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Sobre mentiras y responsabilidades
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Por Teresa Mollá Castells
Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España. Aquí su blog
* La columnista levanta la voz ante las mentiras, enriquecimientos ilícitos, corruptelas, falseamientos de la verdad y autoritarismos del actual gobierno, y hace énfasis en el grado de enfado al que han llevado los despilfarros, intereses ocultos y sobre todo la estrategia de la imposición del miedo como elemento de sumisión de la ciudadanía.
Ontinyent, España, 26 de febrero de 2012.- Desde que el PP ganó las pasadas elecciones generales, no hemos dejado de sorprendernos. O al menos eso es lo que percibo.
Rajoy se cubrió de gloria nombrando a algunas personas polémicas para ponerlas al frente de varios de sus ministerios. Léase el polémico Ignacio Wert que casi cada día nos regala "perlas" sobre temas bien variados. Ya puede manifestarse sobre el deporte y el "problema que tenemos en España con el dopaje", sobre las protestas que esta pasada semana tuvieron lugar en Valencia con la juventud del IES Luis Vives calificándolas de "violentas e ilegales", o sobre cómo "la educación pública ha dejado de contribuir a la sociedad". Y estas manifestaciones las realiza el ministro de Cultura, Educación y Deporte. Sin palabras.
Además y para redondear su perfil se quedó tan a gusto cuando declaró que "la incorporación de las mujeres al mundo laboral incide negativamente en las familias". Otra joya machista y misógina del ministro. Y sin que nadie le enmiende la plana.
No voy a insistir en la sarta de mentiras con las que el PP llegó al poder puesto que ya son conocidas, pero sí voy a incidir en cómo, al parecer, cuestionan la inteligencia de la ciudadanía en general y en todos los sentidos.
Nos imponen una reforma laboral que socava la esencia de las relaciones laborales que es la negociación colectiva. Además de instaurar el despido libre, generaliza el contrato a tiempo parcial que, como sabemos es el utilizado mayoritariamente para contratar mujeres, entre otras joyas. Con la excusa de favorecer la creación de empleo ha impuesto una reforma laboral que, además tiene tintes inconstitucionales y que ya ha sacado a la gente a la calle en masa cuando no llevan gobernando más que dos meses.
Niegan siempre la mayor echando las culpas de todos los males al resto de la humanidad. Y hemos de recordar que en su discurso de investidura Rajoy prometió no mirar hacia atrás. Ya lo vemos cada día...
Pero sigamos...
En este recorrido quiero hacer una parada en mi tierra, la castigada Comunidad Valenciana. Castigada por los derroches que en su día han realizado los gobernantes del PP. Ahora el presidente Alberto Fabra (que como hemos de recordar fue nombrado a dedo tras la dimisión de Camps) nos dice que "no ha habido recortes en la educación valenciana más que recortando los sueldos del personal docente". Hay que fastidiarse con la mentira que nos quiere colar este hombre... Y me pregunto ¿La deuda que se tenía con los centros docentes de primaria y secundaria tanto públicos como concertados, para mantenimiento de los centros y que los ha dejado sin papel para fotocopias, sin calefacción, e incluso sin papel higiénico a muchos centros, es consecuencia de una conspiración generalizada de la comunidad educativa?
Creo que estos gobernantes del PP se han vuelto a instalar en su posición de la teoría conspiranóica pese a tener mayorías absolutas en sus gobiernos y todo aquello que les huele a progresismo, a protesta, a distancia de su pensamiento único tienen que tratar de reprimirlo como lo hicieron con los jóvenes que salieron a la calle a protestar por la falta de recursos en su centro, el IES Luis Vives de Valencia.
Pero además imponen medidas draconianas tanto desde el gobierno de Rajoy como desde los gobiernos autonómicos cebándose siempre en la clase trabajadora.
No proponen recortar partidas para eliminar beneficios de las grandes fortunas personales o empresariales. No proponen eliminar partidas de financiación a la iglesia católica como lo han hecho con los sindicatos o los partidos políticos. No, esos temas son intocables. Y sólo con la reducción del dinero que se le da a la iglesia, seguramente se podía mantener la calidad en la sanidad pública que teníamos hace unos años. Pero no, a la iglesia católica ni tocarla, puesto que los de faldas largas y negras desde sus confesionarios, desde sus púlpitos y desde los colegios concertados que se mantienen con fondos públicos, les hacen el trabajo de adoctrinamiento de los actuales y futuros votantes en detrimento de la libertad de expresión y sobre todo de pensamiento.
La mezquindad con que se están comportando en estos momentos quienes nos gobiernan no tiene parangón.
Hablan de gobiernos responsables. ¿Responsables de qué?
Bueno sí, responsables de empobrecer a la ciudadanía para enriquecer a sus votantes.
Responsables de aumentar la distancia entre quienes más tienen y que son quienes han creado esta crisis y quienes la estamos pagando, que somos quienes seguimos empobreciéndonos cada día.
Responsables del deterioro de los servicios públicos que, precisamente por ser públicos, son agentes de redistribución de la riqueza entre la ciudadanía.
Responsables de aumentar las desigualdades entre mujeres y hombres en todos los sentidos, puesto que no hacen políticas igualitarias, sólo son capaces de vender humo para cubrir los expedientes como lo hace Fabra en sus declaraciones al hilo de los planes de igualdad en las empresas, cuando al mismo tiempo reducen los recursos para que esos planes se elaboren en condiciones.
Responsables también de reducir los recursos específicos para atender mujeres víctimas de terrorismo machista, o de evitar a toda costa y con adoctrinamiento previo, que las mujeres podamos decidir sobre nuestro propio cuerpo y sobre nuestra maternidad o no.
Responsables de provocar un enfado generalizado entre quienes no les votamos, al despreciar las bases elementales de la democracia en donde la diferencia de opiniones debe ser un elemento que sume para crecer como sociedad y no un elemento al que se desprecia sistemáticamente por no querer comulgar con sus postulados.
Responsables de ver cómo con su falta de ética, nuestra juventud pierde sus esperanzas para estudiar, investigar o buscar un futuro dignos y en condiciones al no crear condiciones para estimular una educación en valores plurales, igualitarios y una condiciones de trabajo que permitan que esa juventud pueda proyectar su vida en condiciones óptimas.
Y siguen hablando de gobiernos responsables para salir de la crisis. Gobiernos mentirosos que se venden por una foto con los principales mandatarios extranjeros. Gobiernos que no gobiernan para personas y, sin embargo, sí lo hacen para el capital y los intereses económicos de los ricos.
Gobiernos que permiten que haya criaturas que ya van al colegio sin desayunar por falta de recursos en sus familias. Gobiernos que permiten que de nuevo haya centenares de miles de personas sin techo.
¿Quiénes permiten eso son gobiernos responsables? Yo más bien diría que son gobiernos mezquinos e interesados.
Después, como el ministro Wert, nos acusan a quienes pensamos y actuamos de forma diferente de ser "violentos", pero no valoran el grado de enfado al que nos han llevado con sus mentiras, despilfarros, intereses ocultos y sobre todo con una sutil pero eficaz estrategia de la imposición del miedo como elemento de sumisión de la ciudadanía.
La ciudadanía estamos harta de sus mentiras, enriquecimientos ilícitos, corruptelas, falseamientos de la verdad, autoritarismos, etc., y, algunas personas ni les votamos entonces, ni creo que les votemos nunca puesto que representan la peor cara de la democracia. Representan, sencillamente, la irresponsabilidad del autoritarismo.