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Juegos de alcoba
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Por Lucía Rivadeneyra
Comunicóloga por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cursó la maestría en Literatura Mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus libros "Rescoldos", "En cada cicatriz cabe la vida" y "Robo Calificado" fueron merecedores de los Premios Nacionales de Poesía "Elías Nandino" (1987), "Enriqueta Ochoa" (1998) y "Efraín Huerta" (2003), respectivamente. En 2007, publicó la antología personal 'Rumor de tiempos'. Su material poético está incluido en numerosas antologías. La han traducido a diversos idiomas. Catedrática de la UNAM desde 1980, ejerce el periodismo en medios de circulación nacional.
La columnista habla sobre el trabajo de la autora de 'Juegos de alcoba', Rocío Barrionuevo, quien ha reunido ensayos sobre temas eróticos escritos desde la perspectiva femenina.
"¡Basta de espiar por el ojo de la cerradura!..." se afirma en Primavera negra de Henry Miller y la frase es parte del epígrafe elegido para el libro Juegos de alcoba, de Rocío Barrionuevo (Ciudad de México). Quizá por eso, ella decide investigar sobre usos y costumbres eróticos y luego compartir la información obtenida, al brindar un panorama sugerente sobre diversas prácticas sexuales.
En el prólogo, la autora recuerda que cuando trabajaba en la redacción del irrepetible suplemento sábado, del periódico unomásuno, el director Huberto Batis le propuso hacer una traducción para el espacio que Andreas de Mond (Andrés de Luna, gran erotómano) había dejado vacío, mientras llegaba otro experto; sin embargo, cuenta Barrionuevo, "Nunca llegó el suplente. Me volví adicta al tema y, durante seis años, escribí en sábado acerca de los más tradicionales juegos de alcoba y de otros pasatiempos lúbricos más sofisticados. Paulatinamente, me di cuenta de que casi todas las obras voluptuosas se centraban en la satisfacción masculina y que eran pocas las escritoras decididas a contar qué sentían o qué pensaban cuando daban y recibían placer, entonces me dediqué a seguir el rastro de los autores dispuestos a trazar un mapa del gozo femenino".
Así, Rocío Barrionuevo ofrece 43 breves ensayos en torno a un tema siempre atractivo a los seres humanos, aunque no todos lo confiesen. Dividido en dos partes: Zona húmeda (sensualidad femenina) y Zona viciosa (costumbres y prácticas licenciosas), el libro mantiene un vigor constante, va de unos estilos a otros, del siglo XV al XIX o XX con una frescura envidiable. Sacude, literalmente, la cama, la pintura, la literatura, el cine, los foros, el lenguaje; pasa por los sentidos: el oído, la vista, el gusto, el tacto, el olfato. Y desde luego, la ropa, la cocina, las diversas edades de los amantes, el voyeur, el clandestinaje universal, los afrodisiacos, el sonambulismo falso... y hasta el viagra. Por eso, llama la atención la cantidad de referencias, de citas, de datos que ofrece la autora, quien estudió Lengua y letras hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y quien demuestra tener una pasión inenarrable por la lectura y por otras materias, claro.
Sorprende que en el siglo XXI, a pesar de lo humano de la sexualidad, cuando se habla de ella o se practica, existe gente que baja la voz, calla, finge demencia o intenta hacer lo que puede; y lo que puede, a veces, no es mucho. Cuando pregunté por el libro, en dos librerías me dijeron que estaba agotado. Ya iba en su búsqueda a una tercera, y el joven empleado dijo "espere, creo que queda uno". Y sí, quedaba uno, sólo uno; lo cual me dio un gusto inmenso porque esto significa que pueden más los instintos lúdico-eróticos y el interés por saber un poco más sobre el asunto, que la represión. Es importante no olvidar que hay gobiernos que han intentado prohibir besarse en la calle, en el Callejón del beso, por ejemplo, o usar minifalda. Sí, en México, en el siglo XXI.
Luego de leer los ensayos, algunos con una buena dosis de humor o de reclamo, dan ganas de comentarlos o citar algunas partes. En "Instrucciones para abrir una bragueta", escribe Rocío: "Una escena de Gilda (Charles Vidor, 1946) siempre me ha provocado frustración y un poco de rabia: Rita Hayworth pide a Glenn Ford, con un gesto de coquetería, que la ayude a ponerse el vestido. Vidor sigue el movimiento de los dedos del galán al subir lentamente la cremallera del vestido de satín negro de la Hayworth, quien percibe el deseo del hombre al rozar cada centímetro de su espalda.
"La causa de mi enojo es que no hay imágenes similares cuando se trata de abrir o cerrar las cremalleras de las braguetas masculinas. Subir o bajar la cremallera de un vestido o un pantalón no es un acto cualquiera cuando se ejecuta a dúo...
"...El entusiasmo provocado por un anuncio de pantalones Levi's, donde aparecía un joven, muy bien formado, abriendo la bragueta de sus jeans, debería de dar una pista de cuáles son los antojos lúbricos de las damas, que se prendaron de la imagen, porque intuían las delicias escondidas bajo la rasposa mezclilla...".
En "Frenesí venéreo", Barrionuevo comenta, al referirse a la obra La pintura galante francesa en el siglo XVIII : " ...Para ejemplificar el libertinaje femenino reproducen un fragmento de una carta enviada por una vieja dama a una recién casada: '¿Cómo es posible que a los seis meses de casada aún ames sólo a tu esposo? Tu modista tiene la misma debilidad por el suyo, pero tú... tú eres una marquesa, ¿por qué te olvidas de ti misma cuando tu esposo está afuera y por qué te arreglas cuando regresa? ¿No sabes que uno se arregla para el público o para un amante? ¿Te ruborizas? Haz el favor de abrir los ojos. Aquí las damas no se sonrojan más que bajo el pincel de un retratista o bajo el cuerpo del amado".
Con ilustraciones del siempre delicioso y provocador Eko, Juegos de alcoba es un volumen que puede permanecer por tiempo indefinido muy cerca de la cama, y no precisamente en el buró. Además, el lector se quedará con el antojo de incorporar -aunque sea a lápiz- algunas anécdotas propias o ajenas. El tema es inagotable. El objeto del deseo, también. El trabajo de Rocío nos deja con ganas de leer más, nos deja con ganas...
Barrionuevo, Rocío. Juegos de alcoba. Usos y costumbres eróticos . Ediciones B. México, 2012. 201 pp.