en la cual, después de media hora de espera, el director de carrera al ver su currículum dice no haber escuchado nunca los términos "periodismo feminista".
Hace unos meses tuve una entrevista de trabajo para impartir clases en una universidad particular que, se dice, es de muy buen nivel académico. Después de pasar el filtro de la entrevista con el joven de Recursos Humanos, muy afable, dinámico, atento y observador, este mismo me dio cita para entrevistarme con el director de carrera, en Ciencias de la Comunicación.
Muy feliz de la vida llegué puntual, incluso diez minutos antes. La secretaria, muy afable también, me informó que el joven director aún no regresaba (supongo que de comer, porque la cita había sido a las 4 pm). Situación que no me preocupó porque aún no era la hora indicada.
Tomé asiento en unas butacas tipo hospital, y esperé. Y esperé. Y seguí esperando. La verdad ya me estaba enojando mientras pensaba "pero que no fuera yo la que llegara tarde porque entonces sí, ni me reciben ¿no?". Finalmente, veinte minutos pasados del tiempo de la cita, llegó el licenciado-director de carrera.
Me dije: "Bueno, ya, calma, ya llegó". La secretaria le informó de mi presencia y sin mirarme siquiera se metió a su cubículo. Cinco minutos... diez minutos... y el joven nada. A través de los cristales pude ver que mientras yo ya sumaba 40 minutos sentada (contando los diez que había llegado con anticipación), él revisaba su computadora, sus cajones, un papel, luego otro. Hasta que por fin lo vi ponerse de pie, y salió por mí.
Típico, estando con una persona tan "fina", esperaba un "disculpe usted, tenía asuntos pendientes" o algo así, pero nada. Alto, fornido y prepotente, después de dizque revisar mi currículum pero que en realidad no saltaba de la primera hoja, lo primero que me preguntó fue: "¿De veras existe el periodismo feminista? Nunca había oído ese término", y ponía cara de fuchi mientras lo decía. "Pues qué ignorante", pensé. Un analfabeto hasta en su campo de estudio... Supongo que está ahí porque les funciona. Después me preguntó más cosas -las usuales- como en automático, y mientras le contestaba él miraba -a través de los cristales- a la oficina de a lado, o por detrás de mí, o a la computadora o sólo jugaba con su reloj.
Eso terminó por molestarme más. Me imaginé una relación muy hostil con él como jefe inmediato. Después me deprimí, ya estando en casa: ¿Será posible que un licenciado mayor de 25 años, en pleno siglo XXI, con una buena "educación", en la ciudad capital del país, en una universidad de alto nivel, y director de la carrera de Ciencias de la Comunicación , no haya oído NUNCA "periodismo feminista"? Es más creíble que no se esté de acuerdo con el término, o no se tenga muy claro, pero... ¿que nunca lo haya escuchado? Se aceptan hipótesis al respecto.
El último paso era una clase "modelo" de 15 minutos. Me dio cita, a la cual no pude acudir. Le escribí avisándole que me era imposible llegar y que esperaba me reagendara. Con esto tuve oportunidad de comprobar lo que pensé el día que lo esperé media hora: él sí me podía tener esperando, pero si se trata de que él espere... ¡jamás!
Feliz año nuevo. Este 2012 tenemos muchos retos políticos, económicos, legislativos, de salud, educativos, grupales y personales que no debemos evadir, retrasar ni dejar botados. Uno de ellos es "alfabetizar" o "actualizar" a quienes ofrecen servicios educativos. ¿O no?