“ENTRE MUJERES INSURGENTES Y REVOLUCIONARIAS”
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
UNAM
Jueves 29 de abril. Mujeres insurgentes
- Josefina Hernández Téllez. La educación femenina en 1810
- Layla Sánchez Kuri. Presencia femenina en la Independencia.
- Elvira Hernández Carballido. Leona Vicario, la corresponsal de los insurgentes.
- Rosalinda Sandoval Orihuela. Los taconazos de Doña Josefa
Moderador: Vicente Castellanos Cerda
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Salón 12 Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Viernes 30 de abril. Mujeres revolucionarias
- Rosa María Valles Ruiz. Periodista y feminista: Hermila Galindo
- Elsa Lever M. El Universal y las mujeres periodistas
- Gloria Hernández Jiménez. Mujeres, revolución y fotografía
- Francisca Robles. Los corridos y la presencia femenina
Moderadora: Noemí Luna García
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Sala Lucio Mendieta, Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
El concepto de "patrimonio" en el cuerpo y la sexualidad. Una propuesta
Por Azminda Meybelli Román Nieto
Estudiante de antropología histórica de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, México
La siguiente ponencia es una reflexión de cómo he utilizado el concepto de patrimonio a partir de la línea de investigación “Cuerpo y Sexualidad”, dirigida por la Mtra. Cristina Millán en la carrera de Antropología Histórica de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana. Partiré de la descripción del campo del la antropología histórica y como se inserta el patrimonio y los elementos que lo componen, el concepto de sexualidad que manejo para finalmente presentar los argumentos en los que baso mi propuesta y empezar a plantear en la mesa de debate de si es posible empezar a hablar de un patrimonio sexual o de la sexualidad como patrimonio.
La antropologia histórica, El patrimonio y el cuerpo y la sexualidad
La antropología histórica, nace de la idea de recuperar todo aquello que la antropología en general ha desechado a través de seis grandes líneas de investigación, las cuales tienen como ejes rectores al patrimonio y las políticas culturales.
Al hablar de patrimonio nos remitimos no sólo al patrimonio tangible o a la cultura material que todos los hombres y mujeres realizamos al concretizar nuestras ideas, sino también a que la antropología histórica percibe al patrimonio desde los sentidos, es decir todo lo que vemos, oímos, olemos, saboreamos y tocamos, por lo tanto los miembros de todas las sociedades le dan un valor y significado a todo aquello que sus sentidos perciben, realizan, interpretan, representan, heredan y trasmiten.
La antropología histórica, une a dos grandes disciplinas que han consentido que tanto hombres como mujeres, escriban páginas y páginas de todas sus experiencias, maneras de ver el mundo, comportamientos, sentimientos, movimientos, palabras, técnicas, sonidos, etc. a través de documentos como edificios, monumentos, libros, imágenes, cuerpos, herramientas, etc. Y que permiten entender, comprobar, explicar y respetar a las demás culturas y a todos los elementos que la conforman en periodos de tiempo del pasado, presente y futuro.
La antropología histórica es un relato de las pasiones más arraigadas de hombres y mujeres, de emociones, valores, de etapas y palabras escondidas detrás de la puerta que custodia la muralla de la cultura, a través de su contexto y desarrollo histórico, de las luchas constantes de las sociedades manifestadas en sus ideas y legados.. Es una propuesta para llegar a entender al patrimonio desde la propia experiencia de quienes dan sentido y dirección a éste, de las políticas culturales que estructuran, organizan, resguardan, la vida de hombres y mujeres, y de todos los elementos circundantes en nuestra realidad que va desde el cuerpo, la sexualidad y la identidad, guardados y presentados en la memoria colectiva hacedora de la técnica y la materia conformada en los espacios sociales hasta la concretización interiorizada de todas nuestras creencias, prejuicios, valores, sentimientos de la vida cotidiana.
Siguiendo con esta línea entendemos así que la sexualidad es una construcción histórica, entretejida por los fenómenos sociales que aparecen en las sociedades. Su extensión es tal que regula y autoregula, crea identidades y autoidentidades en los individuos, miembros de una sociedad, la cual dirige su curso de acuerdo a las normas que ejerce a través de las principales instituciones como la familia, la Iglesia y el Estado, en función de la reproducción de los seres humanos, así como los deseos, funciones, valores que integran a hombres y mujeres en su búsqueda del placer y aceptación en la vida cotidiana, manifestada en sus diversas concepciones del mundo y de sí mismos.
Esta misma forma de concebir a la sexualidad no nos separa de ciertos rasgos que van desde los sistemas tribales, la organización social, el poder, alternativas y movimientos sociales, ni tampoco de los sistemas cambiantes acerca de cómo deberíamos disfrutar, negar o cuidar nuestro cuerpo, mismo que para algunos es tomado como objeto sagrado y para otros un vestido que me permite moverme o hacer lo que yo quiera.
Sin embargo ¿cómo podemos vincular al cuerpo y a la sexualidad como patrimonio?
El patrimonio es en términos generales lo que se recibe de los padres y lo que es de uno por derecho propio. Así el patrimonio cultural son aquellos bienes testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza, que tienen especial relevancia con relación a la arqueología, educación, literatura, como son los documentos y bienes relacionados con la historia de la ciencia y la tecnología.
El patrimonio cultura se conforma de bienes tangibles e intangibles. No sólo consta de los objetos del pasado, sino también de las grandes y pequeñas obras de arte legadas por culturas y generaciones desaparecidas. A lo largo del desarrollo de una sociedad surgen costumbres, celebraciones, creencias, rituales que en su conjunto constituyen cultura viva: patrimonio cultural vivo. La identidad cultural se produce a través del patrimonio y como consecuencia de él.
Es la sociedad la que en un momento determinado de su desarrollo, lo selecciona, lo escoge como elemento que debe ser conservado por valores que trascienden su uso o función original. El reconocimiento de si parte de un grupo humano, cernido a través de condiciones históricas y sociales, se convierte en identidad cultural.
En una definición más amplia podemos decir que el patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, así como todas las creaciones anónimas, creencias, conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo, la lengua, los ritos así como lugares o espacios naturales.
Pero ¿cómo implementar en nuestro imaginario cultural una concepción de patrimonio que no sea exclusiva de los monumentos, obras, artísticas históricas y arqueológicas? Recordemos que el imaginario cultural es vivencial y representa la realidad que se presenta en ese momento, y nuestra realidad esta basada actualmente en la problemática económica y política de nuestro país, por tal motivo, el concepto de patrimonio está en constante redefinición.
Reconozcamos que el patrimonio principal de los seres humanos es la mente, el cuerpo humano, el que nos hace presentes, el vehículo y representación de las ideas y creatividad humana. Por esta razón la UNESCO planteó en su Conveción del 2003 de la Salvaguardia del Patrimonio Intangible que:
Con base en esto el cuerpo humano, la materia ósea, es el elemento fundamental para el estudio biocultural de las poblaciones del pasado. El cuerpo humano es un documento histórico, que se ha ido transformando a lo largo del tiempo, es en el cuerpo humano en donde se marca la diferencia biológica, anatómica, fisiológica que define a los individuos como machos y hembras. A través del cuerpo humano se puede entender la problemática de los grupos humanos, alimentación, enfermedades, cuestiones funerarias, costumbres y creencias.
En el cuerpo humano se depositan todo el conjunto de ideas, creencias, significaciones y representaciones determinadas geográfica e históricamente por un grupo social para definir lo masculino y lo femenino dentro de su cultura, es decir el hombre y la mujer quienes son los encargados de la reproducción y preservación de la especie.
El cuerpo nos hace presentes en la tierra, materializa nuestras concepciones, ideas y prácticas, la sexualidad nos define como hombres y mujeres, reproduce nuestra especie y organiza nuestra estructura social, nuestra vida cotidiana, entonces ¿por qué no puede ser concebida como patrimonio cultural? La respuesta es porque el cuerpo y la sexualidad han estado imbuidos de un conjunto de aspiraciones y regulaciones políticas, legales y sociales que inhiben muchas formas de expresión sexual al mismo tiempo que estigmatiza ciertos deseos y actos (Marta Lamas, "Valores Sexuales: una perspectiva libertaria", en Letra S, La Jornada, 1999).
Las políticas que el Estado ha adoptado en cuestión de cuerpo y sexualidad son de acuerdo a los intereses personales de los servidores públicos, sin embargo en los últimos sexenios se han logrado varios objetivos y se han planteado nuevas alternativas para preservar la salud sexual y reproductiva de los miembros de la sociedad mexicana. Recordemos que la sexualidad construye nuestra cultura y el cuerpo humano la preserva, por tal razón es importante la salud de los seres humanos, ya que las enfermedades tiene gran impacto político, económico y social en la vida de los individuos, con ello podemos leer la realidad en que viven, sus gestos, hábitos, prácticas, emociones que rigen a las sociedades. Dentro del aspecto psicológico y social de la sexualidad, es en donde se cumplen o incumplen las normas sociales.
Las normas sociales son las reglas de conducta obligatoria y prevén una sanción en caso de incumplimiento. De las normas sociales emanan las normas jurídicas, a partir de aquí presento el marco jurídico que me permite plantear mi propuesta y dejarlo a discusión en relación al cuerpo y la sexualidad como patrimonio. Estas definen los delitos y sanciones que se encuentran en los códigos penales locales y se aplican de acuerdo al estado en que se encuentren.
Los principales delitos relacionados con el cuerpo y la sexualidad son los siguientes:
1. DELITOS CONTRA LA SALUD: El delito llamado contagio venéreo es el único relacionado con actividades sexuales que se incluye en este delito.
2. DELITOS CONTRA LA MORAL PÚBLICA Y LAS BUENAS COSTUMBRES: En este titulo están comprendidos los delitos de ultrajes a la moral, corrupción de menores y lenocidio.
3. DELITOS SEXUALES, DELITOS CONTRA LA LIBERTAD Y SEGURIDAD SEXUAL O DELITOS CONTRA LA LIBERTAD Y EL NORMAL DESARROLLO PSICOSEXUAL: Son la violación, abuso deshonesto o atentados al pudor, estupro, incesto, adulterio y hostigamiento sexual. Algunos estados tipifican el adulterio y el incesto dentro de los delitos contra la familia, y el rapto en los delitos contra la privación ilegal de la libertad.
4. DELITOS CONTRA LA VIDA Y LA INTEGRIDAD CORPORAL: Aunque se trata de delitos en los que se sanciona el homicidio o las lesiones, éstas son resultado de actividades sexuales. Son el conyugicidio, la defensa del honor filial, también llamadas por emoción violenta y el aborto, aunque actualmente ya esta despenalizado
Estos delitos son de acuerdo al Código Penal del Distrito Federal.
Las normas y valores de la sexualidad están dirigidos a los aspectos psicosociales porque la conducta de los seres humanos cambia y se ven sometidos a reglas que permiten el bienestar de la comunidad en general.
Toda cultura tiene un sistema de normas que garantizan la convivencia y estabilidad de sus miembros.En el caso jurídico, es en el Derecho Penal donde se encuentran las normas jurídicas que definen los delitos y las sanciones. A él corresponde la protección de los bienes y valores más importantes para el ser humano y para la sociedad: la vida, la salud, la libertad, la estabilidad del Estado, etc. Todos ellos insertados en el cuerpo y la sexualidad.
Para poder entender los delitos en relación a la sexualidad, es necesario hablar en términos penales, es así que los “tipos” son las descripciones de una conducta asociada a una sanción, en este caso conducta corporal y sexual, están agrupados y organizados en los códigos por el valor que tutelan.
Las normas que tutelan la sexualidad humana son las que protegen la moral social en lo sexual, la libertad de copular, del desarrollo sexual de los menores y otros sobre cuestiones relacionadas indirectamente con la sexualidad pero si de manera directa con el cuerpo: el homicidio, las lesiones por emoción violenta y el aborto. Cabe aclarar que en este ultimo punto, se sanciona tanto al que obliga a abortar como al que lo hace por decisión propia, sin embargo en el debate pasado sobre la despenalización del aborto, se señalaba a las mujeres que interrumpían su embarazo.
Uno de los principales delitos que atentan contra la libre decisión del uso del cuerpo y de la sexualidad es el lenocidio, tipificado como “trata de personas” y entendido como promover, facilitar, conseguir, obligar, entregar y/o transportar de un estado a otro, dentro o fuera del país a personas, incluyendo menores de edad, al comercio sexual sin su consentimiento.
Con todo esto considero que es importante empezar a poner en mesa de discusión a la sexualidad como patrimonio, porque creo que es importante empezar a entender nuestra cultura desde que nos hacemos presentes en ella como miembros de ella, conocer y reproducir nuestros modos y concepciones del mundo, interpretar nuestra realidad en la organización social de nuestro entorno. Tomar conciencia de nosotros como individuos y generadores de la cultura, practicantes de la misma. Si el patrimonio es lo que heredamos y vamos a heredar, lo que forma parte de nuestra identidad, la concretización de nuestras ideas, creencias y el cuerpo es el que realiza todas estas acciones y el que nos permite conocer a la naturaleza, entendida como árboles, plantas, agua, etc.
Lo que nos permite darle un valor simbólico, lo más preciado que es mantener nuestra salud y reproducir nuestra especie y si hemos notado que nuestras obras materiales son huella de nuestro paso por la tierra, de nuestra manera de presenciar la vida en ese momento, en ese tiempo y espacio, y que nuestros danzas, relatos, música, lenguas, etc, expresan y representan lo que cada uno concibe como vida y que existe estrecha relación entre nuestras políticas y normas jurídicas, que un grupo manejo por sus propios intereses y controlan eso que denominamos patrimonio cultural y manera de ver la vida, así como también las que nos cuidan y protegen, y que año con año se están buscando nuevas alternativas para que todo aquello que realizamos y concebimos con tanta importancia y pasión se siga preservando entonces ¿por qué no considerar a la sexualidad como patrimonio cultural y empezar hablar de un patrimonio sexual?
Fuentes
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, 1995
Declaración de los Derechos Sexuales, Valencia 1997
Fondo de Población de las Naciones Unidas
Bibliografía
LAMAS, MARTA (1999) "Valores Sexuales: una perspectiva libertaria", en Letra S, La Jornada, México.
-LE BRETON, David, (2002) “Los imaginarios sociales del cuerpo” en La sociología del cuerpo, Buenos Aires, Nueva Visión, p. 65
-LOPEZ Ramos, Sergio,(1998) “La significación de lo corporal y la cultura” en Cuerpo, identidad y psicología, Guadalupe Aguilera y otros, México, Plaza y Valdés Editores.
-NIETO, José Antonio (1993) Sexualidad y deseo. Critica antropológica de la cultura, España, Siglo Veintiuno de España Editores, S. A,
-NOHL, Herman (1981) Antropología Pedagógica, Breviarios, México, Fondo de Cultura Económica
-NUÑEZ Becerra, Fernanda (1992) La prostitución y su represión en la ciudad de México (Siglo XIX) Prácticas y representaciones, Barcelona, Ed. Gedisa
-OSBORNE, Raquel (1987) La construcción sexual de la realidad, Barcelona, ed. Feminismos
Estudiante de antropología histórica de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, México
La siguiente ponencia es una reflexión de cómo he utilizado el concepto de patrimonio a partir de la línea de investigación “Cuerpo y Sexualidad”, dirigida por la Mtra. Cristina Millán en la carrera de Antropología Histórica de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana. Partiré de la descripción del campo del la antropología histórica y como se inserta el patrimonio y los elementos que lo componen, el concepto de sexualidad que manejo para finalmente presentar los argumentos en los que baso mi propuesta y empezar a plantear en la mesa de debate de si es posible empezar a hablar de un patrimonio sexual o de la sexualidad como patrimonio.
La antropologia histórica, El patrimonio y el cuerpo y la sexualidad
La antropología histórica, nace de la idea de recuperar todo aquello que la antropología en general ha desechado a través de seis grandes líneas de investigación, las cuales tienen como ejes rectores al patrimonio y las políticas culturales.
Al hablar de patrimonio nos remitimos no sólo al patrimonio tangible o a la cultura material que todos los hombres y mujeres realizamos al concretizar nuestras ideas, sino también a que la antropología histórica percibe al patrimonio desde los sentidos, es decir todo lo que vemos, oímos, olemos, saboreamos y tocamos, por lo tanto los miembros de todas las sociedades le dan un valor y significado a todo aquello que sus sentidos perciben, realizan, interpretan, representan, heredan y trasmiten.
La antropología histórica, une a dos grandes disciplinas que han consentido que tanto hombres como mujeres, escriban páginas y páginas de todas sus experiencias, maneras de ver el mundo, comportamientos, sentimientos, movimientos, palabras, técnicas, sonidos, etc. a través de documentos como edificios, monumentos, libros, imágenes, cuerpos, herramientas, etc. Y que permiten entender, comprobar, explicar y respetar a las demás culturas y a todos los elementos que la conforman en periodos de tiempo del pasado, presente y futuro.
La antropología histórica es un relato de las pasiones más arraigadas de hombres y mujeres, de emociones, valores, de etapas y palabras escondidas detrás de la puerta que custodia la muralla de la cultura, a través de su contexto y desarrollo histórico, de las luchas constantes de las sociedades manifestadas en sus ideas y legados.. Es una propuesta para llegar a entender al patrimonio desde la propia experiencia de quienes dan sentido y dirección a éste, de las políticas culturales que estructuran, organizan, resguardan, la vida de hombres y mujeres, y de todos los elementos circundantes en nuestra realidad que va desde el cuerpo, la sexualidad y la identidad, guardados y presentados en la memoria colectiva hacedora de la técnica y la materia conformada en los espacios sociales hasta la concretización interiorizada de todas nuestras creencias, prejuicios, valores, sentimientos de la vida cotidiana.
Siguiendo con esta línea entendemos así que la sexualidad es una construcción histórica, entretejida por los fenómenos sociales que aparecen en las sociedades. Su extensión es tal que regula y autoregula, crea identidades y autoidentidades en los individuos, miembros de una sociedad, la cual dirige su curso de acuerdo a las normas que ejerce a través de las principales instituciones como la familia, la Iglesia y el Estado, en función de la reproducción de los seres humanos, así como los deseos, funciones, valores que integran a hombres y mujeres en su búsqueda del placer y aceptación en la vida cotidiana, manifestada en sus diversas concepciones del mundo y de sí mismos.
Esta misma forma de concebir a la sexualidad no nos separa de ciertos rasgos que van desde los sistemas tribales, la organización social, el poder, alternativas y movimientos sociales, ni tampoco de los sistemas cambiantes acerca de cómo deberíamos disfrutar, negar o cuidar nuestro cuerpo, mismo que para algunos es tomado como objeto sagrado y para otros un vestido que me permite moverme o hacer lo que yo quiera.
Sin embargo ¿cómo podemos vincular al cuerpo y a la sexualidad como patrimonio?
El patrimonio es en términos generales lo que se recibe de los padres y lo que es de uno por derecho propio. Así el patrimonio cultural son aquellos bienes testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza, que tienen especial relevancia con relación a la arqueología, educación, literatura, como son los documentos y bienes relacionados con la historia de la ciencia y la tecnología.
El patrimonio cultura se conforma de bienes tangibles e intangibles. No sólo consta de los objetos del pasado, sino también de las grandes y pequeñas obras de arte legadas por culturas y generaciones desaparecidas. A lo largo del desarrollo de una sociedad surgen costumbres, celebraciones, creencias, rituales que en su conjunto constituyen cultura viva: patrimonio cultural vivo. La identidad cultural se produce a través del patrimonio y como consecuencia de él.
Es la sociedad la que en un momento determinado de su desarrollo, lo selecciona, lo escoge como elemento que debe ser conservado por valores que trascienden su uso o función original. El reconocimiento de si parte de un grupo humano, cernido a través de condiciones históricas y sociales, se convierte en identidad cultural.
En una definición más amplia podemos decir que el patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, así como todas las creaciones anónimas, creencias, conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo, la lengua, los ritos así como lugares o espacios naturales.
Pero ¿cómo implementar en nuestro imaginario cultural una concepción de patrimonio que no sea exclusiva de los monumentos, obras, artísticas históricas y arqueológicas? Recordemos que el imaginario cultural es vivencial y representa la realidad que se presenta en ese momento, y nuestra realidad esta basada actualmente en la problemática económica y política de nuestro país, por tal motivo, el concepto de patrimonio está en constante redefinición.
Reconozcamos que el patrimonio principal de los seres humanos es la mente, el cuerpo humano, el que nos hace presentes, el vehículo y representación de las ideas y creatividad humana. Por esta razón la UNESCO planteó en su Conveción del 2003 de la Salvaguardia del Patrimonio Intangible que:
“… el patrimonio vivo - es el crisol de nuestra diversidad cultural y su conservación, una garantía de creatividad permanente.
La Convención de 2003 define el PCI más concretamente como los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.
El depositario de este patrimonio es la mente humana, siendo el cuerpo humano el principal instrumento para su ejecución o – literalmente – encarnación. Con frecuencia se comparten el conocimiento y las técnicas dentro de una comunidad, e igualmente las manifestaciones del PCI se llevan a cabo, a menudo, de forma colectiva.”
Con base en esto el cuerpo humano, la materia ósea, es el elemento fundamental para el estudio biocultural de las poblaciones del pasado. El cuerpo humano es un documento histórico, que se ha ido transformando a lo largo del tiempo, es en el cuerpo humano en donde se marca la diferencia biológica, anatómica, fisiológica que define a los individuos como machos y hembras. A través del cuerpo humano se puede entender la problemática de los grupos humanos, alimentación, enfermedades, cuestiones funerarias, costumbres y creencias.
En el cuerpo humano se depositan todo el conjunto de ideas, creencias, significaciones y representaciones determinadas geográfica e históricamente por un grupo social para definir lo masculino y lo femenino dentro de su cultura, es decir el hombre y la mujer quienes son los encargados de la reproducción y preservación de la especie.
El cuerpo nos hace presentes en la tierra, materializa nuestras concepciones, ideas y prácticas, la sexualidad nos define como hombres y mujeres, reproduce nuestra especie y organiza nuestra estructura social, nuestra vida cotidiana, entonces ¿por qué no puede ser concebida como patrimonio cultural? La respuesta es porque el cuerpo y la sexualidad han estado imbuidos de un conjunto de aspiraciones y regulaciones políticas, legales y sociales que inhiben muchas formas de expresión sexual al mismo tiempo que estigmatiza ciertos deseos y actos (Marta Lamas, "Valores Sexuales: una perspectiva libertaria", en Letra S, La Jornada, 1999).
Las políticas que el Estado ha adoptado en cuestión de cuerpo y sexualidad son de acuerdo a los intereses personales de los servidores públicos, sin embargo en los últimos sexenios se han logrado varios objetivos y se han planteado nuevas alternativas para preservar la salud sexual y reproductiva de los miembros de la sociedad mexicana. Recordemos que la sexualidad construye nuestra cultura y el cuerpo humano la preserva, por tal razón es importante la salud de los seres humanos, ya que las enfermedades tiene gran impacto político, económico y social en la vida de los individuos, con ello podemos leer la realidad en que viven, sus gestos, hábitos, prácticas, emociones que rigen a las sociedades. Dentro del aspecto psicológico y social de la sexualidad, es en donde se cumplen o incumplen las normas sociales.
Las normas sociales son las reglas de conducta obligatoria y prevén una sanción en caso de incumplimiento. De las normas sociales emanan las normas jurídicas, a partir de aquí presento el marco jurídico que me permite plantear mi propuesta y dejarlo a discusión en relación al cuerpo y la sexualidad como patrimonio. Estas definen los delitos y sanciones que se encuentran en los códigos penales locales y se aplican de acuerdo al estado en que se encuentren.
Los principales delitos relacionados con el cuerpo y la sexualidad son los siguientes:
1. DELITOS CONTRA LA SALUD: El delito llamado contagio venéreo es el único relacionado con actividades sexuales que se incluye en este delito.
2. DELITOS CONTRA LA MORAL PÚBLICA Y LAS BUENAS COSTUMBRES: En este titulo están comprendidos los delitos de ultrajes a la moral, corrupción de menores y lenocidio.
3. DELITOS SEXUALES, DELITOS CONTRA LA LIBERTAD Y SEGURIDAD SEXUAL O DELITOS CONTRA LA LIBERTAD Y EL NORMAL DESARROLLO PSICOSEXUAL: Son la violación, abuso deshonesto o atentados al pudor, estupro, incesto, adulterio y hostigamiento sexual. Algunos estados tipifican el adulterio y el incesto dentro de los delitos contra la familia, y el rapto en los delitos contra la privación ilegal de la libertad.
4. DELITOS CONTRA LA VIDA Y LA INTEGRIDAD CORPORAL: Aunque se trata de delitos en los que se sanciona el homicidio o las lesiones, éstas son resultado de actividades sexuales. Son el conyugicidio, la defensa del honor filial, también llamadas por emoción violenta y el aborto, aunque actualmente ya esta despenalizado
Estos delitos son de acuerdo al Código Penal del Distrito Federal.
Las normas y valores de la sexualidad están dirigidos a los aspectos psicosociales porque la conducta de los seres humanos cambia y se ven sometidos a reglas que permiten el bienestar de la comunidad en general.
Toda cultura tiene un sistema de normas que garantizan la convivencia y estabilidad de sus miembros.En el caso jurídico, es en el Derecho Penal donde se encuentran las normas jurídicas que definen los delitos y las sanciones. A él corresponde la protección de los bienes y valores más importantes para el ser humano y para la sociedad: la vida, la salud, la libertad, la estabilidad del Estado, etc. Todos ellos insertados en el cuerpo y la sexualidad.
Para poder entender los delitos en relación a la sexualidad, es necesario hablar en términos penales, es así que los “tipos” son las descripciones de una conducta asociada a una sanción, en este caso conducta corporal y sexual, están agrupados y organizados en los códigos por el valor que tutelan.
Las normas que tutelan la sexualidad humana son las que protegen la moral social en lo sexual, la libertad de copular, del desarrollo sexual de los menores y otros sobre cuestiones relacionadas indirectamente con la sexualidad pero si de manera directa con el cuerpo: el homicidio, las lesiones por emoción violenta y el aborto. Cabe aclarar que en este ultimo punto, se sanciona tanto al que obliga a abortar como al que lo hace por decisión propia, sin embargo en el debate pasado sobre la despenalización del aborto, se señalaba a las mujeres que interrumpían su embarazo.
Uno de los principales delitos que atentan contra la libre decisión del uso del cuerpo y de la sexualidad es el lenocidio, tipificado como “trata de personas” y entendido como promover, facilitar, conseguir, obligar, entregar y/o transportar de un estado a otro, dentro o fuera del país a personas, incluyendo menores de edad, al comercio sexual sin su consentimiento.
Con todo esto considero que es importante empezar a poner en mesa de discusión a la sexualidad como patrimonio, porque creo que es importante empezar a entender nuestra cultura desde que nos hacemos presentes en ella como miembros de ella, conocer y reproducir nuestros modos y concepciones del mundo, interpretar nuestra realidad en la organización social de nuestro entorno. Tomar conciencia de nosotros como individuos y generadores de la cultura, practicantes de la misma. Si el patrimonio es lo que heredamos y vamos a heredar, lo que forma parte de nuestra identidad, la concretización de nuestras ideas, creencias y el cuerpo es el que realiza todas estas acciones y el que nos permite conocer a la naturaleza, entendida como árboles, plantas, agua, etc.
Lo que nos permite darle un valor simbólico, lo más preciado que es mantener nuestra salud y reproducir nuestra especie y si hemos notado que nuestras obras materiales son huella de nuestro paso por la tierra, de nuestra manera de presenciar la vida en ese momento, en ese tiempo y espacio, y que nuestros danzas, relatos, música, lenguas, etc, expresan y representan lo que cada uno concibe como vida y que existe estrecha relación entre nuestras políticas y normas jurídicas, que un grupo manejo por sus propios intereses y controlan eso que denominamos patrimonio cultural y manera de ver la vida, así como también las que nos cuidan y protegen, y que año con año se están buscando nuevas alternativas para que todo aquello que realizamos y concebimos con tanta importancia y pasión se siga preservando entonces ¿por qué no considerar a la sexualidad como patrimonio cultural y empezar hablar de un patrimonio sexual?
Fuentes
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, 1995
Declaración de los Derechos Sexuales, Valencia 1997
Fondo de Población de las Naciones Unidas
Bibliografía
LAMAS, MARTA (1999) "Valores Sexuales: una perspectiva libertaria", en Letra S, La Jornada, México.
-LE BRETON, David, (2002) “Los imaginarios sociales del cuerpo” en La sociología del cuerpo, Buenos Aires, Nueva Visión, p. 65
-LOPEZ Ramos, Sergio,(1998) “La significación de lo corporal y la cultura” en Cuerpo, identidad y psicología, Guadalupe Aguilera y otros, México, Plaza y Valdés Editores.
-NIETO, José Antonio (1993) Sexualidad y deseo. Critica antropológica de la cultura, España, Siglo Veintiuno de España Editores, S. A,
-NOHL, Herman (1981) Antropología Pedagógica, Breviarios, México, Fondo de Cultura Económica
-NUÑEZ Becerra, Fernanda (1992) La prostitución y su represión en la ciudad de México (Siglo XIX) Prácticas y representaciones, Barcelona, Ed. Gedisa
-OSBORNE, Raquel (1987) La construcción sexual de la realidad, Barcelona, ed. Feminismos
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