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Mujeres de julio
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Por Elvira Hernández Carballido
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue jurado en el reciente Premio Nacional de Periodismo.
La columnista recuerda a algunas mujeres destacadas nacidas en el mes de julio: una cantante, una periodista pionera del feminismo nacional y una pintora, su favorita.
En este mes de julio ellas nacieron o ellas murieron. Fueron mujeres que dibujaron voces en todos los tonos. Mujeres que hicieron de la palabra escrita su expresión natural y su mirada crítica una sororidad compartida. Que se vieron a sí mismas para pintar sus amores y sus desamores, el sufrimiento y el placer, la honestidad y la emotividad.
Ahí está Ángela Peralta nuestra ruiseñora del siglo XIX. Ella cantaba como un verdadero ángel, su voz era cristalina como una cascada mágica, las notas que alcanzaba llegaban al cielo para besar a las nubes, en sus interpretaciones transmitía con tal emoción y sensibilidad que el público aplaudía, lloraba y detenía la respiración para escucharla con el corazón. Además de su voz alegre, seductora, mágica, bella y airosa, también compuso música, desde una melodía hasta un vals. En el último concierto que ofreció, el cronista la describió de la siguiente manera: "Es una mujer de agradable presencia, algo obesa y de ojos saltones pero muy vivos. Tiene una voz maravillosa que emite con pasmosa facilidad las notas más agudas y altas, hasta el grave; hizo unas variaciones alcanzando notas tan finas como el canto de un jilguero". Nació en la ciudad de México, el 6 de julio de 1845.
Ahí está Laureana Wright violeta del Anáhuac, fundadora de una de las primeras publicaciones periodísticas escritas por mujeres en México, pionera del feminismo nacional, poeta y maestra de las generaciones de mujeres que a finales del siglo XIX buscaban un espacio en donde compartir su inspiración y sus reflexiones. Escribió La emancipación de la mujer (1891); Educación errónea de la mujer y medio práctico para corregirla (1892); y Mujeres notables mexicanas (1910). En uno de sus textos más representativos se preguntaba: ¿Qué necesita la mujer para llegar a esta perfección? Fuerza de voluntad, valor moral, amor a la instrucción y amor a sí misma y a su sexo para trabajar por él, para rescatarlo de los últimos restos de la esclavitud que por inercia conserva. Fue el 4 de julio de 1846 cuando Taxco, Guerrero, fue testigo de su nacimiento.
Ahí está Frida Kahlo esa otra mujer me representa ante los demás por la fascinación que ejerce en mi vida y en la de otras mujeres. Nuestro espejo y tu No reflejo. Quien con su pintura te delata sin conocerte. Que te descubre en trazos y colores. Que se hacina en tus paredes para que la mires mientras ella espía tu alma. Que se columpia en tus muñecas y de tus orejas. Que te invite a lucir sin complejos ese bozo que se posa encima de tus labios. Que te confiese su sufrimiento y te aproxime al amor por siempre. En mi vida, esa mujer es y ha sido Frida Kahlo. La pintora mexicana más representativa de todos los tiempos. Una mujer que nació un 6 de julio de 1907. Por eso, yo le soy leal y la sigo evocando vestida de tehuana, con flores en el pelo, tus cejas inolvidables y el verdadero amor por un hombre, que como todos, no nos merece. Por eso, yo sigo fiel a tus colores, no me depilo las cejas y tengo pintada en la frente el rostro del hombre que amo. Aunque él, no se dé cuenta Por eso, yo sigo devota a su imagen que me dibuja el color del amor y los trazos del desamor, la fortaleza femenina y la fragilidad simplemente humana, una guía colorida que traduce y delata mi geografía femenina.