“ENTRE MUJERES INSURGENTES Y REVOLUCIONARIAS”
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
UNAM
Jueves 29 de abril. Mujeres insurgentes
- Josefina Hernández Téllez. La educación femenina en 1810
- Layla Sánchez Kuri. Presencia femenina en la Independencia.
- Elvira Hernández Carballido. Leona Vicario, la corresponsal de los insurgentes.
- Rosalinda Sandoval Orihuela. Los taconazos de Doña Josefa
Moderador: Vicente Castellanos Cerda
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Salón 12 Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Viernes 30 de abril. Mujeres revolucionarias
- Rosa María Valles Ruiz. Periodista y feminista: Hermila Galindo
- Elsa Lever M. El Universal y las mujeres periodistas
- Gloria Hernández Jiménez. Mujeres, revolución y fotografía
- Francisca Robles. Los corridos y la presencia femenina
Moderadora: Noemí Luna García
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Sala Lucio Mendieta, Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Los compromisos (o la falta de ellos) del G-8 con las mujeres
Por Teresa Mollá Castells
Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España.
La pasada semana se celebró una cumbre de los países del G-8 en Italia, concretamente en la ciudad de L’Aquila que fue devastada por el terremoto de meses pasados.
En esta reunión de alto nivel internacional, y después del silencio en la cumbre del año pasado sobre el tema del hambre en el mundo, este año parece que las personas que dirigen los países más ricos, han decidido mirar hacia la miseria y el hambre de quienes menos tienen en el mundo y, pese a la crisis económica y financiera mundial, han acordado aumentar la ayuda para la cooperación internacional de los 15.000 millones de dólares previstos inicialmente a 20.000 millones. El compromiso se bautizó como Iniciativa de L'Aquila para la Seguridad Alimentaria.
Dicha iniciativa recoge el objetivo de incentivar la inversión internacional en la agricultura para evitar que los países pobres tengan que malvender sus terrenos cultivables. Y acuerda destinar una parte del fondo a facilitar el acceso a agua potable y de riego.
Y aquí comienzan mis dudas sobre los criterios que regirán la distribución de estos fondos y a qué población irán dirigidos, puesto que cómo sabemos dentro de los colectivos más vulnerables en los países más pobres del mundo están la infancia en su conjunto, pero sobre todo las niñas, y las mujeres.
Si tal y cómo han anunciado, se va a destinar mayoritariamente este dinero a al agricultura, espero que también se hayan diseñado o se diseñen estrategias que contemplen el impacto de estas medidas en las niñas y en las mujeres de manera que tengan derechos de acceso a los recursos en igualdad de condiciones que los hombres.
Pero también que tengan las mismas oportunidades que los varones a la formación que se pueda impartir para poder aprovechar al máximo la ayuda que teóricamente recibirán, puesto que nos podemos encontrar con que, mientras se construyen las infraestructuras para que la poca agua existente en algunas zonas se potabilice y se conduzca a los regadíos, sean las niñas las que tengan que recorrer grandes distancias para poder traer el agua para consumo humano y de regadío.
Este hecho, que no es de mi invención en absoluto, convierte a las niñas en seres analfabetos puesto que su formación se abandona en aras a la necesidad de transportar el agua para la familia o comunidad. Y este es sólo un ejemplo, pero hay más.
Si no se tiene en cuenta a las mujeres en el diseño de políticas de desarrollo de las diferentes comunidades corremos el riesgo de que la inversión se convierta en “pan para hoy y hambre para mañana”. Y el hambre para mañana volverá a cebarse, mayoritariamente en las mujeres y las niñas como consecuencia del sistema androcéntrico en el que nos seguimos moviendo a nivel, también planetario.
Se ha demostrado que la inversión en formación y capacitación de las mujeres en zonas altamente deprimidas económicamente, ha supuesto una mejora para el conjunto de la comunidad en la que se ha invertido, puesto que el alto sentido del cuidado de la vida que tenemos las mujeres, nos lleva a optimizar los recursos que recibimos en aras a multiplicarlos y de esta manera asegurarnos la alimentación de nuestras hijas e hijos.
Con esto quiero decir que hemos de estar vigilantes sobre los criterios para la utilización de los medios que se van a distribuir de forma que este reparto tenga en cuenta las necesidades, no sólo de las mujeres de hoy, sino también de las de mañana. Y estas pasan por la formación de las niñas como prioridad para su propio empoderamiento futuro y el cuidado de su salud en igualdad de condiciones que la de los niños.
Si no se consigue que en las estrategias para el reparto de estos fondos estén presentes las políticas que tengan en cuenta los intereses y prioridades de las mujeres y a las niñas, estaremos condenando, de nuevo, a la miseria y a la muerte a más de la mitad de la población de estas zonas. Y de nuevo serán las mismas: las niñas y las mujeres.
Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España.
La pasada semana se celebró una cumbre de los países del G-8 en Italia, concretamente en la ciudad de L’Aquila que fue devastada por el terremoto de meses pasados.
En esta reunión de alto nivel internacional, y después del silencio en la cumbre del año pasado sobre el tema del hambre en el mundo, este año parece que las personas que dirigen los países más ricos, han decidido mirar hacia la miseria y el hambre de quienes menos tienen en el mundo y, pese a la crisis económica y financiera mundial, han acordado aumentar la ayuda para la cooperación internacional de los 15.000 millones de dólares previstos inicialmente a 20.000 millones. El compromiso se bautizó como Iniciativa de L'Aquila para la Seguridad Alimentaria.
Dicha iniciativa recoge el objetivo de incentivar la inversión internacional en la agricultura para evitar que los países pobres tengan que malvender sus terrenos cultivables. Y acuerda destinar una parte del fondo a facilitar el acceso a agua potable y de riego.
Y aquí comienzan mis dudas sobre los criterios que regirán la distribución de estos fondos y a qué población irán dirigidos, puesto que cómo sabemos dentro de los colectivos más vulnerables en los países más pobres del mundo están la infancia en su conjunto, pero sobre todo las niñas, y las mujeres.
Si tal y cómo han anunciado, se va a destinar mayoritariamente este dinero a al agricultura, espero que también se hayan diseñado o se diseñen estrategias que contemplen el impacto de estas medidas en las niñas y en las mujeres de manera que tengan derechos de acceso a los recursos en igualdad de condiciones que los hombres.
Pero también que tengan las mismas oportunidades que los varones a la formación que se pueda impartir para poder aprovechar al máximo la ayuda que teóricamente recibirán, puesto que nos podemos encontrar con que, mientras se construyen las infraestructuras para que la poca agua existente en algunas zonas se potabilice y se conduzca a los regadíos, sean las niñas las que tengan que recorrer grandes distancias para poder traer el agua para consumo humano y de regadío.
Este hecho, que no es de mi invención en absoluto, convierte a las niñas en seres analfabetos puesto que su formación se abandona en aras a la necesidad de transportar el agua para la familia o comunidad. Y este es sólo un ejemplo, pero hay más.
Si no se tiene en cuenta a las mujeres en el diseño de políticas de desarrollo de las diferentes comunidades corremos el riesgo de que la inversión se convierta en “pan para hoy y hambre para mañana”. Y el hambre para mañana volverá a cebarse, mayoritariamente en las mujeres y las niñas como consecuencia del sistema androcéntrico en el que nos seguimos moviendo a nivel, también planetario.
Se ha demostrado que la inversión en formación y capacitación de las mujeres en zonas altamente deprimidas económicamente, ha supuesto una mejora para el conjunto de la comunidad en la que se ha invertido, puesto que el alto sentido del cuidado de la vida que tenemos las mujeres, nos lleva a optimizar los recursos que recibimos en aras a multiplicarlos y de esta manera asegurarnos la alimentación de nuestras hijas e hijos.
Con esto quiero decir que hemos de estar vigilantes sobre los criterios para la utilización de los medios que se van a distribuir de forma que este reparto tenga en cuenta las necesidades, no sólo de las mujeres de hoy, sino también de las de mañana. Y estas pasan por la formación de las niñas como prioridad para su propio empoderamiento futuro y el cuidado de su salud en igualdad de condiciones que la de los niños.
Si no se consigue que en las estrategias para el reparto de estos fondos estén presentes las políticas que tengan en cuenta los intereses y prioridades de las mujeres y a las niñas, estaremos condenando, de nuevo, a la miseria y a la muerte a más de la mitad de la población de estas zonas. Y de nuevo serán las mismas: las niñas y las mujeres.
Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla
0 Comentarios:
Publicar un comentario en la entrada
Enlaces a este post:
Posts Anteriores
- EDICION DE JULIO 2009
- "El fin del mito masculino. La entrada en el siglo...
- Un festejo, un revés y una factura
- Clichés femeninos sobre igualdad y modernidad en l...
- Madres de bodega
- Códigos de ética periodística en México
- La suerte de la fea, la bonita...
- Coqueta
- Mujeres que ganan elecciones
- ¿Quién crees que lava la ropa?