Poesía, vejez y creatividad
Por María Esther Espinosa Calderón
El domingo 20 de marzo en el programa Aprender a Envejecer, que conduce Paty Kelly por Canal 11, estuvo de invitada la poeta y también columnista de MujeresNet, Lucía Rivadeneyra, para hablar de poesía, vejez y creatividad con motivo del Día Mundial de la Poesía.
El domingo 20 de marzo en el programa de televisión Aprender a Envejecer[1], que conduce Paty Kelly y que se transmite por Canal 11, los domingos a las 11 de la mañana, estuvo de invitada la poeta Lucía Rivadeneyra, para hablar de poesía, vejez y creatividad con motivo del Día Mundial de la Poesía.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), desde 1999 adoptó el 21 de marzo para conmemorar “una de las formas más preciadas de la expresión e identidad y lingüística de la humanidad. La poesía, practicada a lo largo de la historia en todas las culturas y en todos los continentes, habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos, transformando el poema más simple en un poderoso catalizador del diálogo y la paz”[2].
La importancia de elegir un día específico para celebrar la poesía, según la UNESCO, “es una ocasión para honrar a los poetas, revivir tradiciones orales de recitales de poesía, promover la lectura, la escritura y la enseñanza de la poesía, fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes como el teatro, la danza, la música y la pintura, y aumentar la visibilidad de poesía en los medios”[3].
En su mensaje la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, señaló: “La orquestación de las palabras, el colorido de las imágenes y la contundencia de una buena métrica otorgan a la poesía un poder sin parangón. Como forma de expresión íntima que permite abrirse a los demás, la poesía enriquece el diálogo que cataliza todo progreso humano y es más necesaria que nunca en tiempos turbulentos.”[4]
No creo que siempre estemos en paz, la vida nos puede deber muchas cosas, en la medida que nos debe, le reclamamos de varias maneras, entre otras escribiendo poesía.
Los años, las experiencias, la vida te puede llevar a escribir poesía, en el caso de Lucía Rivadeneyra las vivencias son las que la llevan a escribir. Recordó el poema En paz de Amado Nervo, “vida nada me debes, vida estamos en paz”, “no creo que siempre estemos en paz, la vida nos puede deber muchas cosas, en la medida que nos debe, le reclamamos de varias maneras, entre otras escribiendo poesía, hay personajes maravillosos en esta vida, poetas entrañables que nos han acompañado por años y años. Uno de ellos, Elías Nandino que a los 80 años seguía publicando”. Una conversación muy interesante entre la poeta y la conductora que nos dicen que la vida no se acaba con la vejez, sino que hay que aprender a vivirla y seguir produciendo.
La también catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, continuó diciendo que Elías Nandino, era médico de profesión y que el poeta Xavier Villaurrutia dijo que lo había visto “escribir con fiebre y operar con frialdad”. “Los libros de Nandino hierven en las manos, en los ojos, en el corazón”. Paty Kelly señaló que los años, en el caso de Nandino y de muchos otros/as, no fueron un pretexto para dejar de producir, para dejar de sentir, dejar de apasionarte. La pasión por la vida, las pasiones uno siempre las asocia al erotismo, pero la pasión por la vida es una gran pasión”.
La ganadora de tres premios nacionales de poesía, Lucía Rivadeneyra comentó que Nandino nace en Jalisco en 1900, muere a los 90 años, pero se enamoró a los 80 años y de una manera brutal. Decía “qué voy a hacer con todo esto, pues aparte de amar me pongo a escribir”; guardó todos los poemas, se acabó aquella pasión, pues por desgracia las pasiones a veces se acaban, el amor es eterno mientras dura. Un tiempo después, abriendo cajones se los encuentra y dice “pues los voy a publicar. Que chillen los puritanos”. Leyó el poema De veras escrito por Elías Nandino a los 80 años de edad, incluido en su libro Erotismo al Rojo Blanco.
Abre la boca, dame la lengua/ adáptame tus labios/ y yo te doy la mía…
Ahora olvidemos el cuerpo,/ apaguemos los ojos/ y vamos permitiendo/ que ellas gocen a solas/ sus revolcamientos/ cambiando salivas.
Que punta con punta/ cohabiten/ como dos moluscos/ en lucha agresiva/ hasta que se cansen/ hasta que se rindan,/ hasta que se zafen/ y babeando regresen/ a sus propias guaridas.
Es que hay besos que valen/ mucho más/ que un coito completo;/ porque son tan carnales,/ de veras,/ que nos dejan las bocas/ con dolor de caderas.
A la pregunta de Paty Kelly de ¿qué mujeres aportaron a la poesía siendo viejas? Lucía Rivadeneyra mencionó a Griselda Álvarez, gobernadora de Colima (la primera mujer en México en gobernar un estado), quien tuvo una trayectoria política brillante, fue maestra de primaria y licenciada en Filosofía y Letras de la UNAM. “En 1967, andaba rondando los 50 años, publica una belleza que se llama Anatomía superficial, es un libro donde escribe poemas a cada parte del cuerpo del hombre: la cabeza, los ojos, el cuerpo, el sexo, las piernas, la espalda. Eso en los años 60 era un escándalo”. Escribió su libro Erótica a los 86 años.
Otra de las poetas a las que hizo mención Rivadeneyra en la conversación fue a Enriqueta Ochoa, quien nació en Torreón, Coahuila (2 de mayo de 1928), “siempre he pensada que es una amorosa, se enamoró, se desamoró, se volvió a enamorar”. Le contó, en una entrevista que le concedió, que huyó de una relación terrible. Se fue de la aridez de Torreón a la humedad de Jalapa y “ahí renací, porque me volví a enamorar”. Para la escritora y columnista de MujeresNet, Enriqueta “es una de esas poetas desgarradas que escribe con intensidad, tiene por ahí un verso que cada vez que lo repito me conmueve mucho: ‘pasé la mano sin malicia, por el lomo de la vida’. ¡Dios mío, qué brutal, qué madura!, ¡Vivir, vivir!”
Dolores Castro, quien el 12 de abril cumpliría 99 años pues acaba de fallecer este 30 de marzo, es otra de las poetas que se mencionó en el programa. De ella, Rivadeneyra narra: “Es espléndida, lúcida, sigue dando talleres de poesía. Tuve el placer de que presentara mi primer libro (Rescoldos, 1987) , teníamos un amigo en común, Fedro Guillén y desde entonces era una relación intensa con Lolita hasta la fecha. Es una delicia abrazarla, yo siento que abrazo la poesía cuando la abrazo a ella. Ella cita mucho una frase de los poetas del mundo azteca que dice: ‘Aquí solo una vez’, es decir, en este mundo solo una vez, por eso hay que aprovecharlo”.
Yo no salgo de casa si no leo un poema, siento que me voy acompañada, como que me va a dar buena suerte.
Este es el último poema que está publicado en sus obras completas Viento quebrado: “Solo más luz deseo, mientras recorro la mañana y aparto de mis ojos, la sombra sin límite aparente, solo una vez aquí, digo a mis ojos y los abro al espacio”.
Paty Kelly le cuestionó: ¿de qué se alimenta una poeta?, Lucía Rivadeneyra respondió: “Nos alimentamos de las vivencias, de los sueños, de las frustraciones, del dolor, el dolor da más elementos para escribir que la felicidad, cuando uno es feliz pues estás siendo feliz, y se nos olvida escribir. Pero cuando comenzamos a arrancarnos con dolor tenemos un abanico abierto. (…) Cualquier día es bueno para leer poesía. Yo no salgo de casa si no leo un poema, siento que me voy acompañada, como que me va a dar buena suerte”.
Fuentes:
[1] https://www.youtube.com/watch?v=DkIBG9eRUVQ «Aprender a envejecer. Poesía, vejez y creatividad» (20/03/2022)
[2] https://es.unesco.org/commemorations/worldpoetryday
[3] Ibidem
[4] Ibidem
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