“ENTRE MUJERES INSURGENTES Y REVOLUCIONARIAS”
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
UNAM
Jueves 29 de abril. Mujeres insurgentes
- Josefina Hernández Téllez. La educación femenina en 1810
- Layla Sánchez Kuri. Presencia femenina en la Independencia.
- Elvira Hernández Carballido. Leona Vicario, la corresponsal de los insurgentes.
- Rosalinda Sandoval Orihuela. Los taconazos de Doña Josefa
Moderador: Vicente Castellanos Cerda
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Salón 12 Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Viernes 30 de abril. Mujeres revolucionarias
- Rosa María Valles Ruiz. Periodista y feminista: Hermila Galindo
- Elsa Lever M. El Universal y las mujeres periodistas
- Gloria Hernández Jiménez. Mujeres, revolución y fotografía
- Francisca Robles. Los corridos y la presencia femenina
Moderadora: Noemí Luna García
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Sala Lucio Mendieta, Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Margarita Septién Rul y el arte de contar una vida
Libros, lecturas y publicaciones
Por Ada Aurora Sánchez
Maestra en Educación con especialidad en Humanidades por el ITESM. Ha publicado ensayos y trabajos de creación literaria en revistas de circulación nacional como Géneros, Tierra Adentro y Ventana interior. Es coautora, entre otros libros, de 'Terrena Cruz. Vida y obra de Agustín Santa Cruz' (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima/ U de C, 1998), 'Memoria en movimiento. Testimoniales lingüísticos, literarios y visuales sobre el sismo del 21 de enero de 2003 en el estado de Colima' (U de C, 2003) y 'Agustín Santa Cruz. Obra reunida' (U de C, 2008).
Actualmente estudia el Doctorado en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana y se desempeña como profesora-investigadora en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. Sus líneas de investigación son literatura mexicana contemporánea y procesos de lectura y escritura en la universidad.
Todo el que escribe hace, en cierto modo, una ofrenda a la memoria. A la memoria de sí o a la de otras u otros. Se busca, cuando se escribe, recuperar, fijar, aquello que no debe olvidarse. Aquel que escribe sobre un papel o simplemente en la piel de los días, busca, también, una respuesta. Escribir, como vivir, requiere un descubrimiento: saber hasta dónde llegan nuestras palabras o nuestros actos. ¿Qué podría decirse, en este sentido, del libro Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra, de Adelina Palomar, y de la trascendencia misma del personaje biografiado? El siguiente texto constituye una modesta respuesta a dos estímulos que se agradecen: el libro de Adelina, Dely Palomar, y la vida de una luchadora social incansable: Margarita Septién.
* * *
En las últimas décadas, el género de la biografía, al lado de otros géneros que en conjunto han recibido el denominativo de “escrituras del yo” (las memorias, los diarios y las autobiografías, por ejemplo), ha tomado un nuevo auge. Este resurgimiento se debe, acaso, a dos tendencias contrarias en el mercado editorial actual: por una parte, la demanda que plantea un cierto tipo de lectores en torno a textos que exhiban la vida íntima de las personas y hagan de la esfera privada un espectáculo; y, por otra, la demanda que formulan, aunque en menor medida, otro tipo de lectores, exigentes en cuanto a forma y contenido, que solicitan historias de vida reveladoras, cuyo contar –artístico y documentado– les transmita una chispa de heroicidad, aprendizaje, motivación, y hasta de secreta y velada empatía, tan necesaria en una época como la nuestra.
Publicada en mayo de 2009 por Ediciones B, con un diseño atractivo, la biografía que presentamos recupera para la memoria colectiva de Colima, y del país entero sin duda, la figura de una mujer carismática que se distinguió, desde muy joven, por su capacidad de liderazgo y trabajo social, en tanto contribuyó a mejorar las condiciones de vida de miles de personas en las comunidades rurales de México.
Como toda biografía que se hace con métodos de la historia y recursos de la literatura, la biografía que comentamos combina la investigación y el cotejo de documentos con la narración expresiva y fluida que va acentuando los rasgos psicológicos del personaje biografiado y sus acciones a través del tiempo. Se trata de una biografía-homenaje, que, además, pone especial énfasis en la descripción del surgimiento y consumación de todos los proyectos sociales de quien fuera una de las mujeres más activas y reconocidas en la segunda mitad del siglo XX en Colima.
Margarita Septién Rul nació en México, D.F. el 1º de agosto de 1923 y murió, a causa de un cáncer, el 29 de octubre de 1986; es decir, su vida física alcanzó apenas sesenta y tres años. En el espacio temporal que forma una fecha y otra, ¿cuántos rostros, afectos, proyectos y reconocimientos, pero también tristezas y desencantos, alcanzaron a caber? En el caso de Margarita, y según se desprende de la biografía en cuestión, una vida medianamente larga sirvió para emprender, con aplomo, múltiples proyectos, y para recibir, por lógica consecuencia, la gratitud de muchas personas, aunque también la oposición y el rechazo de otras tantas que consideraron sus ideas como subversivas y comunistas.
En todo cuento –señala el teórico y escritor Enrique Anderson Imbert– los personajes, en esa suerte de tensión en que se hallan envueltos, luchan contra diferentes clases de fuerzas que se oponen a sus deseos o necesidades. De igual forma, en la vida (que es otro cuento) los seres humanos pueden enfrentarse a los obstáculos de la Madre Naturaleza, del contexto social y/o a los que ellos mismos, en su interior, experimentan como pasiones incontrolables, defectos, temores o prejuicios. En este sentido, la imagen que Margarita proyecta, ayudada por su biógrafa, es la de una mujer que lucha contra la inercia de un sistema social excluyente en que los pobres son los menos favorecidos. La lucha principal de Margarita, más que interna, existencial o mística –aunque la hubo también–, es externa, enfocada al medio ambiente que escatima oportunidades equitativas de desarrollo.
Heredera de dos fortunas, una económica, y otra moral, de profunda extracción católica, Margarita Septién fue consciente, desde muy joven, de la pobreza, el rezago educativo, la violencia y la discriminación en nuestro país. Como miembro de la Federación Internacional de Juventudes Católicas y como presidenta de la Juventud Católica Femenina Mexicana, entre 1952 y 1955, impulsó, con apoyo de organismos internacionales, cursos de capacitación técnica, academias, misiones y espacios de reflexión en distintas comunidades campesinas de México.
De notable inteligencia, cálida y agradable, como la describe Sergio Villa Gómez en el prólogo de esta biografía, Margarita Septién supo desde siempre que su vida estaba destinada a servir al prójimo, a llevar hasta sus últimas consecuencias la decisión imperiosa de ser feliz a propósito del bien común.
Detrás de la fundación de la Escuela Nacional para Dirigentes Campesinas, en Apaseo, Guanajuato; del Centro de Educación Doméstica “Profesora María Ruiz”, en Nogueras, Comala; de la Escuela de Trabajo Social “Vasco de Quiroga”, en Comala, Colima; del Centro de Capacitación para el Desarrollo Rural, también en Comala; de su gestión como presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia durante el periodo gubernamental de Griselda Álvarez, o de otras numerosas obras, pareciera estar presente la sabiduría de un conocido proverbio chino, que a la letra dice: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. De ahí que Margarita Septién buscase –antes que regalar, como mero reflejo de una actitud altruista– ofrecer oportunidades reales de desarrollo a jóvenes, especialmente mujeres de comunidades marginadas, a partir de educación humana y profesional.
Gracias al trabajo de Dely Palomar, las y los lectores conocemos el origen de cada obra social que realizó Margarita y las anécdotas que refieren numerosas personas entrevistadas para la realización de esta biografía. “Todo por Margarita”, le expresaron los informantes a la autora. Y de esa memoria afectuosa surgió la evocación de una mujer de fuertes convicciones en quien el frustrado anhelo de hijos no hizo mella en su gratitud hacia la vida. En el esplendor vegetal de la Hacienda de Nogueras, donde vivió al lado de su esposo, el reconocido pintor colimense Alejandro Rangel Hidalgo, encontró la compañía, el espacio y el ambiente propicios para confirmar lo que de joven había descubierto de sí misma: “Mi alegría, si no es ruidosa, es contagiosa y duradera”.
Debe señalarse que, además de los textos introductorios a esta biografía, escritos por Sergio Villa Gómez y la madre Ángela Escobosa Hass, amigos íntimos y cercanos colaboradores de Margarita Septién, destaca la inclusión de fotografías y la reproducción de algunos documentos del personaje biografiado. De hecho, los fragmentos de ponencias, meditaciones y cartas que Dely tuvo el acierto de seleccionar, permiten, de forma directa, comprender el pensamiento y la personalidad de Margarita. En estos documentos se descubre a la jovencita, primero, y luego a la mujer madura, con respecto a ideales, visión de mundo, filosofía educativa, familia, Dios y otros tópicos. Estos textos, escritos con claridad y precisión, no pueden ser más que el reflejo de una inteligencia especial y de una cultura alimentada por los libros, los viajes y la meditación. ¿Quién como Margarita para tener el cuidado de llenar durante muchos años una especie de bitácora reflexiva –mitad diario, mitad ensayo– sobre su tránsito por la vida? ¿No es éste un buen ejemplo de cómo aprender a mirarse en el espejo de las palabras?
Aunque Dely Palomar tuvo la fortuna de encontrarse un personaje sumamente ordenado que dejó, por extensión, numerosos documentos para reconstruir la historia de un esfuerzo colectivo en torno a la fundación de instituciones pioneras en la atención a las comunidades rurales, es justo reconocer la labor de la autora que supo describir la inteligencia en movimiento de Margarita, como resultado de una investigación sistemática y afectuosa que duró varios años.
La biografía que presentamos abona en el generoso arte de la memoria y del rescate cultural, histórico. Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra, a diferencia de otras biografías de personajes distinguidos de Colima, no se concentra en la figura de un político, un escritor, un pedagogo o un historiador (aunque la propia Margarita tiene un poco de todo), sino en la figura de una trabajadora social, de una promotora de desarrollo comunitario. Tal vez la tarea siguiente sea la de recuperar, por separado y a detalle, las reflexiones que expresara Margarita acerca de la investigación-acción, el valor de la organización civil, el apoyo a comunidades rurales y otros temas que se antojan, por demás, vigentes.
Con el primer libro de Dely Palomar queda, pues, a disposición de las y los lectores, la biografía de Margarita Septién, una mujer que provoca entusiasmo y reconocimiento; más aún, la necesidad de aquilatar su obra y contribuir, desde diferentes trincheras, a apoyar instituciones como el Vasco de Quiroga que todavía hoy en día se afanan en la noble misión de ofrecer educación profesional a jóvenes de escasos recursos. Para escribir sin tachaduras una vida, Margarita asumió los principios de la fe y el trabajo social; para narrar una vida de éstas, Dely Palomar escribió un libro laborioso y ameno. De todo lo anterior, hay sobradas pruebas en Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra.
Bibliografía
Palomar, Adelina (2009). "Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra". México: Ediciones B, 196 pp.
* Texto leído en la presentación del libro Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra, de Adelina Palomar, el 18 de noviembre de 2009, en la Pinacoteca de la Universidad de Colima, México.
Por Ada Aurora Sánchez
Maestra en Educación con especialidad en Humanidades por el ITESM. Ha publicado ensayos y trabajos de creación literaria en revistas de circulación nacional como Géneros, Tierra Adentro y Ventana interior. Es coautora, entre otros libros, de 'Terrena Cruz. Vida y obra de Agustín Santa Cruz' (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima/ U de C, 1998), 'Memoria en movimiento. Testimoniales lingüísticos, literarios y visuales sobre el sismo del 21 de enero de 2003 en el estado de Colima' (U de C, 2003) y 'Agustín Santa Cruz. Obra reunida' (U de C, 2008).
Actualmente estudia el Doctorado en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana y se desempeña como profesora-investigadora en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. Sus líneas de investigación son literatura mexicana contemporánea y procesos de lectura y escritura en la universidad.
Todo el que escribe hace, en cierto modo, una ofrenda a la memoria. A la memoria de sí o a la de otras u otros. Se busca, cuando se escribe, recuperar, fijar, aquello que no debe olvidarse. Aquel que escribe sobre un papel o simplemente en la piel de los días, busca, también, una respuesta. Escribir, como vivir, requiere un descubrimiento: saber hasta dónde llegan nuestras palabras o nuestros actos. ¿Qué podría decirse, en este sentido, del libro Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra, de Adelina Palomar, y de la trascendencia misma del personaje biografiado? El siguiente texto constituye una modesta respuesta a dos estímulos que se agradecen: el libro de Adelina, Dely Palomar, y la vida de una luchadora social incansable: Margarita Septién.
En las últimas décadas, el género de la biografía, al lado de otros géneros que en conjunto han recibido el denominativo de “escrituras del yo” (las memorias, los diarios y las autobiografías, por ejemplo), ha tomado un nuevo auge. Este resurgimiento se debe, acaso, a dos tendencias contrarias en el mercado editorial actual: por una parte, la demanda que plantea un cierto tipo de lectores en torno a textos que exhiban la vida íntima de las personas y hagan de la esfera privada un espectáculo; y, por otra, la demanda que formulan, aunque en menor medida, otro tipo de lectores, exigentes en cuanto a forma y contenido, que solicitan historias de vida reveladoras, cuyo contar –artístico y documentado– les transmita una chispa de heroicidad, aprendizaje, motivación, y hasta de secreta y velada empatía, tan necesaria en una época como la nuestra.
Publicada en mayo de 2009 por Ediciones B, con un diseño atractivo, la biografía que presentamos recupera para la memoria colectiva de Colima, y del país entero sin duda, la figura de una mujer carismática que se distinguió, desde muy joven, por su capacidad de liderazgo y trabajo social, en tanto contribuyó a mejorar las condiciones de vida de miles de personas en las comunidades rurales de México.
Como toda biografía que se hace con métodos de la historia y recursos de la literatura, la biografía que comentamos combina la investigación y el cotejo de documentos con la narración expresiva y fluida que va acentuando los rasgos psicológicos del personaje biografiado y sus acciones a través del tiempo. Se trata de una biografía-homenaje, que, además, pone especial énfasis en la descripción del surgimiento y consumación de todos los proyectos sociales de quien fuera una de las mujeres más activas y reconocidas en la segunda mitad del siglo XX en Colima.
Margarita Septién Rul nació en México, D.F. el 1º de agosto de 1923 y murió, a causa de un cáncer, el 29 de octubre de 1986; es decir, su vida física alcanzó apenas sesenta y tres años. En el espacio temporal que forma una fecha y otra, ¿cuántos rostros, afectos, proyectos y reconocimientos, pero también tristezas y desencantos, alcanzaron a caber? En el caso de Margarita, y según se desprende de la biografía en cuestión, una vida medianamente larga sirvió para emprender, con aplomo, múltiples proyectos, y para recibir, por lógica consecuencia, la gratitud de muchas personas, aunque también la oposición y el rechazo de otras tantas que consideraron sus ideas como subversivas y comunistas.
En todo cuento –señala el teórico y escritor Enrique Anderson Imbert– los personajes, en esa suerte de tensión en que se hallan envueltos, luchan contra diferentes clases de fuerzas que se oponen a sus deseos o necesidades. De igual forma, en la vida (que es otro cuento) los seres humanos pueden enfrentarse a los obstáculos de la Madre Naturaleza, del contexto social y/o a los que ellos mismos, en su interior, experimentan como pasiones incontrolables, defectos, temores o prejuicios. En este sentido, la imagen que Margarita proyecta, ayudada por su biógrafa, es la de una mujer que lucha contra la inercia de un sistema social excluyente en que los pobres son los menos favorecidos. La lucha principal de Margarita, más que interna, existencial o mística –aunque la hubo también–, es externa, enfocada al medio ambiente que escatima oportunidades equitativas de desarrollo.
Heredera de dos fortunas, una económica, y otra moral, de profunda extracción católica, Margarita Septién fue consciente, desde muy joven, de la pobreza, el rezago educativo, la violencia y la discriminación en nuestro país. Como miembro de la Federación Internacional de Juventudes Católicas y como presidenta de la Juventud Católica Femenina Mexicana, entre 1952 y 1955, impulsó, con apoyo de organismos internacionales, cursos de capacitación técnica, academias, misiones y espacios de reflexión en distintas comunidades campesinas de México.
De notable inteligencia, cálida y agradable, como la describe Sergio Villa Gómez en el prólogo de esta biografía, Margarita Septién supo desde siempre que su vida estaba destinada a servir al prójimo, a llevar hasta sus últimas consecuencias la decisión imperiosa de ser feliz a propósito del bien común.
Detrás de la fundación de la Escuela Nacional para Dirigentes Campesinas, en Apaseo, Guanajuato; del Centro de Educación Doméstica “Profesora María Ruiz”, en Nogueras, Comala; de la Escuela de Trabajo Social “Vasco de Quiroga”, en Comala, Colima; del Centro de Capacitación para el Desarrollo Rural, también en Comala; de su gestión como presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia durante el periodo gubernamental de Griselda Álvarez, o de otras numerosas obras, pareciera estar presente la sabiduría de un conocido proverbio chino, que a la letra dice: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. De ahí que Margarita Septién buscase –antes que regalar, como mero reflejo de una actitud altruista– ofrecer oportunidades reales de desarrollo a jóvenes, especialmente mujeres de comunidades marginadas, a partir de educación humana y profesional.
Gracias al trabajo de Dely Palomar, las y los lectores conocemos el origen de cada obra social que realizó Margarita y las anécdotas que refieren numerosas personas entrevistadas para la realización de esta biografía. “Todo por Margarita”, le expresaron los informantes a la autora. Y de esa memoria afectuosa surgió la evocación de una mujer de fuertes convicciones en quien el frustrado anhelo de hijos no hizo mella en su gratitud hacia la vida. En el esplendor vegetal de la Hacienda de Nogueras, donde vivió al lado de su esposo, el reconocido pintor colimense Alejandro Rangel Hidalgo, encontró la compañía, el espacio y el ambiente propicios para confirmar lo que de joven había descubierto de sí misma: “Mi alegría, si no es ruidosa, es contagiosa y duradera”.
Debe señalarse que, además de los textos introductorios a esta biografía, escritos por Sergio Villa Gómez y la madre Ángela Escobosa Hass, amigos íntimos y cercanos colaboradores de Margarita Septién, destaca la inclusión de fotografías y la reproducción de algunos documentos del personaje biografiado. De hecho, los fragmentos de ponencias, meditaciones y cartas que Dely tuvo el acierto de seleccionar, permiten, de forma directa, comprender el pensamiento y la personalidad de Margarita. En estos documentos se descubre a la jovencita, primero, y luego a la mujer madura, con respecto a ideales, visión de mundo, filosofía educativa, familia, Dios y otros tópicos. Estos textos, escritos con claridad y precisión, no pueden ser más que el reflejo de una inteligencia especial y de una cultura alimentada por los libros, los viajes y la meditación. ¿Quién como Margarita para tener el cuidado de llenar durante muchos años una especie de bitácora reflexiva –mitad diario, mitad ensayo– sobre su tránsito por la vida? ¿No es éste un buen ejemplo de cómo aprender a mirarse en el espejo de las palabras?
Aunque Dely Palomar tuvo la fortuna de encontrarse un personaje sumamente ordenado que dejó, por extensión, numerosos documentos para reconstruir la historia de un esfuerzo colectivo en torno a la fundación de instituciones pioneras en la atención a las comunidades rurales, es justo reconocer la labor de la autora que supo describir la inteligencia en movimiento de Margarita, como resultado de una investigación sistemática y afectuosa que duró varios años.
La biografía que presentamos abona en el generoso arte de la memoria y del rescate cultural, histórico. Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra, a diferencia de otras biografías de personajes distinguidos de Colima, no se concentra en la figura de un político, un escritor, un pedagogo o un historiador (aunque la propia Margarita tiene un poco de todo), sino en la figura de una trabajadora social, de una promotora de desarrollo comunitario. Tal vez la tarea siguiente sea la de recuperar, por separado y a detalle, las reflexiones que expresara Margarita acerca de la investigación-acción, el valor de la organización civil, el apoyo a comunidades rurales y otros temas que se antojan, por demás, vigentes.
Con el primer libro de Dely Palomar queda, pues, a disposición de las y los lectores, la biografía de Margarita Septién, una mujer que provoca entusiasmo y reconocimiento; más aún, la necesidad de aquilatar su obra y contribuir, desde diferentes trincheras, a apoyar instituciones como el Vasco de Quiroga que todavía hoy en día se afanan en la noble misión de ofrecer educación profesional a jóvenes de escasos recursos. Para escribir sin tachaduras una vida, Margarita asumió los principios de la fe y el trabajo social; para narrar una vida de éstas, Dely Palomar escribió un libro laborioso y ameno. De todo lo anterior, hay sobradas pruebas en Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra.
Bibliografía
Palomar, Adelina (2009). "Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra". México: Ediciones B, 196 pp.
* Texto leído en la presentación del libro Margarita Septién Rul. Con los pies en la tierra, de Adelina Palomar, el 18 de noviembre de 2009, en la Pinacoteca de la Universidad de Colima, México.
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