No han bastado las multitudinarias marchas y manifestaciones de repudio y rechazo al Partido Revolucionario Institucional y a su candidato presidencial, que hoy se declara y lo declaran, "con bombo y platillo" ganador, cosa rara, sin interpelación.

En este México del siglo XXI la democracia no acaba de cuajar. El PRI y su cultura política acuñada, practicada, heredada y resucitada es responsable de esta tragedia nacional, pese a que la sociedad apuesta a varias y diversas formas para crecer, consolidarse y aspirar a una vida mejor pero que una y otra vez se encuentra con obstáculos y "muertos" que se niegan a morir.

Quizá como parte y reflejo de esta sociedad esperanzada, pese a todo, la politóloga Denise Dresser, en su libro El país de uno, resume algunas claves "para entender y cambiar a México: (porque) frente a todos los motivos para cerrar los ojos están todos los motivos para abrirlos. Frente a las razones para perder el ánimo están todas las razones para recuperarlo... Cada persona tendrá su propia lista, su propio pedazo del país colgado del corazón. Una lista larga, rica, colorida, voluptuosa, fragante. Una lista con la cual contener el pesimismo; una vacuna contra la desilusión. Una lista de lo mejor de México".

En esta visión propositiva, la autora, sin embargo, no deja de ofrecer un diagnóstico duro pero necesario para sacudir y sacudirnos como ciudadanos mexicanos, que no pueden aspirar al cambio, a la transformación si no reconocemos nuestros males ancestrales y nuestros vicios actuales.

"Desde hace cientos de años, México le apuesta a los recursos naturales y a la población mal pagada que los procesa. Le apuesta a la extracción de materias primas y a la mano de obra barata que se aboca a ello. Se convierte en un lugar de pocos dueños y muchos trabajadores; de hombres ricos y empleados pobres. Crea virreinatos y haciendas y latifundios y monopolios. Concentra la riqueza en pocas manos y erige gobiernos que lo permiten. Gobiernos liberales o conservadores en el siglo XIX, priístas o panistas en el siglo XXI, compartiendo el mismo fin: un sistema que protege al capital por encima del trabajo; un tipo de capitalismo que mantiene baja la recaudación y no tiene recursos suficientes para invertir en la educación.".

En un documento ad hoc para el momento político poselectoral, la catedrática del ITAM y egresada de instituciones tan prestigiadas como El Colegio de México, revira y sostiene que la fuerza y movilización debe ser ciudadana y pasa del ámbito individual al colectivo, porque es lo que hará la diferencia en este camino oscuro por el que México transita.

La apuesta es civil y señala las ganancias pero también los lastres que arrastramos como cultura. Apunta cómo hemos sido a partir de la dependencia económica y política a la explotación del petróleo, a los bajos niveles de educación, a nuestras conductas conformistas, discriminadoras y discrecionales, que fomentan el privilegio de unos por sobre de muchos.

De igual manera, nos lleva por un recorrido, o recordatorio, sociopolítico al diagnosticar los males que el Partido Revolucionario Institucional nos dejó o nos heredó en las últimas décadas y que se traducen en nombres emblemáticos: el profesor Carlos Hank, el expresidente Carlos Salinas de Gortari y su familia y un sinfín de personajes del sistema de ayer y hoy como Roberto Madrazo, Arturo Montiel, Elba Esther Gordillo, Emilio Gamboa, Ulises Ruiz y Mario Marín, entre muchos otros más.

En su radiografía política señala los dos sexenios desperdiciados de la alternancia política encabezada por el Partido Acción Nacional y representada por Vicente Fox y Felipe Calderón: lo que hicieron y dejaron de hacer para llevar al fracaso la esperanza mexicana. Por esto no duda en calificar a nuestra democracia de disfuncional porque no se pudo, o no se quiso, desarticular el añejo sistema fundado en la partidocracia, que hoy se remasteriza gracias al poder de los medios concentrados pero también alejados y divorciados de su sociedad y sus necesidades.

En este recuento, la autora sostiene que la forma en que se aborde el problema que hoy representa el narcotráfico para nuestro país será vital para remontar el estado político, social, económico y cultural de nuestros días, porque la estrategia gubernamental no ha sido la atinada frente a la pobreza, la falta de educación y oportunidades. Militarizar ha deformado antes que enfrentado y solucionado el reto.

La oferta final de Denise Dresser es cambiar para crecer, pero desde la responsabilización de la ciudadanía y ofrece diez puntos que van casi de lo personal, de lo micro a lo macro:

1. La irreverencia ciudadana a partir del cuestionamiento al poder.

2. Asunción de que el voto no es forma, es fondo: el voto da voz, obliga a pensar, a actuar y a exigir.

3. Comprometerse y obligarse a ser un ciudadano informado y no por la TV únicamente. La información es poder.

4. Comprometerse a dar seguimiento a las acciones de los políticos electos. Casi marcaje personal.

5. Informarse y apoyar las candidaturas ciudadanas, la reelección legislativa, la iniciativa ciudadana, la consulta popular, el referéndum y el plebiscito como nuevas formas de expresión de necesidades y derechos de la ciudadanía.

6. Concientizarse sobre son más los males de la guerra contra el narcotráfico que el beneficio porque ha tocado y afectado a la ciudadanía.

7. Apostar a la educación como principio para la solución de problemas, el progreso y el crecimiento.

8. Denunciar y oponerse a cualquier tipo de monopolio porque generan concentración de riqueza y expansión de pobreza.

9. Participar en acciones básicas de la vida en comunidad, que va de la recolección de basura a proyectos de desarrollo urbano.

10. Fomentar la comunicación y la divulgación de intereses comunes y comunitarios por todos los medios posibles, sobre todo los bajo costo, gran impacto y alcance como en las redes sociales.

En suma Denise Dresser apunta, señala y recomienda ser una ciudadanía responsable, participativa, viva: "vivir con la boca abierta" para participar, para denunciar, para demandar, para oponerse, para criticar, para involucrarse y para transformar.

Receta hoy urgente para días aciagos como éstos porque después de tres sexenios arrebatados (1988, 2006 y 2012), o al menos de dudosa legitimidad, requieren de un cambio de actitud y mentalidad porque quizá es la última llamada...

* El país de uno. Reflexiones para entender y cambiar a México. Denise Dresser. Editorial Aguilar. México, 2011.