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Las mujeres que vinieron antes que yo
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Foto: Brenda Ayala/MujeresNet
Por Michelle Quinones
Lic. en Relaciones Internacionales y Estudios Globales con especialización en Estudios Latinoamericanos (Universidad de Texas en Austin), y M.A. en Literatura Hispanoamericana y Española (Universidad Central de Florida).
Poema en el que la autora reconoce a las mujeres de antes por enseñarla a vivir con o sin los hombres.
A mi mamá, mi abuela y mis tías, que lo han soportado todo... el gran dolor y la gran dicha de ser mujer, cada una en el tiempo y circunstancia que le tocó. Gracias por enseñarme a ser fuerte, a ser una mujer del siglo XXI, sin juzgar ni menospreciar a las que vinieron antes, que supieron aguantar, resistir y enseñarnos a vivir con o sin ellos, a favor o en contra de ellos.
Tú me quieres blanca, tú me quieres pura, tú me quieres nívea.*
Quieres que sea santa hasta el final de mi vida.
Quieres que sufra, que llore,
todo está bien mientras no sonría.
Tú me quieres triste, encerrada en un rincón,
aferrada a vivir la vida a través de la gente que veo pasar por mi balcón.
Tú me quieres pura, sin pecado original,
¿Acaso crees que tú eres algo más que un simple mortal?
Quieres y esperas que sea como mi abuela o mi madre.
No puedo, yo no soporto tantos desaires.
Quieres que sea como tu abuela y tu madre.
No quiero, yo no tengo aguante,
hoy en día ser tonta no es cuestión de alarde.
Quien diría que en pleno siglo XXI existen hombres como tú,
que nos prefieren descuidadas, dóciles, débiles...
que nos quieren sin gozo, sumisas, serviles.
Pero quien iba a pensar tantos siglos atrás,
que hoy existen mujeres que gozan,
que disfrutan del delirio de besar muchas bocas.
Que hoy existen mujeres que libremente usan tacones o zapatillas,
pantalones o faldas,
que saben muy bien que es cierto el dicho
"más vale sola que mal acompañada".
*Ver Tú me quieres blanca de Alfonsina Storni.