Ser escritora
Foto: Elsa Lever M./MujeresNet
Las escritoras viven dificultades pero además son “invisibles” a las instituciones porque el canon literario es patriarcal, de hombres que escriben, se leen y escuchan entre ellos, a través y a partir de su pertenencia a esos “círculos” que para las mujeres se traducen en ghettos.
“Las mujeres sólo ganan premios por cuota de género”, dijo un escritor en un evento literario y a Fernanda Munguía Silva le sonó a insulto y fue la provocación que la llevó a rastrear y conocer el trabajo de las escritoras hidalguenses para su investigación de tesis que tituló Ser escritora en Hidalgo: Premios estatales de cuento y poesía: 2006-2018 y que le valió el grado de licenciada en Comunicación, con mención honorífica, por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
El trabajo recepcional consta de tres capítulos, que van de documentar la literatura y la participación de las mujeres en general, a abordar en el segundo título el estado de participación de las escritoras en el ámbito literario en Hidalgo, lo que le permitió en el tercero recapitular, concluir: “Aunque la presencia de las mujeres en la literatura dentro del estado de Hidalgo ha aumentado en los últimos años, tanto en premiaciones como en publicaciones, lecturas, mesas, presentaciones, etcétera, muchas todavía tienen que abrirse camino y soportar comentarios misóginos o la invisibilidad que las instituciones estatales todavía ejecutan al no invitarlas, darles horarios pésimos para sus actividades, ponerles muchas trabas para ‘abrirles el espacio’, recurrir siempre al trabajo de los hombres a pesar de ellas proponer actividades o ideas, entre otras actitudes.”
A esta sentencia llegó luego de encontrar datos increíbles para este siglo XXI donde pasamos de la contundencia de nuestra presencia en el ámbito educativo y laboral, a la paridad política: “En México se puede ver la desigualdad de género en el Catálogo Bibliográfico de la Literatura en México… En enero de 2023, el catálogo registraba un 28.45% de escritoras contra un 71.55% de escritores. De 2 mil 102 nombres registrados, menos de 600 son mujeres; el registro del siglo XIX es más desalentador pues el 11.5% son mujeres, tres de veintitrés.”
La respuesta a este panorama podría ser que ¿escribimos menos?, ¿que no tenemos interés en escribir?, ¿que nuestra participación es muy, pero muy reciente? Sin embargo, Fernanda nos revela el problema de esta categorización que registra o desdibuja a las escritoras: “La imagen que se le ha dado a la literatura femenina es de una literatura superficial, comercial, íntima y, en ocasiones, ridícula; la carga negativa que se deriva de este término es muy amplia.”
Bajo estos hallazgos y creencias, el testimonio y la voz de las escritoras son las que dieron la explicación, la razón, de por qué y cómo no están las escritoras hidalguenses en el escenario de la literatura, no sin antes mencionar la trayectoria de algunas escritoras de este estado que le han dado lustre pese a ser ignoradas: María Luisa Ross Landa (1891-1945), María Evelia Monterrubio y Sáenz (1909), María del Consuelo A. Espinoza (¿?-1993), Blanca Estela Gutiérrez (1906-¿?), María del Pilar Marroquín y Margarita Michelena.
En tiempo de cambios y de acceso de las mujeres a muchos ámbitos y el supuesto reconocimiento, Fernanda encontró que no es fácil ubicar a las escritoras de hoy y por ello se centró en los Premios Estatales de Cuento y Poesía para identificarlas y saber de propia voz, a través de la entrevista, qué ocurre con las mujeres escritoras y su incursión en el ámbito de la Literatura, con L mayúscula.
Fernanda nos revela el problema de esta categorización que registra o desdibuja a las escritoras: “La imagen que se le ha dado a la literatura femenina es de una literatura superficial, comercial, íntima y, en ocasiones, ridícula; la carga negativa que se deriva de este término es muy amplia.”
Fueron 16 ediciones de 2006 a 2022 en ambas categorías, Cuento y Poesía, pues en 2020 no se emitió convocatoria por la emergencia sanitaria del Covid 19.
En Cuento, de 16 premios otorgados a lo largo de estos años, 4 se otorgaron a mujeres: Ilallalí G. Hernández Rodríguez (2006), Enid Adriana Carrillo Moedano (2018), Sineàd Martínez Ruiz (2019) y Anaid Esperanza Gálvez Zaldívar (2022).
En Poesía, de 16 premios 7 correspondieron a mujeres: Nancy Arlette Ávila Márquez (2006), Antonia Cuevas Narano (2007), Ana María Vázquez Salgado (2009), Karla Aurora Olvera Villegas (2012), Mirna Yanira García Vargas (2017), Claudia Sandoval Zamorano (2021) y Danhia Berenice Montes Escorza (2022).
No obstante que la idea de Fernanda era localizar y entrevistar a las once ganadoras, sólo pudo recoger el testimonio de siete de ellas: Ilallalí G. Hernández Rodríguez, Nancy Arlette Ávila Márquez, Antonia Cuevas Narano, Ana María Vázquez Salgado, Karla Aurora Olvera Villegas, Mirna Yanira García Vargas y Enid Adriana Carrillo Moedano. Las palabras de una de ellas nos dejan ver parte del panorama del escritor en el país, pero también nos permite visualizar que el ser mujer en la literatura debe ser aún más complicado:
“…ser escritor en México es un tanto complicado dado que nuestro país es un país en vías de desarrollo, un país donde la cultura es casi un lujo, no es gratuita o cuesta mucho; por ejemplo, deseas conocer algo sobre creación literaria y buscas un taller, tienes que pagar por ello y está bien, porque el tallerista tiene que vivir de algo, pero tú además como participante debes movilizarte y gastar en pasajes y al final terminas pensando que, entre asistir a algún taller o curso y cubrir otros gastos, el deber obliga a lo segundo. También puede ser una dificultad el hecho de no pertenecer a ningún grupo, o perteneces o no eres nadie, eres alguien que publica un libro y punto.”
En ese escenario fielmente pintado, las escritoras viven dificultades pero además son “invisibles” a las instituciones porque el canon literario es patriarcal, de hombres que escriben, se leen y escuchan entre ellos, a través y a partir de su pertenencia a esos “círculos” que para las mujeres se traducen en ghettos.
Así la literatura, así las mujeres en las letras: ser escritora en Hidalgo, es de lo que habla este trabajo recepcional de Fernanda Munguía Silva (2023).
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