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El amor en el discurso musical de tres compositoras mexicanas: Grever, De la Colina y Guerra
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Por Elvira Hernández Carballido
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue jurado en el reciente Premio Nacional de Periodismo.
Este mes de febrero siempre obliga a detenerse un poco a explorar con más detalles ese sentimiento que se llama amor. Es por eso que les compartiré una parte de la investigación que realizo sobre mujeres compositoras en México y lo más representativo que encontré en su discurso cuando hacen referencia al amor.
María Grever. Representante clásica del bolero, sublimiza el amor ideal pero lo hace con toques de sensualidad y pasión arrebatadora. Abiertamente declara su amor pero al mismo tiempo el deseo y directamente pide ser amada con un ímpetu desbordado de erotismo absoluto pero discretamente sugerido en una palabra significativa:
Júrame/ que aunque pase mucho tiempo pensarás en el momento en que yo te conocí/ Júrame/ que no hay nada más profundo/ Ni más grande en este mundo que el cariño que te di/ Bésame/ Con un beso enamorado/ Como nadie me ha besado/ Desde el día en que nací/ Quiéreme/ quiéreme hasta la locura/ Y así sabrás la amargura que estoy sufriendo por ti. (Júrame)
En su siguiente inspiración se observa que ella reconoce la imposibilidad del amor eterno, fiel y absoluto, pero confiesa creer en que siempre existe la posibilidad de reencontrarse con la persona que se amó y volverla a amar, sin rencores ni ilusiones, simplemente con una ilusión y también con esa sensualidad delatada discretamente en unas cuantas palabras:
Cuando vuelva a tu lado/ No me niegues tus besos/ El amor que te he dado no podrás olvidar/ No me preguntes nada que nada he de explicarte/ El beso que me negaste ya me lo podrás dar/ Cuando vuelva a tu lado/ Y esté a solas contigo/ Las cosas que te digo no repitas jamás/ Une tu labio al mío/ Estréchame en tus brazos/ Y siente los latidos de nuestro corazón. (Cuando vuelva a tu lado )
Lolita de la Colina. Pionera en el género de balada, calificada como innata compositora. Su figura se hace más visible cuando logra ganar el popular festival de la canción que Televisa impuso y aprovechó durante mucho tiempo: El festival de la OTI. La canción fue "Como tú", interpretada por Lupita D' Alessio. De la Colina opta por una canción de amor, pero intensa, apasionada, con destellos de sensualidad, de tormento amoroso y de confianza en la posibilidad de enamorarse siempre otra vez. La apuesta al amor ideal es latente:
Yo también estuve enamorada como tú/ Yo también lloré desesperada como tú/ Por alguien que no se merecía/ Mi amor ni por un solo día/ Yo también busqué quién me escuchara como tú/ Yo también hallé quien me cuidara como tú/ Sintiendo ese miedo escondido que da un ser desconocido. (Como tú)
Reconoce la imposibilidad del amor eterno pero acepta la posibilidad de siempre volver a amar. Hay un suave reclamo amoroso. La advertencia de que siempre se recupera de un desamor es significativa. El reclamo y el enfrentamiento amoroso, la recuperación y exploración del cuerpo. La canción es una visión optimista pero al mismo tiempo clara del amor y sus posibilidades, siempre latentes:
Como tú por el contacto de otra piel/ Aprendí que quien ama de veras no es infiel/ Como tú hoy de la vida todo espero porque también te quiero como tú/ Como tú sé que necesitaba fracasar para luego como tú saber amar/ Como tú hoy de la vida todo espero/ Porque también te quiero como tú
Ely Guerra. En sus composiciones destaca que además del amor y el deseo, haga una referencia al reconocimiento de sí misma, de su finitud y de su propio cuerpo así como da a conocer su postura ante cuestiones más sociales que impactan en la vida cotidiana. Es así como una rockera también ama, se enamora de manera ideal pero también de una forma que busca claridad, que la sorprende y que la pone alerta para amar con pasión pero sin perderse a sí misma. Reconoce la imposibilidad del amor pero intenta comprometerse con la persona amada, con promesas y advertencias, con generosidad y sin tragedia:
Te regalo la sal de mis historias/ Te comparto mi fuerza y mi debilidad/ Te muestro el cielo al que también llamamos gloria/ Te regalo mi voz, mi libertad.../Te regalo mis fotos preferidas/ Te comparto mi humana condición/ Te llevo más allá del límite y medida/ Me convierto en tu amiga, la mejor. (Mi playa)
Y en su canto el hombre amado es amado pero también muy deseado, es cuerpo y erotismo, representa la posibilidad de aceptarse o de cambiar, la oportunidad de sentir y de transformarse, lo llama ángel o demonio, lo reconoce como poeta o hechicero, y metafóricamente representa la sensualidad que siente, que le hace sentir y que representa:
Ángel que del fuego naces/ Déjame acercarme a ti/ Dos rojas lenguas de fuego/ Ya no pueden resistir/ Líbrame del mal que llevo en mi ser.../ Es su belleza de hechicero que me llama/ Y en esa imagen cuelgo toda mi esperanza/ Consuélame con tu amor/ Límpiame el alma. (Ángel de Fuego)
Así que en este mes de febrero cantemos junto con ellas al amor.