“ENTRE MUJERES INSURGENTES Y REVOLUCIONARIAS”
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
UNAM
Jueves 29 de abril. Mujeres insurgentes
- Josefina Hernández Téllez. La educación femenina en 1810
- Layla Sánchez Kuri. Presencia femenina en la Independencia.
- Elvira Hernández Carballido. Leona Vicario, la corresponsal de los insurgentes.
- Rosalinda Sandoval Orihuela. Los taconazos de Doña Josefa
Moderador: Vicente Castellanos Cerda
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Salón 12 Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Viernes 30 de abril. Mujeres revolucionarias
- Rosa María Valles Ruiz. Periodista y feminista: Hermila Galindo
- Elsa Lever M. El Universal y las mujeres periodistas
- Gloria Hernández Jiménez. Mujeres, revolución y fotografía
- Francisca Robles. Los corridos y la presencia femenina
Moderadora: Noemí Luna García
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Sala Lucio Mendieta, Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
EDICION DE MARZO 2009
Por Elsa Lever M. Periodista con Maestría en Comunicación por la FCPyS de la UNAM, diplomada en Género por el PUEG de la UNAM, y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM. Lo que no se nombra queda invisibilizado. Podemos pensarlo, imaginarlo, creer en ello; es una manera de nombrar. Pero si lo que queremos es hacerlo tangible, vívido, factible de modificar y mejorar, definitivamente hay que decirlo, escribirlo, hablarlo, comunicarlo, difundirlo: nombrarlo. Este mes y el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, son fechas pretexto para nombrar, para hablar de las luchas emprendidas por las mujeres, apoyadas por los hombres solidarios. Es una fecha para nombrar la injusticia, las deudas pendientes, los retos a corto y largo plazos, los ideales... Las feministas mexicanas tuvimos una reunión (ver las "Imágenes del Mes" o aquí) el pasado 28 de febrero, de cara al XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (del 16 al 20 de marzo), de donde se desprendieron muchos retos y propuestas para el movimiento. Además, sin duda, la reunión nos inyectó la fuerza y la energía que se necesitan para continuar adelante. Desde la próxima semana -y hasta el día de inicio del XI Encuentro- comenzarán a llegar las compañeras de Latinoamérica y del Caribe que participarán en el mismo. De antemano, ¡bienvenidas todas! Por otra parte, pero no menos importante, quiero invitarles a ser parte del festejo del Tercer Aniversario de MujeresNet -que cumple años el 12 de marzo-, a través de las siguientes actividades: 1) ¡Gánate un paquete de videos y libros que incluyen temáticas de feminismo y género! Elabora un video sobre las experiencias que te han hecho la mujer/el hombre que eres, que incluya los retos que has superado, y envíalo a más tardar el último día de agosto. La duración debe ser entre 3 y 5 minutos. Lee las bases y premios en "Segundo Concurso: Abrazando nuestras Experiencias" [da click aquí]. Los videos seleccionados además serán publicados en MujeresNet. 2) ¡Parte el pastel! MujeresNet está organizando un desayuno informal para la segunda quincena de este mes para partir el pastel de cumpleaños. Si tienes oportunidad de asistir al centro de la Ciudad de México, ponte en contacto para los detalles y costo. Fecha límite para el registro y pago, 25 de marzo. Fecha tentativa para el desayuno: sábado 28 de marzo. 3) Vuélvete PATROCINADORA de MujeresNet y contribuye a que este proyecto continúe sus objetivos. Entérate aquí. 4)¡Únete al festejo! Si tienes un sitio web o blog, dedícale un post al aniversario de MujeresNet y/o coloca el banner del aniversario en tu ciberpágina para que todas tus visitas celebren también. (Copia el código que está debajo del banner). Si tenías puesto el del segundo aniversario, ¡sustitúyelo! 5) Haz parte de ti a MujeresNet. Envía la reseña de tu tesis, tus fotografías, sugiere tu sitio o blog, inscríbete al curso Ciberciudadanas, comenta en el foro, consulta las ediciones anteriores, conoce las novedades editoriales, escucha música, ve videos, lee a nuestras columnistas, entra a los sitios enlazados, navega por las secciones y temas, anúnciate en MujeresNet, y entérate de las noticias e invitaciones y convocatorias más recientes. MujeresNet crece cada vez más. Bienvenidas también las nuevas suscriptoras del boletín, y las lectoras y lectores que se han unido a este sitio para acercarse, de manera constante y profunda, a las perspectivas de género y feminista. Gracias además a quienes han dejado sus comentarios en las colaboraciones o que han enviado correos electrónicos para saludar, felicitar, quejarse, consultar o sugerir. Asimismo, a quienes envían material para su posible publicación, y a quienes colaboran con frecuencia. Mil gracias. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
"Hay dos sexos: ensayos de feminología", FOUQUE, Antoinette (Siglo XXI Editores, México, 2008)
Libros, lecturas y publicaciones Por Antoinette Fouque
Cofundadora del Movimiento de Liberación de las Mujeres (MLF) y creadora de las ediciones Des Femmes, ex eurodiputada, es psicoanalista y directora de investigación en la Universidad de Paris VIII, Francia. La feminización de la pobreza, la inseguridad sexual y el auge de los integrismos habían motivado ya, desde hace más de diez años, la primera edición en francés de este volumen. El balance negativo que yo hacía en esa época, lejos de ser obsoleto, es más actual que nunca. Los nuevos textos de la reedición francesa, que forman parte de esta edición en español, delatan una regresión, una contraliberación amenazantes. La Pasión por el Uno arraiga su violencia simbólica en el lugar mismo de lo real, de la fuente (pro) creadora, y en ella erige su soberanía y los poderes, religiosos, políticos e intelectuales que se derivan. Al cubrir con un velo de ignorancia la envidia o deseo del útero que la obsesiona, la protesta viril, la paranoia libran una guerra unilateral y despiadada en contra de las mujeres, esclavizadas tanto por una economía libidinal falocentrada (cambista y libertina) como por una economía política capitalista (librecambista y ultraliberal). Liberar de su fuente la libido creandi de las mujeres es lanzar un desafío permanente a esta guerra y abrirse a la gen(i)talidad de los dos sexos. Recordar que el primer medio ambiente de cada ser humano es un cuerpo viviente, hablante; recordar que todos nacemos de una mujer (y también de un hombre) y experimentar gratitud por ello es abolir un orden simbólico, tiránico, hegemónico; es vencer la adicción, especular de Narciso, evadirse de los dogmas y de la ilusiones, de las religiones del Libro; es detener la especulación del Todo mercancía, del Todo ganancia; pero es también, sin duda, empezar a pensar. ¿La gestación, hospitalidad tanto psíquica como carnal, como paradigma de la ética, de la responsabilidad y del don? Genitoras, genealogistas, arqueólogas, archivos y archivistas de la especie humana, las mujeres han empezado a vivir su nueva 'condición histórica', han empezado ha escribir la génesis de una modernidad tardía. Es la hipótesis positiva que reafirmo en esta nueva edición. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Un año más del Día Internacional de la mujer
Por María Esther Espinosa Calderón
Periodista, ha colaborado en la SEP, en el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) y en medios como Tiempo, y en Filo Rojo, en el suplemento 'Página Uno' del periódico Uno más Uno, en Mira, en el suplemento 'Siglo XXI' de El Universal, en la revista Asamblea de la ALDF, en Etcétera, en el suplemento 'Triple Jornada' del periódico La Jornada, y en la revista Fem, entre otras. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Centro Mexicano para los Derechos de la Infancia (CEMEDIN) le publicaron el reportaje 'El derecho a su futuro', en el libro Periodismo por la infancia. Tertuliano El reconocimiento de lo que hoy en día constituyen los derechos humanos, es el resultado de miles de años de sacrificios y frustraciones sufridos por el género humano, desde que se estableció la diferencia entre gobernadores y gobernados, lo que también equivale a decir, de aquellos que a través del poder político, económico y coercitivo han utilizado la fuerza para imponer su criterio, frente a aquellos que han carecido de estos elementos de dominación. Si bien es cierto que estos han sido muchos desde que Olimpia de Gouges en Francia reivindicó los derechos civiles y políticos y la inglesa Mary Wollstonecraft, apodada la “hiena con faldas”, reclamó en Gran Bretaña el derecho a la educación, también lo es que en algunas naciones las mujeres son consideradas seres humanos de “segunda”. En Afganistán, una mujer fue linchada por una multitud de fundamentalistas por haber expuesto accidentalmente un brazo al ir manejando. Otra fue apedreada y muerta por tratar de salir del país con un hombre que no era su pariente. Desde 1948 cuando se firma la Declaración Universal de los Derechos Humanos hasta nuestros días se han discutido y analizado convenciones, declaraciones y acuerdos, sin embargo, se continúa discriminando a las minorías. Se han ido sumando uno a uno los decretos y las manifestaciones por lograr que se respeten los derechos y lo que esta escrito en papel se lleve a la práctica. Los hechos ahí están: para que todas las mujeres tengan acceso a la salud reproductiva harían falta 12.000 millones de dólares, cifra semejante a la que se gasta en Europa y Estados Unidos en perfumes; los intentos de suicidio son 12 veces más frecuentes entre mujeres que han sufrido violencia que las que no la han tenido; 70 por ciento de los refugiados en el mundo son mujeres, Anualmente se pierden millones de dólares de la economía global debido al trabajo no remunerado realizado por mujeres, como el trabajo doméstico (que para muchos es cualquier cosa), el cuidado de los niños, el trabajo agrícola y de otros tipos; con frecuencia las mujeres son víctimas de torturas, desapariciones y abuso sexual sistemático como arma de guerra; en varios países, las pruebas para detectar problemas genéticos se usa para determinar el sexo y decidir si se aborta cuando se trata de una niña y así podría seguir la lista de las cifras para reflexionar. Es tan común escuchar hablar de los derechos humanos que no nos detenemos a analizar los beneficios, porque desde siempre ha existido la tortura y los tratos crueles e inhumanos no sólo contra los hombres sino con todo género. Existen leyes y convenios que obligan a los países a respetarlos, sin embargo, la mayoría ignora su contenido, por lo que se torna difícil avanzar en su cumplimiento. Golpes y maltrato intrafamiliar, violaciones, hostigamiento sexual, sueldo injusto, vida sexual insatisfactoria, cualquier manifestación de discriminación laboral por embarazo o por género, falta de pensión alimenticia, persecuciones, entre otras, son cuestiones por los que las mujeres pueden pelear con conocimiento de causa. Hay que recordar que la tortura es un eficaz instrumento de poder tanto jurídico, político como privado. Es una manifestación de crueldad. El poder público se ha servido de ello y al paso de los siglos, con el fin de dominar a todo aquel que se le oponga, se inventaron, diseñaron, adornaron, muebles y utensilios de tormento. Sin embargo, los que fabricaron para las mujeres se caracterizan porque atacan sus órganos sexuales. En Europa en los tres siglos y medio que duró la caza de las brujas, el 85 por ciento de las víctimas de tortura y de muerte con fuego eran mujeres. Aquí cabe una reflexión ¿Por qué se declaró brujas a tantas mujeres? Una respuesta podría ser que rompieron el silencio y trataron de llevar una vida que no les convenía a los hombres del poder de ese entonces. No hay que olvidar que otro inventó del hombre para torturar a la mujer fue el cinturón de castidad. En la actualidad las tradiciones cobran gran fuerza sobre todo en los países islámicos en donde se continúa practicando la circuncisión, que nada tiene que ver con la que se le practica a los hombres. Hoy todavía se utilizan métodos fundamentalmente iguales de tortura contra las mujeres enemigas, es decir, contra las revolucionarias, las de otra raza, otra religión, otra ideología. Entre aquellas mujeres que osaron transgredir las reglas marcadas por los hombres, existe una constante, la decisión de no quedarse en el lugar que se les había designado no se les perdonó el querer ser tan libres como el hombre. Rosario Castellanos escribía “la caridad cristiana hizo a la mujer la merced de concederle, al menos en teoría, una igualdad espiritual con el hombre y una susceptibilidad de salvación o de condenación en la vida eterna. Pero mientras durara la vida transitoria en este valle de lágrimas, la mujer tenía que estar absolutamente sujeta al varón que por su edad, su saber y su gobierno poseyera la autoridad máxima dentro del núcleo familiar. “El ideal femenino de la cultura de occidente presenta una serie de constantes...lealtad, paciencia, humildad, sumisión, recato, abnegación, espíritu de sacrificio”.[1] Pero como otros oprimidos de todo tiempo, las mujeres no se amedrentan y luchan por obtener esos derechos que deberían ser inherentes a su ser. La muerte de Olimpia de Gauges fue un hecho que “anticipo lo que habría de pasar en los siglos siguientes en relación con los combates por los derechos políticos, la ampliación de la ciudadanía política y social, las luchas por los derechos humanos. Siempre, por nuestra condición de mujeres, llegamos después para disfrutar los beneficios que los hombres se habían asignado antes y siempre, durante esa espera, la sociedad delegó la custodia de nuestra capitis diminutio en manos de ellos”.[2] Desde 1945 se empieza a trabajar en defender los derechos humanos de las mujeres en los convenios internacionales, pero es hasta 1948 cuando se promulga la declaración de los Derechos Humanos, en donde se encuentra una relación de las libertades individuales fundamentales para la vida humana, se incluye la libertad de conciencia, expresión y asociación, el derecho a no sufrir detención y encarcelamiento arbitrarios, el derecho a no ser sometido a tortura, el derecho a un juicio justo y el derecho a no ser ejecutado extrajudicialmente. Lo anterior se ve reflejado en más de 50 constituciones políticas de diferentes países incluyendo México. El género femenino es la principal víctima de determinados abusos. La violación sexual, utilizada frecuentemente como una forma de tortura, se aplica a menudo a mujeres detenidas. La Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros Tratos crueles Inhumanos o Degradantes prohibe todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con objeto de obtener información o de castigar, intimidar o coaccionar a una persona.[3] El informe de AI, explica como en diversas partes del mundo se han cometido atropellos en contra de aquellas mujeres que luchan por una igualdad o por sus derechos humanos: periodistas, profesoras y estudiantes, abogadas y jueces, reformistas políticas, activistas de los derechos de las mujeres, mujeres implicadas en los conflictos de tierra, miembros de confesiones y organizaciones religiosas, familiares de activistas o presos varones. Asegura que en ninguna parte del mundo los gobiernos han limitado sus prácticas crueles y degradantes, en muchos países en los últimos años se han ejecutado a mujeres. El sexo no sirve de protección frente a las violaciones de los derechos humanos. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, reconoció un principio básico como derecho humano, que es el derecho de toda persona el mejorar económica, social y culturalmente. Las mujeres han desplegado grandes esfuerzos en la búsqueda de lograr el reconocimiento de sus derechos. Algunos antecedentes de esta lucha esta el 8 de marzo de 1857 cuando las obreras de la industria textil y de la confección realizan una gran huelga y se manifiestan en las calles de Nueva York, exigiendo el derecho al trabajo y garantías de condiciones de trabajo más humanas. En 1866 el Primer Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores, aprobó una resolución relativa al trabajo profesional de la mujer. Para el 19 de julio de 1889, la dirigente alemana Clara Zetkin, pronuncia su primer discurso sobre los problemas de la mujer, durante el congreso fundador de la Segunda Internacional Socialista, celebrada en París en donde se defendió el derecho de la mujer al trabajo, la protección de las madres y los niños. En 1899, se realizó una conferencia de mujeres en La Haya para condenar la guerra. En 1908, más de 130 mujeres mueren el 8 de marzo, cuando se produjo un incendio en una fábrica textil en Nueva York, en donde se habían encerrado para reclamar derechos laborales iguales a los de los hombres, surgiendo así la celebración del Día Internacional de la Mujer. Para el 8 de marzo de 1910 Clara Zetkin propuso en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague-Dinamarca, que todos los años se celebrara un día de la mujer. Esta propuesta fue propuesta y aprobada en resolución firmada por más de 100 delegados de 17 países. En 1911 se celebró por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, el Día Internacional de la Mujer, donde más de un millón de hombres y mujeres asistieron a diversas manifestaciones, exigiendo, además del derecho al voto y a ejercer cargos públicos, el derecho al trabajo y a la formación profesional y el fin a la discriminación al trabajo. Un año después la celebración se extiende a otros países como Francia, Países Bajos y Suecia. En 1913 se realizó en San Petesburgo, la primera manifestación del Día Internacional de la Mujer, a pesar de la intimidación policiaca. Al año siguiente, 1914 se celebró en muchos países el Día Internacional de la Mujer, bajo el estandarte del movimiento de paz, en señal de protesta contra la guerra que amenazaba a Europa. Para 1952, La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituye el 8 de marzo como “Día Internacional de la Mujer”. En 1975 La ONU realiza en México, la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, evento en que se declaró 1975 como Año Internacional de la Mujer. También proclama el “Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer” (1975-1985). Pese a toda esta historia de lucha y existir una declaración mundial de los derechos humanos, en muchas partes las mujeres continúan siendo tratadas como seres de segunda, seres que al parecer son “invisibles” para ser respetadas y tomadas en cuenta en un mundo de hombres. [1] Rosario Castellanos, Mujer que sabe latín. [2] Feijóo. María del Carmen, "Algunas notas sobre la mujer y los derechos humanos", en Ansaldi Waldo (compilador), La ética de la democracia, pág. 181. [3] Amnistia Internacional, Mujeres en primera línea, pág. 8. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
El Día de la Mujer
Foto tomada de Wikipedia Lecturas clásicas Por Alexandra Kollontai Socialista, revolucionaria y feminista rusa, murió en Moscú el 9 de marzo de 1952. ¿Qué es el día de la mujer? ¿Es realmente necesario? ¿No es una concesión a las mujeres de clase burguesa, a las feministas y sufragistas? ¿No es dañino para la unidad del movimiento obrero? Esas cuestiones todavía se oyen en Rusia, aunque ya no en el extranjero. La vida misma le ha dado una respuesta clara y elocuente a estas preguntas. El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero. El ejército organizado de mujeres trabajadoras crece cada día. Hace veinte años las organizaciones obreras sólo tenían grupos dispersos de mujeres en las bases de los partidos obreros… Ahora los sindicatos ingleses tienen más de 292 mil mujeres sindicadas; en Alemania son alrededor de 200 mil sindicadas y 150 mil en el partido obrero, en Austria hay 47 mil en los sindicatos y 20 mil en el partido. En todas partes, en Italia, Hungría, Dinamarca, Suecia, Noruega y Suiza, las mujeres de la clase obrera se están organizando a sí mismas. El ejército de mujeres socialistas tiene casi un millón de miembros. ¡Una fuerza poderosa! Una fuerza con la que los poderes del mundo deben contar cuando se pone sobre la mesa el tema del coste de la vida, el seguro de maternidad, el trabajo infantil o la legislación para proteger a las trabajadoras. Hubo un tiempo en el que los hombres trabajadores pensaron que deberían cargar ellos solos sobre sus hombros el peso de la lucha contra el capital, pensaron que ellos solos debían enfrentarse al «viejo mundo» sin el apoyo de sus compañeras. Sin embargo, como las mujeres de clase trabajadora entraron en las filas de aquellos que vendían su trabajo a cambio de un salario, forzadas a entrar en el mercado laboral por necesidad, porque su marido o padre estaba en el paro, los trabajadores empezaron a darse cuenta de que dejar atrás a las mujeres entre las filas de «no-conscientes» era dañar su causa y evitar que avanzara. ¿Qué nivel de conciencia posee una mujer que se sienta en el fogón, que no tiene derechos en la sociedad, en el estado o en la familia? ¡Ella no tiene ideas propias! Todo se hace según ordena su padre o marido… El retraso y falta de derechos sufridos por las mujeres, su dependencia e indiferencia no son beneficiosos para la clase trabajadora, y de hecho son un daño directo hacia la lucha obrera. ¿Pero cómo entrará la mujer en esa lucha, como se la despertará? La socialdemocracia extranjera no encontró la solución correcta inmediatamente. Las organizaciones obreras estaban abiertas a las mujeres, pero sólo unas pocas entraban. ¿Por qué? Porque la clase trabajadora al principio no se percató de que la mujer trabajadora es el miembro más degradado, tanto legal como socialmente, de la clase obrera, de que ella ha sido golpeada, intimidada, acosada a lo largo de los siglos, y de que para estimular su mente y su corazón se necesita una aproximación especial, palabras que ella, como mujer, entienda. Los trabajadores no se dieron cuenta inmediatamente de que en este mundo de falta de derechos y de explotación, la mujer está oprimida no sólo como trabajadora, si no también como madre, mujer. Sin embargo, cuando los miembros del partido socialista obrero entendieron esto, hicieron suya la lucha por la defensa de las trabajadoras como asalariadas, como madres, como mujeres. Los socialistas en cada país comienzan a demandar una protección especial para el trabajo de las mujeres, seguros para las madres y sus hijos, derechos políticos para las mujeres y la defensa de sus intereses. Cuanto más claramente el partido obrero percibía esta dicotomía mujer/trabajadora, más ansiosamente las mujeres se unían al partido, más apreciaban el rol del partido como su verdadero defensor y más decididamente sentían que la clase trabajadora también luchaba por sus necesidades. Las mujeres trabajadoras, organizadas y conscientes, han hecho muchísimo para elucidar este objetivo. Ahora el peso del trabajo para atraer a las trabajadoras al movimiento socialista reside en las mismas trabajadoras. Los partidos en cada país tienen sus comités de mujeres, con sus secretariados y burós para la mujer. Estos comités de mujeres trabajan en la todavía gran población de mujeres no conscientes, levantando la conciencia de las trabajadoras a su alrededor. También examinan las demandas y cuestiones que afectan más directamente a la mujer: protección y provisión para las madres embarazadas o con hijos, legislación del trabajo femenino, campaña contra la prostitución y el trabajo infantil, la demanda de derechos políticos para las mujeres, la campaña contra la subida del coste de la vida… Así, como miembros del partido, las mujeres trabajadoras luchan por la causa común de la clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en cuestión aquellas necesidades y sus demandas que les afectan más directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido apoya esas demandas y lucha por ellas… Estas necesidades de las mujeres trabajadoras son parte de la causa de los trabajadores como clase. En el día de la mujer las mujeres organizadas se manifiestan contra su falta de derechos. Pero algunos dicen ¿por qué está separación de las luchas de las mujeres? ¿Por qué hay un día de la Mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines? ¿No es, en fin, una concesión a las feministas y sufragistas burguesas? Sólo aquellos que no comprendan la diferencia radical entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufragistas burguesas pueden pensar de esa manera. ¿Cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista que poseen ahora sus maridos, padres y hermanos. ¿Cuál es el objetivo de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer. Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en cualquier lugar. Las mujeres trabajadoras responden: demandamos derechos para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero nosotras no sólo somos mujeres y trabajadoras, también somos madres. Y como madres, como mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un cuidado especial del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad. Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos políticos: también aquí nuestros caminos se separan: para las mujeres burguesas, los derechos políticos son simplemente un medio para conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del trabajo. Los caminos seguidos por las mujeres trabajadoras y las sufragistas burguesas se han separado hace tiempo. Hay una gran diferencia entre sus objetivos. Hay también una gran contradicción entre los intereses de una mujer obrera y las damas propietarias, entre la sirvienta y su señora… Así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día separado y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias especiales y panfletos o prensa especial para las mujeres. Cada distinción especial hacia las mujeres en el trabajo de una organización obrera es una forma de elevar la conciencia de las trabajadoras y acercarlas a las filas de aquellos que están luchando por un futuro mejor. El Día de la Mujer y el lento, meticuloso trabajo llevado para elevar la auto-conciencia de la mujer trabajadora están sirviendo a la causa, no de la división, sino de la unión de la clase trabajadora. Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse a la celebración del Día de la Mujer. Escrito: En 1913. Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2002 » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
México: Las elecciones de 2009 arrinconarán a las mujeres
Foto: Elsa Lever M. Por Sara Lovera Periodista mexicana, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC); nominada a 1000 mujeres por el Nobel de la Paz 2005, ha colaborado en diversos medios como El Nacional, El Día, Uno más Uno, La Jornada; fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México, integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y todos los lunes forma parte de la Mesa Periodistas del Canal 21, el Canal de la Ciudad de México en TV por Internet. En medio de una grave crisis económica, México comenzó un costoso proceso electoral sin programas ni agenda social, mientras los partidos políticos hacen lo imposible por mantener a una clase política miope y estática, que llevará a que las mujeres sean arrinconadas, pese a haber logrado un ascenso lento en los puestos en los últimos 20 años. Los preparativos para los comicios previstos para el próximo 5 de julio comenzaron el primero de febrero pasado, en medio de un escándalo por la propaganda en televisión, donde se estima habrá 23 millones de spots en los próximos cinco meses. El gasto y la propaganda ya han sido calificados de espectaculares, inútiles y excluyentes. La población -78 millones de personas podrán votar- no recibe propuestas, sino publicidad con frecuencia ofensiva. Este año habrá elecciones federales y locales en 14 entidades del país, se repartirán 1.472 puestos de elección popular, entre gobernaciones, diputaciones federales, diputaciones locales y ayuntamientos, así como de delegados y asambleístas en el Distrito Federal, capital del país. De estas asignaciones, controladas por los partidos políticos y sus "grandes electores", las mujeres debían, según la ley electoral y los estatutos de los partidos políticos, ocupar cómo mínimo 40 por ciento. Es decir, tendrían que acceder a puestos de elección popular, a los gobiernos y a donde se toman las decisiones, al menos 662 mujeres. Pero eso será imposible: los programas de los partidos políticos, la cultura y la desarticulación entre ellas, en los distintos espacios, hacen de la demanda de participación femenina todavía una utopía, concluyeron mujeres políticas, de la sociedad civil y feministas. La expectativa real es mínima; probablemente sólo llegarán 250 de ellas, poco más del 16 por ciento, de acuerdo con las proyecciones y la tendencia histórica. Y la mayoría irá a los congresos federal y locales. Según explicaron a SEMlac diputadas y mujeres del movimiento feminista, los cambios en el Código Electoral de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) en 2008 significaron un retroceso. El mayor castigo o indiferencia sobre la participación femenina, dijo la especialista en gobiernos locales Alejandra Massolo, se ubica en las elecciones de ayuntamientos, donde la elección femenina no rebasa el tres por ciento desde hace 20 años. Las listas de precandidaturas de la elección federal (500 diputados) ya fueron entregadas a la autoridad electoral. Habría que multiplicarlas por los ocho partidos que participarán en el proceso y "no nos vemos", dicen las diputadas y las mujeres de organizaciones civiles. Se nos ha menospreciado, a pesar de las contribuciones hechas en las últimas legislaturas, precisó a SEMlac la legisladora Elsa Conde. Por su parte, Martha Tagle, de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, explicó que las reformas al COFIPE, que entraron en vigor este enero, establecen que los partidos políticos serán eximidos de su obligación de incluir 40 por ciento de mujeres, si hacen elección interna de candidaturas. También la nueva redacción señala que las promociones de mujeres sólo estarán sujetas a la Ley, a pesar de lo que digan sus estatutos. Actualmente, los estatutos de dos de los tres partidos mayoritarios, establecen que sus órganos de dirección y las listas electorales de todo tipo serán de 50 por ciento hombres y 50 por ciento mujeres y sólo el partido conservador establece la palabra "procurará promover…". A juicio de Tagle, se ha operado un retroceso, que además fue avalado por las diputadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y una mayoría de las representantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Ambas fuerzas políticas se reconocen como socialdemócratas y fueron, en otras épocas, promotoras de la participación femenina. La situación se agrava si en el panorama se ve achicada y enfrentada la izquierda electoral, donde se ubicaban las propuestas de las mujeres, comentó a SEMlac Orfe Castillo, de la Asociación Consorcio para el Diálogo Parlamentario. Indicó que un primer acuerdo del Espacio Feminista -una mesa plural de mujeres- es no proponer, ni participar en las elecciones, solamente "vigilaremos que se cumpla con la ley y apoyaremos a las que así lo demanden". La búsqueda Durante una reunión de mujeres, políticas y feministas, se hizo un balance de lo sucedido en al menos los últimos 18 años, desde 1991, cuando se construyó la Convención Nacional de Mujeres, que buscó abrir el acceso a bancas del Congreso para feministas. Hasta el año 2000, no se había conseguido una sola banca desde el espacio civil, aunque por goteo llegaron mujeres feministas a la Cámara de Diputados, provenientes de sus partidos políticos. En 1997, se realizó una Asamblea Nacional, donde además se construyó una agenda para las mujeres, que debía ser cumplida por los partidos políticos. Tal agenda, recuerda Julia Pérez en un recuento escrito en la revista Cuadernos Feministas "nunca fue recibida formalmente por los dirigentes partidarios". No obstante ese año, a instancias de las militantes feministas, se impulsó la creación de la Comisión de Equidad de Género en el Congreso. Entre 1997 y 2000, muchas iniciativas y propuestas fueron impulsadas por una alianza entre mujeres de partidos políticos y feministas, entre ellas leyes como la General de Igualdad entre Hombres y Mujeres; y las de Violencia Familiar, que creó el Instituto Nacional de las Mujeres. Igualmente, a través de un órgano llamado Parlamento de Mujeres, se consiguió impulsar muchas reformas en las entidades del país e iniciativas que abrieran presupuestos favorables a las mujeres, institutos locales para este sector poblacional, leyes diversas, en los campos civil e, incluso, otras sobre salud y salud reproductiva. Sin embargo, no fue hasta el 2003 en que se consiguió una amplia discusión y una ley para frenar los feminicidios y varios presupuestos parciales con perspectiva de género. Pero ese mismo año la participación femenina cayó hasta tres puntos, coincidiendo con el cambio de partido político en la Presidencia de la República y variaron los principios y enfoques de lo que se llama política pública. Hoy, dijeron Martha Tagle, Orfe Castillo, Josefina Chávez y otras analistas, se vive un retroceso que hace necesario ampliar la representación feminista en los congresos y los puestos de decisión, al tiempo que obliga a replantear el papel de las organizaciones sociales y de mujeres frente a los órganos del Estado. No se trata únicamente de mayores espacios, que se han buscado, sino de retomar el rumbo. En 2009 nuevas estrategias y peleas están por venir, aseguraron las diputadas y las militantes, quienes anunciaron el inicio de una campaña de vigilancia para que se cumpla con la Ley, en todos los órdenes, porque muchas iniciativas son sólo papel.
De las 117 legisladoras federales actuales hay: de 207 diputados de Acción Nacional, 25 por ciento mujeres; de 127 diputados del PRD, 21,26 por ciento mujeres y del PRI con 106 diputados, 17,92 por ciento mujeres. En esta legislatura hay cinco diputadas del movimiento feminista: Marina Arvizu y Elsa Conde, de Alternativa o partido Socialdemócrata; Rosario Ortiz y Claudia Cruz, del PRD, y Martha Tagle, de Convergencia. Legislaturas Locales: 2006, 21% mujeres. Ayuntamientos (2,500) 3% mujeres. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
De los peligros del amor romántico y las políticas de género
Por Enrique Jimeno Fernández Cardedue Profesor, con interés en el estudio de la evolución de las identidades masculina. Barcelona, España. En un reciente artículo de Marta Selva, presidenta de l'Institut Català de les Dones, titulado Desaprender la violencia[1], la autora daba cuenta del esfuerzo institucional que se está realizando por “desarticular los mecanismos implicados en el concepto del amor romántico”, al parecer una creación cultural extraordinariamente peligrosa, porque favorece las relaciones abusivas y la violencia de los hombres sobre las mujeres con sus mensajes de entrega total por un lado (la mujer) y de dominio por el otro (el hombre). Hace ya tiempo que el feminismo señaló al amor romántico como una de las herencias culturales más tóxicas y que más urgía combatir. Una de las primeras fue Margaret Mead, quien en Adolescencia, sexo y cultura en Samoa (1928) denunció el amor romántico y “su unión inextricable de monogamia, exclusividad, celos y fidelidad” como un modelo irrealizable, inventado en Occidente y sin equivalente en Samoa, cuya práctica del "amor libre” podía proporcionarnos pautas de conducta más plausibles. Y no olvidemos que también las obras de antropólogos tan relevantes como Bronislaw Malinowsky habían apuntalado la tesis de que las relaciones afectivas y sexuales dependían de cada contexto cultural. En la estela de estos planteamientos, la crítica feminista no tardó en descubrir en el amor romántico una de las estratagemas más sibilinas y eficaces de la cultura patriarcal para doblegar a las mujeres y consolidar relaciones asimétricas. Alimentar ese ensueño distorsionador sirve para que la mujeres asuman como un destino deseable la renuncia personal, la entrega total y apasionada, la sumisión absoluta a su príncipe idealizado. Aunque pudiera pensarse que con sus fogosidades y arrebatos el amor romántico implica y complica por igual a hombres y mujeres, la critica feminista denuncia que más allá de las retóricas dolientes masculinas lo que en realidad se exalta es la propiedad y dominio del varón sobre la mujer, representada insistentemente como un ser incompleto, frágil y necesitado de protección. Basta con realizar una rápida revisión de los contenidos románticos de los cuentos infantiles, las canciones, las revistas, las películas o las series de televisión para constatar cómo vinculan la plenitud de la mujer al anhelo de entrega y sometimiento al amado, al deseo de resultarle siempre atractiva, a la disposición permanente a satisfacer sus deseos. El ideal romántico, además, hace depender el éxito de la relación de que la mujer abrace decididamente este esquema escandalosamente asimétrico, asumiendo los sacrificios y renuncias que hagan falta. El cuidado de la relación aparece así como un deber de las mujeres y la responsabilidad del posible fracaso de la relación siempre es de ellas. Kate Millet, la feminista que en los setenta acuñó el lema “lo personal es político”, lo explicó de forma muy explícita: “El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas".[2] Para Ana Jonasdottir[3], feminista materialista sueca, el amor con su extraordinario poder de manipulación se ha convertido en la más eficaz herramienta de subyugación de las mujeres, una vez abandonadas las anteriores coerciones materiales. Ya en su momento Millet había señalado que el amor romántico -sublimación de la pasión erótica- tenía un alto poder de manipulación emocional porque era la “única circunstancia en que se disculpa (ideológicamente) la actividad sexual de la mujer”[4]. Pero, ahora, en la época del capitalismo tardío –como explica Alicia Puleo- el mito del amor se ha readaptado desublimándose y convirtiendo la práctica sexual que antes era cínicamente “disculpada” en una nueva exigencia. Del “Patriarcado de Coerción” que prohibía las prácticas sexuales se ha pasado al “Patriarcado de Consentimiento”, que impregnado de la ideología del amor prescribe la práctica de la sexualidad como una nueva obligación. Según este nuevo precepto amoroso, las mujeres de verdad para ser completas han de ser deseables y satisfactorias sexualmente. Si a esa exigencia sumamos la responsabilidad de la salud emocional de la pareja, la presión que el mito del amor carga sobre las mujeres es extraordinaria. Este análisis que parece destilar una seductora lucidez parte sin embargo de una premisa muy discutible: el amor romántico no tiene explicación biológica alguna ni es un fenómeno universal, sino una construcción cultural nacida en Occidente cuyo origen podemos precisar tanto en el tiempo como en el espacio. Era previsible, porque Millet - la feminista radical que hemos dicho con más empeño presentó el amor como una creación androcéntrica- era la misma que había afirmado que "en el nacimiento no hay ninguna diferencia entre los sexos” y que “la personalidad psicosexual se forma en fase postnatal”, como fruto de un aprendizaje cultural destinado a perpetuar la hegemonía de los hombres sobre las mujeres. El término que tanto Millet (en Política sexual, 1969) como su correligionaria Shulamith Firestone (La dialéctica de la sexualidad) y otras feministas radicales empiezan a utilizar para englobar el conjunto de prácticas que permiten el dominio masculino sobre las mujeres es el de "patriarcado", un sistema de opresión que inspiró otras formas de dominio como la raza y la clase. El dispositivo patriarcal establece el dominio del macho sobre la hembra y -según Firestone- para justificarlo recurre a la exacerbación de la importancia de las diferencias genitales y de las constricciones que la reproducción impone a las mujeres. Según Millet el patriarcado era una estructura de poder arcaica y universal, planteamiento que suscitó críticas en el movimiento feministas porque equivalía a naturalizarlo y convertirlo en inevitable. Por eso, poco a poco, la noción de patriarcado empezó a ser relegada y se prefirió recurrir al «sistema de sexo-género»[5], entendido como el conjunto de arreglos por los que una sociedad asume como realidades biológicas lo que no son más que productos de la actividad humana, como estableció la antropóloga Gayle Rubin en The Traffic in Women (1975)[6],y por tanto la opresión no es inevitable, es el producto de las relaciones sociales específicas que la organizan. Germaine Greer con La mujer eunuco (1970) deja claro que los roles sexuales no dependen de diferencias biológicas, sino que son constructos sociales sobre los que se basa el patriarcado. Por eso critica el eterno femenino simbolizado por la mujer eunuco, un ser producto de la cultura patriarcal condicionada desde la cuna a la represión de su sexualidad e independencia. Rechaza el matrimonio y propone la promiscuidad como forma de afianzamiento de la independencia femenina.[7] De todos modos, el término patriarcado quedó ya incorporado definitivamente al vademécum feminista y en 1986, la historiadora Gerda Lerner no tuvo reparo en relegitimarlo definiéndolo como “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”[8]. Guiada por la convicción de que el patriarcado fue una creación histórica y de que en consecuencia su desaparición histórica es posible, Lerner, a falta de mayores precisiones, se conformó con documentar la existencia de este sistema de dominio entre los años 3.100 al 600 a. c. en el Próximo Oriente, dónde se podemos documentar “la autoridad absoluta del hombre sobre los niños, la autoridad sobre la esposa y el concubinato”[9]. El patriarcado es una creación histórica de hombres y mujeres que se formó a través de un proceso de unos 2.500 años de duración. En su forma más temprana, apareció como el estado arcaico. La unidad básica de su organización fue la familia patriarcal, que expresó y generósus reglas y valores paso a paso (Lerner, Gerda: La creación del Patriarcado)[10] y [11]. Esta hegemonía del poder paterno llega hasta la modernidad, pero el ascenso de la burguesía exigió un fundamento para el ejercicio del poder no basado en el linaje. Surgió entonces el patriarcado moderno basado en el pacto o acuerdo social, en el que es el Estado y no el pater familias quien “garantiza a través de la ley y la economía, la sujeción de las mujeres al padre, al marido y a los varones en general, impidiendo su constitución como sujetos políticos” [12]. En ese contexto, el amor romántico aparece como una estrategia cultural innovadora que contribuye sutilmente a desarmar a las mujeres y que permite al patriarcado seguir ejerciendo su dominio. Esa es la razón por la Anna Jonásdottir -siguiendo a Karen Millet- señala la importancia de la lucha feminista en el ámbito de “las condiciones políticas del amor sexual”. Sin embargo, las últimas evidencias que nos aporta las investigaciones científicas hacen tambalear estas elaboradas nociones y teorías sobre el origen del amor romántico y su hábil instrumentalización por los hombres para oprimir a las mujeres. Unas tras otra, las nociones que sustentan estas explicaciones están quedando en entredicho por las nuevas revelaciones de la neurología, la arqueología, la antropología o la historia. Y la razón de todo ello es sencilla: se parten de premisas simplemente falsas. Obsesionado con el riesgo de que la diferencia biológica se utilice para justificar la discriminación de la mujer, el feminismo se ha empeñado en convertir el simple sustrato biológico masculino en una creación cultural urdida por los machos humanos para someter a las mujeres. Una vez establecida esta conjura masculina se ha creado una inacabable constelación de conceptos y desarrollos de notable brillantez, a pesar de carecer de apoyo en prueba evidente alguna que la fundamente. Se trata de “explicaciones de caja negra” como las denomina Mario Bunge, en las que todas las claves del fenómeno estudiado (por ejemplo la violencia de género, la dominación masculina, el amor romántico, ...) se atribuyen a una estructura que no puede ser observada, ni probada, pero cuya existencia se pretende presentar como incuestionable, en este caso, el patriarcado y el género como creación exclusivamente cultural sin base en la naturaleza. Una vez asumido el patriarcado y el género como realidades incontestables, todo se explica en función de estas premisas y de acuerdo con una supuesta “lógica” patriarcal", para después convertir esas explicaciones no sólo en una demostración, sino en una denuncia de su existencia. Como señala Ana León Mejía: La violencia que ejercen los hombres hacia las mujeres o las diferencias salariales entre ambos sexos son explicados en términos de una sociedad patriarcal... Pero no sabemos por qué se producen tales hechos. No conocemos las causas de esta dominación ni el mecanismo por el cual se produce. El mismo concepto de poder que utiliza el discurso feminista,determinante para explicar la dominación, es otra caja negra. Y no solo de mecanismos, sino también de significados.[13] El caso es que este enfoque ideológico ha conseguido tal éxito que su léxico y sus análisis están siendo socialmente asumidos como una principios indiscutibles, sin que apenas se activen resortes críticos capaces de evitarlo y, lo que es más grave, con peligrosas repercusiones en el marco legal y en el enfoque de la acción educativa. De entrada, habría que empezar por señalar que lo que comúnmente conocemos como amor-romántico o amor-pasión es un fenómeno universal, cuya existencia se puede documentar y rastrear a través de la historia sin demasiada dificultad. Aunque hay que reconocer que los defensores de la tesis contraria han contado con eficacísimos propagandistas. No nos referimos sólo a Malinowsky o Mead, si no a ensayistas de éxito como Denis de Rougemont, cuyo seductor ensayo El Amor y Occidente (1938, 1956) obtuvo una difusión extraordinaria. En esa obra, Rougemont sostuvo que el amor tal como lo entendemos en Occidente surgió en la Francia cátara de los siglos XI y XII. Otros, que le han complementado, matizado o corregido -por ejemplo invocando su origen andalusí o norteafricano-, han seguido coincidiendo con él en su empeño en asignar al amor romántico un origen histórico y geográfico preciso, a partir del cual evolucionó hasta nuestros días. Tan profunda ha sido la huella de Rougemont, que presentar el amor romántico como un producto histórico se ha convertido en otro lugar común inquebrantable, a pesar de las solventes voces críticas que señalan lo contrario. Entre otras, la de Octavio Paz, quien en un brillante ensayo La llama doble. Amor y erotismo (1993) demostró por un lado la oposición entre el amor romántico y el catarismo (que condenaba todo amor profano) y, por otra parte, el cultivo de la pasión amorosa en todas las culturas de Oriente y Occidente. El hecho de que en la antigüedad no existiera una completa doctrina del amor con sus ideas, prácticas y conductas específicas -como empezó a ocurrir en la Francia del siglo XII con el amor cortés-, no significaba que anteriormente el amor pasión no fuera invocado, recreado y ensalzado o vilipendiado en infinitas ocasiones, como demuestran los abundantes testimonios literarios[14]. Paz es concluyente: “La existencia de una inmensa literatura cuyo tema central es el amor es una prueba concluyente de la universalidad del sentimiento amoroso”[15] Más allá de las ideas y elaboraciones culturales que hayan arropado a este sentimiento amoroso a lo largo de la historia, los testimonios a favor de su carácter universal son apabullantes. Sentir atracción pasional por una persona entre muchas –eso es el amor pasional o romántico definido de la forma más breve y concisa- es un conducta propia de todo ser humano. Repudiar esta dimensión de nuestra humanidad es absurdo y hacerlo invocando una supuesta conjura patriarcal resulta de lo más peregrino. En su monumental trilogía La naturaleza del amor (ed. s. XXI, 1992), Irving Singer explica que incluso Malinowski “señala que si bien los jóvenes trobriandeses definían su relación mutua en términos de relación sexual... experimentaban también fuertes vínculos, dependencia emocional e incluso celos ocasionales. Sin duda es razonable suponer que la gente de otras tierras y épocas mas tempranas no era tan diferente de nosotros como para haber vivido sin amor sexual hasta que un puñado de poetas en Provenza, o en algún otro lado, lo descubrieron o lo inventaron. Parece mucho mas plausible creer que el amor, en todas sus variedades, existe como un hecho complejo pero común en la naturaleza humana como un todo.” (t. II, El amor cortesano y romántico, p. 18) [16]. Las últimas investigaciones no hace sino confirmar estas evidencias día tras día. Los antropólogos ya han conseguido documentar el amor de cariz romántico en 147 sociedades humanas y la neurología día tras día no cesa de aportarnos nuevos datos sobre cómo se desencadena. Hoy sabemos que el cerebro experimenta el enamoramiento como una adicción que se asocia a intensas descargas de dopamina y a una inhibición de la actividad del córtex prefrontal, la principal sede de la racionalidad en el cerebro. Como señala Ignasi Morgado, catedrático de Psicobiología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), siguiendo los estudios de Samir Zeki y Andreas Bartels en el Colegio Universitario de Londres, “parece hacer falta una cierta irracionalidad para el enamoramiento”. Como ocurre en el resto de mamíferos, en estas circunstancias, las principales áreas del cerebro involucradas en el enamoramiento trabajan a nivel inconsciente.
[12] http://www.nodo50.org/mujeresred/spip.php?article1396 Este texto es reproducido con el permiso expreso del autor. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
El 8 de Marzo y las campañas políticas
Foto: Mario Paper Martínez Por Sandra Sierra Limones Mexicana, libertaria, comunicóloga, editorialista y comprometida con las luchas de las mujeres. Y como cada año se preparan los eventos y las celebraciones. Marchas, pláticas, conferencias, campañas… Todas reduccionistas, todas de mujeres y para mujeres sin la plena y absoluta convicción por parte del sexo “fuerte” que la incorporación plena y absoluta en todas las áreas y todos los sectores no es una concesión, es un requerimiento y una necesidad imprescindible. Nos encontramos en los albores de otras campañas políticas cuya única novedad parece ser que no tienen novedades. Se perfeccionan los sistemas territoriales de movilización, se incorporan las más avanzadas tecnologías de información, se escudriñan las casas y las conciencias y se hace una cadena interminable de compra de voluntades de ofrecimientos fáciles y de propuestas simplistas. Parece que todo esto es más sencillo que eslabonar y articular una plataforma con realidades y verdades, con datos técnicos y expectativas razonables. Los candidatos se limitan a las dádivas y las propuestas trilladas debido a su nula capacidad de liderazgo a partir de un convencimiento real, de generar sinergias y simpatías durante más tiempo que el proceso electoral. Y cada vez nos convencen menos las opciones: por un lado un Partido Revolucionario Institucional con una disciplina férrea y unos militantes estoicos. El que se mueva no sale en la foto es todavía la premisa determinante. Se hace, se piensa y se dice lo que el “líder moral” del partido señale, en este caso gobernadores que han convertido a sus estados en feudos impenetrables. Por otro lado dos partidos tan diferentes y tan iguales: los de izquierda bajo el argumento que todos somos iguales no logran unificar un mando y se reproducen los caudillos baratos. En Acción Nacional por el contrario, el argumento es que todos somos diferentes, todos somos importantes y todas las opiniones cuentan, lo que genera caudillos caros. El resultado es el mismo: la soberbia de los que no saben sumarse tiene sus resultados, en tres años ambos partidos dilapidaron la confianza de los electores y esperan resultados infinitamente menos alegres que hace tres años. Y parece que es la división en toda la historia nuestra compañera permanente: los estrategas políticos se muestran casi agradecidos por los problemas que nos aquejan: la inseguridad y el desempleo no preocupan más que para utilizarlos como argumentos de campaña que generen votos a favor del color que haga la contratación. Esperemos mejores tiempos sin dejar de pugnar por ellos. Ninguna mujer debe mantenerse al margen de celebraciones por este día, desde nuestra trinchera, como madres, como esposas, como trabajadoras, como agentes de cambio, como receptoras de inequidades, como soñadoras perennes, vivamos con la esperanza de siempre este 8 de marzo. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Agua que no se derrama
Poesía feminista Por Patricia Karina Vergara Sánchez Feminista, periodista y profesora Desmoronas al mundo, en tu hacer de cada día. Parece que sabes que es tu tarea, más importante que cualquier otra. Como si al amanecer enumeraras los deberes: Lavar la ropa. Patear al patriarcado. Alimentar a las gallinas. Acompañar a una amiga. Traer los víveres. Silenciar a un misógino. Coser la falda roja. Vas por la calle, para el mercado y detienes, retadora, la mano del acosador antes de que toque a la niña. Confrontas a la que se ha pintado de rubio el cabello, le preguntas que si no se mira prieta en el espejo. Asistes a misa y le dices al curita ese que qué panzón está hoy y qué flacos andan los niños. Cuando te señalan los corrillos que por qué eres madre sola contestas que no estás sola que te tienes contigo. Cuando te pregunto que por qué te llamas feminista qué entiendes tú de la palabra esa, en esta provincia escondida. Tú me dices que te imaginas, que tal vez, que ha de ser, como cuando hay sed en este pueblo. Cuando las mujeres acarrean las cubetas de agua, se ayudan, todas juntas, todos los días, por el mismo camino. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
De los hombres y el desamor
Foto: Magda Marczewska Historias, cuentos, reflexiones y vida cotidiana Por Elizabeth Carreño Caballero Arquitecta egresada de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), con especialidad en Restauración y rehabilitación de edificios históricos. Maestrante en Ciencias de la Educación y dedicada al diseño interior y la construcción privada. Después de llorar muchas lágrimas de todos sabores, he llegado a las insípidas, las que ya no llevan nada, las que brotan por instinto, las que salen del alma, las que escurren limpiando los residuos, las que podrían confundirse con gotas de lluvia, las que son infinitamente cristalinas, las que ya no se sienten, las que se evaporan, las que no dejan huellas, las que surgen por inercia, las que no pueden ser evitadas, las que tienen un ritmo marcado y pausado, las que se absorben en la piel, las que clarean los ojos, las que son necesarias para recuperar el aliento. He llegado a la conclusión que conociendo a un hombre, conocemos a todos. Es muy cierta la frase de que “todos los hombres son iguales”, todos tienen como común denominador que saben exactamente como hacer daño, como herir nuestros sentimientos y hacernos pedazos el corazón literalmente. ¿Qué nos pasa a las mujeres? ¿Por qué sabemos sufrir? ¿Quién nos enseñó? o ¿Será que ya lo traemos en el cuerpo? Esto es lo que debería estudiar la genética, deberíamos de poder quitar antes de nacer en todas las mujeres, esa irresponsable porción de nuestro cerebro y corazón que nos hace sufrir, que nos quita el sueño y nos mal aconseja en las noches. Yo cambiaría el dichoso sexto sentido con tal de no sufrir, porque ¡vaya que sabemos hacerlo! De la misma forma que los hombres, todas las mujeres somos iguales, tenemos lo mismo debajo de las faldas, no importa si son de sedas carísimas o recicladas del bazar de segunda; compartimos las mismas ganas de encontrar a alguien que sepa tocarnos, que no nos use como muñecas inflables, que nos acaricie cariñosamente, que nos sepa frágiles, que disfrute abrazarnos, que sepa que también nosotras deseamos y sentimos y no por eso dejamos de ser “decentes”, que no se sienta amenazado porque pensamos, que nos haga explotar de placer y después no se quede dormido, que disfrute nuestra compañía por lo que somos y no porque sabemos lavar los platos y planchar su ropa, que no seamos únicamente sus trofeos por presumir, que no asesine nuestros sueños por inseguridad. No es necesario ofender. No es necesario lastimar. No es necesario disfrazar los buenos sentimientos. No es necesario engañar. No es necesario demostrar quién es el más fuerte. ¿Cuándo lo entenderán? ¿Cuándo comprenderán que no somos rivales? Somos compañeros, somos complementos, somos mitades iguales, somos piezas de rompecabezas que encajamos con exactitud, somos cielo y mar, luna y sol, somos el bien y el mal, la noche y el día, la primavera y el invierno, el norte y el sur, la vida y la muerte, el calor y el frío, la oscuridad y la luz, mente y cuerpo, somos el yin y el yang que se consume y se genera mutuamente, que no pueden existir el uno sin el otro, que cuando uno aumenta el otro disminuye y siempre habrá un resto de cada uno en el otro, somos duales, somos hombre y mujer, mujer y hombre al mismo tiempo. En todas las épocas ha sido lo mismo, definitivamente hoy me doy cuenta que el hombre no evoluciona, y cuando digo hombre, me refiero sin lugar a dudas al sexo masculino; sigue siendo un cavernícola, que no entiende, que sólo le preocupa comer, tener donde abrigarse y una hembra con las piernas abiertas para lo que su instinto le indique. En eso resumía sus necesidades y lo sigue haciendo igual. Es un hecho tangible y comprobado que el cerebro masculino no cambia ni con miles de años de evolución en el resto de las especies. Si se tratara únicamente de evolución puedo asegurar que la selección natural habría extinguido a los hombres de la Tierra. Es más hoy compruebo que el hombre no evolucionó, sólo mutó en el prehistórico ser que vive ahora en un mundo civilizado y no en cuevas en las montañas. Al hombre no le gusta que la mujer piense y lo cuestione, saben que vemos más allá de nuestras narices, saben que el sexto sentido que por el momento pretendo canjear nos hace ir un paso adelante que ellos, saben principalmente que cuando abrimos la boca decimos verdades que no quieren escuchar, saben en el fondo de su ser que no tienen escapatoria y eso los molesta, los irrita y creen que alzando la voz y siendo groseros suplen su inferioridad. Lo malo es que les funciona y terminamos ocupando esa desastrosa porción que nos obliga a sufrir y sufrir y sufrir como si nos pagaran por hacerlo. Y es que esto duele profundamente. Eso sí lo sé. Duele mucho el saberse tan desechable. Todos quisiéramos no ser olvidados jamás, nos sentimos tan especiales que pensamos que dejaremos una huella tan profunda en las demás personas que no será posible borrar, pero estoy comprobando que sí es fácil. Hoy quisiera saber, ¿por qué no me quisiste lo suficiente como para darte un tiro en la cabeza por no poder dejar de pensar en mí? ¿Por qué no me comprendiste un poquito más como para cautivar mis hábitos en la eternidad de la rutina? ¿Por qué no me extrañaste como para aprenderte de memoria cada una de mis células? Por lo pronto, sigo en mi casa, sumida en lo hondo del sillón, en silencio y desolada por dentro, les dí permiso a mis ojos a dejar brotar otra vez un montón de lágrimas, más bien un océano de lágrimas que de nuevo adquirieron sabores extraños y amargos, unas lágrimas gordas y pesadas que no sólo mojan, también golpean y duelen y lastiman y hieren y su sabor no deja cerrar las heridas, sólo las hace más profundas, tanto que pasan de la piel hasta los huesos. No lo puedo evitar, no lo quiero evitar, no lo trato de evitar, las lágrimas salen con vida propia de mis ojos, me invaden, se apropian de mi razón, me alteran, se apoderan del resto de cordura que había en mí. Creo que el porcentaje de agua que tengo en mi cuerpo ha disminuido tanto que voy a deshidratarme, necesito un doctor, una pócima, una medicina, un brujo, un hechizo, una receta mágica, una oración, lo que sea. Necesito hospitalizarme lo antes posible, porque este dolor intenso no cesa y estoy comenzando a creer que me va a matar. Reconozco que esto es un suicidio, lento, doloroso y cien por ciento consciente y consumado. Continúo mi odisea de llanto por el tiempo que mi perturbada y nublada razón me permitieron hasta que me pareció que otra vez regresaban las lágrimas insípidas, las que ya no llevan nada, las que brotan por instinto, las que salen del alma, las que... » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Ni para frijoles
Por Sara Lovera Periodista mexicana, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC); nominada a 1000 mujeres por el Nobel de la Paz 2005, ha colaborado en diversos medios como El Nacional, El Día, Uno más Uno, La Jornada; fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México, integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y todos los lunes forma parte de la Mesa Periodistas del Canal 21, el Canal de la Ciudad de México en TV por Internet. La nación mexicana y muchos de sus habitantes vivimos y vimos cómo se empezó a perder la vergüenza y el pudor en los años 70, época de las represiones sin cuartel; en los años 80 perdimos el salario y nos copó la palabra crisis. En 1984 pude documentar como se cerró una empresa cada tres días y hubo miles y miles de despidos. Se fracturó el aparato productivo, se abrieron las fronteras para las importaciones más sorprendentes y nunca más se recuperó un milímetro de alegría en el campo. Y, sin embargo, no oímos de hambruna. Dicen que en su despacho de ministro, como de la época de Don Porfirio Díaz, Pedro Aspe, Secretario de Hacienda y Crédito Público, en 1989 decía que los mexicanos aguantábamos cualquier cosa, teníamos un colchón económico, redes familiares solidarias, costumbres y una cultura de idiotez, que aseguraba el éxito del proyecto salinista de “modernización”. Obreros y campesinos no protestarían, ni clases medias, sostenía Aspe. Y eso lo fundaba en su convicción de que en todas las casas se comían frijoles, mismos que rendían mucho con un poco de agua y combinados con las tortillas quitaban el hambre y las ansias de protestar. Pero, sobre todo, recuperaban la energía. Era como una inyección de sangre. Frijoles. Negros bien aguados. Ricos, abundantes. Decía mi madre que habiendo frijoles en una casa, no hacía falta nada. En México se cultivan 70 variedades de esa leguminosa y dice doña Edelmira Linares, del Jardín Botánico de la UNAM, que los frijoles tienen el doble de proteínas que los cereales; además tienen hierro – la vitamina para la sangre- y con el maíz, hacen una cadena proteica, que ha impedido la hambruna, aún en las peores épocas. Tal vez por ello me ha parecido tan cruel, tan terrible, en medio del ventarrón económico que estamos viviendo, una noticia doble: el frijol ha subido de precio hasta el 60 por ciento en el último año y al mismo tiempo se ha reducido su producción de la que dependen 570 mil campesinos mexicanos. Eso, dicen los especialistas, como resultado del tema agropecuario del Tratado de Libre Comercio que acaba de cumplir un año en operación. La información, además, señala que lo más sorprendente no es que se roben por los caminos trenes completos de maíz sino que hay un asalto semanal a trailers que transportan frijoles. Un robo que también se atribuye al crimen organizado. Porque se supone que es un producto de venta inmediata, sin mayor trámite, cada tonelada cuesta 18 mil pesos. Un trailer suele transportar 10 toneladas. Negocio redondo. Pero me preocupa más que sea por hambre. Me preocupa su precio, su escasez, la desgracia de que el frijol, de origen mexicano, que dio al mundo una leguminosa llena de fibra, de proteínas, que combate la anemia, que se repartía barato en las tiendas Consaupo en los años 60, tiendas de las que había una a la vuelta de cada casa en el Distrito Federal, resulta ahora un artículo de lujo. El último pedacito del colchón a que se refirió Aspe. Ya no habrá nada más después de que eso sea imposible de comer y conseguir. Me preocupa la indiferencia como se van acumulando las notas del desastre económico. Me asusta que ya ni siquiera haya frijoles para enfrentar lo que viene. Que, de acuerdo con el genio económico de Immanuel Wallersteini, todavía no vemos ni una punta de lo que será esta etapa de la crisis del capitalismo, que en tiempos electorales se combinará con populismo y proteccionismo para mitigar lo duro de la falta de todo y de la escasez del dinero. Lo dijo el día que subió el dólar a más de 15 pesos. Y si ello no es suficiente, pienso en que ya ni frijoles habrá para nada, ni para nadie en un país que perdió la vergüenza, que está a punto de perder su historia, que no puede sino tener discursos vacíos de igualdad social, igualdad entre los sexos, cuando no hay nada o muy poco qué repartir de bienestar, de alegría, de esperanza, donde los líderes políticos piensan que alguien los va a escuchar. Al despuntar marzo de 2009, 99 años después de que Clara Zetkin nos llamó, a las mujeres a unirnos por el derecho al trabajo, la sindicalización y un salario digno, me pregunto si tenemos fuerza para salvar los cultivos de frijol, en esos campos militarizados de México, de guerra sin fin, de ejecutados y muertos. Donde a la tristeza ya no se la calma con nada. No podemos hablar de igualdad, ni de espacios políticos para las mujeres, si como dice mi madre, no habrá frijoles para comer y empezarán a contarse historias de hambruna. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Familias devastadas, la otra cara del crimen
Por Sara Lovera Periodista mexicana, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC); nominada a 1000 mujeres por el Nobel de la Paz 2005, ha colaborado en diversos medios como El Nacional, El Día, Uno más Uno, La Jornada; fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México, integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y todos los lunes forma parte de la Mesa Periodistas del Canal 21, el Canal de la Ciudad de México en TV por Internet. Hoy se percibe una rabia contenida en decenas de familias mexicanas. Un desencanto que congela el alma. Viven una indignación que no tiene ninguna salida pública. Un estado de emoción que se convierte en una profunda frustración e impotencia que amenaza con convertirse en ira. Son las familias que han perdido a un ser amado después de un secuestro. Que a la desaparición se suma la tortura, la muerte, el crimen. Es igual que una mujer violada, que no puede jamás explicarse por qué ella. ¿Qué hizo? ¿Por qué fue víctima de tan repugnante crimen? Los deudos de un asesinato resultado de un secuestro sienten lo mismo. Son las familias que nadie conoce, sin espacios en la prensa, sin amigos influyentes; son las que hacen sala de espera en las procuradurías generales de justicia de cualquier entidad de la República, a las que se les dan largas y siempre esperan, sin esperanza. Al miedo se suman el dolor, el luto, el trauma psicológico. No encuentran ninguna explicación. Las esposas, viudas sin saberlo, las madres que piensan que no es posible. Los hijos que se desengañan de un sistema que los oprime y los desgarra. En silencio y con sufrimiento conocen del secuestro de su amado hijo, sobrino, primo, padre, hermano, tío. O, como ya hemos visto, también pasa con las hijas, sobrinas, madres, hermanas, tías… Nadie les escucha, creen –en principio- que las policías habrán de investigar. Los funcionarios de ceño duro los citan, una y otra vez, les toman datos, preguntan sin dar respuestas, les piden frecuentemente dinero, abren expedientes que acumulan en alguna parte. Muchas familias prefieren arreglárselas por cuenta propia, no acuden a las autoridades, no les creen. Luego la nada, sin reflectores de ninguna clase, la anomia lo invade todo. De acuerdo con la organización sin fines de lucro Instituto de los Ciudadanos para el Estudio del Crimen se calcula que hay 500 secuestros cada mes en México. La cifra oficial es de 70 denuncias cada cuatro semanas. Muchas de las víctimas nunca son rescatadas. Se trata de secuestros por dinero a civiles sin protección, expuestos en cualquier recodo del camino, en cualquier circunstancia. Heridas sociales, vistas como privadas, aisladas. Son en realidad una estadística de la muerte en estado de opacidad. Y lo más grave es constatar que es mentira que exista alguna coordinación policial. Es claro para quienes han vivido una experiencia de este tipo que la Conferencia Nacional de Procuradores no opera, no hay archivos, no hay bandas detectadas, no hay vinculación de ningún tipo. Hace unos días me enteré, con enorme angustia de un caso de secuestro que terminó con el crimen del secuestrado. Se denunció inmediatamente, porque hubo testigos. Se confió en las autoridades de la Procuraduría General de la República, se siguieron sus instrucciones, no se atendió a la posibilidad de negociar con inopinados personajes que se encargan de hacer “enlaces”. A la demanda de los secuestradores, parte del crimen organizado que ha devenido en un negocio lucrativo, se atiende, se pide tiempo. Luego el silencio absoluto. Pasó el tiempo, meses. De las autoridades nada. El muchacho fue asesinado, tirado en algún llano. Localizado casualmente, no se le identifica, se va al hoyo de los muertos sin nombre, sin perfil. A la familia no le queda otra que creer que es su pariente lo que les muestran en fotografías, que se trata de la misma persona llevada por la fuerza una noche oscura y al que ya le rezaban con antelación. Las mujeres de la familia me contaron que meses después se unió el expediente de una procuraduría a otra, se constata la desarticulación de esos expedientes y como decía antes la inoperatividad y desvinculación entre las procuradurías de los estados y de éstos con la federación. Por todo reciben un juego de fotos, indicios, promesas, nada. La familia le dio sepultura. Pero no hay nada claro, nadie investigó a tiempo, no hay detenidos, no hay culpables. No hay justicia. Nadie sabe cuántas familias viven esa terrible situación, cuántos secuestrados existen realmente. Cuántos han perdido la vida y acaban en una fosa común, porque no existe ninguna real coordinación policiaca, a pesar de las maravillosas técnicas tipo FBI, los datos, las citas, los peritajes, las promesas de que lo encontrarán y lo devolverán. Lo que hay es un vacío. Se diría que estas familias permanecen ahogadas en la injusticia de un país donde no existe el estado de derecho ni la seguridad para nadie. Las declaraciones de la autoridad son rimbombantes. Se dice que en el momento que la autoridad empieza a atacar a los narcotraficantes, éstos sacan dinero de otro lado y si les rompen su estructura se dedican al secuestro, al robo de vehículos mientras reestructuran su negocio ilícito. La información del Instituto de los Ciudadanos para el Estudio del Crimen señala que en el Distrito Federal han salido libres 251 secuestradores en los últimos dos años. Estas personas que no han cumplido su sentencia, que salieron sin estar readaptados, se vuelven a dedicar al mismo tema. Es a todas luces una omisión inaceptable, responsabilidad de las autoridades estatales y municipales, cuyo argumento es que muchas veces no actúan bajo la creencia de que se trata de un asunto federal. Verdadero cinismo. En 2005, José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., informó que en los últimos diez años 250 víctimas de secuestro fueron asesinadas por sus captores. El caso del joven Fernando Martí sacó a relucir muchas cifras, muchos comentarios, se dijo entonces que México tiene el segundo lugar en secuestros, otras organizaciones revelaron cómo empieza a convertirse este asunto en cotidiano; crímenes que hieren el equilibrio de los deudos, mujeres/madres que se llenan de coraje. Luego rezan, sepultan, se frustran. . La esposa del muchacho de que hago referencia, asegura que irá al fondo del asunto. ¿Si? Me pregunto y con qué armas, con qué posibilidades, con qué esperanza, con qué motivo. La justicia, me dice, esa que tendría que suceder. Esa que se nos anuncia, esa que forma parte de los spots televisivos, esa de la que dice se hace cargo el gobierno. Por ella voy, me asegura. Se multiplican así núcleos civiles por doquier, nuevas fundaciones, estadística y nuevas declaraciones. La madre llora en su lecho. Prende un cirio y rememora sus primeros años, sus primeros juegos, sus primeras letras, sus días alegres. Ha comenzado el duelo, que se realiza en la intimidad de un alma herida, en solitario. La desaparición definitiva, sin resultado es la peor, dicen los psicólogos. Pero el asesinato, el crimen, sin explicación dura a la madre o la viuda toda la vida. Para eso no existe una política pública, un mendrugo de pan, ni una caricia y si hubiera nada sería insuficiente. Se vuelve a la nada, al vacío, a la impotencia. Lo cierto es que no existe ninguna instancia que atienda el trauma psicológico de los deudos. Ni existe quien mitigue el dolor. El secuestro empieza a formar parte de una historia en México. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
La Zona Triqui: un lugar funesto
Por Sara Lovera Periodista mexicana, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC); nominada a 1000 mujeres por el Nobel de la Paz 2005, ha colaborado en diversos medios como El Nacional, El Día, Uno más Uno, La Jornada; fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México, integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y todos los lunes forma parte de la Mesa Periodistas del Canal 21, el Canal de la Ciudad de México en TV por Internet. En la zona Triqui de Oaxaca se vive un estado de violencia insoportable. Los hechos, los datos, los relatos y la historia de vida de las mujeres indígenas, nos hacen imaginar que eso no es posible en un estado de derecho y podríamos pensar que no existe sino que se trata de una novela macabra. Esto ocurre en el siglo XXI, de plena globalización; en el 60 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, cuando concluyó el siglo calificado de las mujeres y en el que se nombran con cinismo incontrastable, todos los derechos de las mujeres, época donde se habla de restitución de la deuda histórica con los habitantes de los pueblos originales. A pesar de la tecnología de los instrumentos de comunicación de masas, las triquis están borradas, invisibles, negadas. Nada sucede. Ninguna autoridad acude, resuelve, investiga o intenta hacer justicia. Es increíble, por duro y cierto. Sólo en los primeros once meses de 2008, de acuerdo a la “cifra oficial” del procurador del estado, Evencio Nicolás Martínez Ramírez, dice que 55 mujeres fueron asesinadas en Oaxaca, once triquis; aunque las hay humilladas sexualmente agredidas y otras desaparecidas. Ello a pesar de un documental de cientos de cuartillas escritas por la periodista Soledad Jarquín y las denuncias sustentadas de organismos civiles de mujeres y de Derechos Humanos. El fin de semana leí en los ojos de Emelia Ortiz, una narración funesta: cansancio y desencanto. “No hay justicia”, nos dijo este 14 de febrero, año y medio después en que ella, su tía y las mujeres de las comunidades triquis han tocado todas las puertas, todas, para que se investigue la desaparición de Daniela y Virginia Ortiz Ramírez sucedida el sábado 5 de julio de 2007. Es curioso, fue Emelia, prima de Daniela y Virginia, habitante en la ciudad de Oaxaca de la casa de estudiantes triquis, quien quiso celebrar lo que llamó fecha oficial de la amistad, para atisbar su esperanza. Mientras departía, y nos convidaba de una comida tradicional de su pueblo, una forma de explicarse la solidaridad de mujeres mestizas que están unidas a la búsqueda de sus primas, esta joven, tierna, sensible e inteligente, narraba cómo desde que nació vive en un contexto de violencia, que sólo se explica por la encarnizada lucha de un poder que ella, nos dijo, no entiende. Estaban otras mujeres. Esta vez no llegó Antonia, la madre de las dos jovencitas desparecidas, porque en la región siguen, como es cotidiano, balaceras, amenazas y persecuciones. Por eso Antonia Cruz Ramírez, no pudo viajar al festejo, que con todo, es una manifestación de vida. Vi en los ojos de Emelia, a pesar de todo, la ilusión de que alguna autoridad investigue, también su deseo de que haya algún resultado a las notas periodísticas, a las quejas interpuestas, sobre los hechos, los datos, los relatos, la tremenda realidad que su generación y la de su tía, experimentan. Lo que advertí, fue simplemente abominable. Como lo es el femicidio cotidiano. El de Ciudad Juárez, el de Michoacán o el de Chimalhuacán, Estado de México, hasta ahora irresolubles por un sistema de justicia inoperante, plagado de corrupción, calificado de inaceptable por los organismos internacionales de Derechos Humanos. En la zona Triqui la desgracia de las mujeres se acumula. Desde 1979, en que entró el ejército y la comunidad se dividió por razones poco claras. Los hombres de la misma tierra se enfrentan sistemáticamente. Las autoridades aducen hoy, casi 30 años después, que por eso no pueden investigar ni perseguir a los delincuentes. En realidad se trata de la falta de políticas para encontrar puntos de acuerdo entre los pueblos enfrentados, originando que las pugnas continúen inopinadamente. Como continúan las violaciones sexuales a las mujeres, emigraciones forzadas y asesinatos, como los de Felicitas Martínez y Teresa Bautista, locutoras de Radio Copala, en abril de 2008. Las mujeres recuerdan, anotan, han vivido todo: pérdidas materiales, la quema de sus viviendas, el robo de ganado y sus cosechas miserables, despojos, actos de tortura, secuestro y asesinatos de líderes y personas que simpatizaban con tal o cual grupo. La lista de agravios es muy larga. No puede relatarse en este texto, Emelia Ortiz los conoce, los ha vivido y contado, lo mismo de los hombres enfrentados, como de integrantes del ejército, a cada agravio se han levantado denuncias. Pero nada sucede y muchas mujeres ya no quieren denunciar porque dicen que sólo exponen sus casos, salen en la prensa, la comunidad las señala, pero de sus agresores nada. Virginia, maestra rural de 20 años, salió de su casa el 5 de julio de 2007, acompañada de su hermana Daniela, de 14 años, para recoger sus cosas de la comunidad de San Marcos Xinicuesta, puesto que había conseguido que la asignaran a otra escuela cerca de Rastrojo, su comunidad. Se dirigió en taxi a Putla, donde las vieron por última vez. La desaparición fue denunciada tres días después. No obstante el procurador no actuó. Declaró que el conflicto político en la zona, le impedía “exponer a sus hombres”. Han pasado 19 meses. Como ya pasaron tres décadas de las primeras denuncias que presentaron mujeres triquis ante las entonces autoridades. Esto me recuerda Acteal, la guerra sucia, me recuerda Ciudad Juárez, me recuerda a los niños abusados por el legionario de Cristo, a Marcial Maciel, me recuerda que en este país no importan ni los niños, ni los indígenas, ni las mujeres. Me indigna. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Aborto legal amenazado
Por Sara Lovera Periodista mexicana, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC); nominada a 1000 mujeres por el Nobel de la Paz 2005, ha colaborado en diversos medios como El Nacional, El Día, Uno más Uno, La Jornada; fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México, integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y todos los lunes forma parte de la Mesa Periodistas del Canal 21, el Canal de la Ciudad de México en TV por Internet. La diputada de Alternativa, Marina Arvizu, se paró en la tribuna de la Cámara de Diputados y advirtió que las autoridades de la Secretaria de Salud hicieron trampa, que al modificar la Norma en materia de violencia contra las mujeres (NOM-046) se quiere regatear el derecho a interrumpir legalmente un embarazo producto de una violación. A poco no saben los funcionarios de Salud que ese derecho viene desde que se firmó la Constitución de 1917 o no saben que la violencia contra las mujeres es grave y frecuente; no es posible que no sepan lo que todo mundo sabe. Lo sucedido con esta norma es de antología. Se propuso incluir en la misma el tema de la interrupción legal del embarazo, que por violación está en los códigos penales del país desde 1929, porque los panistas de Baja California le negaron el derecho a la adolescente, que conocemos como Paulina, en 1999. Cómo hubo movilizaciones de mujeres en todo el país, en América Latina y en otros muchos países del mundo, porque no era posible tanta cerrazón de los panistas que, además, violan la ley, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo una recomendación, lo que derivó en un acuerdo del gobierno mexicano para reelaborar esa norma que incluye, también, la obligación del sistema de salud para suministrar a la mujer que haya denunciado una violación, lo que se conoce como anticoncepción de emergencia, precisamente, una nueva pastilla que evita el embarazo y así no se recurrirá al aborto. Pero no. Los panistas siguen cerrados, queriendo imponer un modo de ver la ley. Sin duda, los panistas para ciertas cosas son un peligro para México, un verdadero peligro para las mujeres, unos tramposos de doble moral y escasez de principios. Son los mismos que hicieron el rescate de los Bancos y ahora justifican el Fobaproa, que todavía estamos pagando y que continuará en la próxima generación al menos. No es el secretario de Salud, Miguel Ángel Córdoba, el único responsable o el principal responsable, sin embargo tendrá que ir a comparecer ante el Legislativo a petición de la diputada Marina Arvizu, a explicar por qué cambió dolosamente una norma que ahora podría significar que el derecho se tuerza, se evada, deje de aplicarse. Miguel Ángel Córdoba es un pobre secretario, como se conoce la denominación, tiene órdenes que seguir. Y como todos los que están ahora en el gobierno mexicano, débiles, sin proyectos propios, siguen los mandatos de quienes tienen el poder real, de verdad: los empresarios, los jerarcas de la iglesia católica, los integrantes de la clase política tradicional, es decir, en esencia personajes curtidos de corrupción, falta de ética y sólo mirando la ganancia propia. Se llama consorcio del capitalismo salvaje. Es muy deprimente que los derechos de las mujeres, construidos lentamente a través de toda la historia independiente de México estén en manos de estas personas. Como las manos de Fidel Herrera, el gobernador de Veracruz, cuyo procurador ha dicho que no se puede interrumpir un embarazo legalmente, porque no hay reglas. Ahora no se trata de lo que podría suceder sino de lo que está sucediendo al violarse una ley y una historia. La norma tiene un número es la NOM-046, tiene un objetivo pensado hace como 20 años por Carmina Rivera, una trabajadora social que se daba cuenta que los médicos se hacían tontos en los hospitales cuando una mujer llegaba golpeada, maltratada, con la moral en el piso porque el responsable de su situación era su querido marido. En esa época los médicos pensaban que “las correcciones” a una esposa que habla y no se deja, eran un asunto privado y justo. El tiempo ya no es ese. La violencia contra una mujer es un delito, está tipificado, reglamentado. Una consecuencia de la violencia sexual, es decir, de la violación puede ser un embarazo no deseado, un embarazo producto de la agresión, de la ofensa, de la humillación, del poder, de la fuerza y ahora los panistas quieren que ese embarazo sea producto de la impunidad, de la falta de escucha, de la imposición del Estado sobre la persona mancillada. De eso se trata este cambio en la norma. Las feministas que hicieron la denuncia pública en un desplegado recientemente, así lo comprenden. Marina Arvizu logró convencer al resto de los integrantes de la Cámara de llamar al que se ostenta como Secretario de Salud para que explique, que rinda cuentas, diga porque se hacen estas cosas. Yo creo que es inútil. Que los panistas no entienden, que nadie entiende que es monstruoso que una persona humana, completa, inteligente, pueda dar a luz el producto de una violación. Las mujeres estarán vigilantes, dicen las feministas. Lo que es urgente es que las mujeres del país conozcan sus derechos, como éste y los exijan. La falta de ciudadanía hace posible que se viole a las mujeres y se violen sus derechos. En un desplegado publicado por feministas y grupos diversos de mujeres en un diario de la ciudad de México señala que los cambios a la NOM 046 “no fueron mínimos, fueron de fondo y deliberadamente pensados para desconocer el derecho al aborto legal y a la anticoncepción de emergencia en los servicios de Salud”. Para cerrar este comentario, sólo diré que la actualización de la NOM 046 fue redactada después de una consulta pública, comentada y aprobada el 21 de julio de 2008. Que esa redacción era muy equilibrada y apegada a las leyes mexicanas. También a los compromisos que el Estado mexicano firma. Incluso hubo una campaña para exigir su publicación. Y esta angustia y esta necesidad de hacer de la ley una cosa efectiva era porque la violencia continúa, porque apenas el sábado pasado se supo que una mujer de Veracruz, violada, recibió la negativa para abortar, ahora no es un panista, fue un priista. No hay forma de callarse, se tienen que seguir exigiendo estos derechos. La norma fue en fastrack aprobada el 28 de enero pasado, debajo de la mesa, descompuesta, hecha para violar los derechos. Y ahora en el Congreso se tendrá que explicar y desde ahí enderezar el entuerto. Por eso es importante que haya feministas en las Cámaras. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
28 de Febrero, llamada al XI Encuentro Feminista
Por Guadalupe López García Periodista con Especialización en Estudios de la Mujer por el PIEM de El Colegio de México, se ha desempeñado como guionista y productora de radio; colaboradora, editora y coordinadora editorial en diversos medios como el IMER y la SEP, La Jornada, El Día, Uno más uno, Fem y Notimex. Fue jefa del Área de Construcción de Cultura Ciudadana del Centro Integral de Apoyo a la Mujer “Esperanza Brito de Martí” en Venustiano Carranza (ahora Unidad Delegacional Inmujeres-DF y coordinadora de la Unidad Delegacional de Iztacalco del Instituto de las Mujeres del D.F. (Inmujeres-DF), hasta este año. Ha recibido reconocimientos a su labor periodística y en defensa de los derechos de las mujeres por parte de la AMMPE, Conmujer, Cimac y la delegacion Iztacalco del DF. Inicia marzo y se aproxima el XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe con sede en México, en el que se espera la participación de más de mil mujeres con una postura política: la feminista. Ya Sara Lovera nos adelantó el mes pasado datos sobre este encuentro y sus antecesores. Esperemos que en los medios de comunicación masiva también se hable de esta histórica reunión. Ya no es sorpresa que en algunos espacios se informe sobre las acciones y demandas del movimiento, aunque una parte de ellos lo haga con un sesgo sexista, misógino y hasta machista. Por otro lado, desde el movimiento es necesario reconocer que se requiere de nuevas estrategias de comunicación y difusión. No sólo para ampliar la participación de las mujeres o para que se conozcan nuestras demandas, sino para dar a conocer el análisis y la reflexión que se hacen de la situación mundial en todos sus ámbitos: política, económica y social. Pero… a qué iba. ¡Ah, sí! Varias feministas académicas, representantes de organizaciones no gubernamentales, legisladoras y sindicalistas convocaron a una reunión “abierta, plural e incluyente” el sábado 28 de febrero, con el fin de “propiciar la reflexión y el análisis de la situación en la que se encuentra el feminismo en México, así como plantear nuevas formas de articulación”. ¡Vaya tarea! Quizá muchas como yo, no dimensionamos ese objetivo y más bien fuimos para ver de qué se trataba y saber quiénes eran las que estaban detrás de todo. Pero aunque la invitación era firmada por muchas, como sucede en todo, sólo unas cuantas asumirían la chamba y la responsabilidad. El día esperado llegó, había mucha expectación, “tensión” diría una compañera en una de las mesas de trabajo. Y como sucede en todo: “¿Cómo estás?”, “¡Hace tanto tiempo que no nos vemos!”, “¿En dónde andas?”, “¡Qué sorpresa!”, “¡Qué milagro que te dejas ver!” Ya en la reunión, aparecieron a escena las académicas Gloria Tello, Pilar Alberti y Delia Selene de Dios Puente, la diputada federal Rosario Ortiz y las activistas Cecilia Talamantes, Lourdes García y Laura Martínez, en representación del “Grupo Promotor de la Reunión”. Leyeron un documento de introducción, los ejes de discusión y la mecánica de trabajo. Se trataba de hacer un balance del feminismo en México, del año 2000 a la fecha (Fortalezas y Debilidades); plantear los retos del feminismo ante los gobiernos de derecha y proponer formas de articulación. Todo iba muy bien hasta que una representante de Milenio Feminista pidió que se incluyera el tema del XI Encuentro Feminista. La propuesta causó desconcierto y, sin un tiempo pertinente para discutirla, se puso a votación ganando el esquema original, lo que causó enojo y gritos. Se vislumbraba una división cuando varias compañeras abandonaron el salón. Afortunadamente se quedaron y decidieron abrir una mesa de trabajo paralela. Si bien desde el movimiento feminista se está en contra de imposiciones y de intolerancia, me preocupa que se haya esperado hasta el momento de inicio de la reunión para plantear esa propuesta. ¿Por qué no haberla puesto a discusión previamente con las organizadoras? ¿Por qué no negociar, llegar a un acuerdo? ¿Qué acaso toda negociación es mala? Si de por sí somos estigmatizadas… ¿Por qué no hacer una revisión de nuestros métodos feministas dentro del mismo feminismo? ¿Por qué no revisar nuestros prejuicios? ¿Por qué siempre partir del enfrentamiento aun entre nosotras mismas? Como si nuestra causa personal o de grupo fuera la de más valor, la más importante. La forma es fondo, se dice en la clase política que tiene el poder formal. Se auguraba una tormenta –según mi prejuicio-, pero no. Se discutió acaloradamente, con pasión, con enojo, pero también con humor, con seriedad, con preocupación. Y como sucede en todo: unas se quedaron en un solo grupo, otras iban y venían de mesa en mesa. Varias se quedaban en los pasillos, platicando, deliberando. Algunas estuvieron nada más un rato y el resto se quedó “para ver en qué terminaba todo”. Previo a la sesión plenaria, no podía faltar una “dinámica de recreación” para luego entrarle a la exposición de resultados; los cuales fueron coincidentes en muchos puntos –de los que espero que alguna otra de mis compañeras de esta página hable— como el que el feminismo es un movimiento amplio, plural y diverso y de la necesidad de rearticular al movimiento con nuevas y renovadas estrategias. De la derecha se dijo que no sólo está en el Partido Acción nacional –el que gobierna a nivel federal— sino en otros institutos políticos como el Revolucionario Institucional (PRI), incluso, en el de la Revolución Democrática (PRD), en los grupos económicos y hasta en los medios de comunicación como Televisa. Un punto fue el que llamó mi atención: hacía tiempo que no se había convocado a una reunión como ésta. Sara Román, quien ahora es funcionaria pública en el gobierno del Distrito Federal, expresó que había espacios de reflexión desde el trabajo, el ámbito profesional, académico, en los sindicatos y organizaciones, pero que faltaba uno desde el feminismo. Por ello, la convocatoria rebasó las expectativas de las organizadoras, como lo expresó Rosario Ortiz, al informar que participaron 198 mujeres de Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Jalisco, estado de México, Chihuahua, Veracruz, Quintana Roo, el Distrito Federal y de otros estados. Quizá se planteó un objetivo muy ambicioso, pero esto sirvió para hablar de la necesidad de reconstruir esos espacios, como hace 30 años; aunque como dijo Eli Bartra, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, pareciera que los temas son los mismos. Por supuesto que no se pudo dejar de recordar a feministas fallecidas recientemente: Graciela Hierro, Itziar Lozano, Esperanza Brito de Martí y Cecilia Loría y aplaudir a quienes estuvieron ahí: Teresita de Barbieri, Sara Lovera, Eli Bartra, Ana Lau Jaivén, Marcela Lagarde, Mary Goldsmith, Jeniffer Cooper, Leonor Aída Concha, Delia Selene de Dios y muchas más. Faltaron más, no importa. Así es el feminismo. Una compañera muy querida me preguntó: “¿cómo viste la reunión?”. No sé, le dije, me sentí muy feliz de ver a muchas compañeras de lucha, a las “vacas sagradas”, a las jóvenes… A lo mejor fueron discusiones al aire, a lo mejor sí hay un compromiso renovado, a lo mejor… Y como no me sucedía desde hace mucho, salí muy contenta. Fue un gran sábado el 28 de febrero. Etiquetas: Crónica Feminista de Guadalupe López » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Nahui Olin y Carmen Mondragón, transgresoras en un mismo cuerpo
Por Elvira Hernández Carballido Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue jurado en el reciente Premio Nacional de Periodismo. Poeta, pintora y musa, Carmen Mondragón y Nahui Olin, Nahui Olin y Carmen Mondragón, emergen del pasado con una mirada verde penetrante e inolvidable. Intensas y pasionales, auténticas e intuitivas, una seduce a la otra, una reconstruye a la otra, la otra se reconstruye a sí misma, la otra es ella misma, y ella son las dos. Carmen escribía y quizá ya Nahui dictaba, Carmen siente y Nahui resiente, la niña Carmen vibra con el aire europeo y la pequeña Nahui vibra con las promesas ingenuas de un París de principios de siglo XX. ¿Puede una niña escribir con pasión y decepción sobre la vida? Carmen y Nahui lo hicieron desde el día que nacieron, 8 de julio de 1893, en la ciudad de México. De 1897 a 1905 viven en Francia. Las monjas del Colegio Francés son testigos del crecimiento creativo de esta niña mujer que ellas mismas consideraron una niña extraordinaria. Sus poemas y relatos que escribe durante la infancia son recuperados en 1924 en el libro titulado A dix ans sur mon pupitre (A diez años sobre mi pupitre). La escritura es la manera más natural para expresar sus sentimientos y pasiones, sus decepciones y alegrías, para amar y para odiar. Hicieron poemas desgarradores y festivos, confesiones con rimas y estremecedoras declaraciones de amor. Reflexionaron sobre su manera de ser, de estar y de comprender la vida. Hasta la fecha se conocen cinco libros de su autoría: A dix ans sur mon pupitre (1924), Calinement je suis dedans (Cariñosamente estoy adentro, 1923), Energía cósmica (1937), Nahui Olin (1927) y Óptica cerebral, poemas dinámicos (1922). Escriben espiritualmente, escriben con la audacia de aventureras de la ciencia, con la seducción y el erotismo de mujeres que saben amar y sentir. Magdalena y Nahui también se expresaron a través de la pintura, se dibujaban a sí mismas, se autorretrataban para atisbarse y reconocerse, para marcar distancia y trazar cercanías. Sus ojos verdes, expresivos y seductores, siempre destacaban en cada cuadro. El colorido expresa una sensualidad infinita y el candor más ingenuo. Si bien no les interesaba pertenecer a una corriente pictórica, se considera que sus obras pueden ser catalogadas en el estilo naïf. Ellas aseguraban que su pintura era simplemente intuitiva. Pintaron en óleo sobre cartón, tinta china sobre papel, óleo sobre masonite y temple sobre cartón. Entre sus obras más conocidas pueden mencionarse Corrida de toros, autorretrato en el puerto de Veracruz, Nahui y el capitán Agacino en Nueva York, Personajes del circo, Autorretrato y El balcón. Pero también fueron pintadas y fografiadas, el pincel de los más grandes artistas mexicanos y extranjeros, la lente de ojos masculinos y femenino buscaron atraparlas en una tela, en un óleo, en una fotografía. La pintó Diego Rivera, la fotografió Edward Weston, quien logró las imágenes más sugestivas y representativas de Carmen y Nahui, sus miradas llenas de nostalgia, la pasión contenida en un gesto, la pasión desbordada en un cuerpo provocador y provocativo. El escándalo las acompañó cuando posaron desnudas y algunas fotografías fueron publicadas en Ovaciones. Para Carmen su cuerpo no es un cautiverio sino un escenario de expresiones, para Nahui su cuerpo es la prueba fiel de la nueva mujer que empezaba a crecer en la segunda década del siglo XX. Fue hasta cuando Carmen conoció al pintor y vulcanólogo Dr. Atl que se dio cuenta que en ella siempre había vivido Nahui Olin, nombre que significa la renovación de los ciclos cósmicos en el calendario azteca. El amor con el Dr. Atl fue profundo y desgastante, Junto con él la pintura y la escritura se desbordaron junto con la pasión que los unió. Como en las buenas historias de amor, se separaron de tanto amarse. Nahui y Carmen se inmortalizaron en fotografías y pinturas. Se fueron quedando solas por decisión propia. Una enloqueció, la otra quedó cautiva en la imaginación desbordada. A una la llaman feminista, a la otra solamente rebelde. Una ofreció a las miradas su cuerpo y otra donó pedazos de alma en su obra artística. Una rompió moldes y la otra hizo añicos los estereotipos. Las dos estuvieron en la vanguardia aunque la historia oficial las quiera olvidar pero en esos vuelcos inesperados, una mano amiga las recupera a través de la memoria impresa. Etiquetas: Meditaciones de Elvira Hernández Carballido » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Frágil memoria
Por Tere Mollá Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España Tan sólo han pasado dos meses desde que se iniciara la ofensiva de Israel en Gaza y ya parece que a casi todo el mundo se le haya olvidado que perdieron la vida mil cuatrocientas personas palestinas y más de cinco mil quinientas resultaron heridas. Si, también perdieron la vida personas de Israel, fueron once de las cuales solamente tres eran civiles. La relación es más que evidente. Esta semana desde una alta institución de las Cortes Valencianas se organizaron unas mesas redondas en Valencia y Alicante en las que tuve el honor y el placer de participar para explicar, (o al menos intentarlo en la medida de mis posibilidades) la situación de las mujeres palestinas. Fue triste comprobar cómo a pesar del esfuerzo realizado por parte de una de las máximas responsables de la Sindicatura de Greuges, Emilia Caballero, la asistencia de público fue mínima. En Valencia acudieron unas quince personas y en Alicante unas diez. Y digo que es triste, porque en los días de los bombardeos era un tema que aparecía a todas horas en los medios de comunicación, pero con el paso de los días por mucho que busques ya apenas encuentras alguna una noticia residual en los medios. Ya parece no importar el sufrimiento de tantas personas, la muerte de otras tantas como consecuencia de la falta de medios y el estado de destrucción en que deben haber quedado las infraestructuras de la zona. Nuestra memoria flaquea cuando dejamos de recordar que las niñas y niños del pueblo palestino tienen derechos y se los estamos negando con nuestro silencio y nuestro olvido. Esas niñas y niños serán los adultos de mañana y los que deberán encargarse de buscar y encontrar vías de diálogo para la paz. Pero creo que se lo estamos poniendo muy difícil al olvidarnos de sus necesidades. Con nuestro olvido actual y con todos los olvidos anteriores hacemos el juego a quienes ejercen como colonos cada día, despreciando la vida y lo bienes del pueblo palestino y, con esa misma falta de memoria, ponemos piedras para encontrar el camino de la paz entre los pueblos. Afortunadamente existen personas bienintencionadas a ambos lados de los muros de la vergüenza que siguen buscando vías para la paz y la convivencia de los dos pueblos. Y esas personas están dentro y fuera de las fronteras de Israel y Palestina. Sin esos esfuerzos que no siempre vienen de la mano de las altas instituciones como la ONU, el pesimismo ante la evidencia de lo que ha ocurrido y lo que ocurre cada día sería insoportable. Así las cosas, no llegan buenas noticias para la formación de un nuevo gobierno en Israel después de las últimas elecciones en donde la izquierda ha sido prácticamente arrasada y los ortodoxos van a ser los encargaos de formar gobierno. Y la derecha nunca ha sido amiga de buscar vías pacíficas para la resolución del conflicto con Palestina. Pero más allá de cuestiones políticas y estratégicas que obviamente son importantes, mi curiosidad se centra en saber cómo se encontrarán las miles de personas heridas durante los últimos bombardeos, en cómo las niñas y niños que fueron heridos físicamente sanarán sus heridas emocionales y podrán afrontar un futuro sin demasiadas alternativas después de lo vivido, en definitiva, ¿quién les educará para la construcción de la paz? Nosotros seguimos viviendo nuestras cómodas vidas después del viaje o los viajes, pero ¿Cómo se encontrarán esas mujeres que han perdido hijos, maridos, hermanos, etc… y ahora tienen que hacerse cargo del cuidado de las personas que hayan quedado con vida dentro de la más absoluta de las miserias? No ceo que el olvido sea un buen aliado de la búsqueda de la paz y quizás por eso no me permito olvidar la mirada de aquella niña descalza, sentada en una silla de paseo en un frío día de finales de diciembre que la vida puso en mi camino en el campo de refugiados de Amaary, en Ramallha. Duele mucho cada vez que la recuerdo, pero aquella mirada me impone el deber de recordar la situación y de hacerla recordar a quienes lean estas líneas. Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla » Lee el texto completo... |
A vueltas con el tema del aborto
Por Tere Mollá Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España Esta semana pasada se votaron las conclusiones del trabajo que ha realizado la subcomisión creada para examinar alternativas a la actual legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo en la Comisión de Igualdad del Congreso. Los grupos parlamentarios de la Izquierda aprobaron esas conclusiones y ahora, el Gobierno, las debe tener en cuenta a la hora de la elaboración de un proyecto de ley. No así el Partido Popular que decidió votar en contra. Al mismo tiempo, los de siempre, los intolerantes hombres de faldas largas y negras a través de su portavoz Juan Antonio Martínez Camino, recordaron que todas aquellas mujeres que decidan interrumpir su embarazo y todos los profesionales sanitarios que colaboren en esta intervención serán automáticamente excomulgados, pero que este castigo no afectará a quienes legislen sobre el tema, como amenazaron en 1985 cuando se legalizaron los actuales tres supuestos para la interrupción voluntaria del embarazo. Excomunión que no aplican, al menos en el arzobispado de Valencia en donde además del aborto, algunas hemos argumentado sobadamente los motivos para apostatar o que se nos excomulgue y no lo hemos conseguido. Pero esta es una más de las muestras de hipocresía que estos señores de faldas largas y negras vienen practicando desde hace miles de años. O ¿acaso el hecho de predicar castidad y no practicarla en demasiados casos, no es un acto de hipocresía? Y esto no lo digo yo, lo dicen las centenares de monjas que has sido violentadas por estos señores que se creen intocables a la hora de predicar, pero que temas como la castidad, en demasiadas ocasiones no lo llevan bien. Eso sí, en caso de embarazo, nunca reconocerán a los vástagos, dejando de nuevo a las mujeres, monjas o no, en una situación bastante complicada. Y como muestra la noticia aparecida en el periódico El Mundo el pasado día 4 del presente mes de febrero (http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/04/internacional/1233765148.html) sobre el fundador de Los Legionarios de Cristo. Pero hay más. Como decía antes, algunos (demasiados diría yo) hombres de faldas largas y negras llevan bastante mal el voto de castidad y en los últimos años, las sentencias condenatorias por abusos de menores, sobre todo en Estados Unidos y Australia, contra sacerdotes de la Iglesia Católica que han abusado de menores, han sido muy cuantiosas. Pero a los abusadores, no les han excomulgado, como mucho les han apartado de los púlpitos desde los que abusaban para trasladarles a otros. Y yo me pregunto, ¿Son ellos, los dirigentes que pretenden excomulgar a las mujeres que aborten y a los profesionales que colaboren en ese aborto, los que se quedan mudos y no dicen nada de nada ante los casos de abusadores de menores que tienen dentro de su propia estructura y a los que protegen? Y, ¿a eso no se le llama, como poco, hipocresía? Pues entonces lo de la credibilidad en su doctrina hace aguas por todas partes. Y eso sin entrar a valorar la labor histórica realizada a través de los altares y los confesionarios sobre el adoctrinamiento de las mujeres como seres de segunda categoría que debíamos estar al servicio de los varones en todos los aspectos para complacerle y además se complacientes debíamos resignarnos y sufrir en silencio si su Dios nos había deparado un marido agresivo que nos pegaba, insultaba y violaba a su antojo. Ni una palabra he escuchado sobre el daño social que nos han hecho a lo largo de la historia a las mujeres a las que nos siguen negando la condición de ciudadanas de pleno derecho al amenazarnos con la excomunión cuando lo que pretendemos es ejercer el dominio que nos corresponde sobre nuestro propio cuerpo. Pero ante la desobediencia a sus mandatos de dominación, la negación a su exigencia de sumisión y de fe ciega en sus predicamentos, nos amenazan con la excomunión, pero ante las prácticas “poco adecuadas” de los compañeros de secta que abusan de mujeres, las tienen como amantes, procrean y abusan de niñas y niños menores, ni una palabra. Y además pretenderán que creamos que son coherentes. Pues va a ser que no, señores de faldas largas y negras, que no les creemos. Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla » Lee el texto completo... |
Al filo del gozo
Por Lucía Rivadeneyra Comunicóloga por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cursó la maestría en Literatura Mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus libros 'Rescoldos', 'En cada cicatriz cabe la vida' y 'Robo Calificado' fueron merecedores de los Premios Nacionales de Poesía “Elías Nandino” (1987), “Enriqueta Ochoa” (1998) y “Efraín Huerta” (2003), respectivamente. En 2007, publicó la antología personal 'Rumor de tiempos'. Su material poético está incluido en numerosas antologías. La han traducido a diversos idiomas. Catedrática de la UNAM desde 1980, ejerce el periodismo en medios de circulación nacional. En la adolescencia escuché un refrán que no me gustó: “Mujeres juntas, sólo difuntas”. Un día, ya adulta, me quejaba de él y alguien dijo algo peor: “No, no, no, mujeres juntas ni difuntas”. Entonces me enojó más porque estoy convencida que las mujeres podemos ser grandes amigas. Será que soy de amistades largas. Tengo dos que rayan en los 45 años de antigüedad. También tengo otras entrañables de 25 o 35 años, con hombres y mujeres. Y nos hemos demostrado en diversos momentos, buenos y malos, que estamos muy cerca y sabemos poner el hombro, para que se detengan las sorpresas que la vida ha ido poniendo en nuestras rutas. Entre mis amigas hay varias escritoras, de diversos géneros, y siempre he celebrado y compartido sus logros. Y hemos hecho lo propio cuando otras mujeres consiguen éxitos por diversas causas. A mí, me encanta saber que las mujeres triunfen en cualquier área; por ejemplo, que publiquen un buen libro, que hagan un viaje maravilloso, que las asciendan en su empleo, que obtengan un premio ganado a pulso, que tengan un hijo deseado, que gocen a un buen amante o que hagan antologías. Marisa y Socorro Trejo Sirvent han dedicado buena parte de su vida a las palabras, lo demuestran con la elección de sus carreras y con el trabajo que han desarrollado alrededor de la literatura, del periodismo y de la difusión cultural desde su natal Chiapas a diversos espacios. Muestra de ello es la antología Al filo del gozo. Las hermanas Trejo Sirvent entregan esta antología de poesía erótica, escrita por mujeres. Como toda compilación es arbitraria; en consecuencia “ni son todas las que están ni están todas las que son”. Nadie, nunca, quedará satisfecho con la selección que hagan los antologadores, en este caso las antologadoras, menos aún cuando alguien las lee y descubre que no está incluido. Sin embargo, esta reunión de 93 poetas, de 17 países, es un termómetro de la palabra como producto del deseo, de la intensidad, del placer, de la libertad al fin de cuentas; de mujeres que nacieron entre los años treinta y setenta del siglo XX. Las más jóvenes hoy en día tienen poco más de treinta años. Hay poemas o versos que reflejan las necesidades del cuerpo, el descubrimiento de placeres, la liberación a pesar de la atadura, la sociedad de consumo, el gusto por el encuentro sexual y, a veces, amoroso. Son poemas que revelan la pasión femenina ocultada y encerrada a piedra y lodo por siglos y que, en el siglo pasado, poco a poco fue quitándose los velos, para confesar y redescubrir que el cuerpo tiene algo más que ojos, boca, manos y pecho, ah, y a veces pies. Así, por ejemplo, Lety Elvir Lazo, de Honduras, dice “Vamos / sentite cómodo / quitate la camisa / y el desodorante / quienes lo inventaron / no saben de perfumes / ni esencias corporales”. Por su parte, Beatriz Villacañas Palomo, de España, afirma “Increíblemente desnudos / y fieramente ángeles / fuimos hacia la noche en que los cuerpos / tuvieron sed / y se encontraron”. También, la poeta Julieta Dobles, de Costa Rica, escribe “Te exploraré despacio: / de tus pies hasta el nimbo / aromoso que cubre tu cabeza, / ¡Ah! Aventurar mi lengua en tus rincones, / y tomar con mis labios, suavemente, / la sorpresa rayada / que duerme entre tus piernas. /Quiero ganar tu alma / despertando tu cuerpo”. La salvadoreña Dina Posada comparte su poema Gitana: “Curiosa me inclino / para leer tu sexo / y auguro / el gozoso porvenir / que te aguarda”. La poeta mexicana Thelma Nava provoca a la imaginación, dice: “Este hombre que besa / como si el cielo fuera a desplomarse / y arrebata imágenes a la tarde...”. Asimismo, la estadounidense-mexicana, a estas altura más mexicana que muchas, con la sencillez y la intensidad que la caracterizan, Ámbar Past escribe: “Tengo varios cuerpos que duermen conmigo. / Tengo el cuerpo que enseño al doctor / y el otro /que guardo en mi espejo. / ¿te acuerdas del cuerpo que antes abrazabas? / Ya no soy fiel a aquella desnudez. / Se quedó en la cama cuando me levanté, / y otros cuerpos lo tallaron, / lo vencieron. / Hoy lo lavé. Lo tendí / Como una sábana blanca”. Cito a otra mexicana, Angélica Valero: “En vigilia / Ese viernes santo / besaste la cruz entre mis senos / fallando a la cuaresma”. Como puede advertirse, en diferentes geografías, la palabra cuando aprehende las vivencias, da por resultado historias, crónicas, cuentos, confesiones, novelas y, a veces, poemas. En Al filo del gozo se encuentra una muestra de mujeres que eligieron la poesía como forma, para compartir su paso por el mundo. Es obvio que miles, millones de mujeres han sentido y sienten el deseo desbocado. Es seguro que aunque han dejado sus cuerpos impresos en diferentes cuerpos, la acción no ha quedado publicada. No todas se atreven a contarlo. Pero ya vamos de gane. Al filo del gozo se agradece, es una antología más que hay que celebrar porque, entre otras cosas, colabora a que no haya duda de que las mujeres podemos compartir. Así, puede haber un nuevo refrán: ¿Mujeres juntas? Sí en la vida y en las antologías. Gracias, Marisa. Gracias, Socorro. Etiquetas: Cotidianidades de Lucia Rivadeneyra » Lee el texto completo...
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