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Abrir "Bellas y airosas"
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Por Sandra Flores Guevara
Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
* La autora comenta que el libro de Elvira Hernández Carballido brinda una posibilidad no sólo de vida, sino de conocer vidas.
Abrir Bellas y airosas* significó abrir una cajita amatista, una cajita fuerte, sensata, empapada de sororidad -por cierto, uso la palabra, pues la Dra. Elvira recurre a ella en cada uno de sus escritos-, y me obligó a buscar su significado y entender que sororidad es más que una alianza, una alianza que como sostiene Marcela Lagarde, feminista y antropóloga mexicana :
"Es la alianza de las mujeres en el compromiso, es tan importante como la lucha contra otros fenómenos de la opresión y la búsqueda por crear espacios en que las mujeres puedan desplegar nuevas posibilidades de vida".
Entonces, abrir Bellas y airosas nos brinda una posibilidad no sólo de vida, sino de conocer vidas.
Y así como surge el concepto de sororidad, el cual se refiere a una nu eva experiencia práctica , intelectual y política entre mujeres que pretende materializarse en acciones específicas. Así también surgió Bellas y airosas, y después de muchos años, aún recuerdo el ansioso sonar de las teclas en la computadora donde Daysy-Deysi y Adrianita alumnitas queridas de nuestra área hacían transcripciones, buscando no ser interrumpidas para no parar su grabadora y tener que regresar el tape para no perder detalle de las entrevistas.
De sororidad deriva también la palabra hermandad, hermandad entre mujeres, para poder percibirse como iguales, con el fin de aliarse, compartir y, sobre todo, modificar realidades, realidades que no siempre se concretan en experiencias positivas.
Sororité, sororitá o sisterhood o como sea que tenga que ser el término, me hizo pensar en muchos momentos, me hizo pensar en el día a día entre nuestros cubículos tan desiguales y tan cercanos, me hizo pensar en las pocos momentos muertos y en las interminables horas de trabajo, me hizo pensar en las desempare jadas formas de pensar y las mil ideas por hacer y para hacer.
Sororidad me hizo pensar en mis ocho horas diarias, en mi difusa, distinta y a la vez sólida amistad, "amistad entre mujeres diferentes y pares, cómplices que se proponen trabajar, crear y convencer, que se encuentran y reconocen en el feminismo, para vivir la vida con un sentido profundamente libertario". (Cito a Lagarde, sola no lo podría haber dicho...)
Después de haber leído todas esas acepciones, comprendí que sororidad, no sólo era una palabra suficientemente utilizada por la autora de Bellas y airosas; sororidad entonces me provocó para comprender que esa tan citada palabra está basada en una relación de amistad, pues en las amigas las mujeres encontramos a una mujer de la cual aprendemos y a la que también podemos enseñar, es decir, a una persona a quien se acompaña y con quien se construye. Ahí vi a las compañeras de diario, a las de ocho por cinco. A la autora del libro.Ahí entonces entendí por qué la autora de Bellas y airosas usa su sororidad, pues unas son el espejo de las otras, lo que permite a las mujeres reconocerse "a través de la mirada y la escucha, de la crítica y el afecto, de la creación, de la experiencia" de otras mujeres.
Por ello, abrir Bellas y airosas te hace encontrar con un listado de nombres de mujeres que por uno u otro frente seguro que los hemos escuchado, que de una u otra trinchera las relacionamos, algunos nombres los memoramos y los admiramos, otros, incluso los conocemos y terminamos de reconocer y admirar más.
Abre Bellas y airosas, encontrarás ahí a las mujeres de Hidalgo, a las mujeres de nuestra tierra, a las mujeres que nos presentan en la parte introductoria del libro; a esas mujeres que han heredado las tradiciones, a las que salen de sus casas y gritan cantos de libertad, encontrarás a esas que no se tropiezan con las piedras del camino, a las que reconstruyen su día a día, a las que sazonan la vida.
Abrir Bellas y airosas no sólo deja tintes amatistas y formales de un ideal discursivo que impulsa el feminismo en nuestro estado, abrir Bellas y airosas habla de solidaridad, habla de miradas distintas que conducen a la diferencia, diferencia que radica como engrane paradójico en la solidaridad.
Abre Bellas y airosas para que recuperes la presencia de las mujeres en Hidalgo, para que conozcas el ayer femenino, para que conozcas a las prisioneras de los cautiverios afortunadamente históricos, milenarios; para que los nombres de Enriqueta Tuñón y Josefina Muriel reafirmen su andar en la historia.
Abre Bellas y airosas, descubre los desafíos femeninos del siglo diecinueve, conoce a la profesora Virginia Rubio y a Laura Lugo Pérez, conoce su trayectoria, su biograf ía, su caminar, conoce a las mujeres del batallar científico, político, social; conoce a las mujeres revolucionarias que hoy no nombramos, a esas que soñaron e inspiraron la vida política de nuestro país, a esas que se convirtieron en luchadoras constantes, a esas que hicieron de la actividad periodística su trinchera, su inquietud, su vida...
También Bellas y airosas nos habla de las incansables compañeras de los personajes políticos de Hidalgo, nos relata los aires y devenires de las primeras damas, de su trabajo, entrega, creación, pasión y solidaridad ante los problemas sociales de nuestro estado.
Bellas y airosas nos presenta las cuotas reales de la presencia femenina en la política de Hidalgo, y entonces encontramos a las diputadas, secretarias de gobierno y funcionarias que seguro sabemos de su trabajo y reconocemos su nombre, pero que no sabemos más de ellas, la doctora Elvira nos detalla más que su pasión política.
Los premios nacionales, las impulsoras del voto femenino, las que pilotearon aviones, las que han ganado, las que han participado de proyectos, las que lideran, las que levantan la voz en tono de denuncia y no se quedan calladas, esas grandes, están ahí... (honrada me siento por tu consideración, gracias por dejar ver mi nombre).
Si quieres encontrar poesía, abre Bellas y airosas y lee a Evelia Monterrubio o a María del Pilar Marroquin o a Catalina Guerrero o a Reyna Hinojosa; si quieres inspirarte, abre Bellas y airosas y explora la calidez de las poetas hidalguenses. Si quieres saber de voces privilegiadas, pinceles talentosos y mágicos abre Bellas y airosas, pues también te transportarás a otros escenarios y conocerás a las abogadas, a las arquitectas, a las mujeres de buena voluntad, a las trabajadoras, a las que inspiran sueños, a las maestras, a las lideresas, a las orgullosas, a las que agradecen la vida, las que evocan y dan fuerza con su terco latir.
Bellas y airosas, las que se comprometen con el diario informar, Bertha Alfaro, Brenda Flores, Edith Hernández, Elsa Ángeles, Aída Suarez, la experiencia, el trabajo, el compromiso; ahí están también las que mediáticamente crecen y hacen crecer.
Abre Bellas y airosas para ver un intercambio que mantiene y nos mantiene, para conocer las condiciones, para terminar de entender cómo la sororidad nos tiene implícitas en la modificación de las relaciones entre y de las mujeres.
Abrir Bellas y airosas sugiere fomentar la cultura feminista.
En resumidas cuentas, abrir Bellas y airosas termina de traducir la sororidad, la que se traduce en hermandad, confianza, fidelidad, apoyo y reconocimiento entre mujeres para construir un mundo diferente; percatarse que desde tiempos antiguos hay mujeres que trabajan para lograr relaciones sociales favorables para ellas y para nosotras, para todos, recordando siempre que todas somos diversas y diferentes.
*Hernández Carballido, Elvira. Bellas y airosas: mujeres en Hidalgo, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Mé 2011.