“ENTRE MUJERES INSURGENTES Y REVOLUCIONARIAS”
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
UNAM
Jueves 29 de abril. Mujeres insurgentes
- Josefina Hernández Téllez. La educación femenina en 1810
- Layla Sánchez Kuri. Presencia femenina en la Independencia.
- Elvira Hernández Carballido. Leona Vicario, la corresponsal de los insurgentes.
- Rosalinda Sandoval Orihuela. Los taconazos de Doña Josefa
Moderador: Vicente Castellanos Cerda
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Salón 12 Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Viernes 30 de abril. Mujeres revolucionarias
- Rosa María Valles Ruiz. Periodista y feminista: Hermila Galindo
- Elsa Lever M. El Universal y las mujeres periodistas
- Gloria Hernández Jiménez. Mujeres, revolución y fotografía
- Francisca Robles. Los corridos y la presencia femenina
Moderadora: Noemí Luna García
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Sala Lucio Mendieta, Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
EDITORIAL DE DICIEMBRE 2009
Por Elsa Lever M. Periodista con Maestría en Comunicación por la FCPyS de la UNAM, diplomada en Género por el PUEG de la UNAM, y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM, es Directora de http://www.mujeresnet.info/ Este no fue, de ninguna manera, el mejor año para las mujeres y sus derechos. Se nos arrebató, 18 veces, nuestro derecho a decidir. Es una lástima que no se haya entendido que estar a favor de la despenalización del aborto, no es estar a favor del aborto, pues son dos cosas diferentes. Estar a favor del aborto es como ir por la vida diciéndole a todas y cada una de las mujeres que si están embarazadas, mejor aborten; que el aborto es grandioso, fácil, divertido, toda una aventura... Estar a favor de la despenalización del aborto es reconocer que, pese a todo lo que se quisiera o lo que acostumbra difundir la campaña "pro-vida" o "a favor de la vida", existen millones de mujeres que siguen recurriendo a la interrupción del embarazo ya sea por defender su dignidad ante una violación sexual; por salvar su vida ante riesgos de salud; por evitar traer seres a quienes no se les podrá ofrecer lo que se merecen, tanto económica como afectivamente... o por las muchas razones que cada mujer conoce porque las ha padecido. Estar a favor de la despenalización del aborto es entender que con ello se evita condenar a la cárcel a mujeres que ya de por sí viven situaciones difíciles. Estar a favor de la despenalización del aborto es estar en contra de su criminalización, porque es un atentado a nuestras vidas y nuestros derechos. Es una lástima que la sociedad, y las mismas mujeres, actúen en contra de sus propios derechos al apoyar todo este golpe que condena a millones de mujeres en todo el mundo a la muerte, a la miseria. Cada voto en contra del derecho de las mujeres a decidir, es un voto contra el Estado laico, un voto que fortalece este sistema eterno y omnipotente que mantiene a las mujeres como ciudadanas de segunda. Al penalizar el aborto se nos condena al embarazo forzado, a la esclavitud reproductiva. De la larga lista de deseos para el año 2010 que desde MujeresNet tenemos quienes colaboramos, destaca uno: Que el nuevo año sea de, por fin, el despertar de las mujeres a una vida de derecho, de dignidad, de justicia, de no violencia ni muerte. Pero ese despertar nadie lo regala; es responsabilidad de cada una, como personas, y de todas como fuerza colectiva. El próximo año se presenta como la enorme oportunidad de abrir los ojos; de desechar mitos y tabúes; de deconstruir de adentro hacia afuera y viceversa. Habrá grandes momentos en los que se pondrá a prueba nuestra madurez y nuestro entendimiento; nuestra capacidad de organización y acción; de compromiso y apoyo, desde todas las trincheras en las que estamos. Momentos en los que tendremos que demostrarnos a nosotras mismas y entre nosotras, si ya tenemos conciencia de lo que significa ser mujer aquí y ahora; en México, y con todas las especificidades que nos componen. Conciencia de lo que significa ser mujer, más allá de lo que por conveniencia se espera de nosotras, más allá de lo que se nos dicta hacer y ser desde las leyes, la iglesia, la "escuela", la "cultura", la familia, los medios de comunicación cómplices, los y las líderes de opinión coludidos y coludidas con el sistema y las autoridades corruptas y misóginas. Hacia ello debemos mirar, desde este momento. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
A tres años de Calderón... Una vergüenza la Política de Género
Por Sara Lovera Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. La administración bajo sospecha y sin legitimidad de Felipe Calderón, tres años después de su impostura arroja cuentas lamentables respecto de la llamada política a favor de las mujeres. En estos tres años, no sólo no hay política sino que se vive un retroceso funesto concentrado y demostrable: menos presupuesto para las acciones previstas en la ley; regresión y desempleo, un sostenido aumento de la violencia contra las mujeres; impunidad y lo más grave: un ataque frontal contra la tradición despenalizadora del aborto. Esta situación es reconocida y condenada, como se dice, por propios y extraños; a la condena internacional por la falta de medidas que limiten la violencia contra las mujeres, hoy se suman la crítica a la batalla contra los derechos de las mujeres en todo el territorio nacional. La alianza retrograda de los hombres y las mujeres que están en el poder, ha empezado a dar sus infaustos frutos: muertas y asesinadas sin justicia, desempleadas a favor del triple play –las electricistas-, perseguidas políticas en Puebla y Oaxaca; desaparecidas en Coahuila; atacadas en Chiapas; cercenadas en su libre expresión, luchadoras sociales y civiles, periodistas y defensoras de derechos humanos; cientos violadas en su tránsito a la emigración norteña. Leyes no aplicables. Refugios para violentadas sin presupuesto. Designaciones en la Comisión Nacional de Derechos Humanos pactadas contra la libertad y un subprocurador, Arturo Chávez, condenado por los organismos sociales e internacionales, pero ratificado por la alianza criminal PRI-PAN. Calderón y sus aliados, muchísimos del PRI, en estos tres años han dado al traste con los “avances” que el movimiento de mujeres construyó durante más de 30 años. Ahora ser mujer es ser botín de guerra, empleadas en total precariedad y presas de un discurso filosófico del siglo XVIII, que engaña y confunde a la población. La cuenta regresiva de un sistema y muchos gobiernos misóginos es tan abultada que no alcanza ningún espacio para el relato. Tal vez por eso es urgente una respuesta política. Entre el 5 y 6 de diciembre las mujeres, afectadas y preocupadas, realizarán un Foro Nacional para reflexionar de fondo y no con pequeñas acciones, qué significa esta política, que al menos ha llevado a 20 mujeres a la cárcel en Guanajuato, por interrumpir su embrazo. Buscará una respuesta el ataque frontal contra la interrupción legal del embarazo, que hoy encabeza Fidel Herrera Beltrán desde el gobierno de Veracruz, él un antiguo jilguero priista, implicado en el caso de abuso infantil denunciado por la periodista Lydia Cacho. Herrera se ha constituido en el promotor de un cambio en el Constitución General de la República para incluir la vida jurídica del feto, tal cual lo establece la Iglesia Católica. ¿De qué se trata? Herrera proviene de un partido que heredó las bases del laicismo y el liberalismo mexicanos; es un ejemplar que contraviene la historia en que fue creado. Es evidentemente una pieza acomodada en los más terribles acuerdos electoreros de lo más nefasto del antiguo partido de Estado que está presto a asaltar el poder. La iniciativa de este ejemplar entró la semana anterior a la Cámara de Diputados, con la intención de derrotar los avances, esos sí avances en el Distrito Federal, una isla de libertad donde se consiguió la despenalización del aborto, 30 años después. Mientras eso sucede, no ha habido ningún partido de izquierda que le haga frente y las débiles fuerzas del movimiento de mujeres han iniciado un proceso de reorganización, que según la diputada Teresa Inchaústegui, pudiera significar el despertar de muchas mujeres con o sin leyes y acuerdos nacionales e internacionales. Un grupo llamado Feministas Socialistas logró convocar a mujeres de todo el país, no para discutir el cabildeo con las autoridades, que no oyen ni ven nada, ni para apalancar programas que no sirven a las mujeres, sino para ponerse al frente de una batalla de futuro incierto. Se trata de recuperar la ética feminista y la real defensa de las mujeres. Aunque ello signifique volver a empezar, como si estuviéramos en la época de la Revolución Mexicana, en que los comités feministas se opusieron a la dictadura de Porfirio Díaz y relevaron la trascendencia de crear una nación justa e igualitaria. Es así como estamos. Muchas personas no saben que este año 2009, se festejan los 30 años de la Convención contra todas las formas de discriminación a la Mujer (CEDAW), que México ratificó en 1981 y que sigue siendo una utopía; muchas personas no saben que México signó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, que ambas son ley suprema que están violando, como recoció hasta el secretario de gobernación de Felipe Calderón y la defendió la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, dos instancias de papel, a la luz de la realidad. De todos modos hay que remarcar, insistir, que la legalidad en México es una quimera, que tratándose de la mitad de la población este gobierno que nos dará cifras, discursos y mentiras al llegar los tres años, es responsable de que el país se siga llenando de cruces el territorio, en recuerdo de las asesinadas y que los gobiernos, mayoría priistas, han condenado a las mujeres al miedo y la cárcel. Todas cosas que no son menores y revelan el carácter misógino y retrogrado de esta administración federal, en manos de un grupo espurio y machista. Así están las cosas. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Qué implica vivir en una ciudad frontera con Estados Unidos
Violencia y feminicidio
Por Lidia Vilalta Periodista de la XIDPIC-CAT /RIPVG. En su trabajo final de posgrado, Feminicidio en Ciudad Juárez. Reparación, Verdad y Justicia, Lucero Mendizábal (1) traza una radiografía histórico-sociológica de Ciudad Juárez que, en 2007, constituía la ciudad fronteriza más grande de la república mexicana, con una población metropolitana de 1.5 millones de habitantes que, a su vez, significa el 40% de la población del estado de Chihuahua, el territorio federal más grande de los 31 estados mexicanos. Tres cuartas partes de su población son menores de 35 años y se estima que cada día llegan a Ciudad Juárez unas 300 personas, lo que constituye una población flotante de 250,000 personas, sin arraigo y sin lazos sociales y comunitarios duraderos. La urbe constituye según ella, el paso preferido de los mexicanos hacia Texas y Nuevo México, en los Estados Unidos. Antes de 1888 se la conocía como "Paso Norte", un territorio de migraciones, tránsito, contrabando y tráfico de personas y drogas. En consecuencia, la economía informal está incrustada en su génesis histórica. "El prohibicionismo antialcohólico en Estados Unidos (1919-1933) arrojaría al sur de la frontera a los prófugos de las restricciones y al crimen organizado", subraya Mendizábal. Y aquí podemos añadir que, como ocurrió en Tijuana (Baja California) o en La Habana (Cuba), se desarrolló en la década de los años 20 una industria de servicios turísticos, de ocio y otros más o menos obscuros, justamente por esas demandas no permitidas por el vecino del Norte a sus propios ciudadanos que, sumadas al "descontrol migratorio", facilitaron un crecimiento económico ligado al turismo y al comercio interfronterizo legítimo o ilegal. En la década de los 60, el gobierno central mexicano crea unos programas especiales para la industrialización de esa frontera, que abrieron el paso a la entrada de las maquilas estadounidenses, pero también japonesas y norcoreanas, los países aliados política y económicamente a Washington durante la Guerra Fría. El Tratado de Libre Comercio (TLCAN), en vigor desde 1994 entre Estados Unidos, Canadá y México, solo ratificará ese modelo industrializador neoliberal que conlleva inexistentes garantías laborales y sindicales para la fuerza laboral, básicamente mujeres trabajadoras con salarios menos que mínimos, antes que esta crisis económica mundial -que se inició en 2007 en el epicentro del sistema, con las hipotecas basura en Estados Unidos,- las desplazará de las maquilas para favorecer a los desempleados hombres. Ciudad Juárez, señala Mendizábal, resiente la asimetría económica de los dos países: incremento poblacional, falta de infraestructura, servicios y vivienda, (y la) negligencia ante sus recursos naturales, escasez de agua, contaminación alarmante, de índole industrial, vehicular o por las ladrilleras locales. En 1999 ya era la cuarta urbe más contaminada de México. Pero el rasgo distintivo de Ciudad Juárez en el Siglo XX, y todavía en el XXI, es la violencia contra las mujeres. La mujer en Ciudad Juárez Siguiendo el estudio de Mendizábal, para ser asesinada en Juárez sólo hace falta ser mujer y ser pobre. Lo cual en el subconsciente colectivo equivale a no existir, a estar invisibles. Sin embargo, esa población femenina, también "son mujeres que confrontan al Estado por su independencia, intención de superarse, progresar, muchas se van solas; son mujeres insumisas". La falta de justicia y la impunidad por parte de las autoridades con respecto al feminicidio únicamente posibilita la imitación “copycat” de la violencia de la que son objeto las mujeres en Juárez, pues el fenómeno se reproduce en la mente masculina por saber que no hay justicia alguna que castigue a los asesinos de mujeres. Ser mujer en Juárez y además pobre representa, por otra parte, una inexistente participación en los asuntos de la vida pública, poco acceso a la formación educativa, salarios menores, humillaciones distintas ("en algunas de las maquilas están obligadas a mostrar su compresa para demostrar que no están embarazadas"). En definitiva, las mujeres son solamente una mercancía más, no personas. No andan lejos los análisis sobre las causas que subyacen en los asesinatos de las mujeres en Ciudad Juárez realizados por la Comisión Especial sobre Feminicidio dirigidos por la diputada Marcela Lagarde en el Congreso mexicano, cuando su investigación resalta que "la hipótesis del Instituto Nacional de las Mujeres (InMujeres) emanada de la ‘Encuesta Nacional sobre Violencia Hacia las Mujeres’ considera el empoderamiento o adelanto de las mujeres como una causa de violencia. Mayor educación, ingresos propios o mayores ingresos, trabajo formal o informal propio, actividades individuales, conducen a las mujeres a vivir violencia porque los hombres se sienten humillados ante el desempleo, la marginación y la falta de oportunidades". Se presume también, destaca esa Investigación sobre el Feminicidio, que "las mujeres fronterizas trabajadoras de comercios, maquilas, bares y restaurantes, están emancipadas y los hombres resienten su cambio de comportamiento". Por tanto, se considera la frontera, la migración y la industria como una de las propiciadoras de la violencia. Pero, una frontera por sí misma no genera violencia, se resalta en la investigación, "siempre y cuando prevalezca en ella la convivencia legal". Sin embargo, se comprobó en esos trabajos que ‘los puntos fronterizos del Norte y del Sur (de México) en los que no prevalece el Estado de Derecho, (existen) grupos de la delincuencia organizada que trafican con personas, armas, dinero, drogas y mercancías diversas y se dedican a la explotación sexual de niñas y mujeres y a la pornografía (e) imponen la ilegalidad y la violencia a toda la sociedad. Y, en esas condiciones, la situación de riesgo de las mujeres se agrava. La investigación de la antropóloga Lagarde indica asimismo, que la migración de niñas y mujeres a Ciudad Juárez está asociada al trabajo en la industria maquiladora de exportación, así como en el sector informal, el comercio y los servicios, cuyas condiciones de falta de derechos laborales se aúnan con el desarraigo, la falta de inserción comunitaria y la precariedad, y las colocan en condiciones de mayor indefensión y de riesgo. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Éxodo por la Vida de las Mujeres llega a Cd Juárez
Foto: Lidia Vilalta Violencia y feminicidio Por Lidia Vilalta Periodista de la XIDPIC-CAT /RIPVG. La caravana Éxodo por la vida de las Mujeres llegó el lunes 23 a Ciudad Juárez, donde fue recibida en la carretera panamericana por un enorme cortejo de coches con globos rosas, lilas y negros. Todos juntos se dirigieron al Campo Algodonero, el lugar donde fueron hallados en noviembre de 2001 los cuerpos de ocho mujeres, cuyo reclamo de Justicia está a punto de ser reconocido por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ha considerado responsabilidad del Estado mexicano la desaparición, asesinato e impunidad en los casos de Esmeralda Herrera, Claudia Ivette González y Laura Berenice Ramos, tres de las ocho víctimas, cuyas cruces fueron recolocadas en ese descampado por las Mujeres de Negro y Mujeres de Juárez. Con estas declaraciones condenatorias se sentará un precedente internacional por el caso de los feminicidios que siguen ocurriendo en esta ciudad fronteriza desde 1993. Después, en una caminata a pie, la campana, cuyo tañer ha recorrido más de 2,000 kilómetros y ocho estados mexicanos durante 13 días, llegó hasta la plaza de la catedral juarense y sonó en duelo por las asesinadas, no sólo del estado de Chihuahua, sino de toda la república mexicana. La campana se colocó en una estructura metálica con un diseño de mujer y allí estará todo el año 2010, hasta que se traslade a un edificio Memorial, que las organizaciones de Ciudad Juárez demandaron en ese acto y exigirán a las autoridades del estado. La caravana de mujeres había llegado a la capital de Chihuahua en la noche del jueves 19, víspera del 300 Aniversario de la fundación de la ciudad, cuna de la Revolución mexicana que, a su vez, celebraba su 99 aniversario. Allí la campana fue acogida en el patio del Palacio de Gobierno de Chihuahua, junto al altar donde fue fusilado el líder de la Independencia Miguel Hidalgo y allí permaneció, mientras se realizaba el Primer Encuentro Estatal Mujeres y Feminismo, hasta su salida a Ciudad Juárez este lunes. Las sesiones del Encuentro se cerraron el domingo con la mala noticia de la muerte de Irma Campos, la histórica feminista y activista de Chihuahua, que estuvo en la salida de la campana en la capital mexicana, donde se leyó su poema. El Éxodo por la vida de las Mujeres fue dejando atrás miles de kilómetros, cansancio, algunas "retiradas" de participantes, por nacimientos o fallecimientos de familiares, algún desmayo y una crisis de salud de tres mujeres de la organización Justicia para Nuestras Hijas, que no superaron las emociones últimas en la ciudad chihuahuense de Hidalgo del Parral. Todas ellas habían posado contentas para una foto ante el cartel que anunciaba la llegada al estado de Chihuahua, pero en la noche, sus mentes no descansaron, explicaba Norma Ledezma, coordinadora de esa organización de familiares de asesinadas, porque todo el dolor y sufrimiento les volvió la cabeza con la realidad física del territorio. Al dia siguiente, sin embargo, ya estaban todas fuera de peligro y la última de ellas, trasladada a Ciudad Juárez con su familia. Mientras las Mujeres de Negro recorrían el país con el Éxodo de la campana hacia el norte, fueron asesinadas otras 8 mujeres de Chihuahua, además de otros feminicidios ocurridos en distintos estados de la ruta. Y la convicción de Norma Ledezma es que, "cuando hacemos algo fuerte nos dañan". Cuando comenzó el 8 de marzo de 2002 el Éxodo por la Vida -la caminata de 360 kilómetros a pie por el desierto de Chihuahua hacia Juárez- desaparece mi hija Paloma; cuando fuimos a Ginebra, desaparece Viviana.... El 29 de marzo de ese año 2002, cuando fue encontrado el cadáver de Paloma, nació Justicia para Nuestras Hijas, para exigir la verdad y los cuerpos de todas las desaparecidas y asesinadas de Chihuahua. También en esos días de la caravana, asesinaron a Iván Márquez Solorio, responsable de la Unidad Especial de Delitos contra la Vida, del nuevo Sistema Judicial, uno de los mejores abogados del Ministerio Público de Chihuahua, que investigaba adecuadamente los feminicidios. El éxodo fue recibido con entusiasmo y emoción en Cuernavaca por las feministas y las integrantes de la Academia Morelense de Derechos Humanos (AMDH) y la Red Cocofem (Comité contra el Feminicidio de Morelos). Las diputadas primero y una parte significativa de los diputados del Congreso de Morelos después, aceptaron el compromiso de crear una Comisión para investigar y atender los Feminicidios en aquel estado, que tiene la mas alta incidencia de muertes violentas contra las mujeres, la mayoría de las veces, en manos de sus propios maridos, exparejas o familiares. Muy al contrario, en el estado de México, vecino al Distrito Federal, y que tiene el mayor número de feminicidios del país, hubo una especie de boicot oficial que bloqueó en principio, las puertas del Congreso de ese estado, para mantener un diálogo con la Comisión de Equidad y Género. Finalmente y en un tono bien altanero, la presidenta de esa Comisión recibió a las integrantes de Mujeres de Negro. La falta de convocatoria no impidió a la caravana circular por el centro de la ciudad de Toluca tañendo la campana y pintando cruces de color rosa en el suelo y en los postes que fue encontrando a su paso hacia el centro histórico. En Querétaro las feministas y las y los jóvenes estudiantes de la Universidad Autónoma de aquel estado (UAQ), acompañaron a la comitiva del Éxodo hasta la Plaza Cívica, frente al Palacio de Gobierno, donde realizaron un míting y parlamentos, para dirigirse después hacia la Universidad. Pero debido a que, tanto el procurador como el Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de aquel estado, niegan la existencia de feminicidios pese a que asesinan brutalmente a muchachas en la vecina ciudad de San Juan del Río, las queretanas pidieron a gritos la renuncia del responsable de los Derechos Humanos, en el interior de su propio edificio, camino de la Universidad. Ya en las instalaciones de la UAQ algunas integrantes de la caravana realizaron diversas intervenciones y pintaron un mural en la pared con el sombrero rosa de las Mujeres de Negro y las manos de las madres de las asesinadas en Juárez y Chihuahua, cuyo nombre apuntaban las estudiantes, después de compartir la historia de vida de la joven, explicada por las mamás de Justicia para Nuestras Hijas. En Guanajuato, que es como un centro de estudiantes de otros estados, por su importante Universidad, sólo 3 mujeres jóvenes de Amnistía Internacional, -que ha reiterado la denuncia de los feminicidios en México y Centroamérica en sus informes- acompañaron a la comitiva del Éxodo por la Vida de las Mujeres frente a la catedral de la Asunción y la explanada de la Plaza de la Paz. La indiferencia de la ciudadanía no impidió que se clausurara simbólicamente el Congreso de Diputados con un precinto que denunciaba no al machismo. En Guanajuato, han quemado libros de secundaria que incluyen nociones mínimas de sexualidad, suaves conceptos de anticoncepción y el uso de anticonceptivos para prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Junto con Querétaro, Guanajuato es otro de los estados mas conservadores que han introducido leyes contra el aborto - ya son 17 de los 32 estados de México- y normativas contra la libertad de decisión de las mujeres sobre su vida y cuerpo. Las calles de la capital de Aguascalientes fueron tomadas sin permiso oficial por las organizaciones feministas y algunas legisladoras y representantes de partidos de izquierda para realizar, en la renombrada Plaza Cívica, algunos parlamentos: el manifiesto de las activistas locales contra la impunidad de los feminicidios en su estado y los testimonios de las madres del grupo Justicia para Nuestras Hijas. Un centro lúdico cultural abrió sus puertas para charlar con algunas integrantes del Éxodo, al tiempo que les ofrecían comida. En la tarde, una multitud de hombres mujeres de grupos sociales de San Luís Potosí, además de organizaciones feministas, dieron la bienvenida al Éxodo a la entrada de la ciudad y acompañaron, en ruidosa caravana de autos, a las Mujeres de Negro hacia en el Centro Histórico donde, en un acto de los más emotivos de viaje, frente al Teatro de la Paz, depositaron una ofrenda por las asesinadas, leyeron el poema de Mario Benedetti No te rindas, y gritaron "No están solas", en los descansos de las intervenciones de las mujeres de la caravana. Como en otras partes, hubo un minuto de silencio por todas las asesinadas de México. En el estado de Zacatecas, uno de los dos únicos con gobernadoras mujeres -el otro es Yucatán- representantes de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, recibieron a las mujeres del Éxodo con todos los honores oficiales, incluso con banda musical de jóvenes y tres adelitas a caballo, representando a las mujeres revolucionarias, importantes en la toma de la ciudad hace casi un siglo. Todas y todos marcharon juntos desde la entrada de Zacatecas hasta el centro histórico -patrimonio cultural de la humanidad- donde depositaron la campana en el patio central del Palacio de Gobierno de Amalia García. En el vestíbulo de Congreso de los Diputados estatal se presentó la película En el tiempo de las mariposas sobre las tres hermanas Mirabal, luchadoras contra la dictadura de Trujllo en Santo Domingo, por cuya memoria se dio nombre al 25 de noviembre, Día internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. La velada cultural siguió en la tarde con un Concierto por la Paz en la Plaza Goytia, donde las Mujeres de Negro se tumbaron al suelo formando la frase Ni Una Más, uno de los lemas de sus campañas, para exigir el fin de los feminicidios. La inauguración de la exposición No Más (Violencia contra las Mujeres) de Sonia Félix Cherit cerró la jornada en la capital de la plata mexicana, desde la época de la colonia española. Las ciudades de Gómez Palacio y Lerdo, de la zona de La Laguna, fueron las localidades del estado Durango que dieron la bienvenida y acogieron al Éxodo por la Vida de las Mujeres. En la primera de ellas, tras los actos de presentación y parlamentos de legisladoras y representantes de instancias de mujeres, el alcalde hizo sonar la campana de la caravana y redoblar al mismo tiempo la del Ayuntamiento, tras lo cual se soltaron numerosos globos rosas al cielo. En la tarde, en Lerdo, en la misma área metropolitana, se realizó una marcha por una de las carreteras principales, flanqueada por agentes de tránsito, que han acompañado todos los movimientos de la caravana a lo largo de su recorrido por los ocho estados. La caminata terminó en el Zócalo del centro de esa ciudad, donde su alcalde y distintas regidoras animaron a la marcha en su camino y compartieron sus demandas. Ya en el estado de Chihuahua, la caravana hizo paradas y actos en Jiménez, Hidalgo del Parral, Camargo, La Cruz, Delicias y Meoqui, donde grupos de mujeres y hombres dispensaron cálidas acogidas a las ya cansadas viajeras, en actos públicos en las calles y las apoyaron en sus deseos de justicia. Donde no había parada programada en la ruta de las Mujeres de Negro, grupos de personas saludaban con pañuelos blancos a la comitiva, formada por un camioneta y su remolque especial donde viajaba la campana, seguida de un gran autobús, con las integrantes de los distintos grupos y dos reporteros, un fotoperiodista y la que firma. En la capital del estado, la expedición fue recibida bajo la emblemática escultura de Sebastián denominada puerta de Chihuahua. Pese al frío y al agua que caía, un nutrido grupo de personas recibió y acompañó a la caravana del Éxodo por la Vida de las Mujeres, primero en vehículos y después a pie, en marcha silenciosa acompañando el redoble de la campana, pero exigiendo en voz alta Justicia frente a los Tribunales estatales, camino del Palacio de Gobierno. Las recién llegadas se incorporaron a las distintas sesiones del Primer Encuentro Estatal "Mujeres y Feminismo" cuya conferencia magistral estuvo cargo de la ex diputada y académica Marcela Lagarde, en la que anunció la inminente condena del Estado mexicano por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por los asesinatos de tres de los ocho víctimas de feminicidios del Campo Algodonero de Ciudad Juárez. Primer Encuentro Estatal "Mujeres y Feminismo" "Aquí no ha habido Justicia, pero México ha sido condenado por la CIDH por la violación de los derechos humanos de sus mujeres y según las recomendaciones, deberá resarcir y reparan el daño, además de evitar que se vuelva a repetir, eliminando las condiciones que produjeron esos actos criminales -informó Lagarde. Esta ha sido la perseverancia de las familias afectadas en pos de la verdad -prosiguió Marcela Lagarde-, que no han cejado en su exigencia de justicia, y ahora les han dado la razón: el Estado mexicano es culpable". La antropóloga recordó que "tenemos una gobernabilidad maltrecha, el Ejército en las calles, los policías haciendo funciones contra las libertades individuales; estamos en un país en guerra, ...porque no hay gobernabilidad democrática". Lagarde propuso también a las asistentes despojarse del lenguaje violento y militarista porque este discurso se corresponde con una práctica violenta. "Tenemos 14 mil hombres ejecutados en dos años en nuestro país; 2 mil 400 son mujeres, que no están en guerra y son asesinadas por los hombres, que sí están en guerra contra las mujeres. Son hombres violentos amparados en la legalidad y en la ilegalidad. Y nosotras, aseguró, aspiramos a desmontar este edificio patriarcal en nuestro país". Para ello, la ex diputada planteó una propuesta de sinergia feminista, una nueva manera de "articulación para las mujeres, que debe sumar y coordinar todas las propuestas y energías, para potenciar todos los esfuerzos, aprendiendo y compartiendo conjuntamente", con el objetivo de "contribuir a ampliar el consenso social sobre lo derechos humanos de las mujeres. La sinergia también debe impulsar un nuevo paradigma de dignidad, integridad, libertad y seguridad de las mujeres, para hacer un gran pacto entre nosotras, ese que nos niega el patriarcado". Lagarde también propuso convertir el Centenario de la Revolución de 2010, en el de la Revolución del feminismo mexicano, en honor a las precursoras del Primer Congreso Feminista en Yucatán (1916) donde las mujeres ya plantearon 3 retos que todavía no se cumplen plenamente en México: la igualdad intelectual entre hombres y mujeres; la educación sexual de las mujeres y el acceso y la responsabilidad política de las mujeres. La ex diputada definió el feminismo como "la más importante contribución política, filosófica, ética, social y cultural, consciente y decidida de las mujeres como género, en la civilización, por una humanidad, libre, igualitaria y pacífica". Las sesiones del Encuentro, que tendrá su continuidad en la capital mexicana en mayo de 2010 en el Encuentro Feminista Nacional, cerró sus sesiones el domingo, víspera de la salida de la campana del Éxodo por la Vida de las Mujeres hacia Ciudad Juárez con la mala noticia de la muerte de Irma Campos la histórica feminista y activista de Chihuahua, que estuvo en la salida de la caravana en la capital mexicana donde se leyó su poema. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Caravana Éxodo por la Vida de las Mujeres
Foto: Lidia Vilalta Violencia y feminicidio Por Lidia Vilalta Periodista de la XIDPIC-CAT /RIPVG. Mujeres de distintas organizaciones de la sociedad civil, colectivos feministas y grupos de juristas y académicas del Estado de Chihuahua y de otras federaciones mexicanas, iniciron el 10 de noviembre, una caravana denominada Éxodo por la Vida de las Mujeres, que pretende visibilizar y concienciar sobre la violencia que se ejerce contra las mujeres en México, facilitada la mayoría de las veces por la impunidad de los asesinos y la negligencia de las instituciones. Se quiere dar también un énfasis especial a las mujeres y jóvenes asesinadas y desaparecidas de Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso, la ciudad norteamericana que separa el límite territorial de México con Estados Unidos. Esas "muertes intolerables" como las definió la Secretaria General de Amnistía Internacional, Irene Khan, cuando visitó esa ciudad en 2003. La caravana estuvo organizada por el colectivo Mujeres de Negro, Campaña Ni una Más, la organización que integra a diferentes grupos de activistas de más de 15 organizaciones sociales y profesionales de Chihuahua que, preocupadas por la violencia hacia las mujeres, se constituyeron en la Red Mujeres de Negro y, desde 1997, vienen denunciando y saliendo a la calle para exigir un alto al asesinato de niñas y mujeres en Ciudad Juárez y Chihuahua. (ver Despiece) La expedición partió del Hemiciclo a Juárez, en la Alameda de la capital mexicana y llegó a Ciudad Juárez el 23 de noviembre. Con las organizadoras y acompañantes viajó una campana de metal de 85 kilos y símbolo de esta mracha, que fue fabricada con llaves recogidas por diversos grupos de mujeres del Distrito Federal que, a su vez, participaron en distintas campañas contra las asesinadas de Ciudad Juárez. Definición de feminicidio Marcela Lagarde descarta la palabra femicidio por ser homóloga a homicidio, que sólo implica el asesinato de mujeres. "Preferí la voz feminicidio y denominar así al conjunto de hechos de lesa humanidad que contienen los crímenes y las desapariciones de mujeres". Según esta antropóloga, independientemente de que sean crímenes individuales o colectivos, de familiares o desconocidos, "para que se dé el feminicidio concurren de manera criminal, el silencio, la omisión, la negligencia y la colusión de (las) autoridades encargadas de prevenir y erradicar estos crímenes". Para ella "hay feminicidio cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en la casa (y) en los espacios de trabajo de tránsito o de esparcimiento". Por eso, sostiene Lagarde, "el feminicidio es un crimen de Estado". Y efectivamente, los datos del estudio corroboraron "alarmantes expresiones de violencia de género contra las mujeres" en esas 10 federaciones estatales, donde pudo llevarse a cabo la investigación. El informe confirma que "en México hay feminicidio. No está vigente el derecho de las niñas y las mujeres a una vida libre de violencia ... y evidencian la ruptura del Estado de Derecho en nuestro país". La investigación subraya además, que "las mujeres víctimas de delitos reciben un trato discriminatorio, misógino y vejatorio por parte de las instituciones encargadas de procurar justicia, lo que constituye violencia institucional y contribuye a la impunidad". Y es esa impunidad la permite que sigan produciéndose feminicidios. La información sistematizada de la investigación muestra, por otra parte, que la crueldad, la tortura y la violencia previa al homicidio, preceden a los asesinatos. Otro hito de la investigación es que en el Estado de México -vecino al Distrito Federal-, en el primer quinquenio del 2000, hubo más de mil crímenes de mujeres, el 25% de los detectados en todo el país. La investigación tenía otros objetivos, como insistir en el cumplimiento de las Convenciones y Recomendaciones Internacionales que, sobre Violencia de Género, había firmado México, -CEDAW: Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (http://www2.ohchr.org/spanish/law/cedaw.htm) y la Convención de Belem do Parà: Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (http://www.oas.org/juridico/spanish/Tratados/a-61.html), además de indagar a fondo sobre las causas, los escenarios y las condiciones que rodean al feminicidio en México. La investigación propició el redactado y la aprobación en México de la Ley general de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007) (http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/doc/LGAMVLV.doc), que tiene sus réplicas estatales en algunas federaciones, pero que sigue sin aplicarse adecuadamente por diversas razones, políticas y económicas, según denuncia las organizaciones agrupadas en torno al Observatorio Ciudadano del Feminicidio. Ciudad Juárez, la punta del iceberg Los 364 asesinatos de mujeres conocidos de 1993 a 2003 en Ciudad Juárez – en 2009 están en torno a los 500, aunque no hay coincidencias de cifras- apenas son la punta del iceberg de los crímenes que se cometen contra las mujeres en el resto del país. En esos años, las organizaciones civiles y de familiares de las víctimas, en particular las madres de algunas de ellas, situaron el problema en la agenda política nacional e internacional y generaron una importante solidaridad ciudadana. Ello atrajo la atención de los medios de comunicación, de los organismos internacionales, de los parlamentarios y del Gobierno central (federal). Pero sólo hasta 2004, once años después del inicio del recuento de los asesinatos de niñas y mujeres en Ciudad Juárez, el Presidente Vicente Fox, reconoció el problema ante el Congreso de los Diputados. Y los datos ya eran los siguientes, según la Comisión de Investigación del Feminicidio: más de 6.000 niñas y mujeres fueron asesinadas en 6 años, entre 1999-2005, de acuerdo con informes de las Procuradurías de Justicia de esos 10 estados federales. Es decir, 3 niñas y mujeres fueron asesinadas cada día en 10 estados: el Estado de México, Veracruz, Chiapas, Guerrero, el Distrito Federal, Chihuahua, Oaxaca, Sonora, Morelos, Baja California. Las asesinadas en México en ese período tenían distintas edades: hay niñas y ancianas mujeres jóvenes y mayores; pertenecían a todas las clases sociales y estratos socioeconómicos, aunque la mayoría eran pobres o marginales, algunas fueron mujeres ricas, de clase alta.... El abanico abarca desde analfabetas a posgraduadas y con excelencia académica, aunque la mayoría tenía pocos estudios ... desconocidas, conocidas, cónyuges, parientas y amigas... La mayoría eran niñas y mujeres activas, trabajadoras formales e informales; y todas fueron torturadas, maltratadas, atemorizadas y vivieron humillaciones; unas fueron golpeadas hasta la muerte, otras estranguladas, decapitadas, colgadas, acuchilladas, balaceadas; todas estuvieron en cautiverio; todas quedaron aisladas y desprotegidas, aterradas, vivieron la más extrema impotencia de la indefensión; todas fueron agredidas y violentadas hasta la muerte; y algunos de sus cuerpos fueron maltratados aún después de haber sido asesinadas. En 1980 las tasas más altas de asesinatos tuvieron lugar en el Centro y Sur de la República. Para 1990 continuaron en el Centro y el Sur. La tasa de algunos estados del Norte, como Chihuahua, fue en aumento. Para el 2000 las federaciones que tuvieron una alta tasa de homicidios de mujeres abarcaron el Centro, el Sur y el Norte. En 2002 se ubicaron en el Sur y en el Norte como en Chihuahua, que entonces ocupó el segundo lugar. En 2004 disminuyó la tasa de homicidios y Chihuahua ocupó el sexto lugar. A pesar de que desde el 2004 disminuyeron los asesinatos de mujeres en algunos estados, en otras se mantuvo, y en algunos fue alarmante el aumento.... El asesinato de mujeres en México es recurrente y se multiplica por todo el país. Y ahora hay que sumarle, además, los casos de mujeres violadas por militares en operativos contra el narcotráfico y los abusos de los soldados uniformados, allá donde se cree que opera la guerrilla, como en Michoacán, Veracruz y Guerrero. En 2009, en definitiva, sigue habiendo la misma confusión y colusión a la hora de facilitar datos. Falta información básica; no hay correspondencia entre las cifras oficiales de diversas instituciones, de organizaciones civiles y de Derechos Humanos... algunas Procuradurías siguen con datos no elaborados, ni siquiera desglosados por sexo, o sin atender con la diligencia y cumplimiento que requiere su función... Y lo que es peor, la mayoría de los crímenes sigue en la impunidad. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Éxodo por la vida
Violencia y feminicidio Por María Esther Espinosa Calderón Periodista, ha colaborado en diversos medios, entre ellos el Uno más Uno, Mira, El Universal, Etcétera, 'Triple Jornada' del periódico La Jornada, y en la revista Fem. La campana por la vida se escuchó en el silencio que duele en el alma, que lacera el corazón de las madres sin sus hijas de los hijos sin sus madres, de quienes buscan justicia, ante la injusticia, la impunidad y la corrupción. “Ni una más”, parece decir, al llegar al campo algodonero, de Ciudad Juárez, donde en 2001 se encontraron los cuerpos inertes de 8 mujeres víctimas de la violencia de género. Hasta esa ciudad fronteriza atrapada por el narcotráfico y la violencia generalizada, llegaron las organizaciones no gubernamentales entre ellas la denominada Mujeres de Negro en la caravana “Éxodo por la vida”, con el fin de “despertar la conciencia de la ciudadanía de que ninguna mujer merece vivir con violencia y mucho menos morir con violencia extrema”. Como asegura su vocera Hilda de la Vega. La caravana recorrió más de dos mil kilómetros acompañadas de la campana de metal que pesa 85 kilos, fabricadas con llaves que se recolectaron por organizaciones de mujeres durante la campaña “Ni una muerta más en ciudad Juárez”. Al paso por cada ciudad sonaba recordando que la lucha sigue en pie y que no hay olvido ante tales atrocidades. Con su tañer se exige también que se cumplan las más de 200 recomendaciones emitidas por organizaciones internacionales sobre el feminicidio. La caravana estaba integrada por más de 300 personas defensoras de derechos humanos, entre las que se encuentran amas de casa, madres de muchachas desaparecidas o asesinadas, profesionistas, intelectuales, periodistas, campesinas, estudiantes, que recuerdan a los cientos de víctimas femeninas que han muerto violentamente. Sus demandas: exigir justicia y frenar la violencia de género, en todas sus manifestaciones. así como los asesinatos y las desapariciones de mujeres. Antes de marchar por calles de Juárez, las participantes volvieron a colocar las ocho cruces rosas del campo algodonero retiradas por constructores. Otra vez se erigieron con el nombre de cada una de las mujeres que se encontraron en ese lugar. Con ellas se tiene presente ese trágico episodio en la historia negra del México moderno. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), considero que el gobierno de México es responsable del feminicidio en Ciudad Juárez, en torno al caso de los ocho cadáveres encontrados en el campo algodonero. El abogado español Emilio Ginés, citado por el diario El Mundo, sostuvo que la determinación en contra del Estado mexicano fue por falta de prevención y de atención, indicó el tribunal ha dictado sentencia a favor de las víctimas. Representó en el proceso a las familias de las mujeres, que decidieron acusar al gobierno mexicano por “falta de prevención y de atención” a un problema que está vigente desde hace años en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez. Rosa salió al pan y nunca regreso, Adriana fue a comprar pañales, tampoco volvió, Laura no llegó a su trabajo y ni a su casa, y así se pueden ir contando la desaparición de cada una de las muertas de Ciudad Juárez y la angustia de sus madres, familiares y amigos, quienes son los que luchan porque se esclarezcan sus muertes que presenten a los verdaderos culpables y no a “chivos expiatorios”. Ante el silencio de las autoridades el tañer de la campaña, para que nunca se olvide que más de 500 mujeres fueron asesinadas y desaparecidas. Han pasado 16 años y a pesar de que se han emitido decenas de recomendaciones nacionales e internacionales, ninguna de ellas ha sido cumplida por las actuales y pasadas autoridades de los gobiernos federal, estatal y municipal. Distintas administraciones federales, estatales y municipales han pasado sin resolver a fondo los crímenes de las muertas de Juárez. Han formados comisiones ex profeso, que al paso del tiempo se sumergen en la burocracia del mismo sistema sin llegar a un resultado positivo. Ante la ineptitud de las autoridades, la valentía de las madres, de la familia, de las organizaciones no gubernamentales. La campana llegó a su destino: la plaza del Fundador, donde con su sonido se apagará el silencio y se escuchará: “ni una muerta más”. Con cada tañido se hace patente que es la voz de las mujeres victimadas que reclaman justicia. No hay que olvidar que en Ciudad Juárez, más de 500 mujeres han muerto y hasta el momento no hay una sentencia condenatoria. Hay un hombre sin huellas* Chrystos Tres de nosotras nos hemos congelado bajo él en seis meses La policiía está haciendo pruebas con el semen que escupió en nuestras vaginas muertas No tienen pistas Él ataca con una media de nylon detrás de la puerta Esas llaves que tintinean en nuestros armarios no dicen su nombre En la mañana él usa los cuchillos de la cocina usa guantes para mantener las manos limpias Tortura a una de nosotras durante ocho horas antes de que ella muera El juez sabe estas cosas con la precisión de nuestro terror Le mostramos signos de que nos defendimos palmas cortadas rodillas rasguñadas El piensa que barrio es su territorio Todas las mujeres viven solas Yo vivo sola con un cuchillo de asesinato en mi estómago listo para él Miro la calle mientras regreso a casa con los ojos como navaja de afeitar listos para él Abro mi puerta a patadas lista para él Él ataca entre las 8 y las 10 de la noche Conoce los hábitos de las mujeres que asesina Nos observa desde la ventana de la cafetería a pequeños sorbos La policía a quienes no les gusta que le llamen cerdos lo siguen muy de cerca Dicen que no quieren que entremos en pánico Yo sólo se de él porque una mujer policía lo mencionó en mi clase de Historia de las Mujeres Sus palabras una morgue Ëste no es un poema es un periódico una advertencia escrita muy rápidamente Siempre en guardia lista para matar para sobrevivir Ël no tiene rostro Él podría ser cualquier hombre que te esté observando. * En Feminicidio: una perspectiva Global, Diana E. Russel y Roberta A. Harmes, pp. 53-54. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Inaudible...
Foto: Oxaca en la Red Injusticia e impunidad Por Soledad Jarquín Edgar Corresponsal de CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer A.C.) en Oaxaca. En 2007 le fue otorgado el Premio Nacional de Periodismo en su categoría de Noticia, por uno de sus trabajos para la Agencia Cimac Noticias. “Esta alma es libre, más libre, muy libre, insuperablemente libre, en su raíz, en su tronco, en todas sus ramas, en todos los frutos de sus ramas…” Marguerite Poréte, escritora mística, condenada a la hoguera en Francia por “hereje”. Cuando lo dicen los hombres se escucha, cuando lo dicen las mujeres no. Durante años, que digo años, décadas, las mujeres pusieron el tema sobre sus derechos del cuerpo y en especial sobre el derecho a decidir sobre sus cuerpos, lo que incluía por consiguiente su decisión de cuándo y cómo tener hijos o no tener a esos hijos. El otro tema es la violencia. La historia del derecho a decidir ha estado marcada por toda clase de intromisiones de sectores políticos o religiosos que nada tienen que ver con las mujeres. Por un lado, la jerarquía católica y otras iglesias, han deseado controlar el cuerpo de las mujeres desde el púlpito y los políticos desde sus curules. La intromisión de las iglesias parece una historia vieja y no aplicable, sin embargo, la realidad nos muestra que está tan vigente como en los años de la inquisición o la persecución de las brujas. Hoy, en el noveno año del siglo XXI, estamos como hace 421 años, cuando en 1588 el Papa Sixto V declaró que cualquier aborto y cualquier uso de anticonceptivos deben ser vistos como un asesinato. Decisión que fue revocada por su sucesor Gregorio XIV. En el México “moderno”, “globalizado” y “transnacional”, donde las declaraciones gubernamentales no concuerdan con la realidad de millones de habitantes que viven en la pobreza y que cuando Felipe Calderón lo dice, sus invitados se ponen de pie y la aplauden con fervor, en este México todavía las mujeres mueren por estar mal atendidas durante el parto, a la hora del parto y 45 días después del parto. ¿Pobreza o falta de interés en la vida de las mujeres? En 18 estados del país, incluyendo a Oaxaca, los diputados y diputadas del PRI en abierto acuerdo con el PAN, utilizaron el derecho a decidir de las mujeres para hacer el cambalache político con su mirada fija en su arribo a los Pinos y no por conciencia, provocando división entre las y los diputados, como dijo el senador priista Pedro Joaquín Coldwell. Pero sí así fuera, las diputadas del PRI, pienso, habrían votado en contra de la ley pro vida. Si las diputadas priistas y algunos diputados, lo hicieron por conciencia, es decir, que su formación religiosa o personal votaron en contra del derecho de las mujeres, entonces se equivocaron de partido, porque con el soplo de sus impulsos entre misóginos e ignorantes, manchan algunas brillantes páginas que el PRI había logrado escribir. Esta semana fue de declaraciones, como tenía que ser y como lo había adelantado. El motivo era el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las mujeres. Hubo tres declaraciones en la prensa local que me llamaron sumamente la atención y otra en el ámbito nacional. De las locales una provino del Congreso. Las diputadas Eva Diego Cruz del PRI y Perla Woolrich Fernández del PAN, así como los legisladores Benjamín Robles Montoya, del PC, y Magdiel Hernández Caballero, del PUP, se refirieron al tema y lo maravilloso de todo es que descubrieron el hilo negro. ¡Fantástico! ¿Qué haríamos sin ustedes? me pregunto. A los señores y señoras del PRI y del PAN se les olvidó que en septiembre pasado cometieron un atropello con las mujeres al penalizar el aborto en Oaxaca, de esa violencia institucional no hablaron. Como tampoco dicen nada sobre los escasos recursos que destinan con sus maravillosos dedos a combatir la violencia machista contra las mujeres, que entre otras cosas ha dejado 595 mujeres asesinadas en 11 años en Oaxaca, un incremento en violencia familiar y suicidios, en ambos casos superior al 50 por ciento con respecto a los registrados el año anterior. Pero de eso nada saben, supina ignorancia de una mayoría. La segunda declaración es la que se le adjudica a Ulises Ruiz Ortiz, quien plantea que también es violencia no realizar acciones en apoyo de la mujer. “La mujer” ente abstracto, “las mujeres” somos todas, las de carne y hueso y ellos prefieren el ente abstracto. Dice la prensa de URO que el gobernador dijo que “el no realizar acciones por parte de los gobiernos para lograr una igualdad de género, también representa un signo de violencia hacia la mujer, sector que por varios años ha sido víctima de diversos abusos”, si lo dijo el que gobierna malo, si lo la interpretación fue de quien está en comunicación social peor todavía, porque se unen al club de los legisladores. Si tomamos la declaración de URO por el lado amable, sus funcionarios y funcionarias tendrán que ponerse las pilas porque siguen omitiendo la violencia y sus respuestas son penosas. Ayer mismo conocí del caso de una mujer que con el ojo morado fue a denunciar a su pareja en las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Ahí, un divino personaje, le dijo que se fuera a su casa porque no atendían esos asuntos. Cuando pudo decirle que fuera a la Fiscalía para Atender los Delitos de género contra las mujeres. Eso por decir lo menos. Pues tenemos que recordar que para prevenir, sancionar y erradicar la violencia se necesita primero reconocer el problema, destinar recursos y actuar. Las declaraciones de cada año no ayudan mucho. La tercera noticia se refiere a la solicitud de esa cruzada a la que llamó José Antonio Hernández Fraguas, presidente municipal, durante la reunión del Consejo Nacional de Seguridad. Lo que dijo es cierto y se empata a la perfección en el llamado que antes le había hecho la regidora de Equidad y Género, Bárbara García Chávez, en el sentido de que se necesitan respuestas oportunas y mejoras urbanas para cumplir con lo establecido en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres. Ojalá podamos ver respuestas y se deje el revanchismo político tras la puerta. Y, finalmente, la última declaración es la de Marcelo Ebrard, quien saca de la chistera el agua tibia cuando señala que la iglesia católica y el PRI alientan la penalización del aborto y entonces, casi por arte de magia, los medios vuelven la mirada, se producen primeras planas, lo dijo un señor: hay nota. Cuando por años y en fechas recientes las mujeres habían dado la misma declaración, analistas y periodistas lo habían expresado, bueno era un secreto a voces. En fin, misoginia, sexismo, patriarcado, poder… son muchas las razones de la violencia contra las mujeres y ésta que ignora a las mujeres, las omite, no deja de serlo. Y a todo esto tenemos que agregar la retahíla de palabras sueltas de Felipe Calderón que serán el discurso de la semana en los medios que controla el gobierno. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
"Una mujer partida en dos" (La fille coupée en deux)… o la insuperada vulnerabilidad de las mujeres frente al “amor” y la pasión
Cine y género
Por Josefina Hernández Téllez Periodista, investigadora en estudios de género, profesora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH)y la UNAM, y responsable del grupo de investigación de Género y Comunicación de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC). A punto de iniciar un año más, del principio del fin de la primera década del siglo XXI, vale recapitular, urge reflexionar y mirar y mirarnos: qué ganamos y qué hemos perdido la mitad de la humanidad, las mujeres, en estas pocas décadas de lucha denonada por avanzar, por integrarnos, por ganar el respeto de los demás, por ser escuchadas, por nuestra categoría de ciudadanas hoy cuestionada con reformas legales en 18 estados contra nuestra mayoría de edad y capacidad humanas de decidir. El pretexto para llegar al balance puede ser cualquier situación: una película disfrutada en la Cineteca Nacional en noviembre de 2009, en la 50 Muestra Internacional de Cine. En un espacio lúdico, con una buena producción, una excelente temática cotidiana y zaz!!! de nuevo la cruda y cruel realidad: una situación de común, corriente. Una joven veinteañera se relaciona con un hombre treinta años mayor. Ella se enamora de él, para él sólo es una “aventura” más porque se encuentra muy a gusto con su esposa, también más joven. El desenlace es que él es asesinado y ella es anulada emocional y profesionalmente. ¡Qué desenlace! ¿Cuál siglo? ¿En qué parte recóndita del mundo? Una mujer para dos es una película ganadora del premio Claude Chabrol del Festival de Venecia en 2007. Los protagonistas son Ludine Sagnier, Benoit Magimel y Francois Berleand y la dirección es de Patrick Godeau. La trama y las actuaciones son de excelente factura pese a que el tema no es novedoso. No obstante esto, la virtud de esta película es cómo presenta y refleja lo reiterativo de los problemas humanos y sobre todo la vulnerabilidad de las mujeres frente a los sentimientos, sin importar su nacionalidad, su profesión o su belleza. Todo comienza cuando en la vida de Gabrielle Nieves se cruzan dos hombres: un joven acaudalado y un veterano escritor. Nieves es una mujer atractiva, rubia, presentadora del clima en un noticiero televisivo; Charles Saint Denis es un escritor famoso, y Paul Gaudens es un joven acaudalado y como tal caprichoso, exquisito y excéntrico. Sus vidas se cruzan en la librería de la madre de Nieves, donde Saint Denis acude a firmar la venta de su última obra. En ese mismo espacio irrumpe el tercero en discordia, el joven junior de estirpe que desprecia (¿o envidia?) al exitoso escritor porque le recuerda lo inútil de su vida, porque él sólo es el heredero, el hijo de familia que disfruta de todo pero restringido por su posición y clase social. Los dos hombres se cautivan con Nieves y es el inicio de la conquista de uno y otro. Saint Denis la enamora por su experiencia y su aura de intelectual interesante, además de que, según diálogo de la madre de la protagonista, representa el padre que ella no tuvo pues fue madre soltera. Nieves claudica a todo lo que apetece al escritor: la pasión, la furtividad, la transgresión, la exploración de nuevas y poco comunes experiencias sexuales. Todo por amor, a cambio de la entrega total él se va a un viaje sin explicación, sin consideración. Ella enloquece de amor hasta la depresión, el joven Paul, quien por meses la galanteó, al fin encuentra el espacio para consolarla, para tenerla. Nieves y Paul se casan pero él no puede superar que ella siga enamorada de él y en una fiesta de la alta sociedad a la que pertenece, donde el escritor acude como invitado de honor, él lo mata acusando de que pervirtió a su esposa. Finalmente consiguen que la justicia francesa considere atenuantes que Nieves aporta, convencida por su suegra. Sin embargo, para ella todo termina: le piden el divorcio, no le dan ninguna compensación monetaria como le prometió la familia de Paul, no vuelve ni como presentadora del clima ni como conductora de un programa que había conseguido previo a su matrimonio. A cambio su tío le ofrece ayudarle en un show de mago donde ella se presta ser cortada en dos (coupée en deux), como es su vida, su personalidad… Ni por rubia, ni por joven, ni por bella, ni por europea, deja de ser objeto del deseo y víctima de una sociedad de doble moral, sexista e inequitativa para unas y otros. Ésta es parte de la realidad todavía. No es excepción que confirme la regla, desafortunadamente, queda mucho por avanzar no en lo material sino en relación a la mentalidad social mundial sobre el lugar y los derechos de hombres y mujeres. Ni qué revisar en países como el nuestro, sobre todo, con el embate a nuestro estatus de ciudadanas, con voz y voto para decidir ya no sobre el mundo público sino sobre nuestros cuerpos, 2009 y las reformas a los códigos penales de los estados es la evidencia y confirmación… » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Las niñas en el país de las pesadillas
Niñas y violencia
Por Patricia Karina Vergara Sánchez Feminista, periodista y profesora. C, quien tenía nueve años de edad, llegó en el 2007 a vivir al Distrito Federal e ingresó al cuarto año de primaria cuando el ciclo escolar ya estaba iniciado. A los cuatro días de haber llegado a su nueva escuela, dos niños de diez y once años le tocaron las nalgas. Ella los denunció de inmediato con su familia y en la escuela. Mientras la maestra les llamaba la atención, los agresores portaban un rostro de profundo arrepentimiento y tristeza. C, conmovida, preguntó a una de sus compañeritas de salón de clases, si había hecho bien o mal al denunciar. La respuesta fue: “Imagínate, tú los aguantaste cuatros días, nosotras llevábamos todo el año aguantándolos”. Sin embargo, en la reunión mensual de madres de familia, cuando se tocó el tema, las voces de las madres de los varones justificaban: “Las niñas son unas llevadas, las niñas los provocan”. A C no volvieron a tocarla, pero sí a susurrarle algunos insultos y apodos. La violencia en el salón fue creciendo al grado de que ya tres o cuatro chicos rodeaban a una niña para aislarla y le tocaban el cuerpo. Ninguna denunció. Luego, vino una revista pornográfica, objeto con el cual se acercaban varios niños hacia las niñas, para preguntarles si sabían masturbarse. El tono de la pregunta era el mismo que si fuese utilizado de un hombre adulto a una mujer podría usarse para denunciar acoso sexual. Las madres de estos chicos hablaron de un natural período de curiosidad sexual, la agresión hacia las niñas era un tema muy secundario. En el siguiente ciclo escolar hubo un cambio de maestra. Se dijo que era necesaria una mano más firme para tener controlados a muchachos tan problemáticos. La nueva maestra los llenó de trabajos y tareas, los mantenía ocupados todo el tiempo en la escuela y en la casa. Hojas y hojas llenas de trabajos para entregar. Los padres y madres de familia estaban contentos con los niños y niñas agotados todo el tiempo. Sin embargo, las agresiones a las niñas no se detuvieron. La práctica se extendió: “Mamá, no puedo decirle a la maestra, Oscar es el más aplicado del salón, el consentido y además ni van a decirle nada”. En efecto, la consigna continúo: La culpa es de la niñas, para qué se llevan, por qué no se dan a respetar. ¿Qué es darse a respetar? Es una obligación que el discurso actual asienta sobre los hombros de las niñas en donde se espera que en su interacción con los niños sean tranquilas, amables, que no empleen palabras inadecuadas, que no tengan juegos bruscos con ellos, que se sienten en forma adecuada, con la espalda erguida y con las piernas juntas; que vistan de determinada forma, no provocativa. Que sean pasivas, que sobre ellas recaiga el peso de evitar cualquier confrontación con los otros. Si una niña no es tranquila ni amable, dice groserías, si juega brusco, se sienta en forma inadecuada, viste de la manera en que su búsqueda de identidad se lo dicta o simplemente no es pasiva, o, por la razón que sea, no cumple con los parámetros marcados por este discurso, entonces se le culpabiliza de cualquier desavenencia que pueda ocurrir. Como si el hablar incorrectamente, sentarse o vestirse como le resulte más cómodo fuera justificación para ser violentada. Lo curioso aquí es que también aquellas que siguen la norma de lo preescrito de todas formas son maltratadas y escuchan el mismo discurso de la provocación. No hay modo de ganar para ellas. Cuando, en realidad, nadie tendría que ganar nada, nadie tendría que esforzarse por obtener un trato decoroso. El respeto es un principio fundamental de convivencia humana. No se trata de “merecerlo”, “conquistarlo”. A ningún joven varón se le mide con el mismo parámetro. Ningún niño es señalado porque usó una palabra inadecuada o vistió ropa corta, nadie lo descalifica con el argumento de que "no supo darse a respetar". Ellas tendrían que poder esperar y exigir ser respetadas por el solo hecho de ser humanas. Recientemente, una investigación de la Universidad de Huelva, titulada Análisis de la violencia hacia las niñas en la escuela primaria, revela que la mayoría de los agresores son niños y la mayor parte de las víctimas, niñas. “En las entrevistas en profundidad se comprobó que ellas van asumiendo desde niñas el rol de víctimas, tienen que ser sumisas; mientras que los niños, ante un problema, responden: pego a quien sea”, explicó Emilia Moreno Sánchez, directora del trabajo[1]. Sobre los datos anteriores obtenidos en España, cabe acotar que, de acuerdo con la investigadora Carmen Castillo Rocha [2], los niveles de maltrato entre estudiantes –incluyendo a hombres y a mujeres -, comparados en un estudio realizado en Yucatán, México, presentan niveles más altos que en los estándares españoles. C cambió de escuela este 2009 para su último ciclo escolar en la primaria. Sin embargo, no cambió de realidad. Como en todas las escuelas de hoy, está presente el bullyng, “un comportamiento prolongado de insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica o agresión física de uno o unos niños hacia otro que se convierte en víctima”[3]. Es un fenómeno duro que convive en un mismo tiempo y espacio con la falta de respeto hacia la diferencia, cualquiera que ésta sea, el color de piel, el peso, la talla, el usar lentes, aparatos ortopédicos o de ortodoncia, cualquier excusa pareciera válida. Incluso, niñas que agreden a niñas, en un ambiente que constantemente las obliga a rivalizar por el aspecto físico, por calificaciones en asignaturas, por la ropa que portan, por quién resulta más agradable a los ojos de los otros, por quién opaca, por quién humilla, quién demuestra ser mejor que la otra. No sólo está presente con diferentes matices en el alumnado si no en el propio cuerpo docente. Como el maestro de matemáticas aquel, que obligó al alumno a quitarse la pulsera que portaba porque “es de niñas” y amenazó a todo el grupo con cortarles con tijeras las pulseras a todo aquel niño que las portara, ignorando por completo las leyes en contra de la discriminación y el respeto a la integridad de los jóvenes. O, el que se permitió arrojar a un lado los pupitres para amedrentar a los alumnos. Es decir, el maltrato, la intolerancia sembrada desde las primeras experiencias de socialización para los hombres y mujeres que construirán la realidad más próxima. A todo ello, es necesario sumar el ambiente general que rodea a las alumnas, camino a la escuela, dentro de la escuela y en el camino de vuelta a sus casas: Palabras obscenas murmuradas o gritadas a voz en cuello al paso de las niñas, por sus compañeros o por hombres de diversas edades que las acosan en las calles, en el transporte público. Palabras que aluden a su sexualidad, palabras que lastiman su autoestima, señalamientos sobre el aspecto de los cuerpos cambiantes de aquellas que apenas están aprendiendo a desenvolverse en la vida diaria. Lo peor, en ocasiones las palabras se tornan en tocamientos indeseables. Para C, aún en el nuevo plantel, la violencia escolar no termina: el niño que le pidió ser su novia y al cual ella rechazó, la señala, la persigue, le ha puesto apodos. En dos ocasiones le ha hecho ofrecimientos: Dejará de llamarla con sobrenombres, si acepta ser su novia; dejará de hostigarla, si acepta ser su novia. Situaciones muy parecidas viven otras compañeritas suyas. Las niñas saben ya bien a estas alturas que no pueden recurrir a las autoridades escolares porque, perciben, que no tomarán ninguna acción significativa y que probablemente les repetirán el discurso de que deben darse a respetar. Además, hay familias que todavía las culpabilizan a ellas, las sancionan, las violentan si denuncian lo que les ocurre. Entonces, toman las únicas acciones que están al alcance de niñas de diez, once y doce años: Ellas, a su vez, les gritan insultos, todas la palabras fuertes con que se les ocurre rechazarlos. Intentan patearlos o abofetearlos cuando se les acercan demasiado. También, optan por el correr, escapar, cuando ven aproximarse a quienes les hostilizan. Las salidas que estas niñas encuentran no son sencillas ni completamente efectivas. Es injusto el que se vean obligadas a correr cuando va hacia ellas el agresor. Dejan la charla con sus amigas, el material de la escuela, el almuerzo para después. Muy probablemente, el vivir en la constante renuncia no es un camino que les siembre fortaleza. Qué elementos de autoconfianza, de supervivencia les estamos facilitando. Hay que preocuparse. Un estudio reciente avisa:"el número de suicidios femeninos se reduciría en un 10% si se eliminara la frecuente victimización escolar de las niñas”.[4] Por otra parte, la respuesta física puede ser peligrosa. Un ejemplo de ello le ocurrió a V, que también acude a una escuela en el Distrito Federal, a quien en la aglomeración a la hora de la salida del salón de clases, un compañero suyo le tocó las nalgas y ella volteó para abofetearlo. Él la tomó por el cuello y la apretó contra la pared hasta cortarle la respiración. Sólo cuando se asustaron algunos compañeros y compañeras acudieron en la ayuda de V para que fuera liberada. V quedó con las marcas de los dedos del agresor por días. Las niñas padecen la constante arbitrariedad de quien las violenta, pero además no deben responder porque a partir de ello, ante autoridades, ahí sí, el varoncito será escuchado: “Ella también me insultó, ella me gritó tal cosa, ella me pateó, me arañó”. ¿Ya ven, cómo son ellas las responsables? Generalmente, las autoridades se lavan las manos diciéndoles que se respeten mutuamente. No analizan el trasfondo de estos conflictos, en donde una jerarquía cultural de géneros está presente en estas relaciones agresivas, en estas imposiciones de modos de relacionarse. En donde ser niña o ser niño, todavía, implica distintos accesos al poder cotidiano a protegerse o no, a ceder o no, a ser respetadas o no. Entonces, si denuncian, si no denuncian, si toman su propia defensa verbal o física, si corren, las niñas llevan las de perder. Aquí podemos citar las consideraciones de Emilia Moreno, junto al profesor Enrique Vélez González, en un artículo publicado por la Red de Investigación Acción Colaborativa.[5] “Educar para formar a la ciudadanía obliga a incluir la perspectiva de género en la educación y cuestionar las construcciones culturales, sociales e históricas que determinan lo masculino y lo femenino. Estas construcciones asimétricas establecen las relaciones de poder dando lugar a la subordinación y la discriminación de la población femenina”. Es imprescindible tomar medidas, no para luego. Ya durante demasiado tiempo, el que un chico empuje a otro, los apodos, el que una niña insulte a otra, las burlas, o que estudiantes excluyan a otro, han sido vistos como hechos normales y los adultos no hemos intervenido. Igualmente, el que un niño tire del cabello a una niña, rompa o le arrebate un objeto, agreda desde la desigualdad entre hombres y mujeres, se ha naturalizado. El que suceda cotidianamente no lo justifica. Es necesario atajar la violencia antes de que alcance grados más altos. Un ejemplo de las consecuencias posibles: La violencia en nuestro país, cuando llega al nivel de la escuela secundaria, puede alcanzar extremos tales como el secuestro express, la violación y el asesinato[6]. Por supuesto, que no todo es responsabilidad del centro escolar, los niños, las niñas, los jóvenes al llegar a casa y encender la televisión muy probablemente se encontraran con la escena de un hombre que da malos tratos a una mujer y luego ambos se reconcilian porque se aman; al abrir una revista verán el anuncio comercial cuyas imágenes son una oda a la anorexia; prenderán el aparato de sonido y escucharan la música de moda, no sólo el reguetón, toda, con sus consignas misóginas. Más duro aún, quizá también estarán inmersos en familias que repiten y perpetúan modelos patriarcales, que violentan, que restringen. En efecto, la cotidianidad está construida de violencia hacia las mujeres. Sin embargo, sí podemos incidir en la parte que nos toca. Este llamado es a los maestros y a las maestras frente al grupo, a las directoras, a las mujeres en el sistema educativo, es una invitación a preguntarnos sobre los abusos de poder cultural y social entre hombres y mujeres que estamos fomentando dentro del salón de clases en la educación básica y su relación con la existencia del hombre que nos acosó, que nos gritó insinuaciones sexuales por la calle en el camino para asistir a nuestros espacios laborales ¿Podría ser uno de nuestros alumnos dentro de unos años? La profesora Emilia Moreno nos sugiere: “Para evitar situaciones violentas en los hombres, hay que empezar por educar a los niños y tratar de no relativizar situaciones conflictivas alegando que son cosas de niños. La violencia machista, desde luego, no lo es”[7]. Vamos a preguntarnos sobre las agresiones hacia las mujeres que ocurren en las calles, en las manzanas alrededor del centro de enseñanza y la permisividad con la que se está fomentando que estos jóvenes maltraten a las jovenas. Teniendo en cuenta que en unos meses, un par de años quizá, estarán fuera del centro educativo, podemos visualizar que la violencia se repetirá afuera. ¿Cuántos casos habrá ante el Ministerio Público que se presentan en una localidad, cuando pudieron haberse detenido tiempo antes por las autoridades escolares que podrían haber mostrado al niño o al joven lo inaceptable de este tipo de violencia? Qué estamos sembrando al responsabilizar a las niñas que han padecido violencia escolar hacia las mujeres con el discurso de Las llevadas, las que no se dan a respetar que termina en la impunidad hacia el agresor. Un problema que señala la investigadora Carmen Castillo, es la violencia institucional: “las autoridades escolares que, cuando finalmente los estudiantes y familiares exponen sus quejas por abuso, niegan el problema, protegen a los agresores y exponen a la víctima”[8]. Hay un efecto dominó entre la impunidad y la violencia sistémica que resulta en los violadores, golpeadores y asesinos de mujeres y el discurso todavía vigente de “Ellas lo provocaron”… por usar falda, por usar pantalón, por dirigirles la palabra, por no dirigirles la palabra, por estar en la calle de día, por estar en la calle de noche, porque decidió salir a trabajar, porque decidió no salir a trabajar, porque la sopa estaba fría, porque la sopa estaba caliente… porque sí. Son ellas las que lo provocan. Oswaldo Morgan que asesinó a su novia con 25 puñaladas dice que ella lo provocó, ¿Quién provoca recibir 25 puñaladas? El niño que tomó por sorpresa la hoja en donde C estaba anotando el teléfono de otro niño y la rompió en pedazos, dijo que estaba jugando, que así se llevan, aún cuando ella lo negó; el niño que besó a O a la fuerza dijo que ella lo había provocado ¿Es tan alejado un camino de otro, o son consecutivos? Hablar de la educación primaria es recurrir sólo a un ejemplo, la educación en todos sus grados presenta distintas formas de maltrato hacia las niñas y mujeres. Sin embargo, hay un común: Se trata de uno de los espacios donde se asientan con más fuerza las raíces de la violencia hacia las mujeres. Por supuesto, hacen falta políticas por parte de los Estados y el generar conciencia social sobre la problemática. A docentes y directivos, intervenir en la prevención, y contención de la violencia; enseñar a los y las alumnos a intervenir, a no permitir prácticas de abuso. Es necesario exigirlo, buscarlo y trabajarlo para cambiar los hechos. Sin embargo, mientras tanto, no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Maestras, profesoras: Por solidaridad de género, por conciencia de ser mujeres, porque padecemos el mismo techo de cristal en donde, habiendo tantas mujeres preparadas, los puestos de dirección y reconocimiento se dan en mayoría a los varones; porque en nuestra labor cotidiana podemos vivir acoso de padres, trabajadores, otros funcionarios, y hasta de alumnos; por ser mujeres que vivimos en este país injusto para con las mujeres. Por una noción elemental de justicia, no repitamos discursos opresivos contra las nuestras, ni permitamos que las propias alumnas los repitan. Si por ahora las investigaciones sobre la violencia escolar en nuestro país son insuficientes, podemos comenzar a dialogar, a discutir a informarnos, a ensayar formas de construir conocimiento y vida no sexistas. No sembremos en nuestras aulas más tiranía contra las niñas, contra las mujeres, contra nuestras compañeras de hoy y de mañana. Notas: [1] Carballar, Olivia. "El ‘bullying’ también tiene género". Sevilla, 2008. http://www.publico.es/espana/123646/bullying/genero [2] Castillo Rocha Carmen y Pacheco, María Magdalena. "Perfil del maltrato entre estudiantes de secundaria en la ciudad de Mérida, Yucatán" en Revista Mexicana de Investigación Educativa, año/Vol. 13, número 038. Consejo Mexicano de Investigación educativa. Distrito Federal, México. pp.825-842 [3] Matey, Patricia. "Las niñas que ha sufrido acoso escolar tienen más riesgo de suicidio que los chicos". El Mundo. Madrid, 2009 http://argijokin.blogcindario.com/2009/03/10246-las-secuelas-del-bullying-tienen-genero.html [4] Idem [5] Carballar, Olivia. Op.cit [6] Castillo Rocha Carmen y Pacheco, María Magdalena. Op. cit. [7] Carballar, Olivia. Op. cit. [8] Castillo Rocha Carmen y Pacheco, María Magdalena. Op.cit. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Corazón de sangre
Historias, cuentos, poesía, reflexiones y vida cotidiana Por Yoloxóchitl Casas Chousal Periodista mexicana, comunicadora, escritora, editora, asesora, consultora y promotora de los derechos de las mujeres y los derechos humanos. A Edmée Te leí a cachitos, entre lexemas y paradigmas vi tus pies gorditos jugando con burbujas de agua. Me inundé en tus lágrimas saladas, navegué en tu tina, sufrí desesperanza. Canto líquido de amor, fluido que escapa entre polvos de estrellas olvidados a la orilla de un lago de plata. Bosque de tucus que trastocan la vida perenne, sueños quebrantados invocación a desánimos. Nubes de sal que viajan imperturbables sobre crestas de olas. Fino encaje que bordan sirenas y caracolas. Búsqueda infinita mar de llanto amargo que me arrancan tus plegarias. Boca susurrante que delira, explora, espora, esparce, implora. Labios de carne mancillados, labios de canto que cantan, claman mórbidos morfemas, amorfos cánticos. Corazón de sangre, torrente rojo vivo. Te leí a cachitos. He terminado. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Es Igualdad no equidad lo que garantiza la CEDAW
Por Sara Lovera Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. El viernes 18 de diciembre la Convención contra todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adoptada por 185 países que sesionan en la ONU, cumplió 30 años. Las mujeres, no obstante, siguen discriminadas y oprimidas en cuestiones fundamentales como la libertad y los derechos humanos. Son botín de guerra, carecen de ciudadanía completa y viven los escenarios más descarnados de violencia, sometimiento y esclavitud. Su cuerpo está controlado. En América Latina –la región más desigual del planeta- según la abogada costarricense Alda Facio, se yergue sobre las mujeres una conspiración conservadora que está dando al traste con los tímidos avances y lo más grave es que el movimiento feminista adoptó la política de equidad, acríticamente, sin darse cuenta que contravenía lo fundamental de la CEDAW que fue creada para garantizar la igualdad. Mientras en nombre de la Convención se ha impulsado a las mujeres, sistemática y crecientemente a los lugares de la política, donde se toman las decisiones, la gran pregunta que hoy se hicieron un puñado de expertas reunidas en Buenos Aires, Argentina, es si ello ha servido para garantizar los derechos sexuales y reproductivos. Para las mexicanas la prueba negativa y tremenda está en el aval que Beatriz Paredes, un ejemplo de mujer “feminista” en el poder, ha convalidado con su silencio que esos derechos estén en la picota y devastados. Paredes quiere ser candidata a la presidencia y ya no halla la forma de justificarse. Los 30 años de la CEDAW, un aniversario señero, servirá para examinar qué tanto las sociedades del mundo entero conocen y reconocen a esta convención definida por la brasileña Silvia Pimentel como una Carta Magna de los Derechos Humanos de las mujeres y si existe en alguna parte voluntad política para acabar con la desigualdad real, cotidiana, definitiva, entre hombres y mujeres. Para Gladys Acosta, directora para América Latina del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), promotora entusiasta de la reunión de Buenos Aires, afirma que la CEDAW se propuso, hace 3 décadas, conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, “ese derecho es una deuda pendiente, que ya no tiene moratoria”. Es evidente para esta funcionaria de Naciones Unidas, que esa igualdad debe cristalizase en hechos, porque la “igualdad es un concepto real y concreto, es un derecho. Y las mujeres del mundo no pueden esperar más”. La evaluación del mandato de la CEDAW que en países como México y muchos otros es ley suprema, pondrá en evidencia que los gobiernos no cumplieron y con ello el atraso democrático, de justicia y reconocimiento a las mujeres. En ese examen los hechos, las cifras, las experiencias de las mujeres van a salir a flote. ¿Quién pretenderá engañarnos? Lo más grave es que muchísimas personas, como ya he escrito, no conocen el contenido y alcances de la Convención, pareciera secretamente guardada por el funcionariado de los Institutos de las Mujeres, a tal grado que ha sido difundida con timidez y es defendida por el movimiento feminista sin profundidad, menudean sus ediciones en todos los idiomas y en miles de carteles o cuadernillos, pero no se le promueve realmente. Surgió en 1979, cuatro años después de la Primera Conferencia Internacional de la Mujer, fue el resultado de 30 años de trabajo de diagnóstico que hizo la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, impulsada, entre otros países por México, -tremenda paradoja- y eso significa que la Convención era resultado de evidencias intachables. Aun cuando México formó parte de esa Comisión, contradictoriamente fue el último país en crear un mecanismo para hacerla efectiva, es decir, nuestro país fue el último en América Latina en crear el Instituto nacional y, al mismo tiempo en 1974, puso en la Constitución la igualdad entre hombres y mujeres. Pero nada más, quedaron y siguen quedando grandes vacíos y lagunas legales, en la práctica se admite la desigualdad y se soslaya con indiferencia la discriminació n. He presenciado cómo funcionarios y funcionarias de todos los niveles y todas las clases, todavía 60 años después del nacimiento de la Carta Universal de los Derechos Humanos se preguntan si no será excesivo que las mujeres reclamen derechos de jure y de facto, que ya son reconocidos en todas las leyes y en todos los discursos. Hay quienes todavía piensan que esos reclamos, que Gladys Acota dice que no pueden esperar, son producto de influencias extranjeras o caprichos de hembras que se han salido de su papel principal: el de madres y esposas. La esperanza, en todo caso, como dicen las expertas, es que con motivo del 30 aniversario de la CEDAW se pueda concienciar a los gobiernos, hasta ahora, tremendamente contradictorios y muy preocupante que con frecuencia sean omisos. Justo ahora cuando en México estamos muy preocupados por la seguridad, cuando no cesan los asesinatos de mujeres en todo el territorio, cuando se llenan las bocas de los intelectuales en busca de una izquierda responsable, es cuando habría que examinar si han conectado en sus cerebros que eso no puede examinarse, sin considerar que la mitad de la población vive discriminada. Me pregunto si puede hablarse de democracia echando por tierra la división entre el Estado y la Iglesia, si los diputados y diputadas de 18 entidades del país pueden sencillamente echar por tierra el derecho a interrumpir un embarazo, si es de admitirse avanzar en los procesos electorales, cuando se niega la libertad a la mitad de las votantes; si se puede hablar de recuperación económica, cuando la mitad de la fuerza de trabajo es vejada y obligada a jornadas laborales de 18 horas, porque se las obliga, real y simbólicamente a ser las únicas responsables de su prole. En fin, los Estados estarán examinados y reprobados, como las chicas y los chicos a los que la prueba Pisa los ha descalificado por no saber leer y escribir correctamente. Ahora se entiende porque no se ha leído y entendido la Convención contra todas las Formas de Discriminació n contra la Mujer, que alegremente nuestros gobiernos firmaron y se comprometieron a cumplir. Esto es claramente, como diría una amiga querida, una rémora del sistema educativo nacional. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Pacto por la Vida, Libertad y por los Derechos de las Mujeres
Por Sara Lovera Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. “Tendrán que entender que nuestros cuerpos nos pertenecen a nosotras y a nadie más…nuestros cuerpos tienen cabezas, y éstas, también, nos pertenecen solamente a nosotras… Amazonas de la Libertad 1961 Mujeres de organizaciones civiles y sociales, agrupadas en nuevos espacios de radicalidad y principios finalmente reunidas signaron un pacto para hacerle frente a la ofensiva que se ha lanzado para abolir todos los derechos que están inscritos en constituciones, leyes, acuerdos internacionales y supuestas políticas públicas. Fue como un grito estructurado y racional. Establecieron un plan de trabajo, con acciones planificadas. No se pidió la unidad a toda costa que me remite a los viejos planteamientos frentistas de la anquilosada izquierda mexicana, sino la conjunción por hacer vigentes los derechos humanos. No. Eran feministas. Se reunieron el 5 y 6 de diciembre. Y todos los jueves a partir del 10 de diciembre harán paradas en congresos y plazas del país para denunciar que en los congresos locales, en las capitales de la República y en los oscuros pasillos del poder se planea retroceder, quitarnos el aborto legal, ese que se inscribió en nuestras leyes en los años 20. El Pacto por la Vida, Libertad y por los Derechos de las Mujeres fue signado por mujeres de 19 estados del país y del Distrito Federal. Un aspecto central es solicitar que se sanciones a México por violar la Carta Universal de los Derechos Humanos y por lo tanto ser juzgado ante el Tribunal Internacional de Viena. Y es que en México las mujeres que acuden al aborto clandestino arriesgan su vida y frecuentemente viven con secuelas de salud lamentables. Pero no sólo eso, sino que la andanada contra la posibilidad de mantener el derecho de interrumpir un embarazo producto de una violación, significa enviar un mensaje de sometimiento que atenta contra eso que las Amazonas de la Libertad, en los Estados Unidos reclamaron a sus compañeros del movimiento de la negritud, contra su inteligencia y su capacidad responsable de tomar decisiones sobre sí mismas. Y este es en el fondo el problema principal. Los señores, muchas señoras legisladoras y gobernadoras han confirmado que tienen la convicción de que las mujeres deben volver a la esclavitud. Palabras fuertes surgidas en el Foro Nacional por el Derecho a Decidir de las Mujeres, convocado por el Grupo Feministas Socialistas, y en donde, se pusieron de acuerdo y abandonaron las peleas locales o localizadas. Ir más allá de las gestiones jurídico-legales, aunque éstas se conserven; ir más allá de la denuncia aislada o las movilizaciones estatales. Porque ahora será necesario ir a toda la población y explicarle que tener un derecho no obliga a nadie a abortar, porque nadie promueve el aborto, pero cuando éste es necesario y urgente, debe ser protegido por el Estado, garantizando así la vida de las mujeres. En el Foro, donde estaban jóvenes y antiguas feministas, también se habló de que la derecha más conservadora, a la que se ha unido el PRI, tendría que ser derrotada, ahí donde más duele: se hará la petición para que el PRI sea expulsado de la Internacional Socialista, por contravenir todos sus principios, esos que hablan de la igualdad entre hombres y mujeres, de la convención contra la discriminación, de la urgencia de profundizar la democracia. Las mujeres decidieron también hacer un marcaje personal a las y los diputados que han votado por abolir el derecho de las mujeres a interrumpir un embarazo cuando peligra la vida de la madre, cuando ésta ha sido obligada a una inseminación artificial y cuando la llegada de otro hijo pone en crisis la situación económica de una familia. Todas cuestiones zanjadas en los códigos penales que se quieren borrar inopinadamente. Y también, porque esa es una aspiración humana, reconocer que hay mujeres que no quieren un hijo y que ante la falla de un anticonceptivo, quedan preñadas contra su voluntad. Ellas deben tener el derecho a decir que no y a abortar. Es decir el derecho a legalizar totalmente, la interrupción del embarazo. Y eso, tan sencillo, tan elemental, tan relacionado con las decisiones personales no puede todavía ser entendido. El Pacto es para actuar políticamente en todo el país en forma coordinada y sistemática. Arribar ahí puede significar la reorganización de las mujeres en todo el país y no convalidar las componendas entre quienes dirigen este país. Lo más urgente es liberar de la cárcel a un grupo inmenso de mujeres que están procedas, que purgan penas por homicidios –como en Guanajuato, Veracruz e Hidalgo-, a las que tienen miedo de convertirse en presas de conciencia, presas políticas. A las que son perseguidas, porque las hay y no hemos tomado conciencia de ello. Una cuestión interesante del pacto es que se llamará a todas aquellas organizaciones que estén dispuestas a acompañar la demanda de las mujeres. Sindicatos, organizaciones campesinas, agrupaciones políticas, líderes de opinión, todas y todos quienes deseen sumarse a esta cruzada ciudadana. Es probable que el Congreso de la República intente modificar la Constitución General, no sólo por las iniciativas panistas, sino porque ha llegado la petición del Congreso de Veracruz, y los priistas que quieren volver al poder, están prestos a someter a la mitad de la población. Con ello el PRI se quita a careta, suma a su programa de criminalización general contra las y los mexicanos, a todas las mujeres que ejercen su derecho a decidir, los del antiguo Partido de Estado que ya nos han sumido en la peor de todas las crisis política y social de nuestra historia. Sería el colmo que continuara el silencio, ese al que en el foro se refirió Adriana Luna Parra. En ello los medios de comunicación son una palanca fundamental. Las convocantes, Feministas Socialistas me dijeron que esto es un paso adelante. Por supuesto que será necesario cumplir el pacto. Pronto aparecerán, si es así, las listas con nombres y apellidos de quienes han firmado por abolir nuestros derechos; aparecerán las contradicciones entre lo que se firma en convenciones y lo que se hace. Pero lo más importante, si se cumple el pacto, es que las mujeres del país se enteren de lo que hoy se hace en su contra, y se levantan sin miedo a reclamar y poner un muro infranqueable que evite ser avasalladas, una vez más. Veremos. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Menstruación: la sangre y vergüenza del género
Por Guadalupe López García Periodista con Especialización en Estudios de la Mujer por el PIEM de El Colegio de México, se ha desempeñado como guionista y productora de radio; colaboradora, editora y coordinadora editorial en diversos medios como el IMER y la SEP, La Jornada, El Día, Uno más uno, Fem y Notimex. Trabajó en el Centro Integral de Apoyo a la Mujer “Esperanza Brito de Martí” en y fue coordinadora de la Unidad Delegacional de Iztacalco del Inmujeres-DF. Ha recibido reconocimientos a su labor periodística y en defensa de los derechos de las mujeres por parte de la AMMPE, Conmujer, Cimac y la delegacion Iztacalco del DF. ¡Jijos! Creo que me vi muy dramática con el título de esta columna rojiza, pero es que no encuentro otras palabras para describir ese acontecimiento biológico-hormonal que es vivido por muchas, muchas mujeres como algo feo, sucio, molesto y desagradable. Desde las amas de casa de las colonias populares o campesinas en comunidades rurales, hasta las más billetudas o profesionistas, o desde las jóvenes punk o fresas, hasta en las maduras, hay historias de dolor o vergüenza en torno de la llamada “regla”. No quiere decir que todas vivamos esa experiencia de la misma forma. De las mujeres indígenas, de otras regiones del país o de otros países poco puedo hablar. No sé cómo vivan ese ciclo, pero aquí en la ciudad de México, muchas historias coinciden. Después de escuchar algunos comentarios en una plática informal, pensé que algunas creencias o mitos ya estaban rebasados y que ya no era como “antes”; que ahora ya se podía hablar más libremente de ese tema resbaladizo y viscoso, pero parece que la construcción cultural y social que se ha hecho en torno del sangrado, como un elemento más del género y del sexo, sigue pesando en muchas, muchas mujeres. Bueno, para confirmar mi teoría acudí con una experta en esos menesteres: la dependienta de una farmacia al interior del mercado al que acudo casi a diario. Yo le comentaba que hace algunos años, en las décadas de mi juventud, los años ochenta y noventa, cuando compraba en la farmacia las toallas, las envolvían en periódico, o las ponían en una bolsa negra o en esas bolsas de papel que no se ve nada, pues daba mucha pena que nos vieran con el paquete en la calle. La experta comentó que sigue siendo lo mismo, pues hay muchas jóvenes que van a comprar y se esperan a que se vaya toda la gente y si está su marido en el negocio no piden nada. ¿Lo mismo que el condón? Pregunté. “No, no tanto, pues los hombres los compran”, me dijo. Bueno, ni pensar mandar a un chavo, al hermano, al hijo, al marido o al papá a comprar unas Kotex. Hace un par de años me sorprendí cuando en un comercial televisivo, una pareja heterosexual de jóvenes se iba de excursión, y como a la chava no le cabían más cosas en su mochila le aventó el paquete de toallas a su novio y le dijo que se las guardara. El chavo, rió sorprendido. Me agradó ese promocional pero nunca lo he vuelto a ver o al menos uno parecido. De los comentarios que se dieron en esa plática informal que les comento, algunos fueron negativos y otros positivos. Se mezclaron varios temas como la menopausia, la reproducción, la sexualidad, las y los hijos y los famosos bochornos. Una expresó que al menstruar se “sentía mujer”; aspecto que se relaciona por ejemplo con la matriz, pues cuando se extirpa por cuestiones de salud, muchas mujeres piensan que están incompletas; o cuando llega la menopausia, casi, casi es cuando una deja de “funcionar” como mujer. Otra expresó la forma en que su madre la “introdujo” (comillas y palabra mías) en esa etapa de la vida: “ya te llegó esa cochinada”, y otra comentó que disfrutaba más la sexualidad (sin el temor de quedar embarazada). Una más expresó que la experiencia personal sobre algún acontecimiento, en este caso la menstruación, lo asociamos con el momento en el que nos encontramos y se valora en términos del presente. ¡Con razón! Y aunque ya no pude hablar en aquella plática, por supuesto que pensé cómo había sido “mi iniciación”. Fue como a los doce años. No sé por qué muchas mujeres tienen presente la edad, yo no supe y mi mamá ni se acuerda. Ella fue la primera en saberlo. Me dijo que no me asustara, que era normal. Claro que nunca me había hablado de ello. A ella tampoco nadie le dijo algo, ni lo habló con alguien. Ella me contó que cuando eso pasaba, las mujeres se iban al río solas, y ahí se tenían que lavar pues se sentían sucias. Por la forma en que lo comentó supuse que no se refería a una suciedad común y corriente. Aquella primera vez sólo me dio unos trapos de ropa vieja y me indicó cómo ponérmelos, pero entendí mal. Primero me puse las pantaletas y luego los retazos. La vergüenza para mí no era la sangre, sino ¡los trapos! ¿Por qué no podía comprarme unas Kotex como mis amigas? Cada mes teníamos que lavarlos y dejarlos varios días en cloro y luego lavarlos para quitar todas las manchas. Fue hasta muchos años después cuando empecé a usar Kotex y luego Evax. ¡Qué agradables eran! Ponerse y tirar. Pero luego se me movían y me manchaba el calzón y me tenía que poner un suéter en la cintura. Los avances en esa materia llegaron mucho después. Las marcas se diversificaron, los tamaños, las texturas, el grosor, las “alas”, extralargas, nocturnas, extradelgadas, con adhesivo, con gel o con olor a manzanilla. Ya pasados otros años, encontré las ideales para mí: nocturnas –que las usaba de día-, extralargas y con alas. Eso de los trapos había quedado en el pasado y los recordé mucho tiempo después cuando entrevisté a principios de los años 90 a Milagros Hernández, en ese entonces directora de Radio Habana, en Cuba, sobre la situación que vivían las mujeres cubanas por el bloqueo comercial de Estados Unidos, y cuyos efectos llegaban hasta ahí, en la intimidad. Me sentí apenada por el privilegio de usar toallas femeninas. Me molestaba mucho que la ropa “interior” se me manchara y llegué a pensar que ese era el motivo por el cual las mujeres no podíamos bailar, bañarnos, brincar, correr o montar a caballo (como si todas viviéramos en La Marquesa –un parque recreativo en la periferia del Distrito Federal-) cuando estuviéramos sangrando. Como no había toalla que pudiera mantenerse en su lugar, lo mejor era que nosotras nos quedáramos quietecitas. Afortunadamente nunca puede hacerlo. Otra cosa que me ha “marcado” en todos estos años es que ¡soy irregular! Sí. Soy de las del grupo que nunca sabían cuando nos iba a bajar. Cómo envidiaba a mis amigas que me decían que a ellas les bajaba el 27 o el 30 del mes y les duraba exactito tres días. Yo no era “regular” y por eso me sentía una mujer “anormal”. Se me adelantaba, se me atrasaba, me duraba cinco, siete o diez días. A veces el flujo era abundante, otras no. Entonces empecé a acudir al/la médico/a, pidiendo que “me arreglaran”. La única solución eran los anticonceptivos, aún sin tener relaciones sexuales. Pero como siempre se me olvidaba tomar la dichosa pastilla pues nunca “me compuse”. Después de otros años más entendí que todas las mujeres somos regulares, pues reglamos por periodos. Siempre nos baja, ¿o no? Bueno, cuando hay algún acontecimiento diferente o un embarazo. ¿Por qué se empeñan en decir que somos irregulares? Puros mitotes, pues. Hasta por eso me sentí “anormal”. También están las que en cada menstruación sienten fuertes dolores y de nueva cuenta me sentía rara por no sentir los “cólicos”. De ahí nos dicen que cuando estamos en nuestro periodo mejor que ni nos toquen pues tenemos un genio terrible. O sea, somos, como el título del libro de la investigadora Oliva López Sánchez, Enfermas, mentirosas y temperamentales (en el cual critica la concepción médica del cuerpo femenino en la segunda mitad del siglo XIX en México). Bueno, pues todo eso recordé en la plática aquella en la que no hablé. Ya cuando estábamos terminando, conté los años de aprendizaje con ese acontecimiento: 34. Por cierto, en tantos años de experiencia nunca había escuchado la frase aquella de que cada mes nos visita Andrés o el licenciado Rojas. Nuevamente, a ocultar la realidad, pero ahora de otra manera. Recordando a aquella persona quien comentó que cada una habla de acuerdo con el momento en que está viviendo, tuvo razón. Yo hubiera contado todo en pasado pues mi menstruación está de retirada. En este año he reglado unas cuatro veces. No sé ni cuándo viene, ni cuándo se va. Sé que así es esta etapa, hasta que por fin, la regla no se vuelve a “presentar”. Estas han sido mis vivencias en torno de ella, algunas veces incómodas, otras como si nada. Me hubiera gustado un aprendizaje más rápido; aunque ahora espero que en esta etapa de mi vida así sea, para poder disfrutarla y gozarla más. No tengo hijas, pero muchas sobrinas e hijas de mis amigas de las que espero se puedan relacionar de otra forma con su cuerpo. Al menos mi hijo de 13 años le resulta “normal” ver el sangrado y lo mando a comprar mis toallas sin problema alguno. Etiquetas: Crónica Feminista de Guadalupe López » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Cortometraje con "Fuerza y corazón de mujer hidalguense"
Por Elvira Hernández Carballido Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue jurado en el reciente Premio Nacional de Periodismo. Desde una mirada masculina, la del director Rafael Rodríguez; con una producción llena de sororidad única –donde participaron por igual hombres y mujeres creativos-, y una idea original auténtica y comprometida como la de Érika Rodríguez Hernández, el 24 de noviembre se presentó un cortometraje donde descubrimos una mirada analítica respaldada en una equidad de género, que descubre y advierte que el ser hombre y el ser mujer no siempre encontrará en le cine falsas imágenes, proyecciones de mitos y temores masculinos versus perversiones femeninas. Hace suponer que se puede mirar sin inhibiciones los cautiverios y las relaciones de género, que la mirada puede ser autónoma ya sea de un hombre o de una mujer, quebrando o cuestionado roles de género. Ramiro, Felipe, Lupita y Carmen. El padre, el hijo, la hija y la madre son personajes cautivos en una casa y cautivos en una sociedad conservadora, cautivos en un estado enraizado en valores tradicionales que los obligará a romper con el pasado y enfrentar un futuro incierto pero esperanzador. Los cuatro personajes tienen ataduras de género, pero desde su experiencia de vida intentan o empezarán a romperlas, tal vez nada más aflojarlas, pero ya no se someterán a ellas. Ramiro fue enseñado por nuestra sociedad patriarcal (que incluye a su mamá, a su papá, a toda la familia, a las instituciones, a la iglesia, a los medios) a sentirse el único responsable de la estabilidad económica familiar. Aprendió que las mujeres dependen siempre del hombre. Tuvo muchos ejemplos para creer que la casa es el único espacio femenino y que las tareas domésticas son cosas de las “viejas”, no de su hijo varón, macho, hombre. Por eso no acepta los cambios, por eso no tolera ser ahora un hombre protegido por las mujeres, por eso ahora cree que las cosas están fuera de control pero las mismas condiciones de vida parecen convencerlo de que los cambio son necesarios y que las mujeres son su ejemplo e inspiración y que solamente junto con ellas puede sacar adelante a su familia Carmen es una mujer que responde a las necesidades inmediatas de su sobrevivencia. Sin su esposo, sin su proveedor tradicional, sin su protector impuesto por la sociedad patriarcal debe empezar a tomar decisiones por sí misma, trabajar por ella y por sus hijos. Estuvo cautiva por tradición en un solo rol, de madre-esposa, ahora aprendió el significado de la autonomía, de la independencia para vivir, del gobierno sobre sí misma, de la posibilidad de escoger, y la posibilidad de decidir. No se le impone jamás a Ramiro, ni lo enfrenta, ni llora desconsolada, sus acciones serán más que ilustrativas para demostrar que las mujeres trabajadoras, decididas y con iniciativa, se construyen a sí mismas por necesidad y por orgullo. Lupita representa una nueva generación, rechaza la obligación de cumplir con el deber ser femenino de su grupo de adscripción, concretado en vidas estereotipadas, sin opciones. Ella tiene aspiraciones, será bailarina. Ella lucha por sí misma, su gesto demuestra que estudia porque quiere ser alguien, no cree que su destino sea casarse. Felipe promete ser ese nuevo hombre, que integra sin culpa, ni preocupación, ni cuestionamientos roles considerados masculinos y femeninos en su identidad infantil, ingenua pero de gran sabiduría cotidiana. Puede ponerse un delantal y preparar las mejores quesadillas de la región. Es solidario con su hermana, por eso le sirve el desayuno pues sabe que ella tiene mucha tarea. Es comprensivo con su mamá, por eso acepta ser el responsable de la cena los viernes que ella trabaja durante más tiempo. Felipe es la muestra de que la construcción de género es absolutamente cultural. Pero, ¿por qué presentarnos este cortometraje con una historia tan sencilla, sin final feliz y diálogos ilustrativos de ese machismo latente en nuestra sociedad, con miradas llenas de sororidad auténtica y con actitudes en pos de una equidad entre hombres y mujeres? La respuesta la tiene sin duda alguien de fuerza y corazón de mujer hidalguense. Por eso, agradezco profundamente a Érika Rodríguez Hernández su ejemplo y su constancia, su convicción de que se puede construir una sociedad con equidad de género, su optimismo en transformar las actitudes machistas en acciones solidarias, su tenacidad en ir de comunidad en comunidad a demostrar que la construcción de género es cultural y por lo tanto transformable. Su mirada construyó estas imágenes que el director captó también convencido en los cambios que favorezcan las relaciones entre hombres y mujeres. Su idea original estuvo latente en cada toma y en casa secuencia donde el objetivo ha sido mostrar las relaciones sociales entre hombres y mujeres construidas por una sociedad machista así como la construcción cultural de lo femenino y lo masculino que puede transformarse en pos de una equidad. El cortometraje que hoy presenciamos es auténticamente feminista porque muestra a mujeres que descubren sus valores y los tratan de llevar a cabo, mujeres que se atreven a decir lo que les parece bien y por qué, y tratan de hacerlo y señalan lo que les parece malo, que dicen en voz alta lo que piensan. Muestra la posibilidad de convertirse en otro modo de ser humano y libre. Mujeres que tratan de saber quiénes son y que empiezan a existir junto con hombres que también descubren lo que pueden ser junto con ella, a su lado, sin que caminen detrás de ellos, sin que las ignoren. La sencilla historia narrada con llaneza y compromiso insiste en una propuesta: existe construcción cultural que se distingue de la definición biológica entre hombres y mujeres. El género no alude solamente a las mujeres o a los hombres sino que se refiere a la relación entre ellos, una relación primaria significante de poder. Ha sido la cultura de género en cada sociedad la que ha constituido esos sistemas binarios que oponen el hombre a la mujer, lo masculino a lo femenino, generalmente en términos jerárquicos. Pero que esta situación puede erradicarse por el contexto, la coyuntura, las necesidades, las decisiones, la seguridad en sí misma y en sí mismo. Ramiro lo demuestra con esa llamada telefónica, Carmen lo demuestra al no dejar su trabajo, Lupita lo demuestra al decidir seguir en la danza. Felipe lo demuestra al ser solidario con su madre y su hermana. Etiquetas: Meditaciones de Elvira Hernández Carballido » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Año ¿nuevo?
Por Lucía Rivadeneyra Comunicóloga por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cursó la maestría en Literatura Mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus libros 'Rescoldos', 'En cada cicatriz cabe la vida' y 'Robo Calificado' fueron merecedores de los Premios Nacionales de Poesía “Elías Nandino” (1987), “Enriqueta Ochoa” (1998) y “Efraín Huerta” (2003), respectivamente. En 2007, publicó la antología personal 'Rumor de tiempos'. Su material poético está incluido en numerosas antologías. La han traducido a diversos idiomas. Catedrática de la UNAM desde 1980, ejerce el periodismo en medios de circulación nacional. ¿Y de verdad creemos que porque han transcurrido 365 días, ahora sí el próximo año vamos a limpiar el cuarto de azotea, a bajar de peso, a dejar a la persona que ya no se ama, a acabar la novela abandonada hace meses o años, a hacer la tesis, a ahorrar…? Y todo tan sólo porque se le da una vuelta más al calendario. Todo indica que el año que está por arribar no va a ser como los anteriores, va a ser peor. No se requiere tener un coeficiente mental como el de Albert Einstein para ver que el futuro está más negro que la mayor profundidad del océano: el número de feminicidios va en aumento y, salvo protestas encabezadas por mujeres, no pasa nada; la economía se ha recuperado sólo en sueños; la corrupción no para, por el contrario aumenta; las diferencias socioeconómicas y culturales cada vez se agudizan más; algunas mujeres políticas promueven legislar contra mujeres; la desnutrición en los niños es patética; el salario mínimo una vergüenza; la educación, que es la base y el futuro de un país, está en unos niveles dolorosos; el desempleo en cifran nunca antes vistas… la lista parece interminable. Ante este panorama hablar de arte parecería una broma macabra. Sin embargo, existe la certeza de que el arte no se come, pero alimenta. Quizá sólo queda dar la batalla desde alguna trinchera, como la de la conciencia, en principio y –de vez en cuando– buscar algún tipo de consuelo. Por ejemplo, leer a algunas poetas que han sentido lo que muchas y muchos de nosotros y viceversa. Esas emociones hacen recordar la importancia de la solidaridad. Por eso hago memoria y comparto algunos versos que me acompañan siempre y que, en ciertos momentos, pueden salvar la vida: Se puede leer a Alejandra Pizarnik que fue capaz de Estos versos, y millones más regados por el mundo, son bálsamos y agua frente a la aridez del futuro incierto que rodea a millones de seres humanos desolados. No obstante, para todos siempre habrá un poema que dé fuerza y alimente el hambre. Mi deseo de que la esperanza no agonice, queda con ustedes. Y a esperar el año ¿nuevo? Etiquetas: Cotidianidades de Lucia Rivadeneyra » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Mujeres corajudas
Por Teresa Mollá Castells Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España. Así definía esta semana un periodista a dos mujeres que, a lo largo de la semana, han dado mucho que hablar. Se trata de la activista saharaui Aminetu Haidar que hoy inició su decimoctavo día en huelga de hambre y de María Luisa Muñoz Díaz, la mujer gitana apodada “La Nena”. Y, curiosamente ambas son luchadoras por los derechos humanos de minorías oprimidas. En el caso de la primera, Aminetu Haidar, lucha por poder regresar a su casa, con sus hijos, con su familia, que vive en El Aaiún, sin que de momento, se perciba como una posibilidad inmediata, ni las gestiones del Gobierno de España con las autoridades de Marruecos den ningún fruto. Mientras Aminetu, se consume en un habitáculo del Aeropuerto de Lanzarote, en su lucha por su dignidad como mujer saharaui con derechos humanos vulnerados por dos estados. De nuevo es la lucha de la más débil contra dos estados soberanos. Amitatu corre el riesgo de perder la vida, pero para ella, es mucho más importante su dignidad que su propia existencia sin esa cualidad, la dignidad como persona, como mujer con derechos reconocidos. En el caso de María Luisa, “La Nena”, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acaba de darle la razón dio sobre el cobro de la pensión de viudedad tras casarse por el rito gitano. Su marido cotizó durante 19 años a la Seguridad Social, pero por no estar inscritos en el Registro Civil, al morir su esposo, se rechazó su solicitud de viudedad. María Luisa es viuda desde el año 2000 y, aunque el estado les reconoció la condición de familia numerosa, le negó su derecho a la percepción de una pensión de viudedad. Ahora el Tribunal de Estrasburgo le ha dado la razón. Estos son dos claros ejemplos de mujeres “corajudas” que, a lo largo de estos últimos días han aparecido en los medios de comunicación como referencia informativa, pero yo quiero dar un paso más allá y recordar a todas las mujeres que, con coraje, hacen frente cada día a sus propias condiciones vitales para sobrevivir en condiciones hostiles. Y quiero, desde aquí, recordar a todas las mujeres que, como las Palestinas, viven situaciones de doble o triple ocupación en sus propios cuerpos, que, además son utilizados como campos de batalla. O de las mujeres Afganas, las eternas olvidadas en aras de los compromisos políticos ya no sólo de quienes las gobiernan, sino también de las potencias aliadas y cuyas vidas valen menos que la de algunos animales. Además de verse recluidas del mundo sin tener derecho, apenas ni a respirar y ya no sólo por el Burka, sino por las condiciones sociales en las que se ven obligadas a sobrevivir. O de las mujeres del África subsahariana que ven morir a sus criaturas de hambre, mientras las potencias occidentales les expoliamos sus importantes recursos naturales y además con todo tipo de estrategias les endeudamos cada vez más y les llevamos a guerras fraticidas en las que ellas, las niñas y mujeres se llevan la peor parte siempre. O las mujeres de Guatemala o México, que ven morir a sus hijas jóvenes como parte de ritos ancestrales de hombres corruptos que únicamente quieren demostrar su poder imponiendo terror y muerte de centenares de mujeres-niñas en los últimos años. O las niñas que se ven obligadas a renunciar a la educación para pasar a formar parte del ejército de criaturas esclavizadas para poder ayudar a sus familias a salir adelante. O las niñas esclavas sexuales a las que las mafias del sureste asiático compran para a sus familias empobrecidas hasta límites que desde aquí cuesta imaginar para poder así enriquecerse con ellas usándolas como simple carne que alquilar a turistas occidentales que practican el turismo sexual. Y ya, sin salir de nuestra cómoda situación en medio del teórico bienestar que nos proporciona vivir en un estado que forma parte del G-20, nos encontramos con que los mayores índices de empobrecimiento ya antes de la crisis y ahora agravados por esta, los tienen las mujeres, sobre todo las mujeres más mayores y viudas que han de sobrevivir con pensiones irrisorias para el teórico grado de bienestar en el que dice que vivimos. Afortunadamente existen mujeres corajudas en todas partes del mundo, pero el hecho de que lo sean no da derecho a los estados a dejarlas sin derechos humanos como ocurre en demasiados lugares del mundo, como hemos comprobado así, a vista de pájaro. El coraje de las mujeres da pingües beneficios a todos los estados, y aunque sólo fuera por eso, por los criterios mercantilistas que rigen este mundo, deberían ser tratadas de una forma más digna. Desde este espacio, quiero mostrar mi solidaridad y respeto para con todas ellas, las verdaderas parias de la tierra. Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla » Lee el texto completo... |
La Campana contra la Violencia
Por Sara Lovera Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. Cuando empiece la circulación de este texto habrá llegado a Ciudad Juárez o al antiguo Paso del Norte una Campana de 85 kilos y metro y medio de altura para tañer a favor de una vida libre de violencia para las mujeres. La Campana por la vida, como se le llama, se construyó durante 8 años con llaves caseras que fueron reunidas y fundidas, se entregó a la Asociación Internacional Mujeres de Negro, en el pasado Encuentro Feminista Latinoamericano para que ellas la trasladaran a Ciudad Juárez. Durante 10 días, las mujeres hicieron tañer ésta simbólica campana en un recorrido de más de mil 500 kilómetros, en 8 capitales de distintas entidades del país, en que se realizaron una gran cantidad de actividades que pusieron el acento en la más desesperada y única demanda: que paren los asesinatos de mujeres en México, especialmente en Ciudad Juárez, Chihuahua, el lugar mundialmente conocido como del asiento del feminicidio. La campana por la vida es un símbolo que genera eco ciudadano, porque además en nuestro inconsciente, su figura, su estructura, su imagen está prendida del sentimiento colectivo de todas las llamadas a poner punto final a una injusticia. Su tañer nos recuerda que sirvió para iniciar la lucha por la Independencia hace casi 200 años, lo es, a pesar de lo plañidero que pueda parecer, para convocar a la identidad nacional cada 15 de septiembre y ahora se ha feminizado, su tañer de hoy en adelante nos recordará que en Ciudad Juárez, mujeres, madres, víctimas y desaparecidas, son la mancha nacional de un sistema patriarcal y autoritario. Las campanas son eso, el repique para llamar la atención. Ésta que salió de la ciudad de México el 10 de noviembre y que ya recorrió caminos, puentes, pueblos y comunidades se convirtió en un heraldo de anunciación. La llevaron a cuestas de un camión de redilas, decenas de militantes que realizaron el Éxodo por la vida de las Mujeres, para una vez más dar a conocer y protestar por la impunidad que persiste en México ante la violencia extrema contra las mujeres. Unas dos mil son asesinadas cada año y todavía no existe una manifestación masiva de la sociedad en contra ni un titular de ocho columnas o de primera plana en los diarios del país para exponerlo. Las del Éxodo son las mujeres que en Ciudad Juárez abrieron la ventana para conocer del feminicidio. Y apenas iban en camino, tras cerrar simbólicamente el Congreso en Guanajuato, cuando se supo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró al gobierno mexicano como responsable de la muerte de ocho mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, cuyos restos fueron localizados el 2001 en el área conocida como Campo Algodonero. Esta condena, que al cierre de Palabra de Antígona todavía no era difundida oficial y públicamente, es según los abogados de la causa, inapelable y su carácter es "reivindicatorio encaminado a la no repetición de los hechos". También señala que el Estado mexicano no llevó a cabo las investigaciones pertinentes sobre dichos homicidios ocurridos en noviembre de 2001 y no podrá ser impugnada. Los alegatos del juicio que comenzó en abril se sostuvieron en los principios y mandatos establecidos en la Convención Interamericana contra todas las formas de Violencia Contra las Mujeres, según explicó a varios medios de comunicación la abogada Andrea Medina Rosas, del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, quien junto con Karla Michel Salas y David Peña, de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, representa a familiares de las víctimas. La información más reciente indica que en Ciudad Juárez desde que en 1993 se empezaron a registrar los casos de homicidios contra mujeres hasta la fecha se suman 480 asesinatos. No obstante de acuerdo a la investigación que realizó la Cámara de Diputados entre 2005 y 2006, en un lapso de 10 años, fueron asesinadas más de 2 mil mujeres en México, sólo por eso, por ser mujeres. La resolución de la Corte Interamericana, un organismo de la Organización de los Estados Americanos ha puesto claramente en el banquillo de los acusados al estado y los gobiernos en México, toda vez que para esa investigación, los trabajos del Observatorio contra el Feminicidio, de más de 16 organizaciones civiles, para las madres y familiares de las asesinadas y desaparecidas de Ciudad Juárez, significa una clara definición de culpabilidad de un sistema de justicia inoperante, de una discordancia entre los discursos y los hechos, en México y en otras partes del mundo. En la semana de la marcha, la que esto escribe visitó La Paz, Bolivia, donde en un año fueron asesinadas 480 mujeres; lugar de cambio democrático donde en 2009 hay en la lista 17 asesinatos sin solución; lugar que tendrá elecciones el 6 de diciembre, pero en donde todavía no se incorpora, profundamente un concepto feminista de lo que es ser hombre y ser mujeres. Como en Bolivia, la cuenta de mujeres ultimadas en la región latinoamericana es larga. Guatemala, Nicaragua, Honduras, Panamá, Chile y Colombia, en cada uno hay una profunda herida que sanar y en ninguno de esos países u otros como Argentina, Uruguay o El Salvador, los gobiernos, de cualquier signo, han puesto el tema como uno supremo y de seguridad nacional. Ha quedado claro que no son suficientes las denuncias, pero son necesarias y fundamentales; tampoco son suficientes las leyes, que en México hoy, esas de garantizar una vida sin violencia no operan, pero son necesarias. No es suficiente publicar y difundir esta terrible situación, lo que se necesita es sociedad y mujeres organizadas. El Éxodo sin duda ha sido un acto de recordatorio, de lucha, de esfuerzo. Las denuncias en este noviembre, fuertes y altisonantes; los recuentos necesarios y trascendentes; la palabra alternativa en miles de signos por el ciberespacio es fundamental. El ocultamiento y desprecio de los medios de comunicación masiva, significativos; el silencio de las y los gobernantes, artero; falta sociedad, falta sensibilidad, falta verdadera voluntad política. Hoy corremos el riesgo, de tanto hablar de violencia feminicida y mantener intacto el aparato de justicia, digo, corremos el riesgo de acostumbrarnos. Por eso la condena al gobierno de México, producto indiscutible de la tarea de las abogadas Karla Michel y Andrea Medina, indican que, además de la denuncia y la acción litigante se necesita mucho más. La Campana por la vida, que estará desde esta semana como testigo en Ciudad Juárez, será el nuevo símbolo de lucha y memoria. No más cruces, ni imágenes lastimeras, no más discursos vacíos, peticiones sin trascendencia. Se necesitan hechos, movilizaciones, no palabras. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... |
Educación y violencia machista
Por Teresa Mollá Castells Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España. El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional contra la Violencia que se ejerce contra las Mujeres. Este año, de varios medios de comunicación se hizo hincapié en la temprana edad en que los maltratadores comienzan a actuar sobre las víctimas. Incluso en otro medios de comunicación se abordó el tema de las secuelas que este tipo de terrorismo, el machista, deja en las niñas y niños que, como espectadores macabros, asisten a estas sesiones violentas entre sus madres y padres. Es cierto que como sociedad tendremos que prestar más atención a lo que ocurre en las aulas de nuestra juventud. Pero no es menos cierto que mientras los grandes partidos políticos se sigan tirando piedras los unos a los otros por temas relacionados con el modelo de educación que queremos para nuestras hijas e hijos, no avanzaremos nada. La salud emocional y sentimental de nuestras niñas y niños ha pasado inadvertida en todas las reformas de la educación que han tenido lugar desde la transición. Los esquemas de valores se van diluyendo entre soledades, compañías inadecuadas, culpas, premios y castigos no siempre merecidos por parte de nuestros menores. Y mientras (y según la opinión de gente experta) la poca resistencia a la frustración por parte de la gente más joven se va convirtiendo cada día en un polvorín más explosivo para nuestras niñas y mujeres jóvenes. Tendremos que plantearnos seriamente que los intereses partidistas o religiosos se deben quedar fuera de las aulas, puesto que ya vemos que no facilitan un aprendizaje completo e íntegro en valores como libertad, tolerancia, respeto a las diferencias e integración de las mismas en nuestro propio código. Tendremos que pensar en las consecuencias que, bajo los discursos del respeto a los valores católicos, se están transmitiendo en las escuelas, incluso las públicas. Unos valores que no tratan por igual a niñas y niños. Unos valores que siguen intentando educar en la obediencia y la sumisión a las niñas para que después, de mayores sean dóciles a los deseos de los hombres. Porque quienes defienden esa escuela afianzada en valores cristianos, defiende la desigualdad entre mujeres y hombres. Defienden, por ende, que dentro de la sumisión y la obediencia de las mujeres entre también la resistencia a la primera bofetada, bajo el epígrafe del perdón. Podríamos caer en la tentación de pensar que en nuestras escuelas públicas y privadas se educa por igual a niñas y niños, pero eso es del todo incierto. El hecho de que niñas y niños compartan espacios y materias no significa que se esté llevando a cabo una verdadera coeducación. No, lo que se está haciendo es educar en la uniformidad, es decir en que todo el mundo reciba la misma instrucción y los mismos contenidos sin analizar ni los sesgos de los mismos, ni la importancia de adecuar las enseñanzas a niñas y niños. Por tanto y si esa parte nos resulta casi utópica, la posibilidad de generar e impartir contenidos para la educación en valores de equidad, respeto y sobre todo igualdad (que insisto, no hay que confundir con uniformidad), en definitiva en ciudadanía, es todavía más utópica. Si a eso le sumamos la falta total de educación sentimental u emocional, nos encontraremos con una sociedad cuyas niñas y niños reciben una cantidad de información extraescolar inmensa y unos contenidos curriculares en valores poco adecuados para el momento histórico de cambios continuos que estamos viviendo. Y a todo esto hay que añadir la competitividad que generamos los adultos y la violencia intrínseca y manifiesta que ello implica que trasladamos mediante juegos, series televisivas, videojuegos, etc… a nuestros menores. Así las cosas yo me pregunto ¿de qué nos extrañamos cuando la violencia forma parte de su día a día?. La prevención de estas violencias manifiestas debe pasar porque en la próxima reforma de la educación (seguro que habrá otras en pocos años) incorpore un nuevo modelo educativo que integre la coeducación de verdad, la formación en valores de ciudadanía reales, el respeto a las diferencias y la integración de las mismas en nosotros mismos para sumar y enriquecernos. Así, quizás, podremos dejar de mirar a otro lado y afrontar el futuro de las niñas con cierto optimismo puesto que una educación adecuada es fundamental para la prevención del terrorismo machismo que cada año sesga la vida de unas setenta mujeres. Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla » Lee el texto completo...
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