“Lo que hago es simple: compartir con otros lo que han hecho otros”: Mariana Yampolsky

25 septiembre, 20232 octubre, 2023 MujeresNet Artículos, exposición fotografías y grabados, María Esther Espinosa Calderón, Mariana Yampolsky, mujeres artistas plásticas, mujeres fotógrafas

Foto: Cortesía de Terreno Baldío Arte

Por María Esther Espinosa Calderón

La exposición, conformada por fotografías y grabados, se inauguró el 21 de julio y estará hasta el mes de noviembre.

La Plaza Luis Cabrera de la colonia Roma Norte se engalana con la exposición denominada Mirada de un México: Mariana Yampolsky, la muestra reúne 48 piezas de la fotógrafa y grabadora. Es un recorrido visual desde sus inicios en el Taller de la Gráfica Popular, hasta las fotografías que capturó en diversas comunidades principalmente rurales.

Cada uno de los trabajos expuestos nos sumergen en ese mundo que tanto llamó la atención de la artista nacida en Chicago y nacionalizada mexicana. Gracias a Terreno Baldío Arte, en colaboración con la Universidad Iberoamericana, las personas que caminan por la Plaza se detienen a admirar las fotos y grabados perteneciente al Archivo Fotográfico Mariana Yampolsky, resguardado por la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero de la Universidad Iberoamericana.

Cada una de las imágenes muestran los paisajes del país, su gente y su cultura. “Es un viaje al pasado y al presente guiado por su mirada de un México que conocemos, pero en el que no todos nos reconocemos porque las tradiciones desaparecen y la identidad va perdiéndose a lo largo del tiempo. Es también un viaje de esperanza marcado por la presencia de los niños, porvenir de la cultura mexicana. Las fotografías de Mariana muestran que las emociones, los dolores y las alegrías de las personas son fundamentales para general empatía. Captando la esencia de las cosas haciendo visible lo oculto a simple vista mediante hallazgos y reminiscencias. Mariana afirmaba: ‘Lo que hago es simple: compartir con otros lo que han hecho otros’”.[1]

Entre las obras expuestas están las tituladas: comercio, retratos, tacos Garfield, gráficos y pintura mural, oficios y técnicas tradicionales, cultura alimentaria, la casa que canta, entre otras. Tienen su historia y su porqué. Las fotografías y grabados embellecen el lugar, camina uno sintiendo la brisa de la fuente y admirando los trabajos de Mariana. La exposición se inauguró el 21 de julio y estará hasta el mes de noviembre.

Marianne Gertrude Yampolsky Urbarach, nació el 6 de septiembre de 1925 en Crystal Lake, un poblado cerca de Chicago, Estados Unidos; en donde estudió Artes y Humanidades. Al llegar a México ingresó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. Fue una de las primeras mujeres en formar parte del Taller de Gráfica Popular (TGP). Realizó los retratos de algunos artistas del taller para integrarlos en la publicación del libro Doce años del Taller de Gráfica Popular.[2]

Fue una persona comprometida socialmente, encontró su forma de expresarse a través del arte. “Fundadora y profesora del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras del IPN; coeditora del Fondo Editorial de la Plástica Mexicana; colaboró con el Centro de Investigación de la Artesanía y con la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito; también fungió como editora de la colección Colibrí de la SEP. Fue integrante fundadora del Salón de la Plástica Mexicana.

“Fue coeditora, junto con Leopoldo Méndez, de Lo efímero y lo eterno del Arte Popular de México, compilación de la vida, danza, ceremonias y creatividad de la gente del campo. Sus imágenes fueron publicadas en los libros: La casa canta, La casa en la tierra, La raíz y el camino, Tlacotalpan, Estancias del olvido y The Edge of the Time.”[3]

Sus obras han sido expuestas en México y diferentes países, en más de 50 exposiciones individuales y 150 colectivas. Forman parte de colecciones nacionales, internacionales, públicas y privadas.

Mariana estudió fotografía en la Escuela de Artes Plásticas de la UNAM, como discípula de Lola Álvarez Bravo, de quien aprendió a hacer retratos. Se naturalizó mexicana en 1954. “No le gustaba que la consideraran ‘una gringa’, según sus propias palabras, estaba enamorada de México. Es así como sus fotografías son el testimonio de sus andares por los rincones de México durante tres décadas. Con sus cámaras Rolleiflex y Hasselblad, Mariana captó la vida cotidiana, las festividades patronales, religiosas y familiares de los pueblos mexicanos, así como la inocencia y sensibilidad de los niños, las mujeres y los hombres a través de sus retratos. La naturaleza, la comida y la arquitectura se vuelven un tema central en su obra. Los objetos se convierten en protagonistas y algunas veces, muestran su relación con el sujeto fotografiado. En sus últimos años, enfocó su interés en la comunidad chicana en Estados Unidos. Sus imágenes fronterizas ilustraron la crónica de Elena Poniatowska: “Las mil y una… la herida de Paulina”, publicada en 2000”.[4]

Sus obras han sido expuestas en México y diferentes países, tiene alrededor de 15 libros, su trabajo fotográfico se ha difundido en más de 50 exposiciones individuales y aproximadamente 150 colectivas. Sus fotografías forman parte de colecciones nacionales, internacionales, públicas y privadas.

Fue galardonada y reconocida por sus aportaciones al arte y a la cultura mexicanos por el Sistema Nacional de Creadores de Conaculta y con el premio Miguel Othón de Mendizábal por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el año 2000.

“Mariana fue grabadora, curadora, coleccionista, fotógrafa y editora. Todo su trabajo se enfocó en el resguardo y visibilidad de las tradiciones mexicanas que nos permiten hoy voltear la mirada hacia la condición humana, el alma y la importancia de lo cotidiano. Murió en la ciudad de México el 3 de mayo de 2002, dejándonos su mirada atrapada entre las sales de plata de su archivo”.[5]

Quien tenga la oportunidad de conocer un poco del gran trabajo de Mariana Yampolsky no se pierda la oportunidad de pasear por la Plaza Luis Cabrera y admirar el trabajo de ese México maravilloso y profundo con la mirada de la fotógrafa que un día decidió ser mexicana.