2023 Artículos Georgina Rodríguez Gallardo 

Manos danzantes: Lengua de Señas

Foto: Google.com

Por Georgina Ligeia Rodríguez Gallardo


Las instituciones tienen un papel fundamental en esta labor. La educación es un derecho, es universal y las personas sordas o con cualquier discapacidad no pueden quedar excluidas.


“Las lenguas no son sólo códigos de hablar, sino también métodos para hablar y pensar”.
Lorenzo Hervás

Para cualquier especie, la necesidad de comunicar es tan fuerte como la vida misma. Vemos en la naturaleza una gran variedad de manifestaciones de comunicación[1]: los cantos y danzas de las aves, el movimiento zigzagueante de las abejas, los sonidos de las ballenas y delfines. El homínido en su proceso de evolución, hasta llegar al homo sapiens, quien seguramente inició comunicándose con señas y sonidos guturales hasta finalmente dar paso a la palabra hablada y con ello a expresar la complejidad de nuestro pensamiento (abstracción). Ahora bien, la comunicación no es solo una necesidad, es un derecho humano al ser la base del aprendizaje de integración social y cultural.

Las personas sordas tienen comunicación a partir de señas realizadas con las manos. Es decir, las señas entendidas como mímicas realizadas con las manos se perfeccionaron hasta convertirse en una lengua que permite comunicarse a las personas sordas. Cuando hablamos de inclusión de las personas con discapacidad, creemos que es una tendencia reciente. Pero no es así, la discapacidad ha acompañado a la humanidad, lo que ha cambiado es la manera en que la enfrentamos. Las personas sordas eran consideradas mudas ya que al no escuchar no podían aprender la palabra hablada. Bajo estas circunstancias, las personas sordas y por tanto mudas eran consideradas incapaces, lo que inevitablemente llevaba a la discriminación y marginación. Es en el siglo XVI cuando se realizan los primeros intentos de integrarlas a la comunicación. Se tienen registros de las primeras experiencias para enseñar a hablar y a comunicarse a las personas sordas como son los casos de Pedro Ponce de León y Juan Pablo Bonet.

“La primera experiencia positiva en este sentido la llevó a cabo un español, el monje benedictino Pedro Ponce de León (h. 1506-1584), quien logró enseñar a hablar a dos niños sordos de nacimiento, sobrinos de Pedro de Velasco, IV condestable de Castilla. Al parecer, Ponce plasmó por escrito su método de enseñanza, pero de esta obra no queda vestigio alguno.” [2]

Era evidente que las personas sordas tenían la necesidad de comunicar, y sus familias buscaban formas de entablar intercambios de ideas. Otro intento de comunicarse fue realizado por Juan Pablo Bonet[3] (1620) que inició la enseñanza a las personas sordas para que hablaran, para lo cual utilizaba el método del alfabeto demostrativo –basado en la mano aretina o mano musical– en que a las letras se les asignaba una forma con la mano derecha. La persona sorda y sin habla aprendía a pronunciar con la letra que el maestro le marcaba con su mano. Este alfabeto demostrativo también lo aprendían los familiares a fin de comunicarse con su pariente. En ese momento la intención de emplear el lenguaje demostrativo era enseñar a hablar a quien carecía del sentido del oído.

Otro importante esfuerzo fue el realizado por Charles-Michel de L´Épée (1760) quien fundó el Instituto Nacional de Sordomudos (París), para lo cual se basó en la lengua de señas francesa a la cual le añadió algunos signos más y, sobre todo, le otorgó una gramática.  Este método se llevó a varios puntos de Europa, entre ellos a España con Lorenzo Hervás y Panduro, polígrafo jesuita, lingüista y filólogo español, llamado el “Padre de la lingüística comparada”[4], quien en 1790 publicó Escuela española de sordomudos o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español.

La palabra hablada encierra un amplio significado (abstracción), es por ello que la lengua de señas debe de ser más que sólo la traducción de una palabra en seña, es una lengua viso-gestual-espacial. Esto es, visual acompañada de gestos y el movimiento de manos y cuerpo que le dan un contexto a la palabra. La voz que lleva la palabra tiene un tono que hemos aprendido a descifrar, a percibir un estado de ánimo, un sentimiento, lo que de alguna manera queda cubierto por los gestos y los movimientos de cuerpo y manos, de esta manera la lengua de señas es un idioma con gramática, estructura y la posibilidad de transmitir abstracciones. “Las lenguas de señas están formadas por diferentes componentes manuales y no manuales: la expresión facial, la expresión corporal, la dactilología y las señas”.[5]

En México se cuenta con la Lengua de Señas Mexicana, para la cual existe la posibilidad de certificarse. Pero no es la única en nuestro país, se cuenta con otras como la Lengua de Señas Maya Yucateca y la Lengua de Señas Albarradas.[6] La primera se habla por la comunidad hablante de maya en Yucatán y en Guatemala. La Lengua de Señas Albarradas se utiliza en grupos de zapoteco en la zona de Santo Domingo Albarradas, Santa María Albarradas, San Miguel Albarradas, y anexos del estado de Oaxaca donde se habla zapoteco o variantes del mismo. Desde el 10 de junio de 2005 se celebra en México el Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana (LSM),  reconocida oficialmente como una lengua nacional y que forma parte del patrimonio lingüístico de nuestro país.

La comunicación no es solo una necesidad, es un derecho humano al ser la base del aprendizaje de integración social y cultural.

El esfuerzo de avanzar en la inclusión de las personas sordas a nivel mundial y garantizar sus derechos de ser autónomas, independientes, integradas plenamente en la sociedad inició a mediados del siglo pasado con la Federación Mundial de Sordos, organización internacional que existe desde el 23 de septiembre de 1951 (Roma, Italia) y su primer congreso, con sólo 25 representantes de asociaciones nacionales de sordos. Este esfuerzo ha rendido frutos: en 2023 suman 125 países, cuyo trabajo se centra en los derechos humanos de las personas sordas, así como el reconocimiento de la lengua de señas.

“Sociedad Inclusiva y Accesible: La WFD considera que a ninguna persona sorda se le debe negar una educación de calidad en lengua de señas y que se debe de informar a los padres y proveedores de educación sobre la importancia de la educación bilingüe. La WFS trabaja por una sociedad accesible y sin barreras comunicativas, donde los servicios y la información estén disponibles en lengua de señas”.[7]

La Federación Mundial de Sordos (WFD por sus siglas en inglés) dirige sus esfuerzos a la ejecución de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para ello se vincula con otras organizaciones de personas con discapacidad nacionales e internacionales, de esta manera la Agenda 2030 que contempla 17 objetivos con 169 metas que abarcan lo económico, social y ambiental, incluye el tema de las personas con discapacidad y entre ellas a las personas sordas.

“Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”.[8]

Es cierto que sería mejor de esta manera:

Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros, las personas con discapacidad, las personas adultas mayores y el empoderamiento de las mujeres, las niñas y los niños y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales.

Pero el avance ha sido importante. En el Objetivo 10 Reducción de las Desigualdades, se señala: “La protección social se ha extendido significativamente en todo el mundo. Sin embargo, las personas con discapacidad tienen hasta cinco veces más probabilidades de enfrentarse a gastos de salud calificados de catastróficos”.[9]

El tema comienza a ser razón de reuniones internacionales para tratar la discapacidad. En Nueva York, en junio del 2015 durante un encuentro en la sede de la Naciones Unidas en que se reunieron activistas del tema de la discapacidad en relación con la pobreza, la relatora de la ONU, Catalina Devandas Aguilar señala las brechas del sector:

“Hay áreas fundamentales, como la reducción de la pobreza. Las personas con discapacidad,  son más de mil millones de personas en el mundo, una de cada siete personas en el mundo tiene una discapacidad, viven la gran mayoría en países en vías de desarrollo y más del 80% de las personas con discapacidad son pobres”.[10]

En este sentido, la inclusión en la educación resulta fundamental para abatir las brechas existentes en la discapacidad. María Soledad Cisternas Reyes, enviada especial del secretario general de la ONU sobre Discapacidad y Accesibilidad advierte que “el proceso educativo tiende a ir dando alas para que los estudiantes puedan volar. Y esto también atañe a los estudiantes con discapacidad”.[11]

La importancia de la inclusión en la educación es fundamental y no se puede posponer. María Soledad Cisternas Reyes señala:

“El mundo es diverso y por eso un estudio de mayor calidad tendrá que enfrentar esta diversidad y será también el desafío de estos entornos docentes y otro el que los estudiantes con discapacidad puedan sacar adelante las finalidades de la educación, y puedan interactuar en su mundo de compañeras, compañeros, y con todo el mundo estudiantil de la misma manera que los demás”.[12]

Las instituciones tienen un papel fundamental en esta labor. La educación es un derecho, es universal y las personas sordas o con cualquier discapacidad no pueden quedar excluidas. El personal docente debe ser capacitado en la Lengua de Señas Mexicanas (LSM), para tener la capacidad de transmitir conocimiento a menores sordos. Se debe sensibilizar a compañeros/as, padres y madres de familia para que también tengan la apertura y la sensibilidad de abrir espacios y con ello el aprendizaje sea verdaderamente universal. Esto es inclusivo.

Fuentes:

[1] Entendida como la transmisión de información entre un ente y otro.
[2] https://historia.nationalgeographic.com.es/a/renacimiento-y-invencion-lengua-signos_13360
[3] Pedagogo y logopeda español. Inventor de una pedagogía de la lengua para hablantes, sordos y sordomudos. Autor de Reducción de las letras y el arte de enseñar a hablar a los mudos. https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Pablo_Bonet  Consultado el 8/06/2023.
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Lorenzo_Herv%C3%A1s Consultado el 8/06/2023
[5] Marzo Peña Alejandro, Rodríguez Fleitas Xiomara, Fresquet Pedroso Ma. Magdalena (2022). “La lengua de señas. Su importancia en la educación de los sordos” en Varona No. 75, La Habana jul-dic 2022. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1992-82382022000200005#:~:text=La%20lengua%20de%20se%C3%B1as%20como,su%20desarrollo%20ling%C3%BC%C3%ADstico%20y%20cognitivo  Consultado el 20/06/2023
[6] https://mexico.sil.org/es/lengua_cultura/lenguas-de-se%C3%B1as-en-m%C3%A9xico#:~:text=Aunque%20la%20LSM%20es%20la,la%20Lengua%20de%20Se%C3%B1as%20Albarradas Consultado el 20/06/2023.
[7] https://wfdeaf.org/who-we-are/our-philosophy/ Consultado el 20/06/2023.
[8] https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-general-adopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/ Consultado el 20/06/2023.
[9] https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/inequality/ Consultado el 20/06/2023.
[10]https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/06/mas-del-80-por-ciento-de-las-personas-con-discapacidad-son-pobres-advierte-relatora-de-la-onu/ Consultado el 20/06/2023.
[11] https://news.un.org/es/interview/2022/09/1514601 Consultado el 20/06/2023.
[12] https://news.un.org/es/interview/2022/09/1514601 Consultado el 20/06/2023.

 

 

 

 

 

Te recomendamos también:

Un asomo a la discapacidad

Poder y Belleza: la percepción de lo bello

¿Qué nos dejó la pandemia?

A un año de la pandemia. La necesidad del cambio de paradigma

2021: la secuela

 

Más Contenido