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Reflexiones sobre el discurso del poder femenino
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Por Francisca Robles
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación por la FCPyS-UNAM, docente en los sistemas escolarizado, abierto y a distancia de esa facultad, y experta en análisis narratológico y en metodología en ciencias de la comunicación.
* El discurso femenino, nos explica la autora, es una huella que permanece indeleble al paso del tiempo y para entenderlo es necesario conocer su contexto de creación, es decir, en qué momento se escribió, por qué y para qué.
Emitir discursos es reflejo de un poder tácito que todos poseemos pero que podemos ejercer o no. Trascender con los discursos es un poder simbólico que sólo es posible cuando los lectores o espectadores nos favorecen con su credibilidad. Trascender con los hechos es un poder real que rebasa fronteras y vuelto discurso traspasa los límites del tiempo y el espacio.
Hablar del discurso del poder femenino, implica considerar que tanto el discurso como el poder que éste representa, representa en sí, la primer batalla ganada. Empieza desde el momento mismo en que las mujeres empiezan a publicar, a dejar rastros, indicios de su existencia y de su paso por la vida.
El discurso femenino es una huella que permanece indeleble al paso del tiempo y para entenderlo es necesario conocer su contexto de creación, es decir, en qué momento se escribió, por qué y para qué. Una constante de este discurso son las diversas luchas que se han sostenido para adquirir derechos de toda índole, pues tal parece que las mujeres nacimos con los mínimos.
Una alternativa para revisar el empoderamiento es revisar tanto el proceso como algunos productos discursivos, los periodísticos son buen ejemplo de lo que han dicho las mujeres y de lo que se ha dicho de ellas.
El proceso de empoderamiento
Este proceso empieza con que la mujer tenga la posibilidad de leer y escribir, esa fue la primer lucha emprendida, cabe mencionar que en el siglo XVIII las únicas que podían hacerlo eran las cortesanas (prostitutas de la corte) o las religiosas y que Sor Juana tuvo que disfrazarse para estudiar y una vez recluida, mentir para escribir y una vez descubierta, quemar todos sus libros por órdenes de su superiora y dedicarse de lleno a "servir" a Dios pues para eso se había preparado.
Cuando por fin las mujeres se ganan el derecho de ser alfabetizadas, escriben primero para entender y segundo para entenderse. Obviamente escriben de lo que ven y viven, aún no tienen derecho a pensar ni a juzgar, sólo a compartir "sus cosas". En esta etapa se escriben diarios y textos biográficos y autobiográficos.
Las mujeres que en primera instancia accesan a la educación son las de la clase alta o bien las esposas de políticos y profesionistas. En el siglo XIX se suscitan grupos de mujeres que unen sus esfuerzos para generar publicaciones o bien para colaborar en las ya existentes. Es notable la labor de las Violetas del Anáhuac, revista en las que plasman sus preocupaciones casi todas de índole doméstica. Entran a la etapa de compartir lo que entienden de la vida.
Al compartir con otras mujeres, se posibilita la identificación de causas comunes y se genera la necesidad de formar grupos, organizaciones, redes de mujeres para mujeres y con ello se crean círculos de las mismas.
Los círculos sin embargo son y siguen siendo endógenos, auténticos ghetos en los que sólo entran quienes pasan una especie de examen de admisión, o bien quienes comparten todo lo compartible con quienes los dirigen.
Actualmente los grupos se dividen en:
- las que estudian género en las diversas instituciones (UNAM, COLMEX, UAM-Xochimilco);
- las que pertenecen a organizaciones gubernamentales;
- las que pertenecen a las no gubernamentales.
Sin embargo y paradójicamente es gracias a estos círculos que se genera unión que a la vez genera fuerza, ésta se aprovecha para continuar y ganar batallas a veces comunes y colectivas, a veces individuales y gremiales.
No obstante, hoy por hoy, desde todos y cada uno de esos círculos endogénos de poder, se impulsa el empoderamiento femenino, el de casi todas las mujeres.
¿Por qué el "casi"?, porque no debemos ignorar que aún en algunas regiones del país hay mujeres que son vendidas por su familia o cambiadas por una vaca o un cartón de cervezas o prostituidas por sus parejas. Todavía hay mujeres que no tienen permiso de estudiar ni de trabajar, mucho menos de tener un proyecto de vida.
¿Por qué el "casi"?, porque es vergonzoso admitir que pese a que la Constitución ha garantizado desde hace mucho tiempo el derecho a abortar en caso de violación, hay casos como el de Paulina, una niña que aún demostrando que había sido violada, llevando al violador ante la justicia y teniendo en su poder la orden para que en cualquier institución de salud pública se le practicara un legrado, fue persuadida por las autoridades eclesiásticas, políticas y gubernamentales para que no lo hiciera y respetara la vida del hijo de su violador. El sistema sólo le dio diez mil pesos inicialmente, le prometió darle más, pero (al fin promesa de políticos) no lo cumplió y ella desde los 13 años sabe lo que es vivir del engaño y sobrevivir de lo que sea con tal de que ella y su hijo coman.
¿Por qué el "casi"?, porque aún en Irak las mujeres no tienen derecho alguno, porque en África se les corta el clítoris para que no sientan placer, porque en la India las viudas no pueden volverse a casar ni pueden trabajar, deben resignarse a vivir de la mendicidad.
En fin, resulta ser que empoderar y empoderarse ha sido y es una carrera de obstáculos en los cuales afortunadamente y por la perseverancia de quienes luchan en diversas trincheras se han ido venciendo paulatinamente.
En las trincheras mencionadas incluyo por supuesto la académica, las doctoras Elvira Hernández Carballido y Josefina Hernández Tellez, quienes por cierto introdujeron a varias de nosotras sus congéneres y a diversas generaciones de estudiantes a la perspectiva de género, a la cual le han dedicado gran parte de su formación y de su quehacer académico.
El discurso del empoderamiento
El discurso del empoderamiento femenino se puede seguir si se asume que los textos (fijaciones verbales de los discursos) que por excelencia aluden a las mujeres, ya sea como autoras o narradoras o bien como protagonistas, personajes o testigos tienden a ser predominantemente narrativo-descriptivos, pocas veces (y siempre como autoras) se encuentran trabajos argumentativos y expositivos.
No obstante e independientemente del género que se utilice las mujeres persistentemente hablan de sí mismas, de sus batallas personales y en ello reside su poder, ya que lo personal es político, el poder empieza desde dentro.
La fuerza interior de una persona se convierte en poder cuando otras personas lo toman en cuenta, le otorgan capacidad de influencia social, por lo tanto el empoderamiento femenino es algo más que el acceso de mujeres a la toma de decisiones, es un proceso de percepción, reconocimiento y valoración de las transformaciones sociales dadas por las luchas femeninas.
Los discursos femeninos son versiones del acontecer histórico, político y social. Reflejan sus luchas diversas por la obtención de sus derechos (humanos, sociales, políticos, laborales). Reflejan también sus preocupaciones cotidianas y no tanto.
Los discursos femeninos expresan, dan voz, dan sentido, posibilitan el entendimiento y la comprensión del mundo que habitamos todos.
Tal vez en los discursos femeninos predominen aquellos realizados a partir de los roles sociales que desempeñan (madres, madrastras, esposas, hijas, hermanas, tías, suegras, nueras) pero aún éstos son fascinantes. Conocer lo que hacen, dicen, sienten y piensan, es siempre una ventana a la fuerza interior y exterior, es una apertura a la historia y a la microhistoria, a la sociología, a la antropología social a la literatura, en fin a todas las ciencias existentes e imaginables, en todas ellas ha estado, está y estará presente el género que actualmente representa a la mitad de la humanidad.
Las estrategias del discurso del empoderamiento femenino son el conjunto de procedimientos y recursos de los que se valen las mujeres para "decir", la manera en que articulan textos que las representan o que las presentan.
Para revisar cómo utilizan las mujeres estrategias discursivas en las cuales denota su poder, son los trabajos periodísticos de nota roja. En ellos es posible detectar mientras los discursos emitidos por hombres se centran mucho en el acontecimiento noticioso, los realizados por mujeres intentan explicar el acontecimiento.
Por ejemplo, la nota sobre "el caníbal de la colonia Guerrero del Distrito Federal" fue trabajada por mujeres, indagando el porqué de su conducta y se encontró que él agredía a mujeres vulnerables: madres solteras, pobres, sin educación, acostumbradas al maltrato y la violencia.
Estas mujeres le recordaban a su madre (madre soltera, prostituta, lo obligaba a decirle "papá" a todos sus queridos, eterna golpeadora ) por eso las "enamoraba" y cuando ya había ganado su confianza, las invitaba a su casa, ahí las violaba, torturaba, mataba, descuartizaba, congelaba y comía, hasta que una de ellas fue buscada (un mes después de que no se sabía de ella) por su madre y al dar algunos datos, los policías encontraron al sujeto quien al verlos escapó por la ventana desde un primer piso y se lastimó, lo apresaron y sentenciaron. Se suicidó en la cárcel.
El caso anterior fue reportado por los hombres, centrándose en lo que el sujeto hizo, mientras las mujeres buscaron los motivos. Los hombres estigmatizaron a las mujeres que mató por "fáciles", las mujeres explicaron su condición de vulnerabilidad (solas y abandonadas, debido a su maternidad, por su familia de origen). La madre fue protegida por los hombres (no aludieron a ella, no era ni noticiosa ni noticiable) mientras que fue aludida por las mujeres como co-responsable de los hechos.
En fin, el discurso periodístico es un espejo del empoderamiento femenino que refleja las conquistas obtenidas en el terreno de las organizaciones periodísticas (en virtud de que las mujeres ya pueden ocupar cualquier puesto en una empresa periodística, incluso la dirección y cubrir cualquier fuente incuyendo las que eran "exclusivas" de hombres -política, policiaca y deportiva-).
El discurso del empoderamiento femenino es, en fin, apasionante y estudiarlo es indispensable para validar su trascendencia, pues entre más sea sometido a métodos de análisis, más se validará su carácter científico y su trascendencia cruzará todas las fronteras del tiempo y el espacio. No olvidemos, sólo se ejerce el poder cuando a una persona, otras personas la toman en cuenta y le otorgan la capacidad de influir en ellas.